Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Ꜥꜥֶָ֢🪁ֶָ֢۫݊˒𐙚 capítulo O5

TaeHyung llevaba ya dos días completos sumergido en su little space, un estado en el que encontraba consuelo desde el incidente con las botellas de licor. Aquello había sacudido su frágil estado emocional, dejándolo especialmente sensible e inseguro, más de lo habitual. JungKook, quien lo conocía como la palma de su mano, se encontraba en un constante dilema, cuidando cada palabra que decía, cada gesto, para no herir a su pequeño. Le ofrecía una infinita paciencia y cariño, casi como si fuese un tesoro frágil que debía proteger a toda costa.

— ¿Boo, cuánto tiempo más estarás en tu espacio? — Le preguntó con suavidad, sus dedos deslizándose tiernamente por los suaves mechones de cabello rosita de TaeHyung.

TaeHyung, con un chupete en la boca y una sonrisa pequeña asomándose detrás de él, respondió:

— Boo feliz en su espacio — Murmuró, refugiándose en esa burbuja infantil que lo alejaba del dolor y la responsabilidad del mundo real.

Aunque JungKook sentía un inmenso placer al cuidarlo así, el verlo tan vulnerable e inocente, también sabía que no podía dejar que se prolongara demasiado. Estaba preocupado, no solo por el bienestar emocional de TaeHyung, sino también por sus estudios. El calendario seguía avanzando y el lunes se acercaba rápidamente. Era un día clave, pues TaeHyung no podía faltar a clases; ya había agotado una de las tres faltas permitidas en el año. El fin de su etapa en la preparatoria estaba a la vuelta de la esquina y cada día perdido lo acercaba más a las consecuencias de no terminar su educación.

— Boo cielo, este es el último mes de preparatoria, y estamos en noviembre — Dijo JungKook, su voz impregnada de una ternura apremiante — Casi vas a terminar el año. Necesito que por favor salgas de tu espacio. Es por tu bien.

Las palabras parecían resonar en el aire, más allá de la comprensión de TaeHyung, quien aún en su little space, lo miró con los ojos brillantes, cargados de una confusión casi dolorosa.

— ¿Koo no quiere a Boo? — Preguntó con voz quebrada, sus ojos llenándose rápidamente de lágrimas.

Ese simple cuestionamiento perforó el corazón de JungKook. Ver a su pequeño así le revolvía el alma, pero sabía que debía ser fuerte, por el bien de ambos. Respiró hondo antes de responder.

— No me malinterpretes, cachorro — Le dijo con suavidad, acariciándole el rostro — Lo digo por tu bien, para que tu yo grande se sienta feliz de terminar sus estudios y pueda cumplir sus sueños.

TaeHyung, aún abrazado por la neblina de su estado infantil, frunció el ceño y, con un tono casi caprichoso, reclamó:

— Boo sueña con Koo...

JungKook sonrió, enternecido, y le dio un suave beso en la frente.

— Amor, tu yo grande también tiene otros sueños que quiere cumplir. Piensa en eso, ¿está bien, bonito? — Susurró con dulzura, antes de dejarlo un momento para ir a preparar la comida — Voy a preparar algo rico, ya verás.

Mientras se alejaba, un suspiro escapó de sus labios. El peso de la situación lo preocupaba más de lo que dejaba ver. TaeHyung, en su estado infantil, parecía ajeno a todo, pero él sabía que debajo de esa vulnerabilidad, había una lucha interna. Había tanto en juego. El futuro de TaeHyung dependía en gran parte de esos últimos meses en la preparatoria, pero ¿cómo podía sacarlo de su little space sin hacerle daño emocional?

Por otro lado, TaeHyung seguía en la cama, con la mirada perdida en el techo mientras abrazaba a su fiel compañero, "Quesito", su peluche amarillo. Había estado con él desde que era apenas un bebé, y en esos momentos, parecía el único que podía comprenderlo sin cuestionar sus emociones.

«Si Boo no sale de su espacio para mañana, TaeHyung grande no podrá ser feliz y eso pondrá a Koo triste. Boo no quiere a Kookie triste» pensó, una punzada de angustia cruzando su corazón.

Respiró hondo, sintiendo el peso de la decisión sobre sus pequeños hombros. Con pasitos tambaleantes y torpes, salió de la habitación, abrazando a Quesito contra su pecho mientras se dirigía a la cocina. El aroma de la pasta llenaba el aire, envolviendo la pequeña cocina en una fragancia cálida y familiar. JungKook, concentrado en la olla, removía la pasta con esmero, pero inmediatamente notó la presencia de su pequeño.

