PARTE 2
WingzemonX
HARMONÍA
Creí que no te volvería a ver
PARTE 2
Una semana entera se había ido ya, y al fin había llegado el día esperado por todos en el que Applejack volvería a casa. El Gran Rodeo de Equestria había terminado apenas el día anterior, y todos esperaban con ansias que su campeona volviera en el tren de la once y media. Mientras Big Macintosh y Apple Bloom habían ido a recibirla a la estación, en el granero de Sweet Apple Acres, estaban preparando una merecida celebración por su regreso. Por supuesto, la de la idea original había sido ni más ni menos que Pinkie Pie, quien siempre era la primera en estar lista y dispuesta para ocasiones como esa. Habían traído comida, pastel, barriles del famoso jugo de manzana de la Familia Apple, decoración, y globos... Muchos globos.
Todos se apuraban lo más que podían en preparar todo el lugar, pues ya hacía varios minutos que habían oído el silbato del tren, anunciando su llegada; los hermanos Apple estarían ahí en cualquier momento, así que tenían que apresurarse.
- Espero que Applejack no se sorprenda demasiado con su fiesta sorpresa de Bienvenida. – Comentó Fluttershy. Rainbow Dash y ella estaban cada una sobre una escalera, colocando una larga pancarta por encima de las mesas con las palabras:
BIENVENIDA A CASA APPLEJACK, NUESTRA CAMPEONA DE RODEO
- ¿Por qué no? – Le cuestionó la chica de piel azul, mientras pegaba su extremo de la tela contra la viga. – Si ese es el punto de una fiesta sorpresa, ¿o no?
- Lo sé... Pero espero que no esté tan sorprendida que se asuste, porque aunque estar sorprendida puede ser algo lindo, asustarse puede ser... Realmente aterrador e incómodo.
- Sí, definitivamente de eso tú si sabes mucho, Fluttershy.
- Gracias, Rainbow Dash.
- No fue un cumplido.
Debajo de ellas, Pinkie Pie parecía estar ensayando su grito de "¡Sorpresa!", lo que curiosamente en verdad tomaba por sorpresa a varios presentes, en especial cuando literalmente lo gritaba a sus espaldas. Twilight estaba colocando algunos de los varios globos que Pinkie había traído, intentando dispersarlos de la manera correcta y homogénea por todo el granero, cuidando de que no hubiera un color de más de un lado que en otro. Rarity también ayudaba en la decoración, y a acomodar las mesas de comida. Otros amigos y amigas de Applejack, y de la familia Apple, se encontraban también aguardando ansiosos.
Cuando ya faltaban diez minutos para el medio día, Twilight divisó un par de figuras acercándose caminando por el camino principal hacia la entrada de la granja. Desde lo lejos pudo divisar de inmediato y sin problema la figura fornida y alta de Big Mac, su cabello rubio oscuro, corto, y piel rojiza.
- Silencio todos. – Les indicó a los demás, girándose hacia ellos y cerrando la puerta del granero detrás de ella. – Creo que ahí vienen. Escóndanse.
Todos le hicieron caso, y de inmediato se escondieron en dónde pudieron: debajo de las mesas, detrás de los barriles, incluso en los comedores los caballos. Y aguardaron.
- El secreto de un buen "¡Sorpresa!" es la coordinación. – Comenzó Pinkie Pie a explicarle a Rarity en voz muy baja, quien estaba escondida a su lado. – No puede ser muy pronto, ni muy después. Tiene que ser antes de que el festejado entienda qué pasa, pero no antes de que entienda que hecho algo está pasando.
- Creo que sé cómo gritar "Sorpresa" Pinkie, gracias. – Le respondió Rarity un poco cortante.
- Todos creen que saben cómo hacerlo, todos lo creen hasta que ya es demasiado tarde... O temprano.
Rarity sólo giró sus ojos, esperando que en la oscuridad no lo notará, y ya no le respondió nada más.
