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Saber tan bien.


Ji Eun

—¿Podemos decir que somos amigos Jungkook?

Me observo mientras tomaba un poco de su vaso con café, estábamos mirando a Doyun, Hoshi y Kirin correr por el patio de la casa de los Min. Aproveche la insistencia del señor Kim de querer salir conmigo para poder traerme a Kirin a jugar con Doyun, además de que los padres de Hoshi estaban confiados de que mantendría a su pequeño a salvo. Al parecer me creían una especie de Heroína.

—Me ofendería si me dijeras que no lo somos.

Suspire tan fuerte que él tomo una postura mas sería. Puso su vaso de café aun lado para ponerme más atención.

—Es que, necesito consultarte algo, algo un poco fuera de lugar, que ni siquiera debía de aparecer por mi mente.

—Me estas empezando a preocupar.

—Creo que estoy haciendo algo indebido.

—Tu nunca podrías hacer algo así —se relajó —eres como una nube con miel, no te imagino haciendo algo malo.

—Pero es que si es algo malo —me mordí las uñas y empecé a mover mi pie de arriba hacia abajo —creo que caí en un cliché, en uno que me prometí jamás romper —me cubrí el rostro —creo que me esta empezando a gustar el ministro.

No escuche nada por unos segundos, solo las risas de los chicos al fondo, cuando me descubrí el rostro Jungkook estaba recargado contra el respaldo de la baquita mirando el cielo en una especie de trance cósmico.

—Si que te metiste al agujero de los clichés.

—¿Esa es tu respuesta final?

—Ji Eun, puedo decirte que es algo que debes evitar, que no es correcto, que te meterás en problemas, pero todo eso tu ya lo sabes, ya te lo dijiste mil veces antes de venir a hablar conmigo —eso es verdad — creo que mi único consejo es que seas discreta, puedes dejarlo en algo platónico.

—Me siento extraña, el señor Min me evita la mirada.

—A ver, a ver, a ver.

Se sentó mirando directamente hacia mí.

—Si esta tenso, es que ya paso algo, Ji Eun, no puedes pedirme opinión si me das datos a medias.

Empecé a jugar con mis dedos y morderme el labio inferior.

—Es que ni siquiera se si paso algo, en realidad es por eso que necesitaba hablarlo con alguien —tome aire de nuevo —hace poco te comente que el señor Kim me ofreció irme a trabajar con él, que dejara a los Min, esto se lo comente también al señor Min y el me pidió que no los dejara, al principio lo tome como algo normal —mire en dirección a Doyun que estaba lleno de tierra mientras Kirin lo tenia contra el suelo, Hoshi moría de risa a su lado —pues Doyun al fin esta teniendo una niñez tranquila, así que di por sentado que era eso.

—¿Pero?

—Hace como una semana volvió a pasar algo incomodo con el señor Kim, el ministro estuvo a la defensiva con él, esa noche tuvimos un momento, por una milésima de segundo creí que iba a besarme.

—¿¡QUE!?

Los ojos de Jungkook siempre han sido enormes, pero con esto siento que se agrandaron el doble, los niños voltearon a vernos y en una reacción nada sospechosa le cubrí la boca a Jungkook.

—No pasa nada, sigan jugando —volvieron a lo suyo —podrías ser mas discreto —lo solté — fueron tal vez suposiciones mías.

—Lo mas seguro es que también le gustes al ministro.

Hice una trompetilla de incredulidad, puse mi mano en mi barbilla para apoyar mi codo en la rodilla mirando a la nada.

—Eso todavía es mas improbable, creo que son solo síntomas de el apego que siento ya por la familia.

—Puede ser, si quieres averiguarlo debes de ser clara con él.

—Claro que no, es mejor dejarlo así, no me quiero meter en problemas con Doyun.

Eso era totalmente cierto, no sé cómo tomaría el hecho que por un breve momento me fije en su padre más allá de lo normal. Decidí dejar el tema de lado, metí a los niños para que merendaran algo.

—No es justo —Kirin metía una tostada con mermelada a su boca mientras hacia un puchero —¿Por qué Hoshi si puede dormir en tu casa?

Dijo con las mejillas llenas de migajas, me acerque y la limpie un poco.

—Por que tu padre solo te dio permiso de venir a jugar, en cuanto termines de merendar te llevaremos a tu casa.

—Es noche de chicos —dijeron los dos niños, después lo meditaron y me observaron —y Noona puede venir.

—Igual no se desvelarán demasiado.

Estuvieron un rato conversando y riendo mientras yo preparaba todo para irnos, los chicos se quedarían en la casa, yo me encargaría de llevar a Kirin fue una de las condiciones que el señor Kim puso para que la pudiera traer.

—No salgan de su habitación, llegare pronto, la señora Han Eul estará en la sala, pero no es necesario que la abrumen.

—Está bien Noona.

—Vámonos Kirin —la niña se despidió no muy convencida —pórtense bien.

