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Numero tres.


Lo quiero, lo obtengo.

Aquel chico pelinegro no lograba salir de mis pensamientos, su viva imagen se reproducía una y otra vez en mi mente. Nadie nunca había logrado introducirse de esa manera en mis pensamientos, y tal vez era porque él representa todo lo que deseo; un chico guapo, rebelde, despreocupado y probablemente dispuesto a cualquier cosa.

Tenerlo únicamente para gozo mío era mi meta, imaginarme teniendo sexo con él era algo que causaba que mi cuerpo cosquilleara, y mi masculinidad se sintiera necesitada.

No podía dejar de revisar el reloj contando las horas, minutos y segundos para volver a verlo.

Estaba como un lunático.

—¡Jimin! ¡¡Park Jimin!! —los gritos de Taehyung me sacaron de mis pensamientos, lo miré con el ceño fruncido—. ¿Dónde estas? Desde que empezaron las clases estas como en otro mundo.

—Lo siento —pase mi mano por mi cabello—. Solo estoy pensado cosas —dije junto a un pequeño suspiro.

La escuela no era mi lugar favorito, era un buen estudiante pero odiaba tener que venir todos los días, la única motivación que me hacía regresar era la atención de todos y Tae.

—Ajá ¿y pensando en qué? Conociéndote seguro en un pene. —Tae le dio un mordisco a su sándwich, llevándolo a su mejilla para continuar hablando—. ¿En el chico de anoche, cierto?.

Asentí con una sonrisa.

—Simplemente no puedo olvidarlo, dios es todo lo que necesito, lo que siempre he deseado Tae. —relamí mis labios y luego le di un trago a mi jugo de uva—. Lo volveré a ver. —sonreí.

—¿Así? ¿Cómo? Te mando al carajo esa noche.

—Agh eso no pasó, mira. —deje aquella hoja del restaurante de sushi en la mesa mostrándosela a Taehyung—. ¡Cha, chan! Él la tiro a propósito cuando se dio la vuelta, obviamente quiere volver a verme po...

—¡Hola Jimin! ¿Yo... los interrumpo?.

Félix, Felix era un chico de segundo año que conocí cuando ingresó. Es muy guapo y tiene una voz grave escondida que me causa sueños húmedos, pero como siempre, lo que él como todos los demás de esta odiosa escuela deseaban era una relación amorosa.

Egh ¿por qué?.

—Hola lindo —le sonreí—. Estábamos hablando sobre algo, pero dime ¿qué sucede?.

—Lo siento —sus mejillas llenas de pecas se ruborizaron—. Solo quería preguntarte si te gustaría ir por un helado después de clases, conozco un lugar donde es delicioso —mencionó.

Era una idea estupenda, pero hoy estaría muy ocupado intentado obtener al fin a mi juguete.

—No puedo, lo siento mucho cariño, tengo ¡tenemos...! —tomé de la mano a Taehyung—... Cosas que hacer, pero puede ser después.

—Oh ya veo, claro entiendo, será la próxima vez entonces. —sonrió dulcemente, hizo una reverencia y luego se fue.

—Dios Jiminie, tienes tantos pretendientes y con ninguno haz salido ¿por qué no simplemente les das una oportunidad? La mayoría son muy guapos —sonrió pícaramente.

—No, yo solamente quiero sexo y ellos una relación cursi —gire los ojos y seguí—. En fin, en lo que estábamos. Este es un restaurante de sushi, seguramente quiere que vaya ahí, y ahí estaré y tú...

—No puedo acompañarte esta vez —mi sonrisa emocionada se desvaneció cuando lo escuché—. Iré a... —carraspeó—. Iré al cine con Hobi —dijo con pena.

Yo salte de emoción.

—¿Qué? ¿Cómo dijiste? ¿Hobi, Hoseok? ¿Tu amor platónico? —lo cuestione sorprendido. Taehyung naturalmente es tímido, no era de los chicos coquetos como yo—. Tienes que contármelo todo.

—Lo haré después, ahora ambos tenemos que ir a clases, así que termina de comer y vayamos por nuestros libros —contestó un poco apenado.

—Pícaro maquina del amor, si necesitas algún consejo puedes pedírmelo, no importa si es de amor o de sex...

—Jimin~ —me miro con recelo. Había olvidado que el tema sexual no era algo que el tierno Taehyung considerara aún—. Te quiero, de verdad, pero no hablemos de sexo, así como eres tú terminaré vomitando.

Solté una risa y encogí los hombros,

—O deseando, quien sabe.

El lugar no era lujosos ni nada por el estilo, era un local simple en la calle de una avenida. Pero esto no le importo ni un poco a Park, pues él solamente quería ver al pelinegro desesperadamente, la idea de que él lograra aceptar lo volvía loco.

Localizó a un hombre mayor en la entrada, parecía ser el dueño, pues no llevaba ningún tipo de uniforme y solamente supervisaba las mesas

—Buenas tardes —hizo una reverencia—. Estoy buscando a un chico de cabello negro y tatuajes en la mano izquierda ¿sabe si se encuentra aquí?.

El hombre asintió.

—Tú hablas de Jungkook ¿cierto? —preguntó, pero Jimin no tenía idea de su nombre—. Lo llamaré —dijo, luego se acercó a la puerta y gritó—. ¡Oye! ¡te buscan! —nuevamente miro al rubio—. ¿Comerás algo?.

—Claro, deme todos los sushis disponibles —le sonrió haciendo de sus ojos una línea.

El anciano se sorprendió por aquello, eso seria seguramente muy costoso, pero al fijarse en el uniforme del colegio que Jimin traía puesto, eso ya no importó más.

—Por supuesto, toma asiento donde quiera —ambos se inclinaron en una reverencia, y después el rubio encontró una mesa tranquila donde sentarse y hablar sin disgustos.

—Eres increíble ¿no vas a rendirte verdad? —apareció ante el y enseguida una sonrisa se le escapó en los labios a Jimin—. Me gusta tu persistencia, fuiste esa noche hasta ese lugar peligroso y ahora estás en esta restaurante de cuarta —soltó una risita acercándose al rubio—. Me siento con la necesidad de satisfacerte.

«Si por favor, hazlo» Pensó observándolo atento.

Era más guapo y sexy de lo que recordaba, sus tatuajes eran más notables, al igual que el percing en su ceja, y le encanto la manera en que sujetaba su cabello medianamente largo en una coleta baja.

—Tu fuiste quien me diste la hoja, se captar las indirectas. Supongo que trabajas aquí ¿no es así?.

—Supones bien como puedes ver —se apuntó con las manos haciéndole notar su uniforme de empleado—. ¿Qué es lo que quieres decirme? Espero que sea rápido e interesante, no quiero perder mi tiempo.

—Por el tiempo no te preocupes, pague todo el menú y seguramente tardará —contestó—. Y te aseguro que es muy interesante, no perderás ningún segundo de tú preciado tiempo. —Jimin mordió su labio inferior inquieto—. Toma asiento —le apuntó la silla a su costado.

El pelinegro tomó asiento sin más, y miró a Jimin con atención. Al principio no le había puesto mucha atención, pero parece que fue un gran error, pues en ese momento, cuando lo miró detenidamente, se dio cuenta que era un joven muy hermoso, con rasgos delicados, una piel de porcelana, un cuerpo sexy, jamás había deseado nunca unos labios, pero los de ese chico crearon esa necesidad al verlos tan carnosos y rosados, sumando además su presencia atrayente.

—Te escuchó —hablo Jungkook—. Y por favor ahórrate la presentación, vayamos al grano.

—Normalmente soy muy directo, no tenias que decirlo —mencionó con una leve sonrisa—. Te preguntaré tres cosas ¿crees que soy bonito, o atractivo? —preguntó cruzando sus piernas.

—Si lo eres —respondió.

—Bien. ¿Haz tenido sexo? —replicó llevando una mano a su barbilla.

Jungkook soltó una pequeña risita.

—Claro, lo disfruto y los practico muy seguido —confesó con aires de grandeza.

Jimin subió una ceja.

—¿Te gustaría ganar dinero? —volvió a decir mientras deslizaba su dedo índice de arriba hacia abajo por su mentón marcado.

—¿Qué clase de pregunta es esa? Claro que si, todo el mundo quiere ganar dinero.

—Entonces... —entorno sus ojos y bajo un poco el volumen de su voz, haciéndola sonar más suave—. ¿Estarías dispuesto a acostarte conmigo a cambio de dinero? —el pelinegro abrió los ojos un tanto sorprendido—. Tú eres libre de poner la cantidad.

—¿Tener sexo a cambio de dinero? —replico, Jimin asintió con la cabeza—. Mierda, es una locura —el rubio rio en voz baja estando consciente de aquello.

No era algo común que se te acercaran ofreciéndote dinero a cambio de tener sexo, al menos de que seas un gígolo.

—Veo que supusiste mi sexualidad.

—Ay por dios ¿eres heterosexual? Lo siento guapo pero tienes las siglas LGBT grabadas en tu frente —dijo sonriendo—. Tal vez no seas completamente gay, pero bisexual claro que si. Dame una respuesta ahora.

Jungkook lo medito por un momento. ¿Aceptar o no aceptar? Él sexo no es un delito, además él tenía la oportunidad de poner la cantidad que deseara. La oferta era realmente tentadora sin dudas, lograría obtener dinero fácil y además, tener sexo con ese chico lindo.

Sería un completo idiota si no aceptará.

—Hecho, pero no será nada barato —aviso firmemente, Park asintió mordiendo su labios inferior—. ¿Dónde pondré la cantidad?.

Jimin se sintió al fin realizado, lo había conseguido, y ni siquiera le importaba la cantidad que tendría que pagarle. Su mente solo podía pensar ansiosa el momento en que ese chico lo estuviera penetrando y dándole lo que siempre deseo... glorioso sexo.

—Haremos un contrato, ahí vendrán algunas reglas y acuerdos, también pondrás allí tu precio. No te preocupes, puedes confiar en mi —sonrió, para luego acercase acortando sus distancias, colocando su mano en la pierna del azabache.

—Quiero saber algo, me da curiosidad ¿por qué decidiste hacer esto conmigo? —murmuró.

—Porque eres apuesto, sexy y te anhelo —deslizo su mano al medio, tocando con la punta de sus dedos el miembro del azabache—. Te explico, igual que los zapatos y la ropa, cuando veo algo hermoso necesito tenerlo, ya sea que pague, lo robe, o lo tome por la fuerza, solo importa que sea mío, no necesitas una razón para desear algo ¿o si?.

—Ya veo —el pelinegro lo tomó de la nuca y lo atrajo hacia él bruscamente logrando rozar sus labios—. ¿Entonces quieres que te bese? ¿Quieres probarme?.

Jimin sonrió burlonamente.

—Eso es lo que tú deberías desear. ¿Tú quieres besarme? ¿Quieres probarme? —replicó mirándole los labios, hambriento.

Claro que lo quería hacer, esos labios rosados y esponjosos lo llamaba para que se los devorara como a un dulce.

—¿Puedo? —deslizó su dedo pulgar por los labios gruesos de Jimin, eran tan suaves y divinos, maldición lo quería entrelazados con los suyos.

—Me gusta que pidas permiso. ¿Tienes algún lugar donde nadie nos vea? Sería una pena que vieran a señor heterosexual besando un chico —lo miró directamente a los ojos con una sonrisa burlona.

Jungkook sonrió y luego lo tomó de la mano rápidamente llevándolo a la parte de atrás del restaurante dentro de una bodega, y tan rápido como cerraron la puerta estamparon sus labios en un fogoso y salvaje beso.

El pelinegro lo tomó de la cintura pegándolo a su cuerpo, Jimin abrió su boca permitiendo que el azabache metiera su lengua, juntando ambas y comenzado dentro de su cavidad a jugar entre sí. El rubio bajo su mano hasta tocar la entrepierna de Jungkook sintiendo el gran bulto que se formó dentro de sus pantalones, a esto ambos soltaron un jadeo.

—Dime tu nombre —pidió Jimin cuando se separaron a tomar aire.

—Solo llámame JK —contestó para luego empezar a besarle y lamerle todo el cuello ágilmente, mientras llevaba sus manos al trasero del mismo.

—Mmgh JK~ me gusta, es sexy —jadeo y mordió su labio inferior, disfrutando que Jungkook le estrujara el trasero y al mismo tiempo que le lamiera el cuello—. Yo me llamo Jimin, pero puedes decirme como quieras.

—Bien. Carajo que buen culo tienes, es mucho mejor que el de una chica, y tienes una cintura pequeña, estoy ansioso por desnudarte —espeto llevando sus manos ahora dentro del uniforme del rubio.

—Haah no toques allí, soy sensible —gimió Jimin cuando el pelinegro paso sus dedos por uno de sus pezones erectos—. Detengámonos, estamos en tu trabajo y tengo que irme.

—Maldición estoy erecto y tan excitado que lo había olvidado —gruño.

Jungkook se alejó de Jimin con gran esfuerzo, pues aunque lo había tocado solo un poco, lo que había logrado tocar realmente le gusto y quería llegar a descubrir aun más.

—Dame tu número —habló el rubio jadeante mientras sacaba su celular de su bolsillo—. Toma —se lo entrego, y el otro tecleó rápidamente su número, para entregarle el móvil nuevamente.

—¿Cuándo nos volveremos a ver? —preguntó Jungkook.

—Tranquilo muñeco, muy pronto —sonrió—. También estoy ansioso por saber de lo que eres capaz.

Él también sonrió, con malicia.

—Si es así entonces deberías comenzar tener miedo.

—¿Miedo? Que extraño normalmente es al revés —relamió sus labios mirándolo fijamente a los ojos—. No soy un chico de unos minutos, así que espero que la mantengas levantada.

—Ese es el menor problema de todos, yo te dejaré completamente seco, te exprimiré como a una naranja —le aseguró.

Jimin disfrutó escuchar la fogosa declaración—. Me encanta.

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