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Numero veititres.



Mi pertenencia.

Cuando Jungkook comenzó a despertar, después de pasar apenas una hora en un tranquilo sueño, lo primero que percibió con sus fosas nasales fue un aroma delicioso y familiar. Entonces cuando abrió sus ojos, se dio cuenta que tenía su cabeza sobre Jimin, y sus brazos del mismo enredados en su cuerpo, este aún permanecía dormido tranquilamente.

Sonrió. Y solo pensó nuevamente en lo angelical que se veía, y una vez más murmuro—. Qué hermoso.

La luz natural se había ido, pues la noche ya había caído, aunque apenas y habían dado las ocho de la noche, no era muy tarde y no había necesidad de despertar aquel hermoso ángel que ya hacia sobre su sofá.

Despacio se separó de él, con mucho cuidado para no despertarlo. Jungkook creyó que tendría frío sin su calor, así que tomo el saco de Jimin que el había dejado sobre una de las sillas. Lo extendió para colocárselo encima, pero al momento de hacerlo algo pequeño y brillante cayó al suelo.

Rápidamente se hincó para levantarlo, pero cuando miró que era se quedo anonadado.

—¿Un anillo? —frunció las cejas desconcertado. Aunque luego recordó, Jimin se iba a casar y ese anillo era seguramente de su compromiso—. ¿Ya te lo propuso? ¿Tan pronto?.

Sintió una punzada dolorosa en el pecho, como si lo hubieran apuñalado. Fue como si nuevamente volviera a perder a alguien, alguien como aquel niño de su niñez que ni si quiera recordaba su nombre, pero aun quiere encontrar.

Tal vez lo que le había dolido más fue el hecho de que el lo aceptara, estaba obligado claro está, pero quería imaginarse que no era así, solamente para torturarse, por que era masoquista.

Y lo detestaba.

Cuando Jimin también despertó unos minutos después, el lugar se encontraba completamente oscuro, y ya Jungkook no estaba a su lado. Entonces rápidamente se levantó desconcertado, pero cuando estaba apunto de cruzar hacia la puerta una luz se presentó desde la habitación principal, la habitación de Jungkook, aún la recordaba después de aquella tarde de pasión, y esa siesta tan cómoda que tuvo.

—¿JK? ¿Estás ahí? —pronto se acercó y abrió al puerta encontrándose con el pelinegro, quien estaba sentado en la esquina de su cama, observando aquel pequeño y destellante anillo entre sus dedos.

Jimin abrió sus ojos de más sorprendido, el pulso y la respiración se le agitaron vertiginosamente, ese anillo era suyo, el de su compromiso con aquel hombre que no amaba. Intentó mantenerlo oculto de Jungkook para no herirlo, pero parece ser que no lo logro.

—Es bonito ¿cuanto habrá costado? Se ve muy costoso ¿te gusta? Es algo que te gustaría sin dudas. —hablo el azabache sin dejar de mirar el objeto de oro.

Jimin palideció.

—JK de-dejame explicarte, no quería decírtelo por que tenía miedo de perderte de nuevo, y además te lo dije ese día el tema no es importante para lo que tenemos nosotros. —se apresuró a explicar preocupado.

—¿No es importante, dices? —lo miro sin ninguna expresión en su rostro, Jungkook se levantó y se acerco, Jimin dio un paso de reversa—. Tal vez si lo es Jimin —siguió—. Contéstame esto ¿a qué demonios estás jugando?.

—¿Qué quieres decir con eso? Yo no estoy jugando.

Él lo miro con mucha impotencia y entonces en un movimiento veloz lo sujeto de la nuca y lo jalo acercando sus rostros, casi logrando que sus narices rozaran.

—¿Por qué tú...? —gruño. Esta vez ya no lo pensó demasiado, el momento era crucial para decir lo que sentía y no se detendría—. ¿Por qué no puedes ser solo mío? No quiero compartirte.

—No lo haces. —contestó Jimin—. Él no me interesa en lo absoluto, yo solamente soy tuyo JK —espeto mientras se miraban directamente a los ojos.

Jungkook soltó un pequeño suspiro, y lo soltó lentamente deslizando su mano por su cuello mientras agachaba la mirada. Se sintió como si fuera una mentira ¿pero por qué?.

—¿No me crees verdad? —cuestionó el pelirosa angustiado, por aquella expresión insegura que puso el otro—. ¡Créeme JK! —le sujetó las manos y él lo miro nuevamente—. ¿Por qué no me crees? Ese chico no significa nada para mi, no lo quiero como...

Jimin calló en seco y sus palabras quedaron en el aire. Jungkook lo observo con los ojos muy abiertos, expectante, esperando lo que faltaba por decir, pero eso nunca llego. «¿Por qué no?» Se preguntó frustrado.

—Si eso es verdad, entonces pruébalo, hazme saber que realmente él no significa nada para ti, y que tu solamente me perteneces —dispuso Jungkook seriamente y autoritario.

—¿De qué otra manera podría probártelo? Estoy aquí contigo, tengo sexo contigo y disfruto estar contigo, dime —le soltó las manos y ahora le tomó del rostro con delicadeza—. ¿Como quieres que te lo pruebe?.

—Bésame —respondió—. Pero no me beses como si estuvieras vacío y no sintieras nada, bésame sin miedo Jimin. Por que si tú dejas de tener miedo, entonces yo lo haré también.

Quito sus manos de su rostro y agacho la mirada.

—Pero yo... yo tengo mucho miedo JK, realmente quiero hacerlo pero es muy complicado para mi, necesito tiempo.

—Déjame ayudarte —colocó una de sus manos en su cintura y con la otra le tomó del mentón para levantar de nuevo su cara—. Te daré el tiempo que necesites, pero por esta vez, deja de tener miedo y bésame.

Se tomaron unos cuantos segundos para mirase manteniendo un silencio decisivo. Y entonces, lentamente Jimin comenzó acercarse al azabache, hasta lograr chocar sus labios y así, empezar un beso totalmente distinto a los demás.

Un beso sin miedo.

Uno en el cual podían trasmitirse los sentimientos ocultos de ambos, y por lo tanto afirmando las palabras de Jimin "Yo solamente soy tuyo". Finalmente Jungkook le creyó, estaba orgulloso de saber que realmente era solamente suyo.

Lamentablemente obligados tuvieron que separarse después de unos minutos. Sus corazones latían con fuerza, como si se les quisieran escapar del pecho, las emociones estaban a flor de piel, era un sentimiento hermoso y nuevo para ambos.

—Te daré el tiempo que necesites, solo espero que no tarde mucho —murmuró soltando un pequeño suspiro—. Ese compromiso no significa nada para nosotros ¿cierto?.

—Nada, te lo prometo —afirmó—. Ese anillo es simplemente un accesorio que puedo quitarme, y ese tipo solo es alguien que conozco.

—Eso me tranquiliza. Estamos bien entonces, ahora me siento más seguro de alguna manera —dijo y Jimin soltó una risita—. Salgamos, quede con mis amigos y al parecer les caíste bien.

—¿Es así? Bueno entonces no los hagas esperar más, salgamos.

—Por su puesto —le dio un dulce beso corto y luego entrelazaron sus dedos—. ¿Tienes tu abrigo? Hace frío allá fuera.

—Claro.

[...]

Y como había dicho Jungkook en verdad sus amigos habían adorado a Jimin, pues aunque sea de procedencia como ellos dicen "niño rico" él era completamente diferente a los de su clase, siendo muy amable y bondadoso.

Lo acogieron muy bien en su círculo, por supuesto él se adaptó y así lograron mantener una buena convivencia, soltando algunos chistes y platicando de algunas cuántas anécdotas casi todas vergonzosas para JK.

—Lo digo enserio, JK lloro como una niñita cuando le hicieron esos tatuajes en los dedos, y casi se desmaya con los de los nudillos —mencionó uno de ellos y todos rieron.

—Oigan ¿de verdad soy su amigo? Por que parece que me detestan, bola de traidores. —protestó el azabache. Pero le encantaba ver sonreí a Jimin, él tenía una preciosa sonrisa que hacía de sus ojitos una línea.

Pero como en todos los grupos, habían dos personas que no disfrutaban de aquella conversación y se alejaban completamente. RM y otro chico se encontraba alejados fumándose un cigarrillo sin importarles los demás.

—¿Qué es ese chico de JK? —preguntó aquel chico de dudosa procedencia.

—No lo se —respondió RM encogiendo sus hombros mientras le daba una calada a su cigarrillo y la soltaba por la nariz—. Él dice que solo es su amigo, pero me importa una mierda.

—¿Su amigo dices? Bueno entonces si es así, no creo que haya problema que trate de seducirlo ¿cierto? —sonrió—. Míralo, es muy hermoso de pies a cabeza ¿cómo lo consiguió ese pobre diablo de JK?

El de cabellos platinados puso los ojos en blanco y bufo—. Haz lo que quieras, pero ten cuidado Kai, ya sabes como es JK cuando se meten con lo suyo —le advirtió.

—No es suyo, solo son amigos ¿no es cierto?. Ahora vuelto —el chico de cabellos castaños tiró lo que le sobraba del cigarrillo, y después de acomodarse el cabello y su chaqueta, camino hacia el joven de cabellera rosada con una sonrisa coqueta en sus labios—. Hola lindo, mi nombre es Kai.

Jimin lo miro con una ceja levantada, un tanto confundido. Estaba acostumbrado a ser persuadido por chicos, pero no era el momento

—Amm ¿Hola?.

Jungkook lo miro con recelo, pues conocía como era el, algunas veces venía al barrio y realmente no lo soportaba.

—¿Qué es lo que quieres Kai? Lárgate de aquí, él no quiere hablar contigo.

—¿Ahora tú hablas por las personas JK? Por que no mejor tú te haces a un lado y me dejas hablar con este hermoso chico —de acercó un poco más al pelirosa—. ¿Dime cual es tu nombre?.

—... Uhm, soy Jimin —contestó con incomodidad. A la llegada de ese chico el ambiente se había puesto demasiado tenso, y había un horrible silencio.

—Jimin, que bonito nombre, como el portador —dijo y entonces se atrevió a sujetar de la cintura a Jimin y atraerlo rápidamente hacia él—. ¿Quisieras algún día salir a...?

Y como era de esperarse, Jungkook no tardó mucho en propiciarle un fuerte puñetazo en cara sin pensarlo mucho, logrando así que se alejara de lo que hace unos momentos confirmó que era suyo.

—¡¿Qué demonios te pasa a ti?! ¡Quieres morir en este mismo instante idiota! —vociferó el azabache completamente furioso—. ¡Deja de husmear el las pertenecías de los demás!.

—¡Hijo de puta! —Kai tocó su pómulo adolorido y ensangrentado por la abierta que le había hecho el pelinegro con sus nudillos—. ¡Eres un jodido lunático! ¡Voy a matarte infeliz!.

Se abalanzó contra él lanzándole también un puño en el rostro, luego Jungkook lo empujó tirándolo al suelo y así permitiendo que se subiera encima de él para comenzar a golpearlo una y otra vez con ambos puños.

Todos los demás trataron de quitárselo rápidamente de encima, pero solo lograron terminar en el suelo por los empujones del azabache. Él solamente escucho a Jimin, quien le grito desesperado.

—¡JK detente! ¡Déjalo ir! —pidió y entonces al fin Jungkook se levantó limpiado la sangre en su nariz.

—Si te vuelves acercar a él te juro que te mataré, maldito imbecil —informó tenso.

—¡Ya basta! —se escuchó una voz grave, RM llegó a escena con molestia—. ¡JK! —lo llamó—. ¿Por qué no vas a tomar aire? Tú Kai, solo lárgate y no vuelvas. —le dijo, el chico totalmente ofendido y enojado se retiró de allí.

—¡Malditasea! ¡Que se pudra, me largo de aquí! —Jungkook se dio la vuelta y caminó fuera de allí sacando su cajetilla de cigarrillos.

—¡Oye tu, niño bonito! —RM llamó a Jimin, este estaba mirando con preocupación al azabache sintiéndose culpable, pero al llamado del peligris se volteó—. Ven conmigo, hablemos.

Dudoso el pelirosa miro una vez más a Jungkook quien ya hacia fumándose un cigarrillo alejado, y entonces camino hacia el de estatura alta y voz grave.

—¿De que quieres hablar? —preguntó el rosado.

—Escúchame bien —hablo firme—. Aunque JK aparente ser fuerte realmente no lo es, él sigue siendo el mismo niño asustado que dejaron solo en estas calles, así que ten mucho cuidado, por qué si llegas a lastimarlo yo me encargaré de ti.

—¿Disculpa? —Jimin frunció el ceño—. No planeo que alguien salga herido, lo que pase entre JK y yo no es algo de tu incumbencia.

—¿No estás escuchándome? —tenso su mandíbula—. Aunque él se haya acostado con diferentes personas eso no quiere decir que no tenga sentimientos. Lo conozco bien.

—¿Qué quieres decir? ¿Qué tal vez se enamore de mi? —cuestionó.

—Si, es muy probable, así que si no quieres hacerle daño, déjalo desde ahora por favor.

—¿Dejarlo? —Jimin no lo dejaría ir, y menos en ese momento tan crucial donde su relación había avanzado más de lo que debía. Entonces tendría que mentirle para que no intentara algo más, como sepáralos—. Lo haré, pero no ahora.

—¿Cuando?.

—¡No ahora! —exclamó—. La regla se puso, si él se enamora entonces será el único, y escogerá sufrir.

—Claro que no, primero té mato.

—Hazlo ahora, por que después será demasiado tarde —dijo seriamente—. Fue una charla estimulante, hasta luego RM —se dio la vuelta y se fue.

—Si le haces algo haré que lo lamentes por el resto de tu vida Park Jimin —apretó su puño con fuerza.

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