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1O ― difícil.

Reproduzcan la canción de multimedia para mejor experiencia ;)

El outfit de Moony también esta en multimedia

***

Durante su vida entera, Remus se dedico a esconderse. Ocultar cosas que el sentido mismo le decía que estaba mal, pero el licántropo se decidió por no escuchar esa voz. 

Muchas veces se dio por vencida consigo mismo, dándose cuenta de que en realidad no era capaz de entenderse. Sabia que no era culpa suya, pero muchas veces no encontraba a nadie más que a él mismo para cuestionarse el por qué. 

¿Por qué se escondía? ¿Por qué no sabía relacionarse? ¿Por qué era un hombre lobo? ¿Por qué sus amigos habían muerto? ¿Por qué se sentía tan solo? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? 

Llego a la concusión de que en realidad solo estaba pensando demás ―como siempre ―y que en realidad tenía que abrirse un poco más, tenía que decir lo que sentía, dejar salir aquello que no lo dejaba dormir en paz. 

Lily y James estaban muertos. Era tan surreal ahora que lo pensaba, porque había compartido más de siete años con ellos, y ahora ya no estaban. Todo lo que alguna vez deseo; amigos, un hogar, una familia. Todo eso se había ido con las vidas de sus mejores amigos. 

Y Peter. Maldita rata. Los había traicionado. Mierda, ¿Cómo no se había dado cuenta antes que él era el espía? 

Recordó, en vagos recuerdos, que Peter no era alguien muy valiente como para pertenecer a Gryffindor. Claro, se guardo ese pensamiento para él, pero siempre vio a Peter como alguien cobarde. Lo veía esconderse, ocultándose, chillando de miedo y temblando cada vez que estaba en una situación peligrosa. 

Tenía que reconocer, que fue muy valiente de su parte mentirle a sus amigos en la cara. 

Soltó un suspiro, mirando por la ventana como el sol se asomaba por las montañas. Eran cerca de las 6 de la mañana. No había dormido una mierda. 

Con pesadez, se levanto de su cama lentamente, quedando sentado en el colchón. Se quedo mirando a un punto fijo por lo que parecieron horas. No podía seguir aguantando tanto. 

Se dirigio al baño, se lavo los dientes, trato de arreglarse el cabello y se lavo la cara. Se veía horrible pero no había mucho que hacer. Al volver a su habitación, miro a Harry, él cual se encontraba despierto, con sus ojos esmeralda bien abiertos y todos sus sentidos activados. Sorprendentemente estaba en silencio, lo cual era raro ya que en toda lo noche estuvo llorando. Al parecer el niño se había dado cuenta de que no estaba en su casa, y sus padres no estaban. 

Tomo al azabache entre sus brazos y bajo al primer piso, dirigiéndose a la cocina. Casi se va de espaldas al ver a Sirius, sentando en su silla, en su cocina, con su taza y con su café. 

―Jesús Sirius. ―Exclamo. ―Casi me matas. 

―Lo siento. ―Se disculpo con una mueca. 

Después de asegurarse que Harry estaría seguro en los brazos del pelinegro, se preparo un chocolate caliente, se sentó al lado de su...¿amigo? y lo miro. 

―¿Como dormiste? 

Sirius se tardo unos segundos en responder. 

―Mal. ―Dice con honestidad. ―¿Y tú? 

―Mal. ―El hombre lobo se encogió de hombros, tratando de fingir indiferencia. 

Ambos se quedaron en silencio, sin saber muy bien que decir. En cualquier otra situación, Remus le habría sonreído al pelinegro, o Sirius habría bromeado sobre lo obsesionado que era con el café y el chocolate, como siempre, pero no, porque esta no era una situación cualquiera, era una de las más importantes que habían tenido que lidiar desde la broma de 5to año. 

―Tenemos que hablar con Dumbledore. ―Anuncio el chico Black. 

Lupin cerro los ojos con frustración y asintió. ―Lo sé. 

Pero ninguno se movió. Estaban tan jodidamente cansados que lo único que querían era hundirse en su propia burbuja de fantasía.

―Bien, umh...iré a bañarme, tu...puedes cuidar de Harry, ¿no? 

―Por supuesto. ―Respondió, mirando a su ahijado con una sonrisa. 

Remus subió al segundo piso, busco su ropa y entró al baño. Ya en la ducha, se paso ambas manos por su cabello. Estaba estresado. Sabía que cargar con la responsabilidad de un bebe sería muy, muy difícil, pero, por otro lado, no quería dejar al niño con sus tíos. Ellos definitivamente no serían mejores padres de lo que Remus podía ser. 

Se toco suavemente la cicatriz que tenía en su pecho. Dolía, pero ya no tanto. 

Desde que empezó a pasar las luna llenas él solo, tuvo que encerrarse en una bóveda vacía de un pequeño bar que había por ahí cerca. Se ataba a si mismo con más de tres cadenas, y pasaba toda la noche ahí, sufriendo. 

Cuando salió de la ducha, se dedico a vestirse. Se puso unos pantalones azul claro, uno de sus infaltables suéteres y sus zapatillas. Bajo hasta la cocina, en la cual estaba Sirius, con Harry entre sus brazos. 

―¿Todo bien? ―Pregunto, Black asintió y le paso al niño para que, ahora el pelinegro pudiera ir a vestirse. 

Se puso unos jeans negros, una camiseta de Queens (Sirius amaba esa banda) y su chaqueta de cuero. 

Remus amaba esa chaqueta. 

Luego de arreglar a Harry y meter algunas cosas al bolso del licántropo, Sirius se dirigió a la puerta de la casa, diciendo que tenía que ver si su moto podía llevarlos al Callejón Diagon. 

―Es broma, ¿verdad? ―Pregunta Remus, incrédulo. 

―¿Por qué? ―Black le devolvió la pregunta. Lupin negó con la cabeza rápidamente. ―Subirás. ―Declaro. 

―¿Sin...casco? ―Pregunto, desconfiando ante la idea de ir en una moto. 

―Puedes usar el mío. ―Sugirió. ―O tomar el autobús noctambulo, o puedes...aparecerte. ―Una sonrisa maliciosa apareció en el rostro de Sirius. 

Remus odiaba tener que aparecerse. 

―Cierra el hocico, animal. ―Lo insulto. Sirius soltó una risita y tomo la manija de la puerta, dirigiéndose al patio. 

Observo a su moto en perfecto estado. Mentiría si dijera que aquel objeto no le daba algo de nostalgia. James se la había regalado en la navidad de 1976. 

Entonces, volteo a ver las otras casas, notando algo inusual. Las personas lo miraban de una forma...extraña. Algunos murmuraban cosas y lo apuntaban sin descaro, como si hubiera cometido un crimen. 

Sirius siempre fue el centro de atención, sin exagerar. En Hogwarts era el más codiciado y siempre hablaban de él por ser el primer Black en Gryffindor. Al principio era divertido y tenía que admitir que disfruto el ser adorado por muchos. 

Pero ahora no era así, no eran buenas miradas. Aquellos ojos juzgones le recordaban a la mirada de su madre y le dio un escalofrío. 

―¡Es él! ―Grito un niño, y rápidamente entro a la casa, cerrando la puerta de un portazo. 

―¿Sirius? ¿Qué pasa? ―El castaño dejo al niño en el suelo, junto a unos juguetes, y se acerco al pelinegro. 

―Eso quiero saber yo, ¿Qué carajos pasa? 

―¿De que hablas? ―Frunció el ceño. 

Sirius miro por la ventana antes de hablar. ―La gente me mira raro. Me apuntaban y murmuraban cosas, y un niño me grito. Sentí que...no, es imposible. 

―¿Qué sentiste? ―Remus se acerco a él, poniendo una mano en su brazo. 

Black hizo una mueca, pensando en aquella nula posibilidad. 

―Siento que me están culpando de la muerte de James y Lily. 

Remus parpadeo, tratando de procesar aquella información. 

―Okay, si, se que suena raro pero no se por qué más podría ser. 

El castaño asintió, dándole una sonrisa tranquilizadora. 

―Bien, yo...tengo que salir y... ―Se quedo en silencio. ―Envíale una carta a Dumbledore y cuéntale lo que paso. No me tardare más de 20 minutos. 

―De acuerdo. 

(...)

Tal y como el licántropo había dicho, se tardo alrededor de quince minutos. 

No fue una salida muy agradable la verdad. Tenía que comprar algunas cosas para Harry, y no pudo evitar escuchar una conversación entre dos mujeres, hablaban sobre lo que le había pasado a James y Lily. 

―Seguro que Black los mato. ―Dijo una de ellas. 

―¿Por qué lo dices? 

―Porque muchos aseguran haberlo visto corriendo de la casa de los Potter, huyendo como un cobarde,

Remus trago en seco. 

―No te preocupes, ya lo reportaron, seguro que el Ministerio hará algo al respecto. 

El castaño se mordió el labio inferior, absteniéndose a decir algo. 

Cuando volvió a casa, lo primero que hizo fue decirle a Sirius sobre lo que había escuchado. 

―Mierda, mierda, mierda. ―Repitió Black. 

―¿Que hacemos? ―Preguntó Lupin. 

Sirius se acerco a la puerta de la casa y tomo la manija, con la intención de irse. 

―¿Que mierda haces? ―Lo cuestiona el más alto. 

―No puedo estar aquí, solo hará que te meta en problemas. 

―Sirius... ―Intento hablar. 

―No pienso meterte en esto. 

―Sirius.

―Encontrare la manera de solucionarlo y- 

―¡Sirius! 

El nombrado se sobre salto y miro al contrario. 

Remus apretó los labios y se acerco a Sirius. Acuno su rostro entre sus manos, tratando de calmarlo. 

―Escucha, ―murmuro. ―no pasara nada. Estamos juntos en este, somos tu y yo. 

En destello nació en las pupilas de Sirius Black y casi se derrite ante las palabras del chico. Moony lo tenía mal. 

No, Merlín, no. Tenía mejores cosas en que pensar. 



















MATT'S NOTE:

nada que decir, tengo mucho sueño y siento que muero lentamente 

dea JKEOSKDKLDQLFKDA

enfin 

ojala les guste el cap 

nos vemos, besitoss

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