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Numero trece.


Nuevo y majestuoso.

⚠️AVISO⚠️ ESTA PARTE TIENE ACTOS SEXUALES "MUY" EXPLÍCITOS, SI NO ES DE TU AGRADO SAL DEL CAPÍTULO, PERO SI TE QUEDAS SE RECOMIENDA DISCRECIÓN.

En ese momento una explicación o un aviso para Hoseok y Taehyung no fue importante. Jungkook y Jimin lo único que desesperadamente necesitaban hacer era llegar lo más rápido a un lugar donde pudieran continuar con eso que habían comenzado en aquel callejón. Y afortunadamente a un par calles había un motel de mala vista, aunque lo menos que importaba en ese momento era el brillo del lugar, ellos solamente necesitaban una cama, o hasta un sofá pequeño donde consumirse como una droga.

Una habitación con iluminación led de color azul, cortinas de terciopelo rojo, una cama enorme y un sofá redondo de cuero negro, no se esperaban menos de un motel de esa categoría.

—¿A donde venimos a parar JK? —masculló Jimin sobre los labios del mencionado, mientras este le estrujaba el trasero sobre sus pantalones de cuero blanco.

Aveces Jungkook se pregunta si se ponía esos pantalones apropósito.

—Tu me haces llegar a esto demonio —en un movimiento brusco Jungkook lo dejó de espaldas con el pecho pegado a las cortinas de terciopelo, y el trasero bien levantado para que así pudiera restregarle su pene erecto—. Esta vez no seré cuidadoso, así que recuerda las frases de seguridad.

Jimin trago saliva y asintió sin protestar, aunque sinceramente no quería hacerlo, ya que eso era lo que pedía a gritos, que se lo follaran tan duro como para dejarlo adolorido en la cama por un par de días.

El pelinegro le arrancó los pantalones junto a los calzoncillos, dejando a la vista su desnudó y bien formado culo. Sin poder resistirse le abofeteó una nalga con un poco de fuerza, el otro gimió tanto como de dolor como de placer, y eso le sonó como un permiso para volver hacerlo, así que volvió a darle otra nalgada con más fuerza dejándole una marca roja con la forma de su mano; El sonido de su piel chocando con la suya era melodioso, y él como se movía cuando lo golpeaba era majestuoso.

JK colocó sus grandes manos en los glúteos del pelirosa y se puso de rodillas, separó sus dos nalgas dejando ver su rosada y mojada entrada. Quería saborearlo, así que sacó su lengua y lamió aquella zona dándole un maravilloso beso negro.

—¡Haah! ¡Eso siente bien! ¡Mmh! —gimió Jimin echando su cabeza hacia atrás, apretujando entre sus dedos las cortinas carmesí.

Sintió la cálida lengua del rebelde por todo su orificio y fue asombroso, al punto de querer correrse pero se contuvo, esta vez tal vez lograría aguantar para demostrarle que si es capaz.

—A la cama puta —Jungkook se estaba tomando demasiado en serio sus palabras, con las nalgadas, la tortura con su lengua y ahora con ese apodo tan sucio.

¿Pero eso es lo que le encantaba a Jimin, no?. Él no protestaba, simplemente acataba como un sumiso, el sumiso de su propia lujuria.

Se recostó en el medio de la cama, y se quitó sus últimas prendas mostrando su hermoso cuerpo desnudo y caliente. El azabache también se despojó de sus prendas lentamente frente al pelirosa, diciéndole indirectamente "todo esto será tu postre". Y Jimin no lo dejaba de ver, era demasiado hipnotizante todo ese musculoso cuerpo tatuado, ese apuesto y perfecto rostro, y lo más importante, esa grande cosa erecta que tenía entre las piernas.

Claro que lo veía como un platillo.

Se tiro encima de él, y empezó a besarle y lamerle todo el cuello, también la clavícula, bajando hasta su pecho y mordisquear sus pezones para escucharlo gemir. Le gustaba saborearlo eso no era un secreto, era como si él fuera un dulce, su dulce favorito.

Tomó sus muslos y los subió en sus hombros, se miraron muy excitados, el silencio que había abría paso a escuchar sus respiraciones agitadas, y a los gemidos que a continuación iba a emitir.

—¿Quieres hacerlo sin condón? No me he acostado con nadie, y también me aseguro de ducharme adecuadamente —mencionó el azabache mientras le acariciaba de arriba hacia abajo con la yema de sus dedos los muslos.

Jimin sonrió—. ¿Por qué no? Solo con una condición —lo miró directamente a los ojos y espetó—. Vente dentro de mi, por favor.

¿Cual era el cometido con eso? ¿A que era lo que quería jugar ahora?.

No importaba. A ambos solo les importaba que al fin se sentirían sin una cosa de látex interponiéndose.

JK sonrió.

—Como usted pida, majestad.

Entonces sin hacerse esperar tanto, Jungkook metió de una estocada su pene, ambos emitieron un asombroso gemido, la sensación de sentirse piel contra piel era majestuosa, el azabache sentía las paredes apretadas, suaves y calientes de Jimin, y él su miembro duro y grande amoldarse a ellas a la perfección.

—Carajo, me voy a derretir —jadeo Jungkook arrugando su nariz. Pero de inmediato empezó a moverse empujando su pelvis para entrar con más profundidad, les encantaba, lo reflejaban con sus jadeos y gestos—. Mierda, que rico.

Las embestidas de Jungkook aumentaron de velocidad cuando el placer comenzó a aumentar en ambos. Lo penetraba como fuerza, velocidad y profundidad sujetándose de sus mulos y apretándolos al mismo tiempo. Por su parte Jimin apretó las sábanas con fuerza, mientras gemía entrecortadamente juntando sus cejas en un gesto de total placer.

—¡Haaa! ¡De-Deja... Ingg! ¡JK De-Déjame estar... a-arriba! —pidió el pelirosa, y claro que la petición le encantó al rebelde, pues además de que quería ver de lo que era capaz, le encantaba la idea de tenerlo encima de él.

Así que cambiaron de posiciones, ahora Jimin estaba arriba suyo por primera vez, estaba seguro apenas unas semanas de que era un virgen sin experiencia, pero al conocerlo mejor en el sexo y además de descubrir aquellos juegues temió por sus encantos, pues más allá de verlo como una lasciva obra de arte, era un demonio sexual capaz de lo imposible en esos momentos de placer.

El mismo tomó el pene de JK y lo puso nuevamente dentro de él y la sonrisa que puso lo estremeció por completo, era tan sexy y tan hermoso al mismo tiempo, le encantaba.

Jimin comenzó a dar brincos encima suyo, apoyando sus manos en su abdomen marcado, entonces todo se hizo más rápido, se estaba moviendo de una manera fenomenal ¿como? No lo sabía, simplemente disfrutaba de sus caderas que parecían tener vida propia, subían, bajan y daban vueltas.

—¡Ah, haa! ¡Ah! —gimió el pelinegro sosteniendo al pelirosa de la cintura—. Mierda, lo estás haciendo muy bien ¡haag!.

Cuando bajo su mirada pudo ver por el espacio que había entre las piernas de Jimin y su pelvis como su pene entraba y salía de aquella húmeda entrada, tan malditamente delicioso.

—¡Haah... que bien s-se siente! ¡Ah, ah! —dijo Jimin entre sus gemidos. La diferencia entre un pene de plástico y un pene de carne era enorme, nada podía compararse con esas sensaciones que sentía cuando estaba con JK—. ¡Haaah! ¡M-Mis piernas!.

Le temblaban, no tanto por la fuerza ejercida sino por qué su orgasmo se estaba acercando con fuerza.

El azabache lo bajo poniéndolo a lado suyo, lo puso de lado igual que el, tomó su pierna y la subió, dejo su otro brazo en el cuello de Jimin y entró nuevamente en el, este morido su labio y se aferró al brazo tatuado de Jungkook.

Las estocadas siguieron, en esa posición nueva y perfecta, cuerpo a cuerpo, colacionando su pecho y espalda, el sudor escurriendo por sus cuerpos se mezclaba y era algo tan jodidamente bueno para ambos. Jungkook le mordía y besaba el cuello y también el hombro al mismo tiempo que lo embestía con movimientos y velocidad perfecta.

Pronto Jimin se corrió con un fuerte y prologando gritó—. ¡Ahhh! ¡JK hazlo ahí, me-me gusta! —pasó su mano hacia atrás tocándole y apretándole una nalga al rebelde rogándole que nuevamente hiciera lo que hizo hace un momento: tocar su punto dulce con su polla.

—¿Aquí? —empujó su pelvis con fuerza, Jimin volvió a gemir y a correrse, entonces cuando Jungkook sacó su miembro le fascinó verlo mojado, pues eso le decía que algo había hecho bien—. Me encanta, maldición.

Unas cuentas estocadas más bastaron para que Jungkook se viniera por completo dentro del pelirosa, y la sensación que sintió al esparcirse dentro de él fue inexplicable, los gemidos que emitió y sus ojos en blanco solo eran una pequeña muestra de lo que realmente sentía.

—¡Ingg! Ahhh —Jimin dejó caer su pierna mientras trataba de llevar aire a sus pulmones con grandes bocanadas de aire—. Yo... creo que voy a... morir.

Los músculos de Jungkook se comprimían, y sintió pena al separarse de él, ambos tenían partes de su cuerpo temblando, además de las respiraciones desbordadas, el sudor en todo su cuerpo y sus corazones palpitantes. Pero ambos estaban satisfechos, y era lo que importaba.

—Creí que necesitarías de las palabras de seguridad, pero parece que íbamos al mismo nivel —habló el pelinegro y se volteó a mirar a Jimin—. ¿Te gusto? Lo hicimos bien.

—Fue algo muy rico —el también se volteó a mirarlo con una sonrisa de satisfacción—. ¿Por qué eres tan bueno en el sexo? Dime tus secretos.

Jungkook río—. No los tengo, solo veo lo que te gusta y lo hago. A ti te gusta que lo hagan profundo y rápido, también te gusta que te besen y no específicamente el cuello o los labios.

Jimin asintió culpable entre risitas.

—Tú una máquina sexual ¿donde estuviste todo este tiempo que me masturbaba con esas cosas de plástico? Si solo tan solo te hubiera conocido antes... —se miraron en silencio por unos segundos, aún sus corazones palpitaban con fuerza y sus pupilas seguían dilatadas.

—Te hubiera dicho también que si —dijo el pelinegro quebrando el silencio—. Tal vez no somos del mismo mundo pero que bien nos complementamos ¿no? —colocó su mano tatuada en su cintura y lo acercó dejando muy cerca sus rostros—. Nos encanta esto, tú me encantas Jimin, eres jodidamente hermoso y sensual.

—También me encantas, de todas las maneras posibles JK —contestó Jimin, y entonces lo jalo de la nuca juntando sus labios en un beso.

La acción estaba lejos de terminar, habían pagado tres horas en aquella corriente habitación y apenas llevaban una hora. Y claro que aprovecharían las que aún faltaban, pues nuevamente estaban listos para volver a revolcarse.

Cuando se traban del sexo jamás se cansaban, no tenían un limite, pero ese era el menor problema, había otras cosas más importantes en realidad.

Madre 💬 : ¿Jimin dónde estás? ¡Tienes que regresar a casa inmediatamente!

Madre 💬 : Yoongi viene aquí para verte, tienes que regresar ahora.

Madre 💬 : ¿Por qué no atiendes el celular? ¡Park Jimin!.

El celular de Jimin tirado en el suelo debajo de la ropa de ambos sonaba y sonaba, mientras Jimin gemía una y otra vez sin siquiera importarle otra cosa...

—¡Ahh-h! ¡JK amarillo! ¡amarillo!.

...más que el sexo.

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