No se vaya.
Ji Eun.
No me había recuperado en su totalidad, pero quería que Doyun regresara a sus clases normales así que mentí diciendo que no me dolía ya nada, mientras asistiera a clases con Doyun debía de mantenerme oculta, no hubo problemas en que aceptaran los términos se sentía igual de culpables por el casi secuestro del hijo del ministro.
Se cambio la entrega de los alumnos, ahora entrarían por ellos a las aulas, solo con las identificaciones dadas por la institución, las cuales tenían un código exclusivo cada una y se tenían que pasar por una maquina a la entrada para poder pasar, no había escatimado en gastos, Kim Namjoon patrocinó todo el nuevo sistema, pienso que solo lo hizo para seguir demostrando todo el poder económico que tiene.
—Estaré en la sala de maestros, ¿Tu reloj? —mostré el mío en la muñeca.
—Aquí.
Me mostró el suyo a juego con el mío, le acomode la chaqueta y le abrace.
—Estaré cercas, no te quites el reloj nunca y estaremos bien, vendré en cuanto me de la alerta.
—Estaré bien Noona, confío en ti.
Timbró para que iniciarán las clases, yo me puse en la sala de maestros a hacer trabajos de mi escuela mientras monitoreada a Doyun, tenía acceso al sistema de seguridad, así que miraba que hacía debes en cuando.
—Es usted muy dedicada —una mujer de un porte precioso se acercó —y también muy joven.
Me levanté e hice una reverencia.
—Perdón si soy una molestia.
—Tranquila querida, se que tienes autorización de estar aquí, eres una leyenda en la escuela.
—¿Leyenda?
—Si, sabíamos de los servicios de niñeras especializado, pero jamás habíamos visto nada en acción, generalmente son un poco —pensó la palabra —¿Diferentes?
—Yo aún tengo mucho que aprender.
—Siento que más bien tienes mucho que mostrarnos —dio la media vuelta hacia la salida —sigue en lo tuyo.
No se presentó, pero si sabía quién era yo, traía el escudo de la escuela en su saco, aún así me mantuvo alerta. Guardé todo y salí antes de que salieran a sus descansos, me puse en dónde mismo de la última vez, está vez en cuanto salieron, Doyun corrió hacia mi junto con la niña de nombre Kirin y el niño Hoshi.
—Noona.
—Doyun —incline la cabeza.
—¿Es verdad que asesinaste personas? —el niño de ojos pequeños pregunto emocionado.
—No Hoshi, no lo hice ¿Qué clase de cosas han estado diciendo?
—Creo que exagere algunas cosas Noona.
—Eres tan bonita —Kirin me analizo con esos lindos ojos —¿Eres soltera?
—¿Por qué le preguntas esas cosas?
—Mi papi es soltero, si ella se vuelve mi madrastra sería fabuloso, tu niñera sería mi familia.
—No puedes llevarte a mi Noona, ella me cuida a mí.
Me pareció algo tierno que tuvieran esta clase de discusión.
—Vayan a disfrutar de su descanso, no peleen.
—¡El primero que llegue a los columpios se queda con Noona!
Hoshi salió corriendo, mientras Doyun y Kirin lo seguían, yo solo negué con la cabeza mientras tomaba de mi botella de agua, había tenido algunos dolores por eso no quería que Doyun me viera, se preocuparía por nada. Igual con los analgésicos se me pasaría.
Note que el niño de nombre Baekhyun no había molestado, incluso no se había acercado a Doyun y sus amigos, me sentía feliz de que hubiera recapacitado. Cuando terminaron el descanso, los chicos se unieron a mi regreso a sus clases, iba contándome como es que les parecía fascinante la densidad de la arena, era como si me hablaran del tema más complicado del universo.
Hoshi caminaba en reversa mientras Kirin y Doyun iban de mi mano, en cuanto los deje en el salón camine lo más rápido que pude hacia la sala de maestros, me sentía débil y necesitaba el medicamento, apenas llegue cuando casi tropiezo al sentir un ligero marero, pero alguien me sostuvo por la cintura.
—¿Está usted bien?
—Sí, si —me separé —solo me tropecé, gracias —hice una reverencia y entre directo a la sala de maestros.
—Espere, la conozco.
La voz gruesa me asusto un poco, me tome mi medicamento mientras miraba de reojo a la persona que ayudo a no caer.