Se comenzaron a escuchar pasos acercándose a la puerta del granero, y todos tensaron aún más sus sentidos para poder estar preparados. Un paso... Dos pasos... Tres pasos... Cuatro pasos... Y entonces, las bisagras de la puerta comenzaron a rechinar al empezar a abrirse, y el intenso sol de mediodía comenzó a entrar.
- ¡Sorpresa! – Gritaron todos de golpe saliendo de sus escondites cuando la puerta se abrió dos tercios y fueron iluminados.
- ¡Sorpresa! – Se escuchó la vocecilla de Pinkie, gritando justo un instante después de que las voces de los demás callaron. – ¡Oh, rayos! ¡¿Lo ves?!, ¡todos lo hicieron muy pronto!
Cuando pasó todo el furor de los gritos, y las serpentinas dejaron de caer, todos los presentes pudieron ver con mayor claridad a las personas en el umbral: Big Macintosh a la derecha, Apple Bloom a la izquierda... Y nadie más. Esto desconcertó un poco a algunos, pero eso fue en incremento cuando notaron la expresión seria de Macintosh... Y el rostro a punto de soltarse en llanto de Apple Bloom.
- Tranquilos, sólo somos nosotros dos. – Explicó Big Mac con su voz grave y calmada, pero que estaba inundada de un notorio tono de melancolía.
- Apple Bloom, ¿qué tienes? – Preguntó Sweetie Belle preocupada, una linda niña de la misma edad de Apple Bloom de cabello morado y rosa, ondulado y largo. Ella y Scootaloo, una niña de piel naranja oscuro, cabello rosa corto y ojos morados, salieron de su escondite en el comedero de caballos y se le acercaron con rapidez. En cuando estuvieron cerca, Apple Bloom se abrazó con fuerza de Sweeite Belle, y soltó algunos sollozos.
Algo no estaba bien, y todos pudieron notarlo de inmediato. La Abuela Smith tuvo que dar un paso al frente y se dirigió directo a su nieto mayor.
- Big Macintosh, ¿dónde está Applejack? – Le cuestionó con cierta exigencia en su tono. Él, sin cambiar su expresión, dirigió su mano a su cabeza, y pasos sus dedos por su cabello.
- No lo sabemos, Abuela. – Respondió. – No bajó del tren de Canterlot. Preguntamos, y parece que ni siquiera subió.
Todos se sobresaltaron, atónitos ante lo que acababan de oír. Se empezaron a escuchar murmullos entre los presentes, empezando a preguntarse mutuamente, incluso a soltar sus propias teorías.
- ¿Habrá perdido el tren acaso? – Preguntó Twilight confundida. Ella y el resto de sus amigas se acercaron curiosas a Macintosh. Tenía que haber algo más en eso; si no era así, ¿por qué Apple Bloom se veía tan afectada?
A su pregunta, Macintosh respondió negando lentamente con su cabeza, y luego introdujo una mano en el interior del bolsillo de su pantalón.
- Pero cuando veníamos de regreso, encontramos esta postal en el buzón.
Y entonces sacó una postal rectangular, que en la parte frontal tenía una foto del Castillo de Canterlot, y el nombre de la ciudad en un tipo de letra sobria. En la parte trasera, había un texto pequeño escrito con tinta.
- Es de Applejack. – Pronunció Twilight con la suficiente fuerza como para que todos en el granero la oyeran. Pinkie Pie, Rarity y Fluttershy se le acercaron de inmediato a, como queriendo leer también el contenido de la postal, casi empujándola pues estaban pegadas contra su espalda. Rainbow Dash, se mantenía algo alejada del grupo, viéndolas desde atrás. Sus ojos estaban ligeramente abiertos, y sus labios apenas un par de milímetros separados.
- ¿Qué dice Twilight? – Preguntó Fluttershy, curiosa.
- Dinos, dinos, Twilight. – Agregó Pinkie Pie con entusiasmo.
- Ya voy, ya voy. – Comenzó a decirles, intentando tranquilizarlas. – Familia y amigos... No volveré a Ponyville. – Esa sola línea fue suficiente para dejar pasmados a todos. – Descuiden, enviaré el dinero pronto... Firma, AJ.
