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Capítulo 1: Somos Hermanos

Narrador: Hace muchos años atrás en China... Ahí nació un bebé que brillaba, este fenómeno extraño sacudió al mundo entero, pero... No sería el ultimo. Con el paso de los años, niños del todo el mundo empezaron a manifestar poderes y extrañas habilidades sobrehumanas, sin poder descubrir la verdadera causa, y al pasar los años, los poderes se volvieron algo tan común en el mundo, logrando cumplir los sueños de muchos... Ahora vivimos en una sociedad de super humanos, los poderes se les denominaron: "Dones". Pero lo que nadie sabía en aquel entonces... Fue que de entre esas personas bendecidas con un Dones... Nació una nueva variante de super humanos... Un grupo de personas cuyos Dones eran diez veces más poderosos que los Dones comunes y casi no tenían límites. Al principio, la gente no le tomo importancia a este suceso, pero lo que inicio siendo solo un grupo selecto de personas con Dones altamente peligrosos... Se convirtió en un problema a nivel mundial. La raza humana antes estaba dividida en dos categorías: Las personas que poseían un Don y las personas que nacieron sin un Don... Pero... Tras la aparición de esta nueva raza de super humanos poderosos e inestables, se creó una tercera categoría... Las personas cuyos Dones eran más poderosos y sin ninguna clase de limite como los Dones comunes, fueron catalogados como: "Mutantes". Ahora la tierra estaba dividía en un 40% de personas con Dones, un 35% de personas con poderes Mutantes, y solo un 25% de personas que nacieron sin ninguna clase de Dones o poder Mutante. Y con el pasar de los años, la gente veía a los Mutantes como una amenaza, vistos como criminales, monstruos y... Como villanos. Y gracias a este odio engendrado hacia los Mutantes, surgieron diversos grupos conformados por Mutantes que odiaban a las personas comunes y con Dones débiles, pues su ideología era que los Mutantes eran el siguiente paso en la escala evolutiva y que debían ser ellos quienes gobernaran el mundo. Pero entre los Mutantes... También surgieron varios grupos de Mutantes que lucharían por la libertad, la igualdad y la coexistencia entre Humanos y Mutantes. Esta es la historia de como un grupo de Jóvenes Mutantes, se convirtieron en los héroes más grandes de todo el mundo, héroes que lucharían tanto por los Mutantes como los Humanos, héroes dispuestos a enfrentar a cualquier enemigo que amenace con acabar con los suyos, sean villanos o Mutantes... Esta es la historia de cómo nos convertimos en... "X-MEN".

//En el país del sol naciente: Ciudad de Musutafu, en una humilde residencia//

Dentro de una humilde y cálido hogar en una zona residencial en Musutafu, un pequeño niño de 5 años con cabello verde similar a un arbusto estaba acostado en su cama, tosiendo y con una fiebre bastante alta, mientras era cuidado amorosamente por sus padres.

Izuku: *Cof* *Cof* *Cof* -Tosió el pequeño niño-

La madre del pequeño peliverde puso una compresa fría en su frente, mientras checaba la temperatura del termómetro que tenía en la boca de su hijo.

Inko: Tu temperatura parece estar bajando... -Sonrió amorosamente- ¿Cómo te sientes? 

Izuku: Aun siento frío... -Dijo temblando-

En ese momento, el padre del pequeño se acerca a ver a su hijo recostado en la cama, sonriendo paternalmente y revolviendo su cabello de forma amorosa.

Hisashi: Debe ser la fiebre, mañana estarás mejor. -Sonrió-

Izuku: Pero... *Cof*... No he dejado de enfermarme desde... *Cof*... Hace días. –Dijo preocupado-

Inko: No te preocupes, Izuku. -Sonrió maternalmente- A tu edad es normal enfermarse seguido, y aún más en esta época del año. -Lo tranquilizo- Es solo temporal. -Dijo amablemente-

Izuku: *Cof* Eso espero... -Dijo más tranquilo-

La mujer peliverde miro a su esposo de manera preocupada, pues su hijo tenía razón, desde hace varios días que su hijo se enfermaba constantemente, y aunque siempre se recuperaba con el pasar de los días, siempre volvía enfermarse y siempre eran los mismos síntomas.

Inko: Hisashi... -Dijo preocupada-

Hisashi: Descuida, mañana llamare al doctor para agendar una cita. -Dijo serio- No debe ser nada grave, los niños tienden a enfermarse en esta época del año. -Dijo más relajado-

Inko: -Suspira- Quizás tengas razón... -Dijo más calmada-

Hisashi: Buscare otra manta para Izuku. –Salió de la habitación-

La peliverde al ver a su hijo algo preocupado y temblando de frio, decidió hacerle compañía a su hijo, recostándose a su lado.

Inko: Izuku, ¿Quieres que te cuente una historia? -Sonrió maternalmente-

Izuku: ¿Una historia de héroes? -Dijo ilusionado-

La madre del pequeño rio un poco al ver la emoción y fascinación de su hijo por los héroes, en especial cuando se trataba de su héroe favorito.

Inko: No. -Negó amablemente- Esta es una historia que mi abuela me contaba antes de dormir. –Sonrió-

Izuku: Ohh... -Se desilusiono al saber que no serían de héroes- ¿De qué trata la historia? -Dijo lleno de curiosidad-

La peliverde sonrió maternalmente a su hijo, feliz de que su pequeño quiera escucharla.

Inko: ¿Por qué esta tan sola la luna? -Sonrió-

El pequeño no entendió a que se refería su madre con esa pregunta, pero decidió preguntar de todos modos.

Izuku: No sé... -Dijo confundido- ¿Por qué esta tan sola? -Dijo curioso-

Inko: La luna tiene un amante. -Sonrió-

Izuku: ¿Amante? -Dijo sin entender-

La peliverde olvido por un instante que su niño tenía solo 5 años.

Inko: Significa que tenía a un ser muy especial que la amaba profundamente. –Dijo amablemente- Su nombre... Era "Quecuatsu" y vivía en el mundo de los espíritus. –Dijo de forma mágica y misteriosa-

El pequeño peliverde comenzó a sentirse fascinado por cómo se escuchaba la historia, pues a pesar de que le gustaban los héroes, también le parecían interesantes las historias llenas de magia.

Izuku: ¿Es una historia real? -Dijo curioso-

Inko: Es más bien, una leyenda. -Sonrió- Por las noches, Quecuatsu y la luna recorrían los cielos juntos. –Siguió relatando- Pero, uno de los espíritus estaba celoso de Quecuatsu y la luna. –Dijo dramáticamente-

Izuku: ¿Quién era ese espíritu? -Dijo intrigado-

Inko: Su nombre era Trixter y quería quedarse con la luna. –Siguió relatando- Así que le dijo a Quecuatsu que la luna quería flores, entonces le dijo que bajara a nuestro mundo para cortar rosas...

Izuku: ¿Y qué paso? -Dijo muy intrigado-

Inko: Lamentablemente, Quecuatsu no sabía que, si un espíritu abandona su mundo, no regresa jamás... -Dijo en tono de tristeza- Y cada noche, mira al cielo, ve la luna y aúlla su nombre... Pero... Nunca podrán volver a estar juntos. -Sonrió con tristeza-

Izuku: Es triste... -Dijo sintiendo lastima por el pobre espíritu- Pobre Kukucachu. –Trato de pronunciar el nombre-

La peliverde mayor rio ligeramente al ver que su hijo tenía problemas para pronunciar ese nombre.

Inko: Es "Quecuatsu" -Dijo divertida- Significa: "Wolverine" -Dijo amorosamente-

El pequeño peliverde escucho asombrado el nombre del espíritu.

Izuku: Wolverine... -Dijo asombrado- Suena como un nombre de héroe. -Dijo emocionado-

Inko: Me alegro de que pienses así. –Dijo maternalmente-

*¡Knock, Knock, Knock!*

Justo entonces, escucharon como alguien estaba tocando la puerta de la entrada de su casa, algo que desconcertó tanto a la madre como al padre del peliverde, pues no esperaban visitas a estas horas.

Hisashi: ¿Quién será a estas horas? -Dijo extrañado-

Inko: No lo sé. -Dijo igual- Ahora vuelvo, Izuku. –Dijo amablemente-

La peliverde mayor se dirigió a la entrada, para después mirar por la mirilla de la puerta, llevándose una gran sorpresa al ver quien era la persona que tocaba, y seguido abrir la puerta.

Inko: ¿Mitsuki? -Dijo confusa- ¿Qué haces aquí a estas horas? 

Mitsuki: Inko... -Dijo agitadamente- Me alegro mucho de verte, ¿Puedo pasar? -Cuestiono-

Inko: Claro, pasa. –La invito a entrar-

Sin embargo, la mujer rubia no venía sola, pues llevaba consigo a su hijo, quien era el mejor amigo de Izuku.

Inko: Y veo que trajiste a Katsuki. -Sonrió gentilmente al niño-

Bakugo: ¿Dónde está Izuku? -Cuestiono-

Mitsuki: Katsuki, esa no es forma de saluda a la gente. -Lo reprendió-

Inko: No pasa nada. -No le tomo importancia- Izuku está en su habitación, pero lamentablemente se encuentra enfermo. –Dijo con pesar-

Mitsuki: ¿Otra vez? -Dijo sorprendida- ¿No es la cuarta vez en este mes que se enferma? -Dijo confusa-

Inko: Si. -Asintió- Y no sabemos realmente que tiene. –Dijo preocupada- Mañana llamaremos al médico para que lo revise cuanto antes, solo espero que no sea grave. -Dijo angustiada-

Mitsuki: Descuida, Izuku es un niño bastante sano y fuerte. -Trato de ser optimista- Seguramente es algo pasajero. –Sonrió-

Inko: Eso espero. -Dijo más calmada-

El pequeño Bakugo un poco mayor que Izuku, decidió ir a ver a su mejor amigo a su habitación, dejando solas a las dos madres.

Inko: Ahora, ¿Me dirás porque estás aquí a estas horas de la noche? -Dijo seriamente-

La rubia suspiro con pesadez, pues estaba claro que su mejor amiga se daría cuenta de todo.

Mitsuki: Ha sucedido algo con Masaru... -Dijo seriamente-

Eso preocupo a la peliverde, pues desde hace días que su mejor amiga le había contado de algunos altercados e incidentes que tuvo con su esposo.

Inko: ¿Qué fue lo que sucedió? -Cuestiono-

Mitsuki: Hace una semana, llevamos a Katsuki a hacerse una prueba para ver cuál sería su Dones... -Comenzó a relatar- Pero desafortunadamente, los resultados salieron erróneos e inconclusos, algo totalmente raro y que casi nunca sucedía. -Dijo seria-

Inko: ¿Y eso que tiene que ver con tu esposo? -Dijo sin entender-

Mitsuki: Después de los resultados fallidos, el doctor nos pidió una muestra de sangre a mí y a Masaru, para hacer una comparación de ADN y ver si había algo mal en nuestros genes que pudieran afectar a Katsuki. -Explico- Y entonces... Fue ahí cuando todo salió mal... -Dijo con tristeza-

Inko: ¿Por qué? -Dijo ahora más preocupada- ¿Qué fue lo que arrojaron los resultados? -Cuestiono-

La rubia trato de mantenerse firme y con actitud de siempre, pero no podía soportarlo y termino derramando lágrimas.

Mitsuki: Los resultados mostraron que Masaru... -Dijo con tristeza- No es el verdadero padre de Katsuki. –Dijo entre lágrimas-

Eso dejo sin palabras a la peli verde, pues nunca se imaginó que su mejor amiga había estado con otro hombre en lugar de su esposo, no sabía que pensar de ella, pues eso demostraba que Mitsuki había engañado a su marido.

Inko: Mitsuki... -Dijo sin poder creerlo-

Mitsuki: Te juro que estaba completamente convencida de que era su hijo. –Dijo entre lágrimas-

Inko: Entonces... -Dijo aun en shock- Si Katsuki no es hijo de Masaru, entonces... -Dijo seriamente- ¿Quién es su padre? 

//Mientras tanto: En la habitación de Izuku//

Hisashi decidió hacerle compañía a Izuku, mientras Inko hablaba con Mitsuki, sin saber que el pequeño Bakugo entraría a la habitación.

Hisashi: Oh, hola Katsuki. -Dijo sorprendido-

Bakugo: Hola, tío Hisashi. -Saludo respetuosamente-

Hisashi: No sabía que estabas aquí. –Dijo amablemente- ¿Dónde está tu madre? -Dijo curioso-

Bakugo: Está hablando con la tía Inko. –Dijo sin más-

Hisashi: ¿Viniste a ver a Izuku? -Cuestiono- Me temo que no podrá jugar contigo, se encuentra enfermo por el momento. –Dijo amablemente-

Bakugo: No importa. -Dijo sin importancia- Solo no quería quedarme a escuchar la charla de mi mama con mi tía Inko. -Dijo con aburrimiento-

Hisashi: Bueno, entonces puedes hacerle compañía a Izuku, mientras voy a buscar la medicina que le receto el doctor la última vez. -Sonrió amablemente- Ya vuelvo. -Salió de la habitación-

Una vez que Hisashi abandono la habitación, el peliverde y el rubio cenizo se quedaron solas.

Izuku: *Cof* Hola... Kacchan. -Saludo-

El pelicenizo simplemente asintió en respuesta, aunque eran mejores amigos, su amistad no era exactamente la mejor.

Bakugo: Sigues estando enfermo, ¿Eh? -Dijo serio-

Izuku: Si... -Dijo con pesar-

Bakugo: Yo también me sentí enfermo hace unos días. -Dijo serio- Luego mi mamá me llevo al médico para descubrir cual era mi Don.

Izuku: ¿En serio? -Dijo curioso- ¿Cuál es tu Don? -Dijo intrigado-

El pelicenizo aparto la mirada, mientras miraba sus manos, por alguna razón, se había sentido algo muy raro en sus manos en estos últimos días.

Bakugo: No lo sé... -Dijo seriamente- Mi mamá dice que aún no tienen los resultados –dijo frustrado- ¿Y tú? ¿Aun no sabes cuál es tu Don? -Cuestiono-

Izuku: Se suponía que iríamos al médico esta semana para saberlo, pero me enferme y se canceló por el momento. -Dijo desanimado-

Bakugo: Sea cual sea tu Don, estoy seguro de que el mío será mucho mejor que el tuyo. –Dijo en tono presumido-

En ese momento, el padre de Izuku regreso a la habitación con las medicinas.

Hisashi: Ya volví. -Dijo sonriendo- Katsuki, te agradezco que hallas venido a hacerle compañía a Izuku. -Dijo felizmente- Eres un buen amigo. –Dijo amablemente-

El pelicenizo aparto la mirada, pues no había venido precisamente para ver a Izuku, sino más bien, porque su madre lo arrastro aquí.

Hisashi: Muy bien, Izuku. –Dijo amablemente- Debes tomar tu medicina para que te recuperes y puedas...

*¡¡KNOCK, KNOCK, KNOCK!!*

Las palabras de Hisashi se vieron interrumpidas por el fuerte sonido de alguien que golpeaba la puerta de su casa.

¿?: ¡¡Mitsuki!! -grito un hombre- ¡¡Sal ahora mismo, Mitsuki!! 

El peliverde mayor al igual que el pequeño peli cenizo, reconocieron esa voz de inmediato.

Hisashi: Katsuki, ¿Ese era tu padre? -dijo seriamente-

Bakugo: N-No lo sé... -Dijo nervioso-

Los golpes contra la puerta de la casa continuaron, mientras se escuchaban los gritos de un enfurecido Masaru, algo que altero a Izuku y asusto a Inko y a su amiga.

Masaru: ¡¡Mitsuki!! -Grito furioso- ¡¡Se que estás ahí dentro!! -Grito- ¡¡Tienes muchas cosas que responder!! -Exigió-

Hisashi estaba por llamar a la policía desde su celular, pues Masaru no parecía estar consciente de sus acciones, pero justo cuando estaba por tomar su teléfono...

*¡¡¡CRASH!!!*

El sonido de algo rompiéndose en la entrada de su casa alerto al padre de Izuku.

Izuku: ¡Papá! -Dijo asustado-

Hisashi: Quédate aquí, Izuku. -Dijo seriamente-

El padre del peliverde salió de la habitación, Bakugo no quiso quedarse sin saber que estaba sucediendo con su padre y decidió salir también, dejando al peliverde solo en la habitación, mientras escuchaba todo lo que sucedía en la sala de su casa.

Masaru: ¡Me engañaste! -Grito- ¡Todo este tiempo me has engañado! 

Mitsuki: ¡Masaru, por favor! -Dijo alarmada- ¡No hagas esto, ellos no tienen nada que ver en esto! 

Masaru: ¡No me mientras! -Grito enfurecido- ¡Tu engaño quizás te lo hubiera podido perdonar! -Dijo serio- ¡Pero no puedo perdonar el hecho de que el lleve su sangre! 

Los gritos comenzaron a hacerse más fuertes y alarmantes, provocando el miedo en el pequeño Izuku.

Mitsuki: ¿De que estas hablando? -Dijo confusa-

Masaru: ¡Ya vi los resultados de los análisis de sangre! -Dijo molesto- ¡Nuestro hijo es uno de ellos! -Dijo con desprecio- ¡Oh debería decir ¿Tu hijo?! -Dijo con rencor-

Mitsuki: ¡No tengo idea de lo que estás diciendo! -Dijo preocupada- ¡Katsuki es completamente normal! -Dijo seria-

Masaru: ¡No! ¡No lo es! -Dijo molesto- ¡Y todo es culpa suya! 

Hisashi: ¡Te has vuelo loco, Masaru! -Dijo molesto-

Inko: ¡Por favor, solo tranquilízate y resolvamos esto de manera civilizada! -Imploro-

Masaru: ¡No hay nada que resolver! -Dijo molesto- Ya tomé mi decisión...

Mitsuki: Masaru, ¿Que vas a hacer...? -Dijo nerviosa-

Masaru: Voy a hacer lo que se debe hacer con estos monstruos... -Dijo fríamente- ¡¡Y tú no me lo vas a impedir!! -Grito-

Hisashi: ¡Masaru! ¡No lo hagas! -Dijo alarmado-

Mitsuki: ¡¡MASARU!! -Grito alarmada-

Inko: ¡¡DETENTE!! -Grito asustada-

*¡¡¡BANG!!!*

El peliverde se asustó al escuchar el disparo, olvidando por completo que estaba enfermo, el peliverde se levantó rápidamente de la cama y salió corriendo fuera de su habitación, directo hacia la sala principal... Solo para contemplar algo que lo dejaría marcado de por vida.

Izuku: Papá... -Dijo en estado de shock-

Hisashi Midoriya... El padre de Izuku... Yacía tendido sobre el suelo... Con una herida de bala en su pecho, mientras Masaru estaba parado con una pistola en su mano, la cual emanaba una línea delgada de humo saliendo del cañón.

Inko: ¡¡HISASHI!! -Grito horrorizada- ¡¡¡AAAAHHHHHH!!! -Grito llena de dolor y sufrimiento-

El pequeño peli verde camino lentamente hacia el cuerpo de su padre, viendo como este aun seguía consciente, mientras la sangre emanaba de su pecho.

Izuku: Papá... -Dijo entre lágrimas-

El pequeño se arrodillo junto al cuerpo de su padre, y con las pocas fuerzas que le quedaban a Hisashi, este levanto su mano y sostuvo el rostro de su único hijo.

Hisashi: Izuku... -Sonrío con tristeza-

Y sin nada que pudiera hacer para evitarlo... La mano de Hisashi Midoriya cayó al suelo sin vida, mientras exhalaba su último aliento, siendo Izuku testigo de su muerte.

Izuku: ¡¡PAPÁ!! -Grito lleno de tristeza-

Inko cayó al suelo de rodillas, llorando por la muerte de su esposo, mientras que Bakugo y su madre miraban con horror todo lo que sucedió.

Masaru: ¡Todo esto fue por su culpa! -Dijo fríamente- ¡Nada de esto habría pasado de no ser por el! -Dijo con rencor- ¡Por su culpa, nuestro hijo es uno de ellos! ¡Como él también lo era! -Trato de justificarse-

El peliverde a pesar de su dolor y su tristeza, levanto la mirada y observo lleno de ira y rencor al asesino de su padre.

Izuku: ¿Por qué...? -Murmuro-

Inko: Izuku... -Dijo entre lágrimas-

Masaru: Izuku, hay cosas que no entiendes... -Dijo seriamente- Tu padre era...-

Mitsuki: ¡No le digas nada! -Dijo molesta-

Masaru: ¡Tiene que saberlo! -Dijo fríamente- ¡Tiene que saber por qué hice lo que debía hacer! -Dijo firmemente- ¡No más mentiras, Mitsuki! -Dijo seriamente-

El peliverde no escuchaba nada de lo que sucedía a su alrededor, lo único que sentía en ese momento... Era ira... Dolor... Sufrimiento.

Izuku: ¡¡¡ARGH!!! -Cayó al suelo sintiendo un gran dolor-

Inko: ¡¡Izuku!! -Grito angustiada-

Algo no estaba bien, el peliverde sentía como si sus nudillos fueran desgarrados desde adentro hacia afuera.

Inko: ¿Izuku...? -Dijo preocupada-

De entre los nudillos de las manos del peliverde... Comenzaron a crecer tres picos en forma de huesos afilados que siguieron creciendo hasta convertirse... En lo que parecían ser... Unas garras de hueso.

Masaru: No puede ser... -Dijo horrorizado- Tu también... -Dijo asustado-

Tanto Mitsuki, Inko y Bakugo, miraron en estado de shock lo que sucedía con el pequeño peliverde.

Inko: Izuku... -Dijo en estado de shock-

Una vez que el dolor se detuvo, Izuku miro las afiladas garras de hueso que habían salido de sus nudillos, quedando horrorizado al verlas, pero además... No solo sintió miedo al verlas... Sino también... Un profundo deseo de venganza nacer dentro de él.

Izuku: ¡¡¡NOOOOOO!!! -Grito enfurecido hacia el cielo-

Lleno de ira y venganza por la muerte de su padre, el peliverde se levantó y corrió hacia el responsable de toda esta tragedia, apuntando sus garras directo al cuerpo del asesino de su padre.

Inko: ¡¡Izuku!! ¡¡No!! -Grito alarmada-

Masaru al ver que el peli verde iba a atacarlo con sus garras, trato de dispararle con su arma, pero Mitsuki logro empujar el arma de Masaru a un lado, evitando que el disparo impactara contra Izuku, pero... No impidió que Izuku siguiera su camino.

*¡¡¡SHRRIIPPP!!!*

Izuku estando cegado por su furia, clavo sus garras en el cuerpo de Masaru y lo embistió contra le puerta de su casa, logrando escuchar y sentir como sus garras perforaban el cuerpo de Masaru.

Inko: ¡¡IZUKU!! -Grito horrorizada al ver lo que hizo su hijo-

Bakugo no hizo nada más que ver como su mejor amigo asesinaba a sangre fría a su supuesto padre delante de él.

Izuku: ¡¿Por qué?! -Gruño con furia hacia el asesino de su padre-

Masaru pudo sentir como la sangre brotaba de su cuerpo y como la sangre escurría de su boca.

Masaru: Lo sabía... -Dijo con dificultad- Eres uno de ellos también... -Dijo fríamente- Igual que tu padre... -Dijo con rencor- Y tu hermano...

El hombre agonizante miro fríamente hacia donde se encontraba Bakugo, quien escucho aquella revelación... Él no era su hijo... Su verdadero padre... Fue asesinado por aquel sujeto que estaba muriendo frente a sus ojos.

Masaru: Son... Unos monstruos... -Dijo con desprecio- Tu y el... Son engendros... De un monstruo... -Dio sus últimas palabras-

Tras escuchar esas últimas palabras, el peliverde recobro la razón, solo para quedar en shock al ver lo que había hecho, mientras el cuerpo de Masaru Bakugo... Caía al suelo sin vida.

Izuku: ¿Que...? -Miraría sus manos manchadas de sangre- ¿Que hice? -Dijo en estado de shock-

El peliverde miraría a su madre, al igual que su tía Mitsuki y a su mejor amigo, quienes no podían creer lo que había hecho el peliverde.

Mitsuki: ¿Qué cosa eres? -Dijo horrorizada-

El peliverde miro a su madre en busca de ayuda o consuelo, no sabía que hacer, no tenía idea de lo que había hecho.

Izuku: ¿Mamá...? -Dijo asustado-

Trato de acercarse a su madre, pero esta retrocedió por el miedo y el horror al ver la sangre en las manos de su hijo.

Inko: Izuku... -Dijo estando horrorizada-

La mirada de miedo en los ojos de su madre sería algo que el peliverde nunca podría olvidar. Todo el amor y el cariño que alguna vez mostro en su mirada... Se había desvanecido.

Bakugo: Izuku... -Dijo impactado-

El peliverde no lo pudo soportar, y sin idea de que hacer, lo único que pudo hacer...fue correr.

Inko: ¡¡Izuku!! -Trato de detenerlo-

El peliverde salió huyendo de su hogar, pero... No sería el único.

Mitsuki: ¡¡Katsuki!! -Grito alarmada-

El pelicenizo al igual que su amigo, salió huyendo de la casa, dejando a las dos madres devastadas y desconsoladas por la pérdida de sus maridos.

//Minutos después: En lo profundo del bosque//

Correr... Huir... Escapar... Eran los únicos pensamientos que cruzaban por la mente del peliverde en ese momento, quería alejarse de todo aquello, quería despertar de esta pesadilla y aquel al día siguiente, todo fuera como antes, pero... Eso jamás sucedería.

Izuku: *Papá... Mamá...* -Pensó con tristeza-

El peliverde no había parado de correr desde que salió de su casa, sin rumbo, sin dirección, sin lugar a donde ir.

Izuku: *¿Por qué?* -Pensó frustrado- *¿Por qué sucedió todo esto?* -Pensó molesto-

En medio de sus pensamientos erráticos, el peliverde fue detenido en seco al ser embestido por detrás, cayendo al suelo y deteniéndose. El peliverde se levantó de inmediato, con la esperanza de que fuera su madre, pero entonces...

Bakugo: Al fin dejaste de correr... -Dijo seriamente-

El peliverde se decepciono, en el fondo deseaba que fuera su madre para decirle que no fue su culpa y que todo estaría bien, pero esta... Era la realidad.

Izuku: ¡No quería hacerlo! -Dijo asustado- ¡No quería! 

Bakugo: ¡Si, lo hiciste! -Dijo seriamente-

El peliverde pensaba que Bakugo estaría furioso y querría hacerle daño por lo que le hizo a su padre, pero en su lugar, Bakugo tenía un rostro frio y sin arrepentimiento por la muerte de Masaru.

Bakugo: Se lo merecía. –Dijo fríamente- Él se lo busco. -Dijo molesto- El mato a tu padre... -Dijo seriamente- El mato a "Nuestro" padre. –Dijo con rencor-

El peliverde no sabía que pensar, el saber que su padre era también el padre de Bakugo, lo hacía sentir confuso y extraño. El rubio se acercó al peliverde y puso sus manos sobre sus hombros.

Bakugo: Somos "Hermanos", Izuku. -Lo miró fijamente a los ojos- ¿Te das cuenta? -Dijo seriamente- Y los hermanos se cuidan entre si. –Dijo con determinación- ¡Tienes que ser fuerte, para que nada ni nadie nos haga daño! -Dijo firmemente-

El peliverde estaba sorprendido por las palabras de su "Hermano", pues nunca había visto actuar así a Bakugo.

Izuku: Quiero ir a casa... -Dijo con tristeza- Por favor.

Bakugo: No podemos... -Dijo con pesar- Ahora el mundo entero nos odiara. –Dijo seriamente- Ya no somos como los demás, ahora somo esas cosas que todo el mundo teme y odian, incluso peor que a los villanos. –Dijo fríamente-

El peliverde se dio cuenta de lo que eran realmente ahora...lo que ellos eran...no eran villanos o criminales... Eran algo mucho peor.

Bakugo: Ahora somos... -Dijo seriamente- "Mutantes" -Dijo fríamente-

El peliverde se sentía horrible, pues ahora serian tratados peor que la escoria criminal, serian tratados como monstruos... Fenómenos más allá de lo inimaginable... Villanos.

Izuku: ¿Somos "Mutantes"? -Dijo sin querer creerlo-

Bakugo: Si... -Dijo con pesadez- Y no importa lo que pase, hay que seguir juntos y eliminar a quien se interponga. –Dijo con firmeza- ¿Estás de acuerdo, "Hermano"? -Dijo seriamente-

Su "Hermano" tenía razón... Ya no podían confiar en nadie, salvo en ellos mismos, pues el peli verde al igual que el rubio cenizo, sabían que los Mutantes eran temidos y odiados por la sociedad, incluso siendo tan jóvenes, sabían que muchos villanos eran mutantes y, por lo tanto, serian tratados de la misma forma. Por lo que su única esperanza de vida... Era hacer lo necesario para sobrevivir.

Izuku: Estoy de acuerdo... -Dijo con tristeza- "Hermano" -Dijo seriamente-

Bakugo: Así se habla, "Hermano" -Sonrió astutamente-

En ese momento, ambos hermanos escucharon el sonido de las patrullas de la policía y de los guardabosques acercándose hacia ellos.

Bakugo: Aquí vienen... -Dijo seriamente- ¿Puedes seguir corriendo? -Cuestiono-

Izuku: Si. –Dijo seriamente-

Bakugo: Entonces, corre. -Le ordeno-

Los dos hermanos comenzaron a correr por el bosque, lejos del alcance de la policía, pues si los atrapaban... No había esperanza de que sobrevivieran, pues ahora... Eran "Mutantes".

Bakugo: Sigue corriendo, y no voltees, hermano. -Dijo seriamente- ¡Corre! -Le ordeno-

Los dos siguieron corriendo en medio del bosque en plena noche, bajo la luz de la luna, sin saber que este sería el inicio... De una nueva vida.

Narrador Izuku: Aquella noche, Kacchan y yo huimos de nuestros hogares, en ese momento no lo sabía... Pero esa sería la última vez que vería a mi madre... Al menos... Durante muchos años.

//8 años después: En una bodega abandonada//

Narrador Izuku: Parece como si la vida que antes conocía nunca hubiese existido... Ha pasado tanto tiempo, Kacchan y yo nos hemos cuidado el uno al otro durante todo este tiempo, hemos tenido que aprender a vivir en las calles, viajando de un lado para el otro, usando nuestros poderes mutantes para obtener lo que necesitábamos y lo que quisiéramos. Pues al ser Mutantes, la gente nos veía con miedo y con desprecio, por lo que no podíamos confiar en nadie salvo en nosotros mismos, solamente nos teníamos el uno al otro, protegiéndonos entre nosotros, como hermanos.

Bakugo: ¿Cuánto más tardaran en llegar estos idiotas? -Dijo desesperado-

Izuku: Calma, Kacchan. -Dijo serio- Apenas han pasado 5 minutos, no desesperes. –Le sugirió-

Bakugo: Recuérdame otra vez, ¡¿Por qué carajos aceptamos este trabajo?! -Se quejó-

El peliverde suspiro con pesadez detestaba que su hermano fuera tan impaciente.

Izuku: Porque estos idiotas como tú los llamas, nos ofrecieron 500 millones de yenes a cambio de robar esta mercancía y entregarla intacta a nuestro comprador. –Dijo seriamente-

Bakugo: Si esta cosa vale tanto dinero, ¿Por qué no nos la quedamos nosotros? -Cuestiono- Estoy seguro de que nos pagarían que la miseria que nos ofrecieron. -Dijo astutamente-

Izuku: Tentador... -Sonrió- Pero preferiría evitar mancharme mi ropa de sangre esta vez. -Dijo seriamente- Estoy harto de tener que lidiar con esos desgraciados cada vez que rompes un acuerdo. –Dijo frustrado-

Bakugo: Solo fueron 3 veces. -Se justificó-

Izuku: Error, fueron 4. –Dijo serio- Lo que sucedió en Okinawa fue por culpa de tu avaricia. -Le recrimino-

Bakugo: Tsk, como sea... -No le tomo importancia-

Ambos estaban dentro de una bodega abandonada, esperando la llegada del cargamento que debían robar y entregar a sus compradores.

Narrador Izuku: Durante los últimos años, Kacchan y yo hemos aprendido a usar nuestros poderes para sobrevivir, ya sea robando dinero, comida, oh incluso teniendo que aceptar trabajos clandestinos como mercenarios, algo que nunca hubiese imaginado que pudiera hacer, pero cuando vives tantos años escapando, debes hacer lo necesario para que nadie pueda hacerte daño. Y durante ese transcurso de tiempo, hemos descubierto el verdadero alcance de nuestros poderes mutantes, como las garras que salen de mis nudillos, que son solo una parte de mi mutación, y al igual que yo, Kacchan también desarrollo sus propias garras, pero estas crecían en sus dedos, siendo similares a las garras de un animal salvaje, sin mencionar que Kacchan también poseía unos colmillos afilados en su boca, que lo hacían parecer un depredador.

Izuku: *Snif* Snif* -Olfateo algo- ¿Hueles eso? -Cuestiono-

El pelicenizo también detecto aquel aroma que lo hizo levantarse y mantenerse alerta.

Bakugo: Si... -Dijo seriamente- También puedo olerlo. –Sonrió astutamente

Izuku: Ya sabes que hacer, hermano. -Sonrió astutamente-

Bakugo: Por supuesto, hermano. –Sonrió maliciosamente-

El pelicenizo corrió hacia unas escaleras dentro de la bodega, para después dar un increíble salto sobrehumano que lo llevo hasta lo más alto de las escaleras interiores.

Izuku: Presumido. –Dijo burlón-

El peliverde se oculto entre las sombras de aquella bodega, solo para después escuchar como la puerta del almacén era abierta, y un camino de carga ingresaba al interior, junto con varios hombres que parecían ser parte del crimen organizado.

¿?: Bájenlo con cuidado, esta cosa vale más que todo este almacén y este camión juntos. -Dijo seriamente-

Los hombres descargaron una caja de madera, la cual tenían en su interior el objeto valioso que les habían encargado robar.

¿?: ¿Que están valioso dentro de esta caja que tuvo que ser transportado desde el extranjero? -Cuestiono-

¿?: ¡Eso a ti no te interesa! -Dijo fríamente- Solo has tu trabajo y no hagas preguntas estúpidas. –Dijo firmemente-

¿?: Si, si, lo que usted mande, jefe. -Dijo sin importancia-

Los hombres bajaron la caja con delicadeza, sin saber realmente que podría haber en el interior de esta, pero debía ser algo realmente valioso.

Izuku: Sin duda debe ser muy valioso. –Dijo sarcásticamente- De lo contrario, no habrían enviado a un montón de simios estúpidos a hacer el trabajo. -Dijo astutamente-

Los hombres se pusieron en guardia, sacando sus armas y apuntando hacia el adolescente peliverde, quien no parecía asustado al ver todas esas armas.

¿?: ¡¿Quién carajos eres?! -Exigió- ¡¿Como entraste aquí?! -Apunto su arma-

Izuku: Señores, no hay necesidad de que las cosas se pongan feas. –Dijo serio- Solamente tomare lo que haya dentro de esa caja, y les prometo que me iré sin hacerles daño. -Dijo fríamente-

Al escuchar la amenaza del peliverde, los hombres se echaron a reír, pesando que el adolescente era muy estúpido o estaba completamente demente.

¿?: ¿En serio? -Dijo arrogantemente- ¿Tu y cuantos más? -Dijo con malicia-

El peliverde sonrió astutamente, para después mirar hacia arriba.

Izuku: Que sepan que se los advertí. –Dijo astutamente- ¡Ahora! -Dio la señal-

Esa señal fue más que suficiente para que el peli cenizo saltara desde lo mas alto de las escaleras del almacén, solo para después caer encima de los hombres armados, dejando fuera de combate a la mitad del grupo.

Bakugo: Debieron escuchar la advertencia mientras podían. -Sonrió maliciosamente-

Los hombres restantes tomaron una distancia segura, apuntando sus armas sobre los dos hermanos.

¿?: ¡Maten a esos mocosos! -Ordeno a sus hombres-

Y siguiendo las ordenes de su jefe, los delincuentes abrieron fuego sobre los dos hermanos, lanzando una lluvia de balas sobre ellos.

Izuku: ¡¡ARGH!! -Grito de dolor-

Bakugo: ¡¡GRRR!! -Gruño furioso-

Tras recibir los cientos de impactos de balas, finalmente las armas de los delincuentes se quedaron sin munición, pensando que habían eliminado a los dos adolescentes... Pero que equivocados estaban.

¿?: Mocosos insolentes... -Dijo con arrogancia- No debieron meter sus narices en nuestros asuntos. –Dijo serio- Bueno, será mejor que retomemos nuestro trabajo, antes de que...

*¡¡¡SHRRRIIIPPP!!!*

El jefe de los criminales no termino de hablar, cuando sintió como algo perforo su espalda, solo para después voltear su cabeza y observar como el adolescente peliverde... Lo había apuñalado con unas garras hechas de hueso.

Izuku: Mala elección... -Dijo fríamente-

El cuerpo del peliverde al igual que el de Bakugo, estaban llenos de agujero de balas, pero en lugar de sangrar... Las heridas de bala comenzaron a cerrarse en cuestión de segundos, y sus cuerpos expulsaron las balas incrustadas dentro de ellos.

Narrador Izuku: Pero lo más asombroso de nuestro poder Mutante... Era nuestra increíble capacidad de autoregeneración, a pesar de que sentíamos dolor como cualquier persona, las heridas que recibíamos sanaban en cuestión de segundos, sin importar que tan letales u horribles fueran las heridas, siempre sanábamos.

El peliverde saco sus garras y arrojo el cuerpo inerte del criminal a un lado, para después empezar a sacar lentamente las garras de su otra mano, algo que sorprendió y asusto a algunos de los criminales.

Bakugo: ¿Que sucede? -Sonrió con superioridad- ¿Acaso están asustados? -Dijo astutamente-

El pelicenizo saco las garras de sus dedos, formando unas garras amenazantes de hueso.

¿?: N-No puede ser... -Dijo alterado-

¿?: E-Ellos son... -Dijo aterrado-

¿?: ¡Son Mutantes! -Dijo alarmado-

Al escuchar eso, los hombres restantes comenzaron a cargar sus armas de fuego, pero los hermanos mutantes no iban a darles la oportunidad de volver a atacar.

Narrador Izuku: Otra cosa que aprendimos estando solos durante tantos años en las calles... Es que los héroes no estarán ahí para salvarte, el único que puede salvarte cuando tu vida corre riesgo... Eres tú mismo. Y solo tú decides si eres la presa... O... Eres el depredador.

Bakugo: ¿Listo, hermano? -Sonrió astutamente-

Izuku: Cuando quieras, hermano. –Sonrió igualmente-

Y sin más que decir, ambos hermanos con sus garras listas se abalanzaron sobre los criminales.

Izuku/Bakugo: ¡¡¡RRROOOAAAARRRRGGGHHH!!! -Rugieron como animales salvajes-

El peliverde se lanzo contra tres hombres, los cuales trataron de dispararle, pero el peliverde desvió sus armas con sus garras, para después perforar la garganta de uno de los criminales, luego le arrebataría su arma y comenzaría a disparar a diestra y siniestra contra los dos criminales restantes.

¿?: ¡Aléjate de mí! -Grito desesperado mientras disparaba-

El pelicenizo comenzó a correr a cuatro patas como si fuera un animal, dando saltos y giros mientras esquivaba los disparos, para después dar un gran salto y caer encima del criminal, y finalmente degolló al criminal con sus garras.

Bakugo: Esta es mi parte favorita. –Sonrió siniestramente-

El pelicenizo se abalanzo sobre el resto de los criminales, lanzando zarpazo y cortes profundos con sus garras de hueso, provocando heridas profundas en sus enemigos, para finalmente destripar el último de los criminales, dejando un rastro de sangre y muerte a su paso.

Bakugo: Que decepcionante. –Dijo serio- Esperaba más de estos idiotas. –Dijo con ligera decepción-

El peliverde saco sus garras del pecho del último criminal que mato y se acercó al pelicenizo.

Izuku: Al menos nos ahorramos las molestias de tener que huir con el cargamento. -Dijo serio-

Bakugo: Cierto, pero yo esperaba aún más emoción. -Dijo seriamente-

Los dos hermanos se acercaron a la caja de madera, el peliverde uso sus garras para cortar las sogas y abrir la caja, pensando que se encontrarían con armas, oro, joyas o alguna clase de mercancía valiosa, pero en su lugar...

Bakugo: ¿Que mierda es esto? -Dijo confuso-

El peliverde saco el contenido de la caja, sosteniendo en sus manos lo que pareció ser una especie de... ¿Roca?

Izuku: ¿Todos estos problemas por una simple roca? -Dijo indignado y confuso-

La roca parecía ser una especie de mineral, pero no parecía ser nada valioso como plata, acero o bronce.

Bakugo: ¿Qué más da si no es valioso? -Dijo sin importancia- De todas maneras, nos van a pagar por el. –Dijo serio-

Izuku: No. –Dijo serio- Todas estas molestias por esta roca, no pueden ser mera coincidencia. -Dijo analíticamente- Alguien quiere esta cosa por alguna razón. –Dijo seriamente- Y yo quiero saber, ¿Por qué? 

Pero antes de que el pelicenizo pudiera dar su opinión, el sonido de varias patrullas acercándose, llamaron la atención de los dos hermanos.

Bakugo: Y yo quiero irme de aquí, antes de que lleguen más problemas. -Dijo seriamente-

El peliverde guardo el pedazo de roca en una mochila que tenía uno de los criminales que mato y se la puso.

Izuku: Hay que irnos de aquí. -Dijo ordeno-

Los dos hermanos salieron de la bodega, corriendo por los callejones de la ciudad, hasta llegar al lugar que podrían llamar... Su hogar.

//Dentro de un edificio departamental//

Los hermanos habían llegado a su hogar, un edificio departamental de clase baja, y aunque no parecía ser la gran cosa, el lugar era perfecto para pasar desapercibidos entre la gente.

Bakugo: Bueno, ese trabajo sí que fue un fiasco. -Se quejó-

Izuku: Aun no terminamos. –Dijo serio- Debemos entregarle esto al cliente y recibir el pago, solo entonces habremos terminado. –Explico-

Bakugo: Tsk, bien. –Dijo a regañadientes- Pero el próximo trabajo que aceptemos, lo elegiré yo. –Dijo serio-

Izuku: Claro, como sea. -Dijo sin importancia- Pero no olvides que debemos seguir moviéndonos. -Dijo seriamente-

Bakugo: ¿Todavía piensas que nos están buscando? -Cuestiono- Ya pasaron 8 años, de seguro ya se olvidaron de nosotros. –Dijo con rencor-

Izuku: -Suspiro- Es posible... -Dijo con pesadez-

El apartamento en el que vivían era solo una habitación con recamara, baño y una cocina pequeña, y dos camas individuales. El peliverde se acerco al balcón de su departamento, mirando hacia la luna.

Izuku: *Mamá...* -Pensó nostálgicamente- *¿Ya te habrás olvidado de mí?* -Pensó seriamente-

Pero el solo recordar a su madre, también le hizo recordar a su padre... Y la forma trágica en la que murió.

Izuku: *Papá...* -Pensó seriamente-

Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando Bakugo encendió la televisión de su departamento, la cual estaba transmitiendo las ultimas noticias, las cuales para su desgracia... Estaba relacionada con el incidente en la bodega abandonada.

*Noticiario: En otras noticias, hace unas horas, un grupo de criminales que han sido identificados como un grupo de contrabandista, fueron hallados sin vida dentro un almacén abandonado. –Informo- Lo más extraño, es que los contrabandistas tienen claros signos de haber sido atacado por alguna especie de animal salvaje, pues sus cuerpos estaban cubiertos de cortes, desgarros y otros signos de salvajismo animal. –Informo-*

Ambos hermanos se miraron entre sí, pues técnicamente no fue un animal salvaje lo que acabo con ellos, pero era casi parecido.

*Noticiario: Este caso ha sido asociado con los últimos casos de este año, donde varios grupos criminales han sufrido de heridas similares. –Informo- Las autoridades no han podido identificar al autor de estos ataques, pero según la opinión pública, se cree que podría tratarse de algún "Mutante" no registrado o incluso un posible villano con poderes Mutantes. -Informo-*

Bakugo: Claro, siempre culpando de todo a los Mutantes. -Dijo molesto-

Izuku: Pues técnicamente, si fueron dos mutantes los que hicieron eso, ¿Lo olvidas? -Dijo sarcásticamente-

Bakugo: ¡Cállate! -Dijo serio-

*Noticiario: Los constantes casos relacionados con Mutantes en el país, ha obligado al gobierno a tomar medidas severas. -Dijo seriamente- En respuesta a estos sucesos, la División de Respuesta Mutante, mejor conocidos como la "M.R.D." ha decretado que todo Mutante que no haya sido registrado, será considerado enemigo de la ley, será procesado y encarcelado. -Informo- Los héroes profesionales colaboraran con la M.R.D. en esta lucha por restablecer la paz, la amenaza Mutante debe ser detenida...*

Bakugo apago el televisor, ya había tenido suficiente de escuchar a toda esa gente que protestaba en contra de los Mutantes.

Bakugo: ¡¿Ahora los héroes ayudan a esos malditos a cazarnos?! -Dijo indignado- ¡Esto es una mierda! -Dijo molesto-

Izuku: Ya lo creo. -Dijo igual-

El peliverde salió al balcón a tomar aire y a serenar su mente.

Izuku: *No entiendo por qué la gente detesta tanto a los Mutantes* -Pensó molesto- *Cuando los Dones comenzaron a aparecer en todo el mundo, hubo un periodo de caos entre la sociedad, pero los Dones fueron aceptados con el paso del tiempo...* -Pensó seriamente- *Pero cuando el gen Mutante que otorgaba los Dones comenzó a evolucionar, la gente empezó a temerle a todo aquel cuyo Don fuera más fuerte y poderoso que los demás* -Reflexiono-

El peliverde siguió mirando la luna, recordando aquella vieja historia que su madre le conto cuando era niño.

Narrador Izuku: La realidad de la sociedad, era que las personas que poseían un Don, eran en realidad un paso en la siguiente escala evolutiva de la humanidad, pero cuando los Dones comenzaron a mutar y evolucionar mas allá de su estado natural, al grado de volver a las personas comunes en seres sumamente poderosos y sin límites en cuanto a poder y fuerza. Pues los Mutantes a diferencia de los humanos normales con Dones, no tienen debilidades físicas, ni tampoco se desgastan al usar continuamente su poder, siendo casi imparables.

Izuku: -Suspiro- Sera mejor descansar, mañana tenemos un paquete que entregar. -Dijo seriamente- Aunque sin entender, ¿Por qué alguien se tomaría tantas molestias por obtener un simple pedazo de roca? -Se cuestionó-

El peliverde regreso al interior de su departamento, sin saber que al día siguiente... Las cosas volverían a dar un giro en su vida.

//Al día siguiente: Dentro de un edificio en construcción//

El comprador de aquella extraña roca había citado a los dos hermanos en un edificio a medio construir al sur de la ciudad, donde esperaban recibir su pago y después marcharse de la ciudad.

Izuku: ¿Crees que llegamos muy temprano? -Cuestiono-

Bakugo: Más bien, creo que es el quien llega tarde. –Dijo irritado-

Su comprador los había citado hace más de una hora y no parecía haber rastro de su misterioso comprador, algo que irritaba bastante a Bakugo.

Bakugo: ¡Te dije que deberíamos habernos olvidado de este trato! –Dijo serio- Está claro que el comprador se enteró de lo que había dentro del camión, era un simple pisa papeles y decidió romper el trato. –Dijo molesto-

Izuku: ¡¿Como íbamos a saber que lo que buscábamos era en realidad algo sin valor?! -Dijo molesto- Puede que el encargo haya sido en realidad una distracción y solo nos utilizó para desviar la atención de esos mercenarios. –Dijo analíticamente-

Ambos hermanos estaban frustrados, no solo no obtuvieron nada de valor, sino que posiblemente su contrato haya sido un engaño.

Bakugo: No tiene sentido seguir aquí esperando. -Dijo frustrado- Larguémonos de aquí, quizás encontremos algo mejor en otra ciudad. -Dijo seriamente-

Izuku: -Suspiro- Si, quizás tengas razón... -Dijo cediendo a la petición de su hermano-

Pero justo cuando los hermanos estaban por retirarse de aquel lugar...

Izuku: *Snif* Snif* -Olfateo algo que no le gusto- Algo no está bien... -Se puso alerta-

El pelicenizo también lo olfateo y no solo eso, también pudo escuchar algo que se acercaba hacia ellos.

Izuku: Mierda... -Dijo molesto- ¡Es una trampa! -Alerto a su hermano-

*¡¡¡KABOOOMMM!!!*

Una pared fue volada en pedazos justo detrás de ellos, y a pesar de que la explosión los aturdió, se levantaron de inmediato, solo para observar a varios soldados bajando por los pisos superiores del edificio en construcción.

Bakugo: Maldición... -Dijo molesto- ¡Sabia que este trato era una porquería! -Dijo frustrado, sacando sus garras-

Izuku: ¡No hay tiempo para quejarse, tenemos que salir de aquí! -Ordeno-

Los dos hermanos salían por donde entraron, pero un pelotón de soldados armados los esperaba, obligándolos a tomar otro camino, pero allá a donde fueran siempre había soldados esperándolos con sus armas apuntándoles.

Izuku: ¡De espaldas! -Ordeno, mientras sacaba sus garras de huesos-

Ambos se pusieron espalda contra espalda, estaban siendo acorralados por los cientos de soldados, pero lo más extraño de todo, era que estos soldados no parecían ser del ejercito ni mucho menos tenían las siglas de la División de Respuesta Mutante.

Izuku: *No tiene sentido, ¿Quiénes son estos sujetos?* -Se preguntó- *No parecen ser del gobierno, ni tampoco tienen el aspecto de ser mercenarios, ¿Para quién trabajan estos sujetos?* -Pensó seriamente-

Bakugo: ¿Alguna idea de cómo salir de esta, hermanito? -Dijo seriamente-

Izuku: Podríamos intentar abrirnos paso entre todos estos hombres armados, pero nos superan en número. -Dijo analíticamente- Sin mencionar, que es posible que sus armas estén cargadas con tranquilizantes en lugar de balas normales. –Dijo seriamente-

Bakugo: -Suspiro- Entonces mi olfato no me mentía, estos sujetos no vinieron a matarnos... -Dijo seriamente-

Izuku: Vinieron a capturarnos. –Dijo fríamente-

En efecto, todo esto fue una trampa orquestada para capturar vivos a los dos Mutantes.

Bakugo: ¿Cuánto crees que podamos resistir antes de que los tranquilizantes nos hagan efecto? -Cuestiono-

El peliverde observo todas las armas, estaba claro que en cuanto abrieran fuego, sería solo cuestión de minutos antes de caer bajo los efectos de los tranquilizantes.

Izuku: Me temo que no lo suficiente... -Dijo con pesadez-

El pelicenizo gruño furioso, pero no estaba dispuesto a ser capturado sin pelear, no había llegado tan lejos como para caer ante un montón de soldados desconocidos.

Bakugo: Tsk, a la mierda... -Dijo molesto- ¡¡¡ROOOAAAARRRRGGHHH!!! -Rugió con ferocidad-

Izuku: ¡¡¡ROOOOAAAAARRRGHHH!!! -Rugió de igual forma-

Ambos hermanos se lanzaron al combate, atacando a diestra y siniestra con sus garras, pero justo como había dicho el peliverde, los soldados no dudaron en disparar los tranquilizantes en cuanto estos comenzaron a atacar. Los hermanos masacraron a tantos soldados como pudieron, pero inevitablemente, los disparos constantes de tranquilizantes comenzaron a pasarles factura, y al final ambos hermanos... Terminaron cediendo y cayeron inconscientes, para finalmente ser capturados por los soldados restantes, sin saber lo que les deparaba a ambos.

//Dentro de una celda en un lugar desconocido//

Los dos hermanos despertaron, sintiéndose desorientados, cansados y bastante frustrados.

Bakugo: Malditos soldados... -Gruño molesto-

Izuku: Hace tiempo que no me sentía así, desde nuestro robo en Hokaido. -Sintió una jaqueca-

Ambos se encontraban encerrados en lo que parecía ser una celda, no había ventanas ni barrotes, solo una fría y oscura habitación, donde su única fuente de luz era la rendija de la puerta de la celda.

Izuku: Creo que hemos estado inconscientes por un par de horas. –Dijo serio- Aun veo la luz del sol. -Señalo la puerta-

Bakugo: ¡¿A quién carajos le importa si es de día o no?! -Gruño molesto- ¡Yo solo quiero salir de este lugar! -Dijo molesto-

Sin embargo, el pelicenizo no pudo ni dar dos pasos cuando se percató de que sus piernas estaban encadenadas, al igual que las del peliverde.

Izuku: -Suspiro- Mejor ponte cómodo. -Dijo con pesadez- Algo me dice que la persona detrás de todo esto vendrá a vernos muy pronto. -Dijo seriamente-

Bakugo: ¡¿Como puedes estar tan seguro de que alguien vendrá a vernos?! -Se quejó-

Izuku: Si esos soldados en verdad nos hubieran querido ver muertos, habrían volado todo el edificio y nos hubieran enterrado vivos. –Dijo seriamente- Créeme, sea quien sea el responsable, nos quiero vivos de momento. –Dijo analíticamente-

Justo entonces, ambos escucharon pasos acercándose hacia su celda, ambos se pusieron en alerta por si las dudas. La puerta se abrió, dejando ver a un hombre con atuendo militar y de rasgos norte americanos.

¿?: Me alegra que por fin hayan despertado. –Dijo seriamente-

Izuku: ¿Usted quién es? -Dijo seriamente-

¿?: Soy el coronel "William Stryker". -Sonrió astutamente- Y por si se lo preguntaban, mi madre era japonesa y mi padre un soldado americano. –Explico- Pero les aseguro que trabajo para esta nación. -Dijo seriamente-

Los dos hermanos se miraron entre sí, pues les parecía algo extraño que un sargento se hubiera tomado tantas molestias, solo para capturar a un par de adolescentes Mutantes.

Stryker: Según los informes de mis soldados... -Reviso un portapapeles- Antes de que los tranquilizantes hicieran efecto, ustedes consiguieron acabar con al menos 50 de mis mejores soldados. –Leyó el informe-

Bakugo: Perdí la cuenta después de desgarrarle el cuello a por lo menos 10 de sus hombres. -Sonrió arrogantemente-

Izuku: ¿Quieres cerrar la boca? -Dijo seriamente-

Stryker: Pero eso no es todo... -Sonrió astutamente- También hay informes que los vinculan con muchos robos, asesinatos y desapariciones de varios grupos de crimen organizado en Tokio. –Siguió leyendo el informe-

Bakugo: En nuestra defensa, fueron ellos quienes nos vinieron a buscar para asesinarnos. –Dijo serio- Nosotros simplemente nos tomamos las molestias de saludarlos. –Dijo con sarcasmo-

Izuku: Kacchan, hablo en serio... -Dijo irritado-

El coronel siguió leyendo los informes relacionados con los hermanos Mutantes, encontrando datos de su ultimo atraco y sobre el contenido que robaron, teniendo cierto interés en lo que habían robado.

Stryker: A simple vista, muchos creerían que son simplemente delincuentes juveniles que tomaron malos caminos, pero yo sé lo que son en verdad... -Dijo astutamente- Reconozco a un par de "Mutantes" cuando los veo. –Dijo seriamente- Sobre todo cuando tienen filosas garras capaces de destripar a todo un pelotón de soldados. -Dijo astutamente-

Los dos hermanos se tensaron, quizás no eran muy discretos que digamos, pero es casi difícil diferenciar a un Mutante de alguien con un Don poderoso, a menos que dicha mutación sea físicamente notoria o su poder este por encima de la escala normal de poder de un Don común.

Stryker: Mas de 150 disparos de tranquilizantes confirmados y, aun así, los dos consiguieron acabar con la mitad de mis hombres antes de caer bajo los efectos de los tranquilizantes. –Dijo seriamente- Bastante impresionante, ningún humano normal podría haber soportado dicha cantidad de sedantes, a no ser que sea un Mutantes. –Dijo astutamente-

Izuku: ¿Va a seguir hablando de nuestras increíbles hazañas o ira directo al grano? -Dijo irritado-

Bakugo: ¿Que quiere de nosotros, anciano? -Dijo molesto-

El coronel sonrió, pues no esperaba menos de dos mutantes bastante sobresalientes como ellos.

Stryker: Quiero que ustedes trabajen para mí. -Sonrió astutamente-

Eso ultimo dejo aún más confundidos a los hermanos, pues les habían tendido una trampa, les dispararon con tranquilizantes, los encerraron dentro de una celda y ahora viene un coronel del ejército para decirles que los quiere contratar.

Izuku: Debe estar bromeando. -Dijo sin creerle en absoluto-

Bakugo: Como si nos fuéramos a tragar esa mierda de mentira. -Dijo fríamente-

El coronel no mostro disgusto ni ninguna otra emoción, pues la reacción de ambos era de esperarse para él.

Stryker: ¿Ya se cansaron de correr? -Cuestiono- Tratando de negar su naturaleza. –Dijo seriamente-

Bakugo: ¿Y eso a usted que le importa? -Dijo cortantemente-

Stryker: Porque los necesito, sé muy bien lo especiales que son... -Sonrió astutamente- Lo que valen realmente. -Dijo serio-

A pesar de sus palabras, los dos hermanos aun tenían dudas y sospechas sobre las verdaderas intenciones del coronel, pues tanto tiempo siendo odiados y temidos por las personas comunes, genera cierta desconfianza en personas que arman todo un plan militar solo para reclutarte.

Izuku: ¿Por qué deberíamos creer lo que nos está diciendo? -Cuestiono- Durante toda nuestra vida, la gente nos ha temido y odiado solo por ser Mutantes, ¿Por qué deberíamos darle el beneficio de la duda? -Dijo fríamente-

Stryker: -Suspiro- Escuchen, si quieren pueden quedarse encerrados aquí hasta que las autoridades o el M.R.D. decidan qué hacer con ustedes, y pueden seguir siendo tratados como fenómenos de la naturaleza... -Dijo fríamente- O pueden unirse a mí. -Dijo seriamente- Reúno a personas con talentos especiales como ustedes, con privilegios especiales... -Sonrió astutamente-

Eso ultimo llamo la atención de los dos hermanos, pues en todos sus años sobreviviendo en las calles, jamás habían conocido a otros mutantes, a pesar de que hay cientos de ellos allá afuera.

Stryker: Ahora díganme, ¿Cómo les gustaría servir a su nación? -Sonrió astutamente-

Los dos hermanos se miraron entre sí, por muy bueno que pareciera el trato que le estaban ofreciendo, ellos no eran tan ingenuos para pensar que no había una artimaña detrás de todo esto, pero incluso si se negaban a aceptar, ¿Que otras opciones tenían? Era aceptar su trato o ser encerrados por el M.R.D. y en el peor de los casos, ser tratados como ratas de laboratorio.

Izuku: ¿Que ganamos nosotros si aceptamos? -Cuestiono-

El coronel sonrió astutamente, pues había conseguido lo que quería de estos dos jóvenes Mutantes.

Stryker: Primero que nada, su libertad condicional. –Dijo serio- Segundo, serán asignados a mi división privada, en donde recibirán el entrenamiento necesario para operar bajo mis ordenes. –Explico- Y a cambio, ustedes no solo recibirán un cuantiosa suma de dinero, sino que, además, tendrá la libertad de poder actuar como realmente son en el campo de batalla. –Dio seriamente-

A Bakugo pareció interesarle eso último, pues desde que adquirió sus poderes mutantes, siempre sintió que la sociedad actual limitaba su libertad, y el hecho de poder actuar libremente y sin restricciones en su nuevo trabajo, le pareció sumamente tentador.

Stryker: Entonces, ¿Que deciden? -Cuestiono-

El peliverde miro a su medio hermano, esperando alguna clase de rechazo ante tal oferta, pero el pelicenizo parecía ciertamente interesado, y aunque el peli verde no quería admitirlo, ciertamente la oferta era tentadora.

Izuku: ¿Cuándo empezamos? -Dijo seriamente-

El pelicenizo asintió, los dos hermanos aceptaron la oferta del coronel Stryker, quien pareció ciertamente satisfecho con su respuesta.

Stryker: Prepárense soldados, porque si antes pensaron que las calles eran difíciles... -Dijo serio- No tienen idea de lo que les espera en su entrenamiento. –Sonrió astutamente-

Narrador Izuku: Y fue así como Kacchan y yo, nos embarcamos en esta nueva etapa de nuestras vidas, dejando atrás la vida como delincuentes juveniles y ladrones, solo para convertirnos en mercenarios bajo el mando del coronel William Stryker. Pero lo que no supimos en ese momento... Fue que al haber aceptado la oferta de Stryker... Habíamos cometido un terrible error que ambos lamentaríamos en el futuro.

//Un año después: Dentro de una base militar en una ubicación desconocida//

En una sala de entrenamiento, los dos hermanos Mutantes tenían una sesión de combate uno contra uno, mientras los supervisaba un comandante.

Bakugo: Vamos, hermanito... -Sonrió astutamente- ¿Eso es lo mejor que tienes? -Dijo con arrogancia-

El peliverde gruño en respuesta y se lanzó hacia Bakugo, lanzando una serie de puñetazos y patadas, pero el pelicenizo bloqueaba sin problemas, para después sujetar la pierna del peliverde, después lo hizo girar y lo arrojo contra la lona.

Izuku: ¡Argh! -Se quejó tras el impacto-

Bakugo: ¿Que te pasa, hermanito? -Dijo en tono burlón- ¿No me digas que ya te cansaste? Si apenas estamos calentando. –Dijo astutamente-

El peliverde se levantaría bastante molesto, se suponía que era un simple entrenamiento de combate, pero el pelicenizo se lo estaba tomando demasiado en serio, así que... También iría en serio.

Izuku: ¿Alguna vez cierras esa maldita boca? -Dijo molesto-

Bakugo: Ohh, acaso herí tus sentimientos. -Dijo burlonamente-

El peliverde se hartó y decidió atacar en serio, sacando sus garras de hueso, se abalanzo sobre el pelicenizo.

Izuku: ¡¡¡ROOOAAAARRRGHHH!!! -Rugió salvajemente-

El pelicenizo sonrió salvajemente, pues le encantaba cuando su hermano decidió atacar con todas las intenciones de matarlo.

Bakugo: Por fin, algo emocionante. –Sonrió astutamente-

El pelicenizo hizo crecer las garras de sus manos, para después correr como un animal salvaje en dirección al peliverde.

Izuku/Bakugo: ¡¡¡GRRROOOAAAARRRGGHHH!!! -Rugieron como animales salvajes-

El peliverde lanzo tres zarpazos contra el torso del peli cenizo, pero este sujetaría el brazo del peliverde y lo azotaría contra el suelo, para después colocarse encima de este y enterraría sus garras en el pecho del peliverde de manera brutal.

Izuku: ¡¡¡AAAAARRRRGGGHHH!!! -Rugió de dolor-

El peliverde en respuesta lanzaría un feroz zarpazo contra el rostro de Bakugo, haciéndolo retroceder por el dolor, para después embestirlo con fuerza y tumbarlo contra el suelo.

Izuku: ¡¡¡GRRRAAAAARRRGHH!!! -Rugió furioso-

Usando sus garras de hueso, el peliverde clavaria sus garras una y otra vez contra el torso del pelicenizo de manera furiosa y salvaje, cegado por la ira.

Bakugo: ¡¡¡ROOOAAARRRGGGHHH!!! -Lanzaría un rugido-

El pelicenizo sujetaría ambas manos del peliverde, comenzando un forcejeo en el cual el pelicenizo tenía mayor ventaja, logrando desenterrar las garras de hueso de su cuerpo.

Izuku: ¡¡¡GRRR!!! -Gruño furioso-

Bakugo: Nada mal, hermanito... -Sonrió salvajemente-

El pelicenizo se pondría de pie mientras sujetaba los brazos del peli verde, solo para después soltar una de sus manos y después sujetar al peliverde por el cuello, casi ahogándolo.

Izuku: ¡URGH! -Sintió como el aire dejaba de llegar a sus pulmones-

Bakugo: Pero aun te falta mucho para poder vencerme. –Sonrió con arrogancia-

El pelicenizo acerco sus garras al rostro del peliverde en señal de amenaza y superioridad.

Bakugo: Quizás deba recordarte quien es el verdadero macho alfa. -Dijo con malicia-

El peliverde saco nuevamente sus garras de hueso, listo para contratacar ante la más mínima señal de ataque.

Comandante: ¡Es suficiente! -Dijo firmemente- Bakugo, suelta a Midoriya. –Dijo seriamente- ¡Ahora! -Ordeno-

El pelicenizo gruño con molestia a su comandante, tenía tantas ganas de destriparlo de adentro hacia afuera, pero mientras trabajase para Stryker, tenía prohibido matar a sus hombres.

Bakugo: Tsk, aguafiestas. –Se quejó-

El pelicenizo soltó al peliverde, quien cayó al suelo y recuperaba el aliento tras perder nuevamente contra su hermano.

Izuku: Maldito seas... Kacchan... -Se quejó- ¿Acaso querías matarme? -Replico-

El pelicenizo sonrió con superioridad, para después caminar a paso ligero hacia la puerta de salida.

Bakugo: ¿De qué te quejas? -Dijo astutamente- No importa cuantas veces te destripe o te desgarre, siempre te recuperas. –Sonrió arrogantemente- Avísame cuando quieras la revancha, hermanito. –Dijo presumidamente-

El peliverde gruño con molestia a su medio hermano, mientras veía como este salía de la sala de entrenamiento.

Comandante: Es todo por hoy, Midoriya. -Dijo seriamente- Vete a descansar, mañana tiene otro entrenamiento programado a las setecientas horas. -Dijo firmemente-

Izuku: Si, comandante. –Dijo a regañadientes-

El peliverde salió de la sala de entrenamiento y comenzó a caminar por los pasillos de la base.

Narrador Izuku: Había pasado casi un año desde que Stryker nos recluto para su equipo especial, pero a pesar de que prometió que trabajaríamos con otros Mutantes, Bakugo y yo preferimos trabajar solos, pues solamente confiábamos entre nosotros y nada más... O al menos así era. Durante todo un año, fuimos entrenados y adiestrados en técnicas de combate, manejo de armas y todo el entrenamiento militar requerido, y aunque en un principio estaba bien, con el paso del tiempo, Kacchan se hizo cada vez más fuerte a pesar de que ambos recibíamos el mismo entrenamiento. A veces Stryker nos asignaba misiones que requerían de nuestras habilidades y en todas esas misiones, Kacchan siempre dejaba salir su lado salvaje, sin importar contra qué clase de enemigo se enfrentara, él no tenía ninguna clase de piedad.

Izuku: Maldita sea, Kacchan. -Dijo molesto-

El peliverde observo las heridas que le había infligido, las cuales comenzaron a curarse en segundos, pero a diferencia de los primeros días, esta vez, su hermano había ido con todas las intenciones de matarlo como si fuera su enemigo.

Narrador Izuku: La diferencia de habilidad, fuerza y brutalidad entre Kacchan y yo, se hizo cada vez más notoria... Al igual que su falta de humanidad, como si Kacchan realmente disfrutara actuar como un animal salvaje, algo que yo nunca acepte y trate de mantener a raya, y eso quizás explicaría porque mi propio hermano me consideraba alguien débil, únicamente por negar mi lado salvaje.

El peliverde llego a la habitación que compartía con Bakugo, para después sentarse en su cama mientras veía sus garras de hueso, las cuales apenas habían conseguido dañar al pelicenizo.

Izuku: *Si tan solo fuera más fuerte...* -Miro sus garras- *Quizás Kacchan dejaría de verme como alguien inferior y me trataría con mas respeto como lo hacía antes de trabajar como soldados* –Pensó seriamente-

¿?: Un día difícil, ¿No? 

El peliverde fue sacado abruptamente de sus pensamientos cuando vio a alguien parado frente a la puerta de su habitación.

Izuku: ¿Qué quieres, Stryker? -Dijo cortantemente-

El hombre que los había contratado a él y a su hermano, quien también había supervisado de cerca su entrenamiento y sus misiones, se acercó al peliverde.

Stryker: He visto los informes de tu progreso y también los de Katsuki. -Dijo serio-

Izuku: ¿Y qué? ¿Viniste para echarme en cara la diferencia de fuerza entre Kacchan y yo? -Dijo molesto- Ya he tenido suficiente por este día. -Dijo fríamente-

El peliverde se paró de la cama y se disponía a irse a otro lugar donde no tuviera que ver a Stryker o escuchar nada más acerca de su hermano.

Stryker: Se que deseas hacerte más fuerte, Izuku. -Dijo serio- No solo para que tu hermano deje de verte como alguien inferior, sino también por que deseas superarlo, ¿No es verdad? -Dijo enigmáticamente-

El peliverde se detuvo en seco, conocía a Stryker desde hace tiempo, era un hombre que siempre tenía segundas intenciones entre manos, pero el que haya venido personalmente a hablar con él, significaba que quería algo de él.

Izuku: Cualquier soldado desea hacerse más fuerte, ¿Que tiene eso de raro? -Dijo seriamente-

Stryker: Es verdad, muchos soldados desean ser fuertes para proteger a su nación, a sus familias, o simplemente por que desean llegar a lo más alto en cuanto a rango militar. –Explico- Sin embargo, tu determinación de hacerte más fuerte va más allá de tu trabajo como soldado. –Dijo analíticamente- ¿Qué es lo que realmente te motiva a querer ser más fuerte? -Cuestiono-

El peliverde mantuvo silencio, no le veía ningún sentido hablar de estas cosas con Stryker. Pero quizás... Su principal razón de querer ser mucho más fuerte de lo que es ahora, se deba a algo que sucedió hace tantos años, algo que cambio su vida.

*¡¡¡BANG!!!*

*Inko: ¡¡HISASHI!! -Grito horrorizada- ¡¡¡AAAAHHHHHH!!!*

Los recuerdos de aquella noche... La noche en que lo perdió todo... La noche en que se convirtió en lo que es ahora. Esos recuerdos aún lo seguían atormentado, se sentía frustrado y molesto consigo mismo por no evitar lo sucedido a su padre, incluso sabiendo que no había nada que hubiera podido evitarlo, no podía dejar de culparse por su debilidad.

Izuku: *Fui un cobarde al huir de mi hogar...* -Pensó frustrado- *Y fui un cobarde al abandonar a mi madre...* -Pensó seriamente- *De haber sido más fuerte... Quizás Kacchan y yo no estaríamos pasando por todo esto* -Pensó con arrepentimiento-

Stryker: Sean cuales sean tus razones por querer hacerte más fuerte, me temo que no son suficientes para poder equipararte a la fuerza de tu hermano. -Dijo fríamente-

Izuku: No soy como Kacchan. –Dijo seriamente- Tu querías aun animal salvaje al cual poder usar como arma, pues ya tienes a mi hermano. -Dijo fríamente- No me necesitas en absoluto. –Se dispuso a marcharse-

Stryker: ¿Y si te dijera...? -Dijo serio- Que puedo hacerte aún más fuerte que Katsuki. –Dijo seriamente-

Eso tomo por sorpresa al peliverde, pues no creía que existiera una forma de ser más fuerte que su hermano, después de todo, Kacchan y el eran de los soldados más fuertes al servicio de Stryker, no solo físicamente, sino también por su mutación.

Izuku: ¿Que tan fuerte? -Cuestiono-

Stryker: Mucho más fuerte que el. -Sonrió astutamente- Te puedo dar las herramientas para ser diez veces más fuerte e indestructible que Katsuki. -Explico-

Por muy tentador que sonaba, el peliverde conocía lo suficientemente a Stryker para saber que había una artimaña en todo esto.

Izuku: ¿Que ganarías tu con hacerme más fuerte que Kacchan? -Cuestiono

Stryker: Tu hermano es prometedor, un buen agente en el campo, pero... -Dijo seriamente- También es muy irresponsable, temerario, egocéntrico y no duda en actuar libremente por su propio beneficio. -Explico- Tarde o temprano, eso podría ser un riesgo para todos. -Dijo seriamente-

Izuku: ¿Para todos...? -Dijo seriamente- ¿O para ti? -Dijo fríamente-

El coronel sonrió astutamente, estaba claro quién de los dos hermanos eran en realidad el más astuto.

Stryker: Te prometo dos cosas... -Dijo serio- Sufrirás más dolor que cualquier hombre puede llegar a soportar, pero tendrás obtendrás lo que deseas... -Sonrió astutamente-

El peliverde lo medito por unos segundos, estaba claro que tendría que pagar un alto precio por aceptar esto, pero también sabía que, si Stryker le estaba ofreciendo esta oportunidad en lugar de a su hermano, era por que el creía que podría manejarlo mejor de lo que lo haría Kacchan.

Izuku: Si lo hago, debes prometer que Kacchan no se enterara de esto. –Dijo seriamente- Puede que últimamente este actuando como un idiota, pero sigue siendo mi hermano y no quiero que intervenga. –Dijo fríamente-

Stryker: Descuida, esto será altamente ultrasecreto. –Explico- Solo unas pocas personas saben de este proyecto, y te aseguro que Katsuki jamás se enterara de esto. –Dijo seriamente- Te doy mi palabra.

El peliverde suspiro con pesadez sabía que posiblemente se arrepentiría de esto, pero salvo por su hermano... El peliverde ya no tenía nada que perder.

Izuku: Lo hare. –Dijo decidido- ¿Que tengo que hacer? -Cuestiono-

El coronel sonrió satisfecho, pues nuevamente, todo estaba saliendo según sus planes, pues si de algo podía estar seguro... Era que Izuku Midoriya era el sujeto ideal para su nuevo proyecto, pues solo el... Seria lo suficientemente ingenuo para aceptar someterse a un procedimiento del que posiblemente... No saldría con vida.

//Varios días después: En una base militar cerca de las montañas//

Justo como Stryker había prometido, preparo todo lo necesario para volver a Izuku en alguien mucho más fuerte y poderoso que su hermano, pero para ello, debían realizar un procedimiento altamente riesgoso en una de las bases militares con el mejor laboratorio a su disposición.

Izuku: *¿Cómo termine aquí?* -Pensó seriamente-

El peliverde se encontraba recostado en una superficie metálica, debajo de un tanque de agua, vistiendo únicamente unos shorts negros, mientras una doctora trazaba con un marcador las zonas de su cuerpo donde se realizaría el procedimiento.

Narrador Izuku: Tanto Kacchan como yo, fuimos trasladados a estas instalaciones con laboratorio y equipo médico de alta calidad, aunque claro, Kacchan desconocía por completo lo que estaban por hacer conmigo, bajo la excusa de que seriamos enviados a una misión dentro de unos días y que necesitaban que ambos estuviéramos preparados para salir cuanto antes. La principal razón por la que pedí que Kacchan estuviera en el mismo complejo en donde realizarían el procedimiento, fue porque quería que fuera testigo de mi nueva fuerza y poder renovado, pero en el fondo... Quizás quise que viniera... Porque sabía que algo malo estaba a punto de suceder.

La enfermera termino de marcar el cuerpo del peliverde, luego miro al adolescente, preguntándose como un chico de 14 años se había metido en un experimento tan peligroso que ponía en riesgo su vida.

Enfermera: Cuando empiece, cualquiera que sea la razón por la que estás haciendo esto, enfócate en eso. –Sugirió- Quizás ayude. –Dijo seriamente-

Izuku: Créame, he pasado por cosas peores. –Dijo fríamente-

La enfermera miro con algo de pena y lastima al adolescente peliverde, desconocía por completo el dolor que había sufrido antes, pero nada de eso se compararía con lo que estaba a punto de experimentar.

Enfermera: No es verdad. –Dijo sin creerle-

La enfermera se retiró y en ese instante, Stryker apareció.

Stryker: Te haremos indestructible, pero antes... -Dijo serio- Te voy a destruir. –Dijo astutamente-

El coronel camino alrededor del tanque de agua, observando cada detalle del experimento.

Stryker: ¿Recuerdas esa extraña roca que cargabas contigo, el día en que te capturamos a ti y a tu hermano? -Dijo astutamente-

Izuku: Si, lo recuerdo. –Dijo serio- Y también recuerdo que nos enviaste en más de una ocasión en nuestras misiones, a recuperar más fragmentos similares a ese. –Recordó su último año bajo las órdenes de Stryker-

Stryker: ¿Sabes por qué ese mineral es tan importante? -Sonrió astutamente-

Izuku: No. –Dijo seriamente-

Stryker: Nos ayudó a crear un compuesto metálico tan fuerte que podrás tolerar casi lo que sea. –Explico- Se llama "Adamantium" -Dijo con orgullo- Izuku, para poder obtener lo que deseas, tendrás que pasar al otro lado y regresar. –Advirtió-

El peliverde asintió, conocía los riesgos, sabía que esto quizás era un suicidio, y sin embargo... Estaba decidido a seguir adelante con tal de hacerse más fuerte.

Izuku: Estoy listo. –Dijo decidido-

Stryker: Casi lo olvido... -Saco unas placas metálicas de soldado- Quizás quieras llevarlas puestas, para la buena suerte. –Dijo sarcásticamente-

El peliverde observo sus viejas placas de soldado, las cuales eran un constante recuerdo de la vida que escogió.

Izuku: Quiero nuevas placas. –Dijo seriamente-

Eso extraño al coronel, pues nunca antes el peliverde había protestado con sus placas, pero sabiendo que estaba a punto de embarcarse en un experimento riesgoso, podía darle el privilegio de cambiar el nombre de sus placas.

Stryker: ¿Qué quieres que digan? -Dijo curioso-

Fue entonces que un nombre bastante inusual apareció entre los recuerdos del peli verde, un nombre que le recordaba su antigua vida, un nombre que le recordaba a su familia... Y de cómo la perdió en una sola noche. Ese nombre... Seria lo que definiría de ahora en adelante, en lo que se había convertido.

Izuku: "Wolverine" -Dijo seriamente-

El nombre del espíritu de la historia que su madre le conto hace tanto tiempo, sería el nombre que representaría su pasado... Y su futuro.

//Mientras tanto: En una habitación dentro de la base en las montañas//

Bakugo se encontraba sentado en la cama de su habitación, afilando las garras de sus manos, esperando impacientemente a que le asignaran la misión por la que los habían trasladado a él y a Izuku a esta base.

Bakugo: -Suspiro- ¿Cuánto tiempo más tendré que estar aquí sentado esperando a que me asignen la nueva misión? -Dijo irritado- Hace dos horas que llegamos a esta maldita base y no me han dicho por que estamos aquí. –Dijo seriamente-

Harto de seguir esperando sus nuevas órdenes, el pelicenizo salió de su habitación con la intención de encontrar al comandante de la base y pedirle el informe de la misión de una vez. Pero mientras caminaba por los pasillos de la base, usando sus sentidos sobrehumanos, el pelicenizo escucho una conversación bastante extraña entre dos soldados que custodiaban la base.

Soldado 1: ¿Cuándo comenzara el proyecto arma X? -Cuestiono-

Soldado 2: Baja la voz, se supone que este experimento es ultrasecreto. –Dijo seriamente- No debe tardar en comenzar, en estos momentos el sujeto de pruebas ya debe estar siendo sometido al experimento. -Informo-

Soldado 1: Me pregunto ¿Quién fue el ingenuo o el demente que acepto someterse a este proyecto? -Cuestiono-

Soldado 2: ¿No lo sabes? -Dijo burlón- El sujeto de prueba es un "Mutante" -Informo-

Al oír eso, el pelicenizo se detuvo en seco y se escondió detrás de un muro para seguir escuchando la conversación, pues tenía un mal presentimiento.

Soldado 1: ¡¿Un Mutante?! -Dijo sorprendido- ¿De dónde saco el coronel Stryker, un mutante capaz de sobrevivir al procedimiento? -Cuestiono-

Soldado 2: No fue difícil en realidad. -Sonrió astutamente- De los dos adolescentes que lo acompañaban, uno de ellos acepto someterse al procedimiento. –Informo-

Eso encendió las alarmas de Bakugo, definitivamente algo malo estaba sucediendo.

Soldado 1: ¿Cómo se llama el sujeto de pruebas? -Cuestiono-

Soldado 2: Creo que era... -Recordó su nombre- "Midoriya" -Informo-

Tras escuchar el nombre de su medio hermano, el pelicenizo no dudo ni por un segundo en salir de su escondite y se abalanzo contra ambos soldados.

Soldado 1: ¡Oye, no deberías estar...! ¡¡ARGH!! -No pudo terminar de hablar-

El pelicenizo le desgarro la garganta con sus garras, dejando que el soldado cayera al suelo mientras se desangraba hasta morir.

Soldado 2: ¡¡Miserable!! -Trato de sacar su arma-

Sin embargo, el pelicenizo fue más rápido y le arrebato el arma, para después sujetarlo por el cuello de su uniforme y lo estrello contra un muro.

Bakugo: Si no quieres terminar como el difunto de tu amigo, me dirás en este instante... -Dijo seriamente- ¿Dónde está mi hermano? -Dijo fríamente-

Soldado 2: ¡Como si fuera a...! ¡Urgh! -Sintió como le cortaban la respiración-

Bakugo: No lo volveré a repetir... -Dijo fríamente- ¿Donde... esta... mi hermano? -Dijo lentamente mientras apuntaba sus garras a los ojos del soldado-

Soldado 2: ¡Esta bien, está bien, hablare! -Dijo preso del pánico- En estos momentos, tu hermano debe estar siendo sometido al experimento del proyecto arma X. -Explico-

Bakugo: ¿Arma X? -Dijo confuso- ¡¿Qué demonios es eso?! -Exigió-

Soldado 2: Es un proyecto ultrasecreto en el que el coronel Stryker ha estado trabajando desde hace un año. -Explico- Consiste en inyectar de forma líquida, un extraño mineral altamente resistente, en el esqueleto del sujeto de pruebas, para volverlo casi indestructible. –Explico- El mineral lo llaman "Adamantium".

Bakugo: ¡¿Que tiene que ver mi hermano en todo esto?! -Dijo molesto-

Soldado 2: El proyecto es altamente riesgoso, ningún otro sujeto de prueba ha sido capaz de sobrevivir al procedimiento. –Explico- El único sujeto capaz de sobrevivir al procedimiento de inyección de Adamantium, tiene que ser...

Bakugo: Un Mutante... -Dijo estupefacto- Pero no cualquier tipo de Mutante. -Dijo seriamente- Sino uno capaz de soportar el dolor y poseer el poder auto curarse.

Ahora todo tenía sentido... Por eso Stryker los recluto... Por eso los convirtió en soldados entrenados, no estaba creando un equipo de soldados especiales...

Bakugo: Estaba creando armas Mutantes bajo sus órdenes. –Dijo impactado- ¡Todo este tiempo nos estuvo utilizando! -Dijo furioso- ¡¿Como fuimos tan estúpidos para caer en su trampa?! -Dijo frustrado-

Soldado 2: Je, pues temo decirte que no eres el primero. –Dijo arrogantemente-

El pelicenizo sujeto con más fuerza al soldado y lo encaro de frente.

Bakugo: ¿Qué quieres decir con eso? -Dijo fríamente-

Soldado 2: Ustedes no son los primeros Mutantes que Stryker convierte en armas vivientes. -Dijo seriamente- El proyecto arma X, es el décimo intento de Stryker por crear el arma Mutante definitiva. –Explico- Una vez que haya obtenido lo que quiere de ti y tu hermano... -Dijo fríamente- No dudara en deshacerse de ustedes. –Sonrió maliciosamente-

El pelicenizo ya no tenía dudas... Iba a matar a Stryker.

Bakugo: ¿En dónde se estaba llevando a cabo el proyecto? -Exigió-

Soldado 2: No lo sé... -Dijo seriamente- Quizás en los laboratorios. –Explico- Pero nunca llegaras a tiempo. –Dijo fríamente-

Bakugo: Eso ya lo veremos. –Dijo fríamente-

*¡¡¡SHRRRIIIPPP!!!*

Sin nada más que preguntarle al soldado, el pelicenizo enterró sus garras en el estómago del soldado, mientras veía como este escupía sangre y caía sin vida contra el suelo.

Bakugo: Izuku... -Dijo seriamente-

El pelicenizo corrió por los pasillos de la base, era solo cuestión de tiempo antes de que los demás soldados de la base se percataran de lo que había hecho, tenía que llegar hacia Izuku, antes de que el proyecto arma X... Fuera llevado a cabo.

//Devuelta en los laboratorios de la base//

Como lo prometió, Stryker le entrego las nuevas placas militares a Izuku, con el nombre clave: "Wolverine". Ahora, estaban por poner en marcha el proyecto arma X.

Stryker: Señores, hoy crearemos el arma X. –Anuncio a los altos mandos militares-

General: ¿Arma X? -Cuestiono-

Stryker: Numero romano, señor. -Explico- Mejor traducido: Arma 10. –Dijo astutamente-

El coronel observo al peliverde que se encontraba listo y preparado para someterse al procedimiento, con una respirador conectado a su boca.

Stryker: Vamos a fusionar ahora, el Adamantium... -Dijo seriamente- Al esqueleto del arma X. –Explico- ¡Comiencen! -Dio la señal de inicio-

El peliverde fue sumergido dentro del tanque de agua hasta el fondo, mientras todos los sistemas se encendían, el Adamantium en estado líquido fue cargado a varias agujas, las cuales comenzaron a girar a gran velocidad, mientras se calentaban al rojo vivo, incluso cuando fueron sumergidas en el agua.

Izuku: *Esto...* -Pensó preocupado- *Esto va a doler* -Pensó seriamente-

Las agujas al rojo vivo se colocaron en posición a solo unos centímetros del cuerpo del peliverde, a la espera de comenzar. La enfermera espero la orden para proceder con el experimento.

Stryker: Comiencen. –Ordeno a la enfermera a cargo-

Obedeciendo las órdenes del coronel, la enfermera comenzó el procedimiento de inyección de Adamantium, y las agujas... Se clavaron al instante sobre el cuerpo del peliverde.

Izuku: ¡¡¡¡HMMMMMPPPPHHHHH!!!! -Lanzo un grito ahogado de dolor-

El dolor era insoportable, el peliverde sintió como si todos sus huesos estuvieron envueltos en llamas, el calor era agonizante, apenas podía respirar y sentía como su cuerpo era carbonizado por el Adamantium ultra caliente. Mientras que Stryker y los altos mandos del ejército, observaban como el peliverde sufría una horrible agonía.

General: ¿Por qué se sacude así? -Cuestiono- ¿Por qué no lo sedaron? -Dijo seriamente-

Stryker: Siente dolor como nosotros, pero la anestesia no funciona en su cuerpo, por eso fue voluntario. –Explico-

Enfermera: Pulso cardiaco en 190 y en aumento... -Informo- Pulso a 200. -Volvió a informar-

El peliverde apretaba con fuerza sus puños, tratando de aguantar todo el dolor como fuera posible, pero en medio de su dolor, el peliverde recordó fragmentos de su pasado.

*Hisashi: Izuku... -Sonrió con tristeza-*

*Inko: ¡¡HISASHI!! -Grito horrorizada- ¡¡¡AAAAHHHHHH!!!*

La tragedia que le arrebato todo lo que alguna vez conoció y amo.

*Masaru: Lo sabía... -Dijo con dificultad- Eres uno de ellos también... -Dijo fríamente- Igual que tu padre... -Dijo con rencor- Y tu hermano...*

*Mitsuki: ¿Qué cosa eres? -Dijo horrorizada*

Ser discriminado por un poder que nunca deseo.

*Bakugo: Somos "Hermanos", Izuku *

Una hermandad que nació de la tragedia y el deseo de sobrevivir a este mundo injusto y discriminatorio.

*Inko: Izuku...*

Y el amor incondicional que solo una madre puede darle a su único hijo... Pero que nunca más podrá volver a sentir en su vida.

Enfermera: Su ritmo cardiaco esta al máximo. –Dijo preocupada-

Stryker: ¿Presión arterial? -Cuestiono-

Doctor: De 180 a 260. –Informo-

Stryker: Soportara, sé que soportara. –Dijo convencido-

El procedimiento ya casi había terminado, pero el peliverde apenas resistía, siendo atormentado por los recuerdos de su pasado, de su vida en las calles, y de cómo se había convertido en lo que es ahora... Algo completamente alejado del sueño de un pequeño niño... De querer convertirse en un héroe.

*Inko: Significa: "Wolverine"*

Finalmente... La inyección de Adamantium había concluido... Todo su esqueleto ahora estaba completamente hecho de Adamantium... Pero el corazón del peliverde se detuvo ante de poder finalizar el procedimiento.

Enfermera: Señor... -Dijo seria- No tiene pulso.

El coronel miro el cuerpo inerte del peliverde, no lo podía creer... Estaba convencido de que el sería el indicado.

Stryker: Maldición... -Dijo frustrado-

*Bing... Bing... Bing*

De la nada, el monitor cardiaco detectó un pequeño pulso...

Stryker: Vamos, Izuku... -Murmuro- Regresa. -Dijo seriamente-

El corazón del peliverde comenzó a recuperar su pulso normal.

Científico: El depósito de Adamantium se vacío. -Informo-

Comandante: No lo rechazo... -Dijo sorprendido- Completo el proceso.

Stryker: Lo logro... -Dijo sorprendido-

El coronel sonrió de emoción, su proyecto arma X, había sido un rotundo éxito.

Stryker: ¡Si! -Dijo emocionado-

Uno de los soldados se acercó al coronel.

Soldado 3: ¿Aun piensas utilizarlo? -Cuestiono- Ahora que se ha convertido en un arma viviente, es arriesgado dejar que ande libre por ahí. –Explico-

Stryker: ¿Quién dijo que lo iba a liberar? -Dijo astutamente- No, la fusión se logró. -Dijo satisfecho- Usaremos su ADN para el arma 11. –Explico-

Soldado 3: Y entonces... -Dijo seriamente- ¿Que haremos con él y su hermano? -Cuestiono-

Stryker: Katsuki todavía puede sernos de utilidad... -Sonrió astutamente-

Soldado 3: ¿Y Midoriya? -Cuestiono-

El coronel observo al inconsciente peliverde, no podía simplemente dejarlo ir después de esto, no... Ahora tenía muchos planes en mente para el joven peliverde.

Stryker: Borren su memoria. –Dijo seriamente-

*¡¡¡CRASH!!!*

En ese instante, la puerta de laboratorio fue abierta de manera estrepitosa, mientras un soldado era arrojado desde aquella puerta, para después dejar entrar al responsable de aquella intrusión.

Bakugo: ¡Izuku, despierta! -Grito desesperado- ¡Es una trampa! -Dijo alarmado- ¡Stryker nos engañó! -Grito furioso- ¡¡Tenemos que escapar!! -Alerto a su hermano-

Lo que nadie sabía... Era que desde que el peli verde había recobrado su ritmo cardiaco normal, este había escuchado cada palabra de lo que había dicho Stryker, pero cuando su hermano ingreso al laboratorio, gritando las verdaderas intenciones de Stryker... Ya no había duda... Iba hacerle pagar por su traición.

Izuku: ¡¡¡HHHMMMMPPPFFFF!!! -Se agito bruscamente dentro del tanque de agua-

Las garras del peliverde comenzaron a salir de entre sus nudillos, pero a diferencia de antes... Ahora sus garras estaban recubiertas de Adamantium, siendo ahora unas garras metálicas, filosas y mas mortíferas que antes.

Soldado 3: Creo que nos escuchó. -Dijo asustado-

El peliverde uso sus nuevas garras para cortar las cintas que lo mantenían sujetado a la camilla metálica, y cegado por la ira y la traición, el peli verde se levantó furiosamente, alzando sus nuevas garras.

Izuku: ¡¡¡ROOOAAAAAAAARRRRRRGGGHHHH!!! -Rugió lleno de furia-

Uno de los soldados trato de detener al peli verde, disparándole una bala directo a la frente de su cabeza...

*¡¡BANG!!*

Sin embargo, la bala no consiguió atravesar el cráneo del peliverde y termino rebotando sin causarle ningún tipo de daño.

Izuku: ¡¡¡GRRR!!! -Gruño molesto-

Bakugo aprovecho el momento en que su hermano se liberó y comenzó a atacar con sus garras a los soldados que custodiaban el área, iniciando una masacre dentro del laboratorio.

Stryker: ¡¡Cierren todo!! -Ordeno a sus soldados- ¡No los dejen escapar! 

El cierre de emergencia se activó y varios soldados armados trataron de detener a los hermanos, pero el peli verde utilizaría sus nuevas garras para cortarse, cercenar y decapitar a todo aquel que se interpusiera en su camino, dejando un rastro de muerte a su paso.

Izuku: ¡¡¡STRYKER!!! -Grito enfurecido-

El coronel al ver que los dos hermanos tenían la intención de asesinarlo dio inicio la evacuación del laboratorio junto a los otros altos mandos del ejército, mientras los demás soldados se encargarían de apresar a los hermanos.

Bakugo: ¡Cobarde de mierda! -Grito furioso al ver como Stryker huía del lugar-

Izuku: ¡Olvídalo, tenemos que largarnos de aquí! -Ordeno-

Bakugo: ¡No me des ordenes! -Dijo seriamente-

Los dos hermanos emprendieron su escape de las instalaciones militares, abriéndose paso entre los soldados que querían matarlos, pero la ferocidad de Bakugo sumada a las nuevas garras de Izuku, consiguió que ambos Mutantes lograran salir del laboratorio, hasta llegar a un pasillo que había sido cerrado por las puertas blindadas del cierre de emergencia.

Bakugo: ¡Mierda! -Dijo frustrado- ¡¿Y ahora qué?! -Dijo serio-

El peliverde observo sus nuevas garras, recordando lo que dijo Stryker acerca del Adamantium.

Izuku: Si ese desgraciado estaba en lo cierto, entonces debería ser capaz de cortar esto. –Dijo seriamente-

Bakugo: ¿De qué hablas? -Cuestiono-

El peliverde tomo impulso y uso toda su fuerza para clavar sus garras de Adamantium sobre las puertas blindadas, y para su enorme sorpresa... Sus garras fueron capaces de atravesar las puertas blindadas como si fueran de papel.

*¡¡¡SHRRIIIPPP!!!*

El peliverde realizo un corte cruzado sobre las puertas blindadas, creando un agujero en las puertas blindadas, para después patear el metal rebanado con sus garras, abriendo una salida.

Izuku: Vamos, por aquí. -Indico el camino-

Ambos lograron salir por salida improvisada, pero al salir se percataron de que estaban en la cima de un acantilado en las montañas, justo al lado de una cascada que caía directo sobre un lago.

Bakugo: Oh, mierda... -Dijo seriamente-

Izuku: Habrá que saltar. –Dijo serio-

Bakugo: Es una larga caída. –Dijo igual-

Izuku: Lo sé. –Sonrió astutamente-

Los dos hermanos escucharon como los soldados se acercaban, no tenían tiempo para indecisiones, era ahora o nunca.

Izuku: ¡Salta! -Ordeno-

Ambos corrieron hacia el borde del acantilado y saltaron hacia el interior de la cascada sin mirar atrás, para después caer por varios metros hasta finalmente caer en el lago, perdiéndose a la distancia.

Narrador Izuku: Jamás olvidare lo que sucedió ese día... Nunca podré olvidar lo que Stryker me hizo... El cómo me utilizo como un maldito animal de pruebas. Pero algún día me las pagara... No importa cuánto, no importa donde... Algún día Stryker pagara por todo lo que hizo...y por lo que piensa hacer, esto... Es solo el comienzo.

Continuara







































































ALTAIR X 110: ¡¿Que les pareció queridos lectores?! Esperamos que les esté fascinando esta nueva historia con nuestro prota peliverde, ahora convertido en el héroe Mutante con garras. Les aseguramos que este apenas es el comienzo, se vienen cosas aún más interesantes para esta historia y también para las demás, nos vemos en el próximo capitulo y no duden en dejar sus comentarios sobre la nueva historia de "My Mutant Academia", Bye, Bye.

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