—Puede ser que tenga un rostro conocido
—Bae Ji Eun.
Me quedé helada al escuchar mi nombre, puse más atención al hombre, este era muy alto, fácil pasando el 1.80, su piel morena contrastaba de manera elegante con su traje azul marino, tenía una mirada algo intensa, así como un porte impresionante.
—No ponga ese rostro, déjeme presentarme —me hizo una reverencia leve —mi nombre es Kim Namjoon, soy el CEO de Kim Industries and Technology.
Parpadee un par de veces, es verdad su rostro lo había visto en las revistas de todo tipo, en verdad que estoy mal, se me paso ese detalle enorme.
—¿Es el padre de los mellizos?
Sonrió mostrando unos hoyuelos preciosos, ahora sabia de donde los había sacado Kirin.
—Sí, supongo que así es más fácil reconocerme.
—Perdone, no era mi intención, mi mente lo relaciono así.
Me señalo los sillones de los profesores y fuimos a sentarnos.
—Me imagino, es muy dedicada a su trabajo —cruzo su pierna —usted estuvo siendo nombrada en todas partes.
—En verdad es mucho escándalo, jamás hubiera dejado que le pasara nada a él joven Min.
—Fantástico —suspiro y se sacudió alguna arruga de su costoso traje— ¿Cuánto le paga Min Yoongi?
—¿Disculpe? —la pregunta me tomo por sorpresa.
—Como escucho ¿Cuánto es lo que gana con el ministro? Le triplicare el sueldo, es más puedo pagarle cinco veces más de lo que gana ahora.
—Pero... yo... —me levante de golpe — no puedo dejar a Doyun.
—Piénselo bien, tendría mucha más solvencia, incluso podríamos negociar unos días libres, pídalo señorita Bae.
—Señor Kim, me impresiona y me halaga, pero no puedo aceptar su oferta.
Él también se levantó y se me acerco lentamente, me intimido e intento hacerme para atrás, si lo sometía no sería bueno.
—Por ahora no lo hace, aunque —miro mi rostro con detenimiento —puede que también la invite a cenar algún día.
—¿Señor Kim? — una de las docentes entro interrumpiendo al incomoda situación —la directora lo espera.
—Enseguida voy, piense lo que le dije señorita Bae, acépteme la invitación a cenar y negociemos cuando empieza a ser mi niñera, aunque también puedo hablar con su directora.
Todo lo que resto de las clases me sentí inquieta, incluso llegando a casa estuve con esa conversación en mi cabeza, no tiene mucho sentido que me desee como niñera, pues a mí Doyun es quien me está ayudando a mejorar demasiado, el aprecio y cariño que le he ganado este tiempo no lo puedo explicar.
Acababa de acostar a Doyun, me encontraba recogiendo algunas de sus cosas para llevarlas al cuarto de juegos, pero seguía medio perdida en lo que me habían dicho.
—¿Señorita Bae?
—¿Ministro?
Sonrió al ver mi rostro de confusión.
—Creo que no puede ser nadie más, pero en realidad llevo rato llamándola, pero no me dice nada.
—Perdoné, me distraje con tonterías.
—Sí, siente que aún no está lista para volver con toda la confianza del mundo puede decírmelo.
—No, no para nada, en verdad estoy bien con esto, es solo que —suspiré —ahora conocí al señor Kim Namjoon.
Se quedó quieto al escuchar el nombre.
—Me ofreció trabajar con él, me dijo que me pagaría mucho más.
—¿Te iras? —se tensó mirándome —¿Te subo el sueldo? Es lógico que lo haga, después de todo lo que pasaste es...
—Ministro —levante la palma de mi mano —no los dejare, jamás me alejaría de Doyun por una razón como esa.
Respiro aliviado, sonreí al ver que el ministro también me aprecia al menos como una buena trabajadora, mire cerca de su labio y tenía una mancha de pasta dental, tome una de las toallitas húmedas que guardaba en mi bolsillo y lo limpie. Cuando había terminado caí en cuenta que lo acababa de tratar como a su hijo.
Iba a quitar la mano de su rostro cuando la sostuvo, sus ojos me miraron fijamente, por un momento mi corazón se paralizo, su mano estaba cálida. Volvió acercar mi mano a su rostro dejando que lo terminara de limpiar, el silencio se hizo algo largo, pero no era incómodo.
—No se vaya señorita Bae.
Bailen de la emocion conmigo
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