Numero seis.
Modelo perfecto.
A pesar de que habían pasado unos días. Jimin aún podía sentir aquellas sensaciones turbulentas en su cuerpo. No podía cerrar los ojos ni por un segundo, pues el recuerdo de esa noche asaltaba su pensamiento, y no es que fuera malo, sino todo lo contrario.
Casi siempre las primeras veces de algunos no surgen como lo imaginan, pero con Jimin había sido al revés. JK le había dado su mejor primera vez, y no podía atreverse a negar que aparte de ser guapo, era realmente bueno en la cama.
Ese mismo día al terminar de ducharse, y mientras se miraba al espejo noto que algo había cambiado, y no hablaba del estúpido brillo de los ojos del que las madres hablan. Sino que estaba feliz y satisfecho, había logrado probar el extasis sexual que tanto anhelaba.
Noto algunas marcas rojas en su cuello y muslos internos, pero nada que no pudiera cubrir con maquillaje.
En ese momento se tocó los labios, el cuello, el pecho y el abdomen. Alguien lo había tocado, y claro que fue especial, pero no de una forma romántica, sino porque después de todo fue su primera vez, y había realizado al fin su cometido.
Pero como todo lo bueno, siempre debe venir algo malo; Al día siguiente su cuerpo estaba totalmente adolorido, no podía moverse sin abrumarse, y era algo normal, después de todo había sido realmente salvaje.
—¡Jiminie ven aquí! —se escucho un grito desde abajo—. ¡Te traje mochi! —era la voz de Taehyung llamándolo, pero no recibió ninguna repuesta, así que entonces subió junto al mochi por su cuenta y entro a la habitación de Jimin—. ¿Estás sordo o algo por el estilo?.
—¿Ah? —el peliazul abrazaba boca abajo a su enorme peluche de pollito, envuelto en las sábanas con su rostro cansado, he inchadito.
—¿Qué te sucedió? —se sentó en la cama junto a él dejando la bolsa del mochi sobre la cama.
—Me rompieron el culo —contestó yendo al punto, el castaño abrió mucho los ojos tomando por sorpresa.
—Ah, bu-bueno, normal, común, si... —se rascó la nuca sin saber que decir. Saco de la bolsa el mochi y se lo mostró con una sonrisa—. ¿Quieres mochi?
Jimin sonrió, y asintió—. Odio que me conozcas también —sujeto el dulce pero rápidamente Taehyung se lo arrebató—. ¿Qué haces? Me lo compraste a mi.
—Dame.
—Nunca, dámelo es mío, a mi me rompieron el culo. —se lo arrebato, el castaño frunció el ceño y le jalo unos mechones de su azulado cabello—. ¡Ay! ¡Duele, suélteme!
—Dame, se compartido y tú te buscaste que te rompieran el culo. —Jimin no se quedo atrás y también le jaló el cabello—. ¡Ouch! ¡Déjame ir!.
—Si me sueltas te suelo —dijo y de inmediato ambos se soltaron, para después sobarse la cabeza adoloridos—. ¿Por qué siempre peleamos por comida? Parecemos estúpidos.
—Lo siento.
—También lo siento.
Finalmente compartieron el mochi. Tae le contó todo lo que estaba sucediendo hasta ese día con Hoseok, manteniéndolo informando y actualizado. Y Jimin por su parte Jimin que casi le presumió su primera vez, no hubo muchos detalles, solo los importantes.
La tarde transcurrió entre actividades comunes entre ellos; Ponerse mascarillas, escuchar música, tomarse fotos, y claro comer.
—La voy a subir a mi instagram —aviso Jimin viendo la foto que se había tomando con su mejor amigo. Disfrutaba restregarles la hermosa amistad que habían llevado por doce años.
—¡No lo hagas! —lo interrumpió—. ¿Y si la ve Hobi? Es decir, ya me conoce en persona, pero mira mi rostro ahí.
El de cabello azul volteó los ojos con una sonrisa—. Tae, tranquilo eres el chico más lindo que he visto, te vez muy guapo de todas formas —lo animó, pero no le mentía, Taehyung era de verdad guapo.
—Bien, pero ponle hashtag en fachas —agrego nuevamente, y ambos rieron.
Pero callaron cuando escucharon que tocaron la puerta.
—¡Jimin cariño! ¿Estás con Taehyung? —era su madre al otro lado de la puerta.
—Hola madre, si estoy con él, pasa —contestó y ambos se levantaron del suelo cuando entró la mujer a la habitación—. ¿Qué pasa?.
—Claro, solo quería avisarte que mañana tienes una sesión de fotos a las cuatro de la tarde, por favor se puntual —repuso la mujer sonriendo. Jimin asintió serio—. ¿Ya cenaron? Podemos pedir algo si quieren.
—Gracias señora Park, eso sería estupendo —habló Taehyung haciendo una pequeña reverencia con su cabeza.
—Entonces yo me encargaré. ¿Vas a quedarte a dormir Taehyung? —el mismo asintió—. Bien entonces iré a pediré la cena —dijo y luego se marchó de la habitación cerrando la puerta.
Jimin aún seguía enfadado, no podía ser igual de hipócrita, simplemente no olvidaba que pronto lo casarían con quien sabe quien a la fuerza, y por conveniencia. Ni siquiera era un berrinche, se trataba de su futuro. Pero aunque no quiera ser hipócrita, si podía ser mentiroso.
💬: Te veo esta tarde a las 5:00pm, y ni que se te ocurra llegar tarde.
💬: Ubicación: Park Jimin.
5.7 km de distancia📍
JK 💬: Tranquilo, estaré ahí.
💬: Más te vale, muñeco.
[...]
Por alguna extraña razón Jimin había logrado intimidar solo un poco a Jungkook, él admitía que tenía una presencia fuerte y muy atrapadora, era el ser más hermoso, pero imponente que había conocido. Así que ante su llamado, verifico llegar al lugar indicado, unos minutos antes de la hora designada. No realmente era por miedo a la actitud de Jimin, sino a la probabilidad de perder dinero solo por eso, y claro que no lo permitirá.
—¿Qué diablos? —él pensó que iba llegar a un hotel, o a un departamento, pero en cambio de eso se encontraba en la puerta de una empresa. Camino inseguro al mostrador encontrándose con una mujer de rostro amargado—. Hola, estoy buscando a Park Jimin.
La mujer lo miro sobre sus anteojos, con una mirada un poco despectiva por su apariencia.
—Así que tú eres el chico de las cinco. —dijo y devolvió su mirada a su monitor—. Toma el asesor hasta el piso cuatro. —apuntó con su dedo hacia el pasillo del elevador.
Jungkook no dijo nada más y tomó aquel ascensor hasta aquel piso, al salir había un largo pasillo de paredes blancas, y en el medio había una sola habitación, donde podía escucharse música baja y un reflejo de flash contra las paredes. El pelinegro se dirigió hasta ahí, y paro en el marco de la puerta cuando vio a toda esa producción, luces, vestuarios, maquillistas, fotógrafos, y un escenario grande donde se encontraba Jimin al medio, con un atuendo y maquillaje que lo hacía lucir aún más hermoso.
—¡Jimin ve a la cámara! —pidió un hombre apuntando frenéticamente al peliazul con su cámara, tomando una foto tras otra—. Eso es hermoso, que bonita sonrisa. Dame otra pose.
Jimin despegó un poco su mirada de la cámara dándose cuenta de la presencia de JK en la habitación. Pero entonces, volvió a lucir para la cámara, esta vez haciendo poses muy sensuales, tocándose los labios, el cuello, moviendo su cabello y sacando un poco sus caderas.
—¿Te gusta? —preguntó él, y no para el fotografo, sino para el chico tatuado que lo miraba mordiéndose el labio inferior desde el marco de la puerta.
—¡Pero claro que si! Dame un par más —tomó unas cuentas fotos más, y después la sesión terminó—. Gracias joven Park, siempre es un gusto trabajar con usted. —el fotógrafo hizo una reverencia junto al demás personal.
—Es un placer —Jimin también se inclinó en una pequeña reverencia junto una sonrisa.
—Las imágenes serán supervisadas por la marca primero, después se las haremos llegar. Entonces si hemos terminado, nos iremos primero —después de hacer ambos una última reverencia se retiraron.
—Estoy aquí, cinco en punto, como lo pidió su majestad —habló Jungkook y avanzó hacia Jimin mirando todo el lugar con curiosidad—. Debería llamarte Pandora, estás lleno de sorpresas. Eres modelo.
—Desde niño, y me sorprende que aún no lo supieras —contestó él—. ¿Vives abajo de una roca o algo así? —cruzó sus brazos incrédulo—. ¿Conoces lo que son revistas?.
—No se de que demonios me hablas, tú mundo es muy diferente al mío, ya deberías saberlo —señaló parándose frente de él, guardando sus manos en los bolsillos de su jean.
—Pronto sabrás de lo que hablo —sonrió sin mostrar sus dientes—. Responde ¿como crees que me veo?.
—¿Bien? —hizo una pregunta sin estar muy seguro de que decir—. Digo la ropa es linda y además pusieron sombra en tus ojos, creo que si, bien —encogió los hombros.
—¿Y como crees que me vería sin ella? —volvió a decir con una voz baja y sensual.
—Mejor —afirmó el azabache recordando que Jimin sin ropa era como ángel—. ¿Por qué preguntas? ¿Quieres que te la quite? —encorvó una ceja.
⚠️AVISO⚠️ ESTA PARTE TIENE ACTOS SEXUALES EXPLÍCITOS, SI NO ES DE TU AGRADO SAL DEL CAPÍTULO, PERO SI TE QUEDAS SE RECOMIENDA DISCRECIÓN.
—Me fascina que preguntes, buen chico —Jimin se acercó hasta que su cuerpo rozó con él de él, sus mulos se tocaron, sus pechos colisionaron y respiro profundamente, este se inclino y musitó—. Y si, quiero que me la quites y me lo hagas aquí mismo.
—Lo que pida su majestad.
Y entonces alargó sus manos hacia Park quitándole, casi arrancándole, la camisa azul de tul que tenía puesta, para luego besarle cada milímetro de piel que había descubierto.
Jungkook aún estaba indeciso sobre que parte era la que más le gustaba de su hermoso cuerpo. ¿Su torso, sus piernas, o su divino trasero?.
Tal vez no podía escoger una, todo en él era totalmente sublime.
A su costado había un sofá, afortunadamente. El suelo era incómodo, y se desharía del calor del momento. Era un sofá grande, con tela de terciopelo rojo, perfecto para aquel lascivo momento. Jungkook lo tendido sobre el y se colocó encima sin poner todo su peso. Entonces se deslizó hacia abajo para saborearlo, degustándose y deleitándose nuevamente como aquel día. Luego con rapidez le quito el pantalón junto a los calzoncillos.
Sin duda no podía determinar su parte favorita, era maravilloso por donde lo mirarás.
—Dame tus dedos —Jimin le pidió, le sujeto el dedo de en medio y el anular, llevándolos a su boca, humedeciéndose con su propia saliva—. Ya están, ahora mételos —bajo la mano del pelinegro hasta su entrada, este sonrió he introdujo sus dedos. El otro gimió y echó su cabeza hacia atrás—. ¡Haah! ¡Así!.
Jungkook movió sus dedos ágilmente, hasta lograr llegar a ese punto dulce que lo haría correrse al instante con un prologando grito. El azabache lo disfruto, era como si le dijera indirectamente que es asombroso haciéndolo.
—Por un demonio, eres tan delicioso —un gemido ronco se escapó de su garganta, tenía que adentrarse en él, hundirse en aquel caliente agujero ya.
Primero se quito la camiseta, luego sacó un condón del bolsillo de su pantalón, y también se lo quito junto a los bóxers precipitadamente, abrió la envoltura y desenrolló el condon en su dura polla. Le tomó las caderas y lo hizo voltearse de espaldas bruscamente, Jimin se puso a cuatro y volteó hacia atrás, observando como Jungkook alineaba su miembro con su entrada. Y entonces sin esperar más se deslizó dentro de él.
—¡Haaa! ¡JK si! —tomó sus nalgas y las apretó mientras lo embestía. Jimin arqueo sus caderas para que pudiera penetrarlo más profúndame—. ¡Haah! ¡Haaah dios!.
—Mierda, haaa —las estocadas eran duras y rápidas, los choques de sus pieles podían combinarse con sus ruidosos gemidos, y entonces Jimin volvió a llegar al orgasmo con un gran gemido de placer. Jungkook sintió una presión en sus huevos a medida que se llenaban... hasta que se corrió—. ¡Haaa, hijo de...!.
El azabache salió de él, y llevo aire a sus pulmones al igual que el peliazul. Ambos se detuvieron por un momento para recuperarse del acto frenético.
—Me tengo que ir ahora, ¿quieres que te lleve? —preguntó Jimin con la voz agitada.
—No te preocupes, iré yo solo —contestó Jungkook para luego levantarse y ponerse su ropa—. Llámame si necesitas algo —ambos sonrieron.
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