JungKook dejó un besito sobre la nariz de TaeHyung cuando este estuvo lo suficientemente dócil. Había un toque de preocupación en sus bonitos ojos claros.

— Tienes un lunar ahí.

TaeHyung se dejó mimar mientras pensaba en el porque su padre no atendía las llamadas. 

— JungKo-

— Mira, aquí tienes otro.

Mencionó emocionado, acariciando las mejillas de su hyung para posar su labios en su pómulo derecho. 

JungKook estaba tan feliz que TaeHyung no se atrevió a preocuparle, sonrió y se abrazó de su cintura. 

Su mirada recorrió sus hombros, situándose en un redondo y bien marcado lunar sobre el cuello blanquecino, sonriendo con malicia dejó que JungKook se relajará para después de su cometido poder escapar.

Y así lo hizo, mordiendo la zona y escapando sin éxito.

— Hyung me ha marcado, ahora no podrá escapar.

JungKook rió tirando del brazo de su mayor, este quedó capturado entre sus brazos una vez se estrelló contra su pecho.

Los ojitos de TaeHyung se cerraron por instinto cuando el azabache se acercó a él y juntando sus frentes meneó su cabeza suave y luego brusco.

— Pequeño rufián.

Esta vez el gatito perseguía al conejito.