- ¡¿Qué?! – Escucharon todos como la distintiva voz de Rainbow Dash exclama con todas sus fuerzas, antes de que cualquiera pudiera decir algo, resonando en el eco del granero.
Las miradas de todos se giraron irremediablemente hacia la chica de cabello de arcoíris. Su expresión había cambiado drásticamente. Su rostro estaba acalorado, sus dientes rechinaban y sus puños se apretaban.
- ¡¿A qué te refieres con qué no volverá?! – Volvió a gritar con fuerza, y con un tono más exigente que otra cosa. Rápidamente se acercó hacia Twilight, haciéndose un espacio entre todas para poder pegársele como las demás, intentando asomarse sobre su hombro. – ¡¿A qué te refieres con eso?!
- ¡No lo sé! – Exclamó la chica de pelo azul, sintiendo mucha presión contra ella.
- ¿Pero es un "no volveré nunca" o un "No volveré pronto", o un "no volveré hoy"?
- No lo sé, Rainbow Dash. ¡Es todo lo que dice!, nada más.... ¡Ah!
Al final Twilight ya no aguantó más, y cayó al frente hacia el suelo, trayéndose a todas sus amigas junto con ella.
- Déjame ver. – Exclamó Rarity un poco adolorida, teniendo a Pinkie Pie sobre ella. Con delicadeza retiró la postal de los dedos de Twilight, y se puso de pie como las demás. Caminó hacia un lado de cuarto, releyendo el contenido de la postal una y otra vez. – Esto no tiene sentido, Applejack no es la clase de persona que haría algo como esto.
- ¡Claro que no! – Agregó Rainbow Dash, sin apaciguar ni un poco su estado de ánimo, y entonces le arrebató la postal a Rarity, empezando a leerla ella misma. – ¡Ella adora vivir en Ponyville!, ¡y punto!
- Y adora Sweet Apple Acres. – Agregó la Abuela Smith con cierta tristeza en su tono. Aunque todos los presentes se veían afectados, los que se tornaban más tristes, era la propia familia de Applejack.
- ¡Tal vez le pasó algo malo!, ¡algo horrible!, ¡algo espantoso! – Exclamó Pinkie Pie horrorizada, colocando sus manos en sus mejillas.
- Eso es demasiado dramático, Pinkie. – Respondió Rarity. – Tal vez sólo está herida...
- O triste... O pérdida... - Completó Fluttershy.
- ¡O todo eso junto! – Agregó de nuevo Pinkie con energía.
- ¡¿Herida o pérdida?! – Rainbow Dash pareció espantarse al oír tales posibilidades. No necesitaba escuchar más. – ¡¿Pues qué estamos haciendo aquí paradas como vacas?! ¡Vamos a buscarla!
Sin decir más, salió corriendo con rapidez hacia la salida, sin preocuparse siquiera si alguien la seguiría o no.
- ¿Buscarla a dónde? – Le cuestionó Rarity cuando ya estaba con un pie afuera.
- ¡A Canterlot por supuesto! ¡Y por toda Equestria de ser necesario!
Y entonces siguió corriendo en dirección a la estación, sin detenerse.
Twilight y las otras no reaccionaron tan rápido como su compañera, pero los pensamientos de todas ellas no eran muy distintos. Las cuatro se miraron entre sí, y esas solas miradas fueron suficientes para saber lo que las demás pensaban.
- Ella tiene razón. – Señaló Twilight Sparkle. – No podemos dejar a Applejack sola sin saber qué le pasó. Debemos de ir a buscarla.
- ¡Yo voy contigo! – Brincó de inmediato Pinkie Pie sin siquiera pensarlo.
- Yo también. – Agregó Fluttershy, no tan entusiasta como la chica de piel rosa, pero no por eso con poco ahínco.
- Luego de que nos tomamos todas estas molestias para su fiesta de bienvenida, mínimo nos debe una explicación. – Mencionó Rarity por último, su manera más elaborada de decir que también iría.
- ¡Entonces andando!
Las cuatro se dirigieron de inmediato a la puerta, siguiendo los pasos de Rainbow Dash hacia la estación. Antes de irse, Twilight se detuvo unos momentos en la puerta y se giró hacia la familia Apple: Apple Bloom, Big Macintosh, y la Abuela Smith, quienes parecía que aún eran incapaces de salir de su asombro.
- Descuiden, no volveremos sin ella. – Les dijo con convicción, y eso pareció animarlos un poco.
- Gracias, chicas. – Agradeció la abuela Smith, sonriéndole. – Cuando vuelva, voy a tener que darle unos buenos coscorrones a esa niña por hacernos pasar por esto...
Twilight se dio media vuelta, y corrió para alcanzar al resto.
- - - -
Tuvieron que esperar una hora para tomar el tren de la una a Canterlot, lo cual fue conveniente para prepararse un poco y no viajar tan improvisadamente; en especial Rarity, que aprovechó esa hora para empacar de manera express... Alrededor de diez maletas de ropa y accesorios. Lo más difícil fue convencer a Rainbow Dash de no irse corriendo ella sola hasta allá, pero al final lo lograron, aunque durante todo ese rato se le notaba realmente impaciente; no duraba ni un minuto sentada, cuando de nuevo se paraba y caminaba de un lado a otro.
Al fin el tren llegó a la estación, y media hora después ya estaban en la gran Capital del Canterlot. Su primera parada fue en el Castillo Real, en donde Twilight les había conseguido hospedaje a Applejack y a Apple Storm durante los días del rodeo. Pero ya no había rastros de ninguno de los dos en aquel lugar. De hecho, todos dijeron que tanto la Vaquera como su caballo, habían empacado todas sus cosas, y dejado el castillo el día anterior, y nadie sabía con exactitud a dónde habían ido.
Ya que no pudieron conseguir mucha más información en el castillo, tuvieron que moverse ahora hacia la Arena Coliseo de la ciudad, lugar en el que se habían llevado acabo las competencias del Gran Rodeo de Equestria. Se trataba de una construcción de forma circular, con una amplia arena en el centro y gradas escalonadas. Cuando llegaron, los encargados se encontraban desmontando el escenario, el podio, guardando los reflectores, las sillas, utilería, y todo lo que se había estado usando hasta el día anterior.
- ¿Por dónde comenzamos? – Preguntó Twilight, pero era más un pensamiento en voz alta que una pregunta. – ¿Alguna tiene de casualidad una foto de Applejack?
Todas parecieron revisar entre sus cosas, pero aparentemente ninguna traía algo parecido, hasta que Rarity revisó en su bolso.
- Oh, sí, aquí las traigo. – Comentó con entusiasmo, sacando de su bolsa una carpeta morada con diamantes incrustados en la tapa. – Son las fotos de la prueba de luz que le tome a Applejack y a Apple Storm con los trajes para la competencia.
Rarity abrió la carpeta, y tal cómo y había dicho, dentro de ésta tenía varias fotos de su amiga y de su potro, ambos usando diferentes atuendos en varias, y en diferentes poses y escenarios. En una Applejack usaba una camisa de tela gruesa que dejaba descubierto su ombligo, de color azul con puños y cuello negro, con adornos dorados en forma de espirales y pequeñas gemas blancas incrustadas, en el área de los hombros y el pecho, además de pantalones negros ajustados, botas y sombrero blanco. En otra tenía una camisa amarilla ligera, con estampados de margaritas, sombrero negro, shorts de mezclilla cortos y botas negras. En una más, usaba una camisa de mangas cortas color blanco, guantes y botas cafés de piel, pantalones azules y sombrero también café. En varias se veía, notoriamente algo incomoda con la situación.
Rarity suspiró mientras veía las fotos.
- Los productos finales quedaron mucho más sencillos que mis primeros bosquejos, pero tenía que darle prioridad a la practicidad y facilidad de movimiento. Pero no por eso quedaron menos encantadores, ¿verdad? Sólo espero que los haya tratado bien. Esta tierra de aquí no parece fácil de limpiar.
- Wow, Rarity, son hermosas. – Comentó Fluttershy impresionada, tomando una de las fotografías. – Applejack salió muy hermosa en todas, ¿no lo crees, Rainbow Dash?
Fluttershy le pasó una de las fotos a Rainbow Dash, quien la tomó de mala gana sin ponerle mucha atención al principio. Sin embargo, cuando posó sus ojos en ella, cierta fascinación pareció inundar su rostro. Era una foto en la que Applejack usaba la camisa amarilla y los shorts cortos, y estaba montada sobre Apple Storm, aunque la fotografía estaba enfocada en ella. Estaba mirando hacia el horizonte con expresión pensativa, y la fotografía tomaba tres cuartos de su rostro.
- Sí... Hermosa... - Murmuró la chica de azul. Continuó mirando la fotografía por unos segundos más, antes de poder reaccionar de nuevo y volver a la normalidad; esperaba que nadie hubiera notado ese ligero exabrupto.
Rarity repartió las fotos entre las cinco, y una vez que cada una tuvo la suya, se separaron para preguntar entre las personas si alguna había visto a Applejack. Le preguntaron a todos: encargados, vaqueros, músicos, incluso payasos de rodeo. La mayoría estaba muy ocupado, y sólo echaban un ojo rápido a la foto antes de dar su corta respuesta. Para su buena, y a la vez mala, suerte, casi todos los que veían la fotografía parecían reconocerla de inmediato como "la chica de Ponyville". Luego de ello, unos pocos daban algún comentario sobre cómo les había impresionado sus habilidades, pero todos terminaban su respuesta de la misma forma: nadie sabía a dónde se había ido. Según afirmaban, luego de que terminó el evento, cada competidor tomó su camino, y no podrían asegurar cuál había sido el de Applejack.
Luego de casi una hora de estar preguntando, la búsqueda no había dado muchos resultados. Pero al menos sabían una cosa: Applejack había estado en el rodeo hasta el último día, luego de eso fue al castillo, tomó sus cosas y se fue desde el día anterior. Pero la pregunta seguía siendo la misma: ¿Dónde estaba ahora?
- Casi todos recuerdan haberla visto competir, pero nadie sabe a dónde fue luego de que terminó el evento. – Comentó Twilight con frustración. Ella y Rarity se encontraban recargadas contra la barda que rodeaba la arena.
Unos gritos y algo de estruendo provenientes del centro del arena, hicieron que la joven de piel morada separará unos momentos sus ojos de la foto que sostenía.
- ¡Hey tú! ¡¿La has visto?! – Preguntaba una muy entusiasta Rainbow Dash, caminando detrás de un hombre con la cara pintada de payaso y un colorido traje, que parecía intentar hacer hasta lo imposible por perderla, mientras ella insistía en enseñarle la foto de Applejack. – ¡Ni siquiera has volteado a ver la foto! ¡¿Te comió la lengua los ratones o esperas que crea que eres un mimo?!
Twilight siguió con la vista a su amiga y al payaso que perseguía. Era común ver a Rainbow Dash actuando de forma explosiva y agresiva con la gente, pero algo le parecía singular en esa ocasión. Tal vez era su imaginación, pero creía haber detectado algunas conductas anormales en su amiga desde el momento mismo en que Macintosh y Apple Bloom llegaron al granero con esa carta.
- ¿No han notado a Rainbow Dash un poco... Molesta en todo este viaje? – Se atrevió preguntar, esperando que sus amigas pudieran aclararle su curiosidad.
- No más que de costumbre. – Escuchó que Pinkie Pie le respondía, justo antes de pasar delante de ella, parada sobre un barril, el cual hacía girar con sus pies. Y avanzó, y avanzó, sin darse cuenta de que se dirigía a la barda, estrellándose con ésta, y cayendo de cabeza del otro lado.
Twilight y Rarity sólo escucharon el fuerte golpe a lo lejos.
- Todas estamos molestas, Twilight. – Respondió la Diseñadora de Modas, restándole importancia a su comentario. – Despedirte de toda tu familia y amigos con una postal, es tan impersonal, maleducado y grosero; en especial sin dar una explicación.
- Lo sé, pero...
Twilight estaba por refutar algo a la explicación de Rarity, pero entonces la escena delante de ella la dejó muda.
- ¡Mira... la... maldita... Foto! – Pronunciaba Rainbow Dash con furia, mientras con un brazo tenía sujeta la cabeza del payaso, y con su mano libre pegaba la foto contra su cara y la restregaba. – ¡¿Ya la ves mejor?! ¡¿Ya puedes decirme si la has visto o no?!
- Rainbow Dash, ¡no! – Exclamó Fluttershy asustada, y como pudo la tomó de los hombros y la jaló con fuerza, para apartarla del payaso. Éste, en cuanto estuvo libre, salió corriendo despavorido, presa del pánico.
- ¡Suéltame Fluttershy! – Forcejeó Rainbow furiosa. – ¡Estoy casi segura de que ese payaso sabía algo!
Todas terminaron por reunirse con Rarity y Twilight, todas con la misma historia y con los mismos resultados. Twilight empezó a meditar sobre cuál podría ser su próximo paso a seguir. Si no habían conseguido nada en el Castillo, ni tampoco en la Arena, la única alternativa era ir a la estación de Tren de Canterlot. Era poco probable que alguien la recordará, pues la estación de Capital era realmente grande, y la gente iba y venía a toda hora. La única esperanza era que alguien recordará a una chica acompañada de un caballo, eso de seguro no ocurría tan seguido...
- Aunque considerando que acaba de ser el Gran Rodeo, con cientos de personas de toda Equestria compitiendo, tal vez si haya habido muchos caballos en la estación, ¿no creen? – Señaló Pinkie Pie. Para sorpresa de sus amigas, lo que decía tenía bastante sentido.
Aun así, no tenían más alternativas. Estaban por retirarse de regreso a la estación, cuando alguien se les acercó y las detuvo.
- ¿Ustedes son las que buscan a la chica de Ponyville que compitió en el rodeo? – Les preguntó un acento cantado, como el de varios con los que habían hablado ese día. Las cinco se giraron al mismo tiempo para ver de quién se trataba.
Era una jovencita, de tal vez 15 o 16 años, delgada, de cabello marrón que le llegaba unos centímetros por debajo de los hombros. Tenía piel color durazno, y ojos grandes esmeralda. Tenía un sombrero café en su cabeza, pantalón azul, camisa roja a cuadros y botas cafés. Además, colgada a sus espaldas, llevaba una guitarra acústica de madera.
- Sí, es nuestra amiga, se llama Applejack. – Le indicó Twilight de inmediato, y le extendió una de las fotografías.
La chica tomó la foto y la miró con detenimiento unos momentos.
- Ah, sí, en definitiva es ella. – Señaló. – Mi grupo y yo ofrecimos espectáculos musicales durante los cinco días del Rodeo, y me tocó verla competir en varios eventos. Fue increíble, fue su primer año y sin embargo estuvo a la par de los profesionales y veteranos, y los hizo sudar. Eso para mí es realmente digno de...
- ¡Al grano, hermana! – Interrumpió Rainbow Dash de manera abrupta, parándose delante de ella y asustándola un poco. – ¿Sabes dónde está o no?
- Raimbow Dash. – Susurró Twilight entre dientes, tomando a su amiga del brazo y apartándola de la chica antes de qué intentara agredirla como al payaso. – Disculpa, por favor. Lo que pasa es que se suponía que nuestra amiga volvería a casa esta mañana, pero nunca llegó. Su familia y todos están muy preocupados por ella. ¿Sabrás algo de a dónde se dirigió?
- Pues... - Comenzó a balbucear algo dudosa, aunque tal vez más bien estaba aún algo impresionada. – No podría asegurarlo con completa confianza, pero luego de la ceremonia de clausura, me pareció verla conversando con Miss Cherry Jubilee.
- ¿Miss quién? – Preguntaron las cinco al mismo tiempo.
- Miss Cherry Jubilee. Es la dueña de Cherry Hill Ranch, la plantación más grande e importante de cerezas de toda la región. Tenía su puesto de aperitivos de cereza durante los días del rodeo. Su pastel de cereza es el mejor que he probado.
Las chicas se miraron entre sí. No era mucho, pero era el único indicio que les habían dado hasta ahora posterior a la ceremonia de clausura, y previo a que regresara al Castillo por sus cosas.
- ¿Sabes de qué estuvieron hablando? – Le preguntó Twilight con interés.
- Lo siento, pero no me gusta meterme en conversaciones ajenas, señorita.
- Bueno, tal vez esa señora llamada Cherry sepa algo. – Comentó Fluttershy. – Hasta ahora es la última persona que habló con ella, hasta dónde sabemos.
Era una pista muy débil, sólo un supuesto de alguna conversación que podría haber ocurrido o no, y que podría haber tenido algo de relevancia o no. Pero era lo único que tenían. ¿Qué hacer con esa información? Ya en ese sitio no quedaba casi nadie, además de la gente que limpiaba y acomodaba. Ya todos los competidores y visitantes se habían regresado a sus tierras de origen, y muy posiblemente la tal Miss Cherry Jubilee igual.
- ¿Esa plantación que nos mencionas está muy lejos de Canterlot? – Preguntó Twilight de nuevo.
- Pues, más o menos. – Respondió mientras se giraba en una dirección determinada, como queriendo ver más allá de las paredes de la arena. – Son como tres horas de viaje en tren, pasando los Montes Joroba de Camello, en un pueblo llamado Dodge Junction. Es un pueblo pionero a la vieja escuela, casi a la mitad del desierto por la línea que va al Oeste.
- Tres horas en tren hacia el oeste. – Repitió Rarity, pensando en voz alta. – Es una larga desviación para ir hasta allá sin tener seguridad siquiera de qué encontraremos algo.
- ¡No importa! – Intervino Rainbow Dash. – ¿No dijimos que la buscaríamos por toda Equestria de ser necesario? ¡Andando entonces!
- Sé más sensata, Rainbow Dash. Aunque alcanzáramos el tren de las cuatro, cosa que dudo, terminaríamos llegando a aquel sitio casi al atardecer, sin hospedaje, ni nadie conocido.
- Si tienen miedo, iré sola.
Y sin decir más ni escuchar más razones, de nuevo se puso en marcha.
- Espera, Rainbow Dash. – Gritó Twilight intentando detenerla, pero fue inútil.
- ¿Pero qué le pasa? – Murmuró Rarity molesta.
- Creo que Rainbow Dash en verdad extraña a Applejack. – Agregó Fluttershy, aunque no del todo segura.
¿Sería sólo eso? ¿O era qué estaba enojada con Applejack? Twilight seguía sin entender con claridad qué pasaba. Sin embargo, no podía darse el lujo de detenerse en esos momentos a pensar en ello.
- Ya tenemos extraviada a una amiga, no podemos perder también a Rainbow. Creo que iremos a Dodge Junction después de todo.
- ¡Bien! ¡De vuelta al tren! – Gritó Pinkie Pie entusiasmada, y empezó a correr por el mismo camino que había tomado Rainbow.
- Mucha gracias, enserio. – Agradeció la chica de morado a la jovencita de la guitarra, antes de adelantarse con las demás.
- No hay de qué, y espero que encuentren a su amiga.
Luego de despedirse, de nuevo volvieron a dirigirse detrás de Rainbow Dash. Su próxima parada sería la granja Cherry Hill Ranch en Dodge Junction. ¿Qué las esperaba en ese lugar?
CONTINUARÁ
Como dije en un inicio, todo sigue más o menos la misma línea argumental de "The Last Roundup" con algunas marcadas diferencias, y más o menos se mantendrá así. Quisiera saber cómo sienten a los personajes (en especial a las seis principales), ya que siendo la primera vez que escribo algo de esta serie, y ya qué sólo he visto las primeras dos temporadas, quisiera estar seguro que no estoy metiendo la pata con ninguna.
Nos vemos pronto.
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