Jungkook nos llevo hasta la residencia de los Kim. Kirin termino exhausta y se quedo dormida en el camino, es una niña encantadora, no parece que tenga un gemelo malvado.

Cuando llegamos baje con ella en mis brazos, su pequeña cabeza se apoyaba en mi hombro, era ligera a pesar de todo, así que no me costo trabajo levantarla, aunque técnicamente aun no debía hacerlo.

Jungkook me ayudo a tocar el intercomunicador, las puertas se abrieron y pasamos. A diferencia de la casa de los Min, esta era ostentosa y enorme tal como su dueño. Pensé que me recibiría alguno de los trabajadores, pero el mismísimo Kim Namjoon abrió la puerta, a diferencia de como siempre lo había visto estaba vestido con una pijama bastante común, un pantalón de chándal gris con una camisa holgada negra, llevaba lentes puestos. No puedo decir que este hombre no es atractivo con A mayúscula, sin mencionar esa estúpida aura sexy que despide.

—En verdad su puntualidad me sorprende.

Se acerco a quitarme a la niña de los brazos, la tomo como si fuera una pluma y el tamaño de la niña se hizo mil veces mas pequeño en el regazo de su padre.

—No podía ser de otra forma —Le entregue la mochila con sus cosas —comió bastante bien, además de tomar merienda antes de venir, quedo muy cansada por todo lo que corrió, tal vez la próxima vez la deje quedarse a dormir.

—¿Si invito a los chicos a venir aquí, quiere decir que tú también vendrás?

—Es mi deber como la niñera de Doyun.

—Entonces, ¿Si el joven Min duerme aquí?

—Deberé quedarme con él.

Casi gruñí lo que dije.

—Le diré a Kirin que vendrán a dormir la próxima vez —sonrió de lado —gracias por cuidar tan bien de Kirin.

Hice una reverencia y di media vuelta con Jungkook seguido tras de mí.

—Oye no mentías, el señor Kim te coquetea de manera demasiado descarada.

—Siento que desea devorarme.

Me frote los brazos al sentir los escalofríos recorrer mi espalda.

—No es para menos, es enorme ese sujeto.

Llegamos de regreso a casa, la señora Han Eul me dijo que los chicos también estaban dormidos. Le agradecí y fui directo al cuarto de Doyun. Ambos chicos dormían en el piso con las piernas abiertas de par en par, en su mano había algunos juguetes. Los acomodé en las colchonetas y recogí con lo que se pudieran hacer daño.

Cuando salí de la habitación casi me mata de un susto el señor Min que estaba cruzado de brazos mirándome algo molesto.

—¿A dónde salió señorita Bae?

—Fue a dejar a Kirin a su casa.

—Su responsabilidad es como hijo, no le pago para cuidar a la hija de los Kim.

—Lo sé, pero también me paga por que su hijo tenga una estabilidad social y emocional, eso implica hacer lo imposible para que pueda disfrutar una tarde tranquila de juegos.

—Creí que era mas lista, pero esta cayendo en el juego de Kim Namjoon.

Fue todo lo que me dijo antes de darse la media vuelta e irse a su habitación, pero no podía dejarlo así, me acaba de decir tonta, además de insultar mi habilidad para detectar cuando me quieren manipular.

Así que le di alcance y me planté enfrente de él sin dejarlo entrar a su habitación.

—No entiendo su molestia, se que Kim Namjoon no solo está siendo amable solo porque sí. Pero Doyun estuvo disfrutando mucho el día de hoy y el pequeño capricho de Namjoon lo pagaría mil veces.

—¿Namjoon? ¿Ya lo llama por su nombre?

—Ahora el que actúa infantil es usted —me frote las sienes cansada —descanse ministro.

Azoto la puerta antes de entrar a su habitación. Era la primera vez que me molestaba con el ministro, ya había dado algunos pasos lejos de su habitación cuando escuche que abrió la puerta lo siguiente que paso fue la mano del ministro tirando de mi muñeca de vuelta su cuarto.

Cuando entramos cerró la puerta.

—Solo dígame algo, ¿No lo hace porque le guste Kim Namjoon?

—¿Cuántas veces le tengo que dejar en claro que no me gusta Kim Namjoon? No lo considero...

Antes de terminar la frase sentí sus delgados labios contra los míos, mi cuerpo tardo en responder, toda mi sangre se había repartido entre mis mejillas y toda la demás se había ido a mis pies, de un beso dulce subió un poco de nivel a algo mas peligroso, su lengua ya jugaba con la mía. Ambos nos tratábamos de separar, pero nuestras bocas eran como un imán de la contraria, de no ser por la falta de aire este beso se hubiera intensificado a un más.

—No debías saber tan bien.

Fue lo que dijo antes de besarme nuevamente.





estamos resubiendo este fic, no recordaba lo lindo que es, ademas de mi miedo al romance!!!! hahahaha pero  son lindos juntos!!! 

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