— Kookie... — Murmuró con un hilo de voz.

JungKook giró la cabeza con una sonrisa.

— ¿Sí, Boo?

TaeHyung sonrió, un poco más decidido.

— Para mañana TaeTae grande volverá — Anunció, con una sonrisa tímida pero sincera.

JungKook no pudo evitar sentir una oleada de alivio y ternura al escuchar esas palabras. Se acercó para acariciarle la mejilla, plantando un beso en su cabello desordenado.

— Me alegra mucho escuchar eso, dulzura.

TaeHyung, como si ese simple gesto no fuera suficiente para asegurar su corazón, se acercó un poco más, aferrándose a la chaqueta de JungKook con sus manos pequeñas.

— ¿Kookie molesto con Boo? — Preguntó con un puchero, sus ojitos buscando una respuesta que pudiera aliviar sus inseguridades.

JungKook, dejando de lado la pasta, se acercó a él y lo levantó suavemente, sentándolo en la mesada de la cocina. Se inclinó hacia él, mirándolo a los ojos.

— No, cachorro. ¿Por qué pensarías eso? — Le preguntó, acariciando su mejilla con delicadeza.

— No lo sé... — Respondió TaeHyung, suspirando pesadamente, como si estuviera luchando contra una sensación que no podía poner en palabras.

JungKook dejó escapar una pequeña sonrisa, y sin pensarlo mucho, le dio un beso en la naricita.

— Yo te quiero muchísimo, cachorro. No hay razón para que me moleste contigo.

TaeHyung lo miró, sus ojitos volviendo a brillar con una mezcla de alivio y emoción.

— ¿Kookie sigue queriendo a Boo? — Volvió a preguntar, con esa inocencia que lo hacía parecer aún más pequeño y vulnerable.

JungKook soltó una pequeña carcajada, llena de amor.

— Siempre te he querido, te quiero, y siempre te querré — Afirmó antes de darle otro beso en la frente.

— ¡Koo! — Chilló TaeHyung, lanzándose hacia él en un abrazo apretado que casi lo desequilibró.

JungKook lo sostuvo firme, abrazándolo con igual intensidad. Lo tenía todo en ese pequeño cuerpo que se aferraba a él con tanta necesidad.

— Voy a terminar de cocinar. ¿Te quieres quedar aquí o prefieres ir a ver caricaturas? — Le preguntó, acariciando sus cabellos suavemente.

TaeHyung lo pensó por un momento, frunciendo el ceño como si estuviera considerando una decisión muy importante.

— Mmh... — Murmuró — ¿Boo puede quedarse con Koo?

— Por supuesto, amor.

Cuando llegó la noche, la calma que había sentido a lo largo del día comenzó a desvanecerse. TaeHyung estaba en la cama, pero su corazón estaba pesado. Aunque sabía que debía salir de su little space, no podía ignorar el miedo que lo envolvía. Sabía que JungKook lo apoyaría, pero algo en su interior seguía luchando por mantener ese refugio.

— Kookie... — Murmuró débilmente mientras JungKook le ayudaba a ponerse la pijama.

— ¿Qué sucede, bebé? — Preguntó, notando la tristeza en los ojos de su pequeño.

TaeHyung mordió su labio inferior, inseguro de cómo expresar lo que sentía.

— Boo sabe que tiene que salir de su espacio, pero no quiere. Tampoco quiere hacer que TaeTae grande y Kookie estén tristes.

La preocupación se reflejó en los ojos de JungKook. Sabía que este era un problema que ambos habían intentado resolver muchas veces sin éxito. Era difícil, porque no existía una solución perfecta. Sin embargo, mientras lo arropaba, una idea se le vino a la mente.

— ¿Qué te parecería una escuela virtual? — Preguntó con una sonrisa esperanzadora, mientras se sentaba en el borde de la cama.

— ¿Escuela virtual? — Preguntó TaeHyung, asomando su carita curiosa entre las sábanas.

— Mañana te lo explicaré con más detalle, ¿vale? Ahora descansa, Omega bonito — Le dijo con ternura, dándole un beso en la frente antes de arroparlo bien.

TaeHyung cerró los ojos, confiando en su Alfa.

— Buenas noches, Kookie.

— Buenas noches, Boo.

JungKook encendió la lámpara de rana que tanto le gustaba a TaeHyung y apagó la luz principal de la habitación. Se quedó a su lado, velando su sueño, como lo había hecho tantas veces antes.

La noche había sido larga y tranquila, pero con el amanecer llegó el inevitable retorno de TaeHyung a su yo grande. JungKook se despertó primero, notando que el pequeño seguía profundamente dormido, respirando suavemente bajo las cobijas. Sabía que ese momento pacífico estaba a punto de romperse en cuanto TaeHyung despertara. Lo acarició suavemente, despertándolo con delicadeza.

— ¿Tae? — Saludó JungKook en voz baja, con un toque de aprehensión en su tono.

TaeHyung se removió en la cama, entre gruñidos y susurros hasta que finalmente abrió los ojos, pero no eran los ojos llenos de inocencia de su little space. JungKook pudo notar el cambio inmediato: era su Tae grande quien lo miraba ahora.

— Alfa idiota, me levantaste — Se quejó con tono serio, su expresión completamente diferente a la que había mostrado en los días anteriores.

JungKook suspiró de alivio y esbozó una pequeña sonrisa. Sabía que esa brusquedad era la forma de Tae grande de lidiar con sus emociones. Aun así, sentía que este era el momento ideal para hablar sobre lo que había pasado en los últimos días.

— ¿Podemos hablar o prefieres esperar un poco más? — Preguntó con cautela.

TaeHyung lo observó por un momento antes de asentir lentamente.

— ¿Por qué no ahora? Dime lo que tienes en mente — Respondió, mientras se incorporaba y se sentaba en la cama. Pronto, sin previo aviso, se acomodó en el regazo de su Alfa, un gesto instintivo y lleno de confianza, a pesar de las palabras que antes había lanzado.

Estos pequeños momentos entre ellos eran especiales. JungKook siempre atesoraba esos segundos en los que TaeHyung dejaba de lado su orgullo para dejarse mimar, para apoyarse en él, como si el peso del mundo no existiera mientras estaban juntos. Eran memorias que guardaba en un cofre invisible en su mente, recuerdos que jamás olvidaría.

— Siempre tenemos problemas cuando entras en tu espacio y es tiempo de ir a la escuela — Empezó JungKook, buscando las palabras correctas — Pensé... ¿qué te parecería una escuela virtual? Tendrías no más de cinco horas de clases al día, y los horarios se adaptarían a ti. Así no tendríamos que preocuparnos por que pierdas días cuando entras en tu little space. Pero, claro, dejarías de ver a tus amigos con regularidad. No lo sé, ¿qué opinas?

TaeHyung se quedó en silencio por unos segundos, reflexionando. Estaba claro que la idea lo sorprendía, pero también lo atraía. Después de todo, sus amigos no estaban tan presentes como solían estar, y la ansiedad de mantener el equilibrio entre sus estudios y su little space era agotadora.

— Es una excelente idea, Alfa — Respondió, después de un largo suspiro — Pero… ¿qué pasa si entro en mi espacio aquí en casa y tú no estás? No quiero atarte a mí, sería un problema si ocurre cuando estoy solo. Quizás debería seguir como hasta ahora.

JungKook lo miró con determinación. No podía permitir que TaeHyung siguiera cargando con esa preocupación por más tiempo.

— Oye, ¿acaso no es mi último año de estudio? — Respondió JungKook con una sonrisa confiada — Después de eso, puedo quedarme en casa contigo todo el tiempo que sea necesario.

TaeHyung se tensó un poco al escuchar esas palabras. No quería que JungKook sacrificara su futuro ni su trabajo solo por él.

— Pero Kookie, tienes un trabajo, no quiero que dejes de hacerlo por mí. Sería egoísta de mi parte.

JungKook sacudió la cabeza, acariciando suavemente la mejilla de TaeHyung con su pulgar.

— Cuando termine la universidad, mi padre me entregará la empresa, y gracias a eso, podré trabajar desde casa si lo necesito. Además, seré el jefe, así que los horarios se ajustarán a mí. No tienes que preocuparte por eso.

— Alfa, no quiero que pienses que todo esto es tu responsabilidad. Mi little space... — TaeHyung dudó, su voz temblando un poco — No deberías hacer estos sacrificios por mí.

JungKook sonrió con ternura, tomando el rostro de TaeHyung entre sus manos y acercándolo para darle un suave beso en la mejilla.

— Es un "sacrificio" que estoy más que dispuesto a aceptar por mi lindo y tierno novio — Respondió JungKook, haciendo comillas en el aire para enfatizar su punto — No me importaría quedarme a tu lado, cuidarte y asegurarme de que siempre estés bien.

TaeHyung lo miró durante un largo instante, sintiendo una mezcla de gratitud y amor incondicional por su Alfa. Al final, asintió con una pequeña sonrisa.

— De acuerdo, Kookie. Intentemos eso entonces.

— Ahora debemos prