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Numero catorce.


Peligro.

¿Era posible mantener relaciones sexuales y no crear sentimientos románticos por la persona con la que te acuestas, con la que compartes tu intimidad?. La respuesta era clara, aunque no lo suficiente para Jungkook y Jimin. Una parte solo estaba en búsqueda de la satisfacción, y la otra... Era en parte incierta, los pequeños detalles no bastan, ¿o tal vez si?.

Desarrollar sentimientos puede ser un tanto difícil, aunque, en el término del amor es complicado, aveces puede ser inmediato, y otras veces tardando y enredado. Además de que aquel sentimiento suele ser el más doloroso.

El amor no es color de rosa, y todos tenemos miedo de enamorarnos y perder en el intento.

Y probablemente es por eso que no sabemos una respuesta concreta por parte de esos dos. Por que claro que compartir tu intimidad con alguien más hace relación con los sentimientos, pues te estás desnudando literal y figuradamente. Aunque el miedo puede más, y nunca te das cuenta.

—Estoy sediento ¿qué hora es? —Jimin se levantó de la cama totalmente cansado, había perdido la cordura y la noción del tiempo por esas horas de placer—. Que desastre.

Busco su celular entre la ropa y sábanas tiradas mientras se bebía una botella de agua, cuando encontró el móvil antes de fijarse en la hora, observo los mensajes de su madre. Entonces abruptamente se apresuró a recoger su ropa.

—¿Ahora qué? ¿no estás cansado? —preguntó Jungkook levándose de la cama desconcentrado por la rapidez en la que actuaba Jimin—. Oye ¿qué haces?.

—Tengo que irme de inmediato, mis padres van a matarme —contestó arreglando su ropa para que no se notara desalineada.

El azabache no entendió nada, y es que no lo hacía porqué él jamás le había contado algo sobre su vida. Noto la preocupación en su rostro, y no se atrevió a preguntar que era lo que lo tenía tan preocupado, aunque en en sus adentro quisiera hacerlo.

—Te llevó, si tomas un taxi tardarás más —dijo sin nada más que ofrecer.

—Está bien, ponte la ropa y vámonos —respondió no muy seguro.

¿Y si lo veían con él? Ese no era parte de su plan, no era parte de su plan poner como el malo del cuento a JK, en realidad ¿quien era el malo de ese cuento?.

—¿Sigue aquí? Ese tipo de verdad —musitó Jimin fuera de la puerta de su casa, fijándose desde lejos en la camioneta negra que por supuesto no le pertenecía a su familia, sino al chico que pretendían ser parte de ella—. Gracias por traerme JK.

Se bajo rápidamente dejando el casco en el asiento, Jungkook aún no comprendía, y es que había escuchado el susurro que dijo al llegar ¿cual tipo? ¿familia? ¿un primo, un hermano?.

—¡Jimin! —lo llamó, el mencionado se detuvo y lo miro. La inseguridad lo consumía, no se atrevería a preguntar de qué chico hablaba, así que solamente le dijo como siempre su única respuesta—. Llámame para la próxima.

El pelirosa asintió sonriendo—. Claro, nos veamos después, regresa con cuidado.

Entonces siguió con su camino con pasos apresurados. La puerta se abrió y él entró, ahora estaba dentro de su reino, no había nada más que hacer, una vez más había terminado otro de sus encuentros, pero... «¿De qué tipo habla? ¿Y por que le inquietaba tanto?» La intriga incitó a Jungkook a quedarse fuera de su reino, observando.

—¿Qué maldito tipo? —se pregunto sacando un cigarrillo de la caja que llevaba en el bolsillo del pantalón—. No me digas que es ese del restaurante.

Aquel recuerdo regreso, pero si el era el mismo eso confirmaba que no era solo un juegue o una máquina, como lo era el, si no alguien que tenía permitido entrar al reino de Jimin, alguien apropiado y admitido.

[...]

No era el momento indicado, por supuesto que no lo era. Detestaba que me hicieran esto, mi cuerpo aún sigue abrumado por todas las cosas que hice y todos los orgasmos que tuve estando con JK, y ni siquiera tuve tiempo de asearme. Estoy hecho un asco, y solo quiero huir.

—¿Ya viste la hora que es Park Jimin? ¿donde te metiste? ¿qué estabas haciendo y con quien? —mi madre me lleno de preguntas en cuanto cruce la entrada.

—Estaba con Taehyung y Hoseok haciendo un proyecto, mi celular se quedó sin batería —mentí. Ella me miro de arriba hacia abajo con una mueca en su rostro.

—¿Acaso jugaron con animales? Mírate tan desalineado, y ese cabello otra vez te lo teñiste, dios Jimin algún día te quedarás calvo —me sujeto del brazo llevándome junto a ella—. Yoongi está aquí, y se suponía que te llevaría cenar pero mira qué hora te presentas, lo menos que puedes hacer es sonreí y obedecer.

¿Lo menos que puedo hacer? Claro, había olvidado que soy una lata vacía para ellos.

—Al fin, mira quien llegó —mi padre siempre tan hipócrita como su esposa, mostrándome una sonrisa cuando de verdad quisiera darme una bofetada—. Jimin hijo ¿donde te metiste?.

—Haciendo tarea de la universidad con Tae —conteste, sin ninguna expresión en mi rostro tratando de no moverme de mi lugar.

¿Qué quería que hiciera? Aún podía sentir el semen de JK correrse por mis piernas.

—Bueno, ya estás aquí —dijo y me llevo hacia el prodigio del derecho, quien me sonrió levemente, él no era de mucho sonreí y al menos eso me tranquilizaba.

—Hola Jimin, me da gusto volver a verte —habló, yo le sonreí fingidamente y solo por un segundo. Aunque los ojos de él se clavaron en mi observándome, mejor dicho, inspeccionándome de arriba hacia abajo.

Mierda las marcas de mi cuello.

Rápidamente las cubrí con mi mano.

—¿A que se debe esta reunión tan repentina? —pregunte nervioso y no tanto porqué descubrieran que me había revolcando con alguien hace apenas unos minutos, claro que quería, pero no era el momento—. El trabajo fue cansado así que...

—Si me lo permiten señor Park —habló nuevamente Yoongi—. Y si también me permites Jimin, me gustaría darte algo que está afuera, en mi camioneta.

—¿Un regaló? No debías —solo no esperaba recibir una cosa redonda, de oro con la medida de mi dedo anular. Podía ser cualquier otra cosa; flores, peluches, comida lo que sea menos esa cosa—. Vamos entonces.

Quería que esto terminara pronto, era una tortura, no quería ahí estar con ellos fingiendo, quería estar dentro de mi tina lavándome todo el sudor y semen que traía encima, no aquí viéndome "puro" solo para él.

Sus guarda espaldas abrieron la cajuela de la camioneta y sacaron de ella un gran arreglo floral con múltiples estilos de flores, junto a una caja considerablemente grande.

—Lo traje para ti, realmente me gustaría seguir estando a tu lado conociéndote y apreciándote Jimin —dijo Yoongi con las manos en su espalda, serio—. Permíteme salir contigo una vez más.

—Yo... —no quería, lo odiaba solo por el simple hecho de que contribuye en la tortura de mis padres—. No lo...

—Puedes venir cuando quieras —me interrumpió mi madre, yo abrí la boca desconcertado—. Eres bienvenido a nuestra casa Yoongi, y Jimin estará feliz de aceptar salir contigo ¿cierto cariño?. —me tomo del hombro y me apretó con fuerza.

¡No claro que no! Pero el decir que no en ese momento, era arruinar mis planes vengativos, y no lo iba a permitir.

—Si... —mire al suelo, y sin darme cuenta ya tenía sus manos sobre mi—. ¿Qué hace...? —cuando nuestras miradas se encontraron y su cuerpo estuvo cerca el mío había algo, una aura extraña.

No sentí ningún tipo afecto en su tacto, había una sonrisa pero probablemente era totalmente fingida, había algo en Yoongi que aún no terminaba de cuadrarme.

—Gracias por aceptar Jimin —dijo.

¿Qué clase de persona realmente eres tú? Yo me pregunto eso ¿tú también lo harás conmigo? Después de verme las marcas en el cuello seguro sospechas algo, pero preferiste callar.

Yo no te gusto, tampoco quieres realmente casarte conmigo, quieres descubrirme.

[...]

El pulso se le aceleró a Jungkook cuando vio esa escena, se fijó bien y sus sospechas eran ciertas, era el mismo chico de piel pálida, cabello negro y rostro serio del restaurante. Flores, un regalo ¿qué era lo que estaba sucediendo? A sus padres perecía gustarles, y a Jimin... No podía distinguirlo, pero ese contacto visual que ellos mantenían causaba que la sangre le hirviera.

—¿A qué estás jugando Park? —masculló para sí mismo, tenso su mandíbula y bufó. Tal vez no tenía el permiso para enojarse pero lo hizo—. ¿Qué demonios es él para ti? ¿Algún tipo de novio?.

Si era así ¿entonces que hacía follando con él? Cuando ya tenía un hombre que pudiera satisfacerlo, y que además era aceptado en su reino.

Odiaba la idea de qué solamente estuviera jugando con él, pero espera... ¿jugando? ¿a que exactamente?. Solo follaban, salían, compartían intimidad y hasta sus mundos, no era tan importante ¿o si?.

—Mi muñeco, mi jugué, si claro —Jungkook subió a su motocicleta y se colocó el casco—. Seré adicto a ti, pero no soy un idiota —arrancó su vehículo con velocidad.

¿Se merecía una explicación? Mejor dicho ¿los compañeros exclusivamente sexuales se merecen una explicación de la vida privada de su otro compañero? Claro que no, el contrato era claro y también las palabras de Jimin «No pienses en mi como tú novio». Tan claro como el agua, pero dicen que los sentimientos románticos son más fuertes que cualquier cosa. Tal vez están en lo cierto, y eso era peligroso.

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