Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

20 ― i love you.

1993

***

Remus probablemente estaba siendo la persona más compleja en este momento. Todos sus pensamientos estaban revueltos, sobre todo por la pesadilla de anoche. No es como si nunca le hubiera pasado, de echo desde niño que ese tipo de cosas le ocurrían, más cuando luna llena se acercaba. Lloraba en silencio en su cama porque, a los 8 años, nadie lo querría cerca. Cuando llego a Hogwarts, aprendió lo que era ser amado, y ya no estaba por su cuenta. Entonces ocurrió la guerra, el dolor, la soledad. Estuvo 12 años sufriendo solo, y ahora que Sirius había vuelto se preguntaba como podría sobrellevar aquello. 

Tenía ganas de llorar mientras miraba el techo, oscuro y solitario, sintiendo una especie de vació en su pecho. No sabía donde estaba Sirius y, mierda, tampoco quería saberlo. No quería verlo. No ahora. Quería ahogarse en las garras del lobo que vivía en su interior y morirse lentamente. 

Extrañaba quien había sido años atrás. Las paredes no cerrarían nunca y se arrepentiría de eso durante años, siglos tal vez. No podía dejarlo ir, luchaba con sus monstruos en sus pesadillas. 

Si la claridad venía con la muerte, ¿por que no podía matar aquello que lo unía a Sirius Black? ¿Por que era tan difícil dejarlo ir? Años creando barreras entre ellos para que luego él volviera y le sonriera, y Remus cedería a cualquier cosa. Por Sirius era capaz de cualquier cosa. 

Siempre vivó con la idea de poder romper ese lazo que tenía con él, e incluso ahora sabía que no era posible, que tal vez nunca fue posible. 

Se sentó en su cama y paso ambas manos por su cabello, se sentía como la mierda. Soltó un suspiro que no sabía que estaba conteniendo y cerro los ojos con fuerza. Aun quería llorar. 

Era sábado por la mañana, esa misma noche sería luna llena y, claramente, tenía que pedirle la poción matalobos a Snape. 

No es que fuera su cosa favorita en el mundo, pero ambos llegaron a un acuerdo con McGonagall y Dumbledore. Lo que sea que ese viejo diga, dijo James una vez. Sonrió con tristeza ante el recuerdo y se levanto de la cama para cambiarse de ropa. 

Se puso uno de sus cárdigan (si, aún usaba de esos) y salió de su habitación, dirigiéndose a la oficina de Snape. Cuando estuvo frente a la puerta de su oficina, toco la puerta tres veces y espero con poca paciencia. Hasta este punto, aún odiaba al chico de cabellera negra. No tanto como Sirius, pero lo seguía odiando. 

La puerta de madera se abrió, dejando ver el amargado rostro de Severus. 

―Lupin. ―Dijo de manera lenta y con disgusto. 

Remus lo miro de arriba a abajo, y sonrió con ironía. 

―Quejicus. 

Si, tampoco era tan educado. 

―Pasa y cierra la puerta. ―Ignoro el apodo y volvió a su oficina. Remus rodo los ojos y cerro la puerta, entrando igualmente.

Snape abrió un gabinete, el cual estaba lleno de distintas pociones, y saco una que se encontraba casi escondida en una esquina. La dejo sobre su mesa y miro al contrario, quien estaba de brazos cruzados, alzando una ceja en su dirección y apretando su mandíbula. 

Una posición bastante sexy si me preguntan. 

―Gracias. ―Murmuro Remus, y tomo el frasquito con cuidado. ―Buenos días. ―Dijo antes de darse media vuelta y encaminarse hacia la salida. 

―Es lo menos que me debes después de esa noche. ―El castaño se detuvo en seco. ―Aún lo recuerdas, ¿no es cierto? 

El oji-miel sintió su corazón latir en su cabeza y se volteó para ver al pelinegro. ―¿Que fue lo que dijiste? 

Por unos segundos, Severus no respondió, solo se quedo mirando la figura de Lupin. 

―¿Por qué actúas como si no lo supieras eh? 

―Oh, lo siento, ¿arruine tu modo de diversión, señor magia oscura? ―Pregunto Remus con ironía. 

―Deberías disculparte. ―Soltó el más alto. ―Yo podría estar con mi mejor amiga, pero ella ya no esta porque tu decidiste involucrar a un asesino en su vida. Quiero decir, casi muero por culpa de él, y por tu culpa también. 

―¡Eso no fue mi culpa! ―Exclamó el castaño, sintiéndose aparentemente sensible. 

―¿¡No lo fue!? ¿¡Eh!? ―Le grito de vuelta. ―¡Esa maldita broma se salió de control porque Black quería matarme y tu fuiste un monstruo! ¡Podría tener a Lily aquí, pero ella esta muerta porque se te ocurrió perdonar a ese idiota y dejar que los traicionara! 

Remus sonrió con amargura y bajo la mirada por unos segundos. 

―No soportaste la idea de que te quedaras solo, tenías que arrastrarte por Sirius Black. ―Escupió con veneno. 

El castaño se mordió el labio inferior con fuerza, sintió una lagrima caer por su mejilla. 

―¿Tenía que arrastrarme por Sirius? ¿Es una broma? ―Pregunto con sarcasmo y un poco de dolor. ―¡Estaba enamorado Snape, perdidamente enamorado! ¿¡Que esperabas que hiciera!? 

Le grito con fuerza, con dolor, con rabia, con enojo. Porque no era justo que él pudiera decir de manera libre que estuvo enamorado de Lily Evans, mientras que Remus se enamoro hasta de los defectos de Sirius Black y no podía decirlo sin que lo apuntaran. 

Le grito porque se sentía como la mierda, porque hoy era luna llena, porque se había besado con Sirius la noche anterior y porque todo estaba cayendo sobre él. 

Salió de la oficina disparado, tratando de llegar con rapidez hasta las afueras del castillo. Sin darse cuenta llego hasta el bosque prohibido, y simplemente lloro. Lloro y dejo soltar todo otra vez. La primera vez que lo hizo fue en los brazos del chico de ojos grises, y ahora era en el bosque prohibido, solo. 

―¿Remus? 

Mierda. 

Jodido Sirius Black. 

―Dejáme solo, Sirius. ―Le negó la mirada y se volteo, caminando contrario hacia él. Su voz se escuchaba ronca, un claro ejemplo de que estuvo llorando. 

―No. ―Lo tomo del brazo e hizo que el licántropo se volteara. ―Remus, ¿qué...? 

―Suéltame. ―Lo empujo con brusquedad. 

―No voy a dejarte Remus. 

Los ojos de Lupin se encontraron con los de Black, y otra vez sintió conexión, y fue una mierda demasiado linda para ser verdad. Fue como cuando eran niños y se encerraban en un salón vació, y se abrazaban, se besaban, se amaban como si no hubiera un mañana, y todo era perfecto. 

―Pero ya lo hiciste. ―Remus se acerco al contrario, con la respiración pesada y lagrimas picando en sus ojos. ―¿Por que no me dijiste que tu no eras el espía? ―Sirius no dijo nada. ¿Qué podría decir? ¿Qué lo amaba tanto que decidió alejarse en vez de seguir con él? ―¿Por qué? ¿¡Por qué!?

―¡No lo se! ―Le respondió, con un sentimiento de culpa. 

El castaño negó con la cabeza, su cabeza colapsaría en cualquier momento. 

―Si hubiera sabido... ―Se detuvo un momento para pasarse ambas manos por su cabello. ―Si hubiera sabido que mentiste, que...que te importaba lo que pasaría conmigo, y con nosotros. Si lo hubiera sabido habría peleado por ti. ―Lo golpeo con su dedo índice en su pecho, y Sirius se sintió aún peor. ―¡Habría peleado por ti! ¡Habría peleado por nosotros! 

―Remus, no era tu deber... ―Murmuro, intentando detener el balbuceo del más alto. 

―Quiero decir, cuando me fui de la Orden y cuando te entregaste, yo...¡Pude haber estado para ti durante toda esa mierda! 

―¡Remus no fue tu culpa! ¡No tenías como saberlo! ―Le grito, tratando de que el contrario pudiera ver la verdad. ―¡No tenías como saberlo! 

―¿¡Por qué!? ¿¡Por qué!? ―Grito, sintiendo sus lagrimas correr por sus mejillas. ―¿¡Por qué me dejaste solo!? 

Soltó un inevitable sollozo y se tapo el rostro, regulando su respiración. 

―Creí...creí que nos amábamos. ―Cerró los ojos, sintiendo un dolor punzante en su corazón. 

Sirius sintió lo mismo y tal vez mucho más fuerte. El echo de que Remus no pensara que él lo había amado, y que todo eso era su culpa era algo con lo que no podía vivir. 

―Lo hicimos, Moony... ―Susurro el pelinegro con dolor, mirando esos ojos dorados que tan enamorado lo tenían, y no pudo evitar dejar caer una lagrima. 

¿Y si lo habían echo por qué se sentía así? ¿Por qué sentía que estaba haciendo las cosas mal? No lo estaba haciendo, solo quería amar a Sirius y que él lo supiera y entonces todo podría salir bien de nuevo y...

―Yo aún lo hago. ―Dijo finalmente el pelinegro. 

Remus soltó otro sollozo y dejo que Sirius envolviera sus brazos en un abrazo. Se escondió en el pecho de Black y se aferro a su cuerpo como si eso fuera lo único que importaba en la vida. Nada existía a su alrededor; solo Remus y Sirius, dos amantes que estaban y siempre estarán destinados a amarse sin importar que tan difícil sea todo. 

El castaño tenía razón, era imposible cortar lazos con el oji-gris, y honestamente ya no quería hacerlo, solo quería abrazarlo. 

―Te amo. ―Susurro contra su pecho. Los dedos del pelinegro acariciaron su suave cabello y, por un momento, todo fue paz. 

―Te amo. ―Susurro de vuelta, dejándole claro lo que sentía, lo que siempre ha sentido, y lo que nunca dejara de sentir. 

"Te amo". Una palabra poco constante en la vida de ambos, algo que nunca aprendieron a decir con demasiada claridad, pero algo que ahora mismo necesitaban. Se amaban. 

Sirius Black amaba a Remus Lupin. 

Remus Lupin amaba a Sirius Black. 







































MATT'S NOTE: 

esto fue como una ola de emociones, ayuda 

me encanto sinceramente, espero que a ustedes también 

MAÑANA SALGO CON MI MEJOR AMIGA, QUE 

espero que les guste el cap 

nos vemos, besitoss 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro