Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

✽+†+✽ Fairytale ✽+†+✽

Esa mañana, el sol aún no asomaba sus rayos por la habitación, aún así había ya suficiente luz como para despertar a uno de los jóvenes del lugar.

Este, con una leve sonrisa tras recordar la madrugada se dirigió al baño, y en cuanto estuvo frente al espejo cayó en cuenta que no llevaba la bufanda que se había negado a quitarse durante todo ese tiempo.
Y era simplemente una razón detrás de tanta historia.

Camus se acercó al espejo para mirar con más cautela su reflejo, y entre tanta "delicadeza" en su rostro resaltaba de gran manera aquellas cicatrices en su cuello, y no, no eran las marcas de su aventura con Milo. Estás marcas eran duros recuerdos de su realidad, de la cual ahora intentaba huir.

Sus ojos al verse reflejados empezaron a cristalizarse, no era digno de ver a personas como él. Había hecho mucho daño a los demás y ese era su castigo, había jurado no amar a nadie por que no merecía nada ni nadie.

─ Estás horrendo... Recuerda lo que fuiste, no mereces a nadie.─ se hundía a si mismo mientras su mano recorría las cicatrices, estás rodeaban casi todo su cuello y más abajo gran parte de su espalda.

El jóven siempre vivió en un mundo oscuro, si, literalmente. Su madre ya vivía en pobreza, su padre a duras penas podía salir a trabajar y no pasó mucho antes de que la pobreza los termine dejando sin comer.

Las enfermedades en ese tiempo se expandían por todo lugar matando a todos y sus padres no eran la excepción.

Él quedó solo, aunque no por mucho.

En ese momento pensó haber encontrado salvación. Un joven muy amable y ejemplar decidió darle un hogar en dónde tampoco se vivía la buena vida pero era mucho mejor que comerse las sobras de las calles de mal vivir.
Ahora vivía en un pequeño departamento junto a su "tío" mayor, Saga dijo que se llamaba, más nunca mencionó su apellido y eso era lo de menos. El lugar era poco habitado y los pocos vecinos siempre eran desesperados que buscaban un lugar donde vivir, ¿la razón? los rumores dicen que hace muchos años hubo un gran homicidio en el lugar y que las almas de las víctimas rondaban por ahí en busca de venganza.

─ Tonterías...─ soltó una risa de burla al recordar todo por lo que había pasado, y no deseaba pensar más en ello. La terminar de lavarse el rostro fue en busca de su bufanda, sería mejor que se la ponga antes de mostrar su deforme cuerpo en la luz.

A penas había dado el primer paso fuera del baño y regresó a este en seguida, cerró la puerta mientras se tapaba la boca de la sorpresa. Había visto a Milo con la bufanda en mano, mientras aún despertaba bien.

─ Se que estás ahí, hiciste mucho ruido y ni siquiera cerraste la puerta del baño así que pude escuchar que lavaste algo... O no sé. Ahora no te hagas y sal de ahí, ¡si pasamos más tiempo aquí no será buena idea!

─ Si, voy a salir y perdón por despertarte... Pero dame mi bufanda ahora.─ entre abrió la puerta y sacó su brazo para pedir la prenda.

Pero solo sintió un apretón de manos.

─ ¿Porqué? Se que es tiempo de nevada sin embargo no creo que necesites estar día y noche con esto, además desde que nos conocimos no la has lavado... Nah, ninguna de nuestra ropa fue lavada pero dime ¿para que la necesitas? ¿Te da frío?

─ ¡Si eso! Ahora dámela ya.─ pedía con insistencia.

─ Ay vamos, sal por ella~

─ Solo... Dámela ya, si no me la das, no voy a salir.

Milo solía ser muy persistente, obstinado hasta el punto de caer mal a quien lo conociera. O al menos eso es lo que dirían el 80% de las personas que lo conocieron.
Pero anteriormente ya había prometido hacer las cosas diferentes con él, así que ahora era el momento.

Decidió respetar la decisión que tomo el otro, y sin más entregó la prenda que tanto pedía. Tenía demasiadas ganas de preguntar todo ¿Por qué se la ponía? Además, siempre cubría todo su cuello y hasta parte de su barbilla. Algún día se lo iba a preguntar, eso se dijo para si mismo.

¿Algún día? No. Queda poco tiempo para que todo esto termine, de ninguna manera el tiempo irá a su favor, si ambos no se apuran en decir todas sus verdades todo terminará como una historia cualquiera.


•·•·•·•·•·•·•·•·•·••·•·•·•·•·•·•·••·•·•·•·•·•·•·•·•·••·•·•·•·•·•·•·•
(Por alguna razón no puedo poner las imágenes)
•·•·•·•·•·•·•·•·•·••·•·•·•·•·•·•·••·•·•·•·•·•·•·•·•·••·•·••·•·•·•·•

El amor es duradero, es infinito, es lo más hermoso que se pudo inventar.
Quien lo haya hecho seguramente no pensaba bien, seguramente tenía algún tipo de vida en dónde todo estaba a sus manos.

El amor, a lo largo de la vida de muchos hombres en el mundo fue transformando su significado, tanto que ahora solo es un sentimiento quien sabe si eterno o temporal.

El mundo no es lo suficientemente cruel como para arrebatar dicho sentimiento de las personas que habitan el planeta tierra, y parece que los humanos se concentran tanto en el amor que aman a todo lo que se les pueda cruzar en el camino.

Y es increíble como todo de puede conectar a una causa, si, algo que impulso a que el mundo se pudiera crear o destruir. Así como hay causa, hay consecuencia.
Pero, ¿Villano de una historia de amor? ¿El villano nació con toda la maldad del mundo y el héroes nació con todo el amor?

El amor y el odio se viven con la misma intensidad, pueden ser sentimientos contrarios y complementarios. Pasar del odio al amor o viceversa.

Un "te amo" puede convertirse en "te odio" en cuestión de segundos.
Cualquiera que haya inventado estos dos términos puso al mundo en una cuerda floja con caída al abismo.

•·•·•·•·•·•·•·•·•·••·•·•·•·•·•·•·••·•·•·•·•·•·•·•·•·••·•·••·•·•·•·•

•·•·•·•·•·•·•·•·•·••·•·•·•·•·•·•·••·•·•·•·•·•·•·•·•·••·•·••·•·•·•·•

─ El mundo esta sumergido en un gran caos y aún así ningún humano recuerda sus pecados.

Una profunda voz se levantó desde la tinieblas.

─ Cada día mi angeles de la muerte van a hacer recuerdo de ello mi señor.─ está vez no solo fue una voz, sino que si era alguien con rasgos humanos en su totalidad.─ Pero jajajaja... Ellos en verdad son muy tontos, puede fijarse muy bien e incluso si mira sin cuidado puede notar que ellos están acabando con los de su propia especie.

─ No es solo eso, ellos están destruyendo la creación divina. Trabajamos demasiado en todo, pusimos todo bajo su reinado en la tierra y ellos solo quieren destrucción.

─ Por eso mismo nos estamos encargando de recuperar a la tierra santa que se les dió. En estos seiscientos seis años la muerte arrasó por descuido de los mismos humanos, así que, si nos siguen facilitando el trabajo pronto todos podrían ser erradicados.

Si quisiéramos describir el lugar, no se podría. Era como ver a la luz y la oscuridad conviviendo en armonía, las estrellas brillaban y el sol aún desprendía su cálida luz.

La voz había salido de la oscuridad, pero con cada palabra cambiaba de lado. Se dejaba ver como una gran presencia sin forma, incolora e inholora.

Seguramente el cerebro de cualquier ser humano quedaría en shock de tan solo ver el lugar.

•·•·•·•·•·•·•·•·•·••·•·•·•·•·•·•·••·•·•·•·•·•·•·•·•·••·•·••·•·•·•·•

•·•·•·•·•·•·•·•·•·••·•·•·•·•·•·•·••·•·•·•·•·•·•·•·•·••·•·••·•·•·•·•

Mientras tanto, los jóvenes fugitivos se preparaban para seguir huyendo de la ley.

Parece tan hilarante que ambos pudieran seguir libres, seguramente no es más que simple suerte o es que la autoridad está demasiado novata.

¡Toc, toc! Sonó la puerta. Si, parecía tan cómico pero en verdad tenía implementado un pequeño timbre con el sonido.

─ Ya v-

Fue interrumpido por Milo.

─ Puede ser la policía... Iré yo, tu puedes esconderte en el armario o.. no sé.─ susurró.

Y el contrario fue a hacerlo, le había entrado miedo, así que escogió la vieja confiable y se metió dentro del closet que había ahí. No era demasiado amplio pero tampoco había mucha ropa que digamos.
Solo esperaba que no lo descubrieran rápido ya que se encontraba no muy demasiado lejos de la puerta.

Por otro lado, Milo se preparaba para evadir la situación así como lo hizo con el chico ayer. Era fácil para el, todas las veces que lo hizo le funcionó, una más no debería ser un problema. Con eso estarían libres una semana por lo mucho.

─ ¿Si? A quien... busca...─ tal como el día de ayer, pero con los papeles invertidos. Ahora era él quien tenía esa expresión de miedo en su rostro, tanto que aunque aún podía moverse no quería hacerlo.─ ¿Qué busca?─ había hablado sin tartamudear de miedo, lo hizo para no asustar a Camus porque sabía que lo podría estar escuchando.

─ Te lo advertí, y te lo vine advirtiendo desde hace varios días.

─ Disculpe, lamento si cause algún tipo de problema pero eso fue hace mucho, por favor... N-no siga buscándome.

─ ¿Dejaras todo?, si es así ahora mismo puedes desaparecer.

─ ¡No! Pero sabe que pronto... Se lo puedo ¿pagar?, solo me podría dar un poco más de tiempo... Eso, nada más.

─ La vida no es una deuda. Lo sabes, y aún así aceptaste ser...

─ ¡Lo haré! En seis días, solo deme seis días.

La conversación se escuchaba claramente para quien estaba dentro del closet, el mismo que no entendía nada. Al principio parecía que vino un delincuente, luego parecía ser deudor, cobrador y al final un encargo demasiado extraño. De hecho, entre más lo pensaba, más conclusiones estaba llegando a sacar, y ninguna de ellas parecía tener sentido.

Pero algo dentro suyo le advertía querer huir y escapar, pero es ese mismo algo lo impulsaba a quedarse con el chico a quien llegó a amar.

Era toda una confusión de sentimientos, sabía que pronto podría ser atrapado por la policía, y que tal vez este huyendo con un homicida a su lado pero también estaba seguro que no podía separarse de Milo, sus besos, su carisma, su cuerpo, su personalidad lo aseguraban a él como un imán.

Algo más fuerte que un imán, algo más fuerte que todo... Si, estaba enamorado del chico. O al menos eso pensaba.

Mientras todo esto daba vueltas y vueltas en su cabeza, sus ojos se llenaron de lágrimas, sus oídos dejaron de escuchar el ambiente y su cuerpo pesaba demasiado como para quedarse de pie ahí. Era demasiada presión en si, así que solo cedió a cerrar su ojos y dejarse llevar por el peso del cuerpo a dónde diera a caer.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro