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11 ― mierda.

Horas después 

―De acuerdo. ―Dijo Remus, hablando con Dumbledore en la sala de su casa. Sirius a penas podía escuchar ya que estaba en la habitación, fingiendo estar dormido. 

El estrés lo hizo colapsar y tomo una siesta. Durmió unas tres horas, pero se despertó al escuchar voces. Reconoció las de Remus y de Dumbledore, pero no quiso interrumpir, así que decidió hacer lo que mejor hace. 

Ser una jodida chusma. 

―Por mientras, Harry tendrá que quedarse con sus tíos. 

―Oh...

Casi siente pena al reconocer la decepción en la voz del castaño. 

―Lo lamento, Remus, pero comprenderá que siendo el señor Black sospechoso, usted no puede quedarse con la custodia. ―Explico el mayor. 

Sirius sabia a que se refería con "usted no puede quedarse con la custodia". El maldito viejo lo tenia en la punta de la lengua y no lo decía únicamente por respeto. Remus no podía quedarse con Harry, porque nadie del Ministerio le daría la custodia de un niño de a penas un año a un licántropo. 

Sirius odiaba el Ministerio, casi tanto como odiaba a sus padres. 

No había conocido a la hermana de Lily ni a su esposo, pero la pelirroja les había hablado de su hermana en los últimos años de escuela. No era una chica muy agradable la verdad, pero Lily tenia la esperanza de que eso cambiara y de que Petunia empezara a verla como su hermanita y no como un fenómeno. 

Claramente nunca paso. Sirius mentiría si dijera que no se sintió mal ante eso. 

―Pero...sus tíos son horribles y yo- ―El castaño se interrumpió a si mismo, viendo como quedaba sin argumentos. ―Y-yo...

―Señor Lupin, entiendo que no le guste la idea, pero no hay opciones. 

Casi pudo ver a Remus encogerse en su propio lugar. 

Lo siguiente que escucho fue el acuerdo entre ambos hombres y como Dumbledore se iba. Segundos después salió de la habitación y bajo al primer piso. 

―¿Que...que quería? ―El pelinegro fingió demencia. 

―Nada, hablar sobre...sobre ti y Harry. 

Sirius asintió. ―¿Y? 

Remus se encogió de hombros, cohibido. 

―No lo se. 

Se sentó en el sofá y cerro los ojos, esperando poder aclarar sus pensamientos. Todavía le parecía surreal todo lo que estaba pasando. 

―¿Como no sabes? 

El castaño exhalo con fuerza. 

―No lo se, Black, a eso me refiero, no se que mierda esta pasando con mi vida. Lily y James están muertos, eres sospechoso de asesinato, mañana es luna llena y... ―Se quedo callado al ver que estaba hablando demasiado. Normalmente nunca era tan agresivo. ―Lo siento. 

―Esta bien. ―Lo tranquilizo. 

―No, no lo esta, lo siento. 

―Remus. ―El nombrado lo miro. ―Deja de pedir disculpas. 

―Pero es que... 

―Esta bien, te perdono, ahora cálmate, ¿si? 

Los ojos dorados del chico Lupin se dirigieron a sus manos, las cuales temblaban levemente. no estaba preparado para decirle adiós a Harry. A penas hace tres días lo había recuperado, no quería perderlo de nuevo. 

Sabía que, de ahora en adelante, todo sería complicado, sobre todo porque ahora la mitad del vecindario sabía que Sirius Black estaba en su casa. 

Habían tenido su historia, y eso jamás lo olvidaría. Sus peleas, discusiones, disputas, la broma por sobre todas las cosas, pero jamás dejaría de ayudarlo. Era...era su amigo después de todo. 

¿No? 

Ahora el Ministerio estaba detrás de Sirius y no descansarían hasta encontrarlo. No podían seguir viviendo ahí, ya no. 

―Dumbledore vendrá más tarde para llevarse a Harry con sus tíos. ―Aviso el licántropo. 

―¿Con la hermana de Lily? 

Remus asintió. 

―Lamentablemente. ―Dijo mientras se levantaba del sofá y se dirigía a la cocina, para prepararse un café. 

―Basta de café, Lupin. 

El chico lo ignoro. Black rodo los ojos y le quito la taza vacía de las manos. 

―¡Hey! ―Se quejo el castaño. ―Dejáme a mi con mi café. Yo no te discuto cuando bebes. 

Sirius rodo los ojos, pero no le dio la taza. En cambio, le quito el tarro de café y dejo a ambos objetos escondidos. 

Solo Merlín sabe donde. 

―Black, por favor... ―Gimió en forma de quejido. ―Es mío. Devuélvemelo. 

Sirius lo ignoro por los próximos 15 minutos, mas o menos. Remus lo tuvo que seguir por toda la casa, hasta su habitación. 

―Por favor, Sirius. ―Le pidió. ―Por favor, por favor, por favor, 

―¿Cuantas tazas te has tomado hoy? 

―Ninguna. 

―Ninguna más. ―Lo contradijo. 

―Cinco, pero el mío es mejor. 

―Tienes un problema. 

―Si. 

Sirius lo miro desafiante, antes de soltar un suspiro y entregarle la taza junto al café. 

―Drogadicto. 

―Ángel. ―Remus sonrió inocentemente. ―Tienes alas, cariño. ―Tomo ambos objetos para luego bajar corriendo hacia la cocina. 

El pelinegro no pudo evitar pensar un poco de más sobre el apodo que le había puesto, pero fingió que no pensó en eso. 

(...)

Horas después, casi al anochecer, Dumbledore hizo otras de sus apariciones. Remus se encontraba sentado en el sofá con Harry en su regazo, mientras que Sirius leía el Profeta. 

―Buenas noches, Dumbledore. ―Saludo Remus cortésmente. 

―Buenas noches señor Lupin, señor Black. Ya es hora. 

Sirius se mordió el labio intentando contener las ganas de llorar. En algún momento tendría que pasar. 

Remus se levanto del sofá y miro al niño. Su mirada reflejaba tristeza, nostalgia, tal vez un poco de impotencia y desesperación. Le dio un pequeño beso en a frente y lo abrazo delicadamente por unos segundos. 

―Lo siento. ―Le susurro. 

Sirius se acerco y tomo a Harry entre sus brazos. Junto su frente con la del oji-azul y soltó un suspiro. No quería dejarlo ir, sería como decepcionar a James, y no toleraría que James estuviera molesto con él. 

Después de eternos segundos, el pelinegro le entrego el bebe a Dumbledore. 

―Es por su bien, chicos. ―Les dijo a ambos. ―Estará bien. 

Remus asintió, pero Sirius no fue capaz de despegar su mirada de su ahijado. 

De un momento a otro, Dumbledore desapareció. Black se quedo en blanco por unos segundos, sin saber muy bien que hacer o decir. 

El oji-miel llevo su mirada hacia el contrario. Apretó los labios, no le gustaba verlo así. 

Antes, en su adolescencia, le toco verlo distante repetidas veces, ya sea por Walburga, Regulus u Orión (aunque estaba casi seguro de que Regulus no discutía con él porque quería). Sirius llegaba a la habitación con los ojos llorosos, ignoraba a James, ignoraba a Peter, pero en la oscuridad de la noche, el chico Black se escabullía en la cama del licántropo, esperando que las caricias de su novio le permitieran pensar con claridad. 

Cuando Sirius dejo la casa de sus padres, lo primero que hizo fue recurrir a James. En ese momento no sabía que Remus estaba con el de lentes, pero fue mucho mejor que tener que darle lastima a su mejor amigo. 

―Va a estar bien. ―Le dijo el castaño. 

―Lo se. ―Respondió. ―Pero tiene tanto que darle al mundo y...

―Sirius. 

―No quiero que termine como yo. 

―Sirius...

―No quiero que ellos le hagan y luego- 

Remus lo tomo de los hombros, haciendo que este se callara. ―Padfoot, no va a pasar nada. 

Los ojos de Sirius se suavizaron, sintiéndose un adolescente de nuevo, y tuvo un impulso. Quería acercarse. Acercarse y sentir el calor que Moony siempre le brindaba cada vez que el estaba mal. Quería poder dejar de lado su cobardía, mirarlo a los ojos y decirle lo mucho que lo había extrañado. Poso una mano en el cuello del hombre lobo, sintiendo como este se estremecía bajo su toque. Se acerco más a él hasta el punto de sentir su respiración rozar con nariz. 

―Sirius. ―Remus puso una mano en su pecho y lo alejo suavemente. 

―Lo se, lo se. Lo siento. 

―Solo... ―Balbuceo un poco. ―distancia, por favor. 

Le dio una ultima mirada antes de subir a su habitación, sin decir nada. 



























MATT'S NOTE: 

corto, ya se, odio los capítulos cortos 

es lo q hay 

enfin 

ojala les guste el cap 

nos vemos, besitoss


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