12 ― solo.
Si había algo que Remus de verdad odiaba en todos los años que conoció a Sirius era si impulsividad, y el hecho de que no pensaba antes de actuar. Siempre era lo mismo; una broma de mal gusto, palabras hirientes, crueldad escondida con la honestidad. E incluso después de casi 10 años, nada había cambiado en él.
Le sorprendía que nunca cambio ese tipo de hábitos que en realidad eran malos. Lo recuerda todo; el como se fue de su casa y fue a esconderse a los brazos de los Potter, dejando a Regulus solo y temiendo por su propia vida, la broma de 5to año.
Jesucristo, esa broma lo perseguía por las noches.
Aun recuerda el dolor, la decepción, el pánico, el terror. Todavía no sabía por qué lo había echo, pero lo hizo, traiciono a Remus con lo único que podía lastimarlo.
Hace unas horas había recibido una llamada de Mary. No había tenido noticias de ella desde que supo que la habían atacado, pero de cierta forma se alegraba de que estuviera bien.
"¿Mary?" Pregunto en un murmullo. La chica no hablo hasta segundos después.
"No lo has oído..." La voz de Mary casi se quiebra.
"Jesucristo Mary, ¿Que?"
"Remus...ha sucedido algo terrible"
Empezó a explicar y Remus cayó de rodillas mientras el mudno entero empezaba a desmoronarse.
Sirius se había entregado al Ministerio, asegurando que él era, efectivamente, el culpable de la muerte de James y Lily Potter.
Remus no lo creía, no era capaz de siquiera pensar en eso porque era algo surreal. Pensaba en la idea más aceptable que le podría dar su cerebro para ayudar a Sirius. La idea de Sirius Black, su mejor amigo, el amor de su vida, su compañero eternamente, estuviera encarcelado detrás de rejas espantosas y personas sínicas, le dolía. El solo hecho de pensarlo le dolía.
Subió a su habitación esa noche, y encontró una carta sobre su cama.
Querido Remus Lupin,
Seguramente cuando leas esto ya te habrás enterado de las noticias. Me odiaras por esto, yo se que si, y se que te arrepentirás de muchas cosas que has echo en el pasado, pero no te preocupes, no es tu culpa, es mía.
No me creerás, yo se que no, pero te lo digo yo especialmente para que sepas que no es ninguna cruel mentira. Yo soy el traidor, Remus, yo soy el espía.
Crees que es imposible ¿no? ¿Por qué le haría eso a mi mejor amigo? No lo era, James no era mi amigo, Peter tampoco, y tu tampoco.
Soy seguidor de Voldemort, lo admito, yo planee todo esto.
¿Recuerdas cuando te dije que Pettigrew era el traidor? Mentí.
Duele ¿no? Pensar que la persona en la que más confiabas haya matado a tus mejores amigos, peor la vida es así, cariño, no terminas de conocer a las personas.
Todo fue falso, Remus, al menos hasta cierto punto lo fue.
Hasta nunca, Sirius Black.
Lo pensaba una y otra vez y no había manera de que Sirius, su Sirius fuera el traidor, que haya traicionado de esa forma, que todo lo que pasaron juntos haya sido una mentira, pero así era.
Se enamoro de una fantasía. De algo que no era real.
Sirius era el traidor, seguidor de Voldemort, y Remus había caído en las garras de sus mentiras.
(...)
Sirius Black se odiaba a si mismo ahora.
Encarcelado y encerrado tras las rejas de Azkaban, ahí estaba en ese momento.
No fue una buena idea. Merlín, por supuesto que no lo fue, pero era mucho mejor que causarle daño a Remus.
Había mentido. Se había entregado, si, pero solo para mantener a Remus a salvo.
Sabía que mientras se escondiera en la casa de Remus, también estarían detrás de el, y Sirius no quería que lo lastimaran, no soportaría perderlo otra vez. Entonces, se entrego al Ministerio diciendo que él era el espía y que le había dado la dirección de los Potter a Voldemort. No tuvo opción, esta vez no.
Ahora si que lo había perdido todo. Pensaba en Remus de forma dolorosa y le dolía, casi tanto como le dolió escribir aquella carta.
"Todo fue falso". Por supuesto que no. Joder, todo había sido estúpidamente real, fue tan real que Sirius se había empezado a encariñar con la idea de ser feliz con sus amigos para siempre.
¿Cuánto tiempo estaría ahí? No lo sabía, pero ya no estaba aguantando la idea de dejar a Remus solo.
Sería la primera vez en toda su vida que dejaría solo a Remus en una luna llena. El pensamiento no lo dejaría dormir en paz.
Paso su vida siendo controlado, prácticamente un robot de Walburga y Orión, y ahora, sin darse cuenta, sería un títere del Ministerio. Podrían hacer lo que quisieran con él, y él los dejaría, todo con tal de proteger a su Moony.
Doing it all for love
(...)
1993, Hogwarts
Haberse convertido en profesor fue una de las mejores cosas que pudieron pasarle. A pesar de que estaba siendo no más que un reemplazo, estaba feliz de poder volver al castillo que tanto había añorado.
Muchas cosas habían pasado durante aquellos 12 años. Se había decidido a olvidar todo lo que dirigiera a Sirius Black. No era sano para él pensarlo de la manera en la que lo hacía, extrañándolo y a la vez maldiciendo todo lo que le había dicho.
Había un vacío en su pecho, sus amigos muertos, el chico que creyó que lo amaba estaba en Azkaban, estaba solo. Pero volver a Hogwarts lo hizo pensar en todas las posibilidades que podría tener. Había algo de ilusión en su vida de nuevo.
Ver a Harry después de años lo hizo volver a renacer. Se parecía demasiado a sus padres. Tenía la actitud de James; torpe, un poco ocurrente y muy impulsivo, se metía en problemas a cada hora, por lo que había escuchado. Pero tenía los ojos de Lily. Para Remus eso era algo hermoso.
También le llego la noticia de que Sirius había escapado de Azkaban y que estaba en busca de Harry para matarlo. Se pregunto si tendría un poco de piedad por el chico, después de todo tenía a penas 13 años.
Y tenía una hija.
En 1985, el Profeta había publicado un articulo sobre las victimas de Fenrir Greyback; niños y niñas pequeños, algunos adultos, adolescentes, pero todos heridos, incluso la mayoría muerta. Entre ellos, había una niña que había captado la atención de Lupin, no por su apariencia o algo por el estilo, sino por su historial. Al parecer, sufrió de violencia intrafamiliar, su madre estaba muerta y su padre fue el tipo que había dejado a la niña en la calle, dándole entrada libre a Greyback para que lastimara a la pequeña.
Por lo que sabía, estaba en el orfanato de Inglaterra, tenía 5 años y nadie había querido adoptarla hasta el momento. Semanas después de haberse enterado del ataque de Greyback, se decidió por visitar el orfanato y tratar de localizar a la niña.
Cuando la vio, casi se le rompe el corazón al darse cuenta lo lastimada que estaba. Le dolía, por supuesto que le dolía. Porque tenía 5 años y Fenrir había echo de las suyas de la peor manera posible.
Una de las encargadas del lugar le había explicado la situación, que la niña era "especial" y que Greyback la había mordido, por eso nadie la quería adoptar.
Remus sintió su alma encogerse. Miro a la pequeña, viéndose tan inocente, con una pequeña barra de chocolate y moviendo sus piernas infantilmente, sentada en un sofá. ¿Cómo nadie querría adoptarla? Era un pequeño ángel.
Se acerco a ella esa vez, con la intención de entablar una conversación. Al principio, la niña se abstuvo a decir algo, ignorándolo olímpicamente, pero Remus había ido todos los días, regalándole la mitad de su barra de chocolate. Con el tiempo, tal vez unos meses, la pequeña hablo.
"Rory." Murmuro la niña.
"¿Disculpa?" Pregunto el mayor.
La niña carraspeo con timidez. "Me llamo Rory."
"Oh," Dijo el castaño. "Es un placer, yo soy Remus, Remus Lupin."
Rory parpadeo repetidas veces, mirando al chico. Remus casi se derritió ante los lindos ojos de la pequeña.
Y entonces la adopto. Porque sabía lo que era estar solo, porque Rory estaba sufriendo y porque no podía simplemente no hacer nada al respecto. Prometió protegerla.
Y así fue, y ahora, con 13 años y siendo mejor amiga de Harry Potter, todo se veía un poco más simple.
―¿Profesor? ―Lo llamo Harry.
Ese día era la primera salida hacia Hogsmeade para los de 3er año, pero los tíos de Harry no le habían firmado su autorización, por lo que no pudo ir. Por otro lado, se quedo con Rory y el profesor Lupin.
―¿Si, Harry?
El oji-azul parecía dudar, miro a la castaña en busca de ayuda. Rory le sonrió dulcemente y las mejillas de Harry se encendieron. Remus los miro sospechosamente.
―Si usted conoció a mis padres...¿también conoció a Sirius Black?
Mentiría si dijera que no le disgustaba escuchar ese nombre. Durante las noches de 1981, se imagino a si mismo explotando de rabia, dejando todo de lado y corriendo hacia Azkaban, matando a Sirius Black por toda la mierda que había echo.
Eran pensamientos intrusivos, pero todas formas seguían ahí.
―Si, lo conocí. ―Respondió, mirando hacia los arboles del bosque prohibido. ―O creía conocerlo.
Rory noto la tristeza en la voz de su padre. Se acerco a el y dejo un pequeño beso en su hombro, tratando de reconfortarlo. No sabía sobre la historia de su padre y Sirius Black, pero jamás insistió, y él castaño estaba agradecido por eso.
Remus no quería un criminal en sus vidas.
MATT'S NOTE:
este capitulo me duele de una manera
enfin, no me odien xfa
ojala les guste el cap
nos vemos, besitoss
Ben Barnes as Sirius Black
Andrew Garfield as Remus Lupin
Alexis Bledel as Rory Lupin
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