Un gran caos rodeaba el hostal dónde residían los dos jóvenes fugitivos.
La policía, la prensa, los los apoderados de Camus y muchas más personas volvían el lugar en un verdadero 'espectáculo'.

Mientras que dentro del lugar, en la habitación número seiscientos sesenta y seis, Milo aún seguía abrazando el cuerpo adormilado de Camus. Incluso cuando escuchó toda la bulla de afuera, solo dejaría pasar las cosas que deben pasar.

─ Milo...─ sujeto con fuerza la chaqueta de quién llamó.

─ Despertaste, ¿estás bien? No te preocupes por el ruido, yo ya prepare bien lo que tengo que decir, ellos no te llevarán a la cárcel. Tú serás mi presa, momentáneamente ¿si? Dirás qué fui yo quien te obl-

─ No quiero volver, no quiero volver jamás a ese lugar... Nunca. Si yo vuelvo, todo se volverá un infierno ahí.

─ ¿Eh?... No creo que... tú seas el problema.

─ Lo soy.─

Ambos se levantaron mientras se miraban con una expresión muy rara de comprender. Quizá solo ellos sabían lo que quisieron transmitir.

Y de repente un fuerte estruendo en la puerta los hizo volver en sí. Y al mismo instante ya se veían rodeados de la policía, que con armas en mano pedían que se rindan.

─ ¡Ese es! Ya mató a dos de mis amigos... E-el es... La última vez susurro algo en el oído de Hyoga y... Y luego, ya saben, se volvió completamente loco y se tiró a las vías de tren del subterráneo.─ hablo con todo el miedo del mundo, era el mismo chico que había visto ayer.─ Y-yo lo ví, ¡yo vi las dos veces que el los mató! E-es él.

Camus dejo caer sus hombros mientras no entendía a quien se refería.. no, más bien intentaba negar  ver la realidad. Desde el día de ayer sentía que algo muy raro pasaba con Milo, o tal vez nunca quiso darse cuenta, sería un error pensar que alguien tan bueno como Milo haya cometido homicidios sin razón.

Negó con la cabeza, mientras intentaba hablar.

─ El no pudo haber hecho nada de eso, no es cierto... El es la persona más amable y graciosa que puedan conocer, no mataría a nadie sin razón.─ apretó sus puños sabiendo que todas esas palabras eran para encubrir su propio miedo.
Pero no todo ahí era mentira, de verdad era el chico más amable y gracioso que conoció pero...─ Milo, dime ¿a cuántos mataste?─ no le dirigió la mirada porque si lo haría ya no podría contener sus lágrimas.

─ Camus...─ se acercó para tomar su muñeca.─ Ni nuestros dedos de la mano y el pie juntos podrían contarlos.─ cuánto hubo dicho esto lo jaló hacia la salida aún viendo que todos lo apuntaban con las pistolas.─ Tapa tus ojos.─ ordenó.

El chico subió su bufanda hasta cubrir sus ojos, sus decisiones no tenían coherencia, se dejaba llevar por un homicida y lo sabe pero aún así no quería dejar que todo acabe, la historia tiene que continuar.

Mientras que, Milo dejo crecer su gran uña escarlata para atravesar a todo aquel que se le pusiera en frente, de esa manera logró abrir un camino.
Debía apresurarse porque las balas podrían alcanzar a quien corría tras él.

─ No lo dejen escapar, ¡se robó a mi inocente sobrino!─ grito alguien desde la multitud.

Está voz hizo que Camus se pare en seco, y ya no quiso avanzar más, su manos temblaban y su voz quería pedir perdón por costumbre.

─ Camus... ¡Ven!─ Milo estiraba la mano para que el otro lo alcance pero no logró nada, incluso si lo intentaba jalar.

─ Me está buscando, si no voy con él, le traerá más problemas... Yo

─ Cam- no... Cubito escúchame, sabes que soy un maldito homicida, pero solo quiero protegerte ahora, solo eso. Ahora deberás correr en línea recta, corre y no mires atrás, no retrocedas y corre hasta que puedas escuchar mi voz de nuevo, no te saques la bufanda de los ojos. ¡Corre amor mío!

─ Milo...

─ ¡Corre yá!

Aún con todo el miedo Camus comenzó a correr, y en cuanto dió sus primeros pasos un sonido de bala lleno el lugar.
Su cuerpo seguía corriendo pero su corazón pedía parar y regresar con él, seguro le habían hecho daño y nunca más lo volvería a ver.

Pero no paraba, en el fondo confiaba en la promesa que su Milo le había hecho.

Mientras que lejos de sus sentimientos, la razón le decía que en cualquier momento podría ser atropellado ya que no veía nada. Pero de igual forma ya había dejado de escuchar todo el ruido, solo sentía un firme camino que no tenía curva ni final. ¿Que sucedía? No importaba, ahora solo corría hasta escuchar de nuevo la voz de su amado Milo.

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ஓீ͜͜͡͡ ೫̥͙ʚ🌿ɞ೫̥͙ ┊🤍❤️ SaoriBelina
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Capitulo, cortito :c
Para la trama, la próxima ves su será más largo XD no tanto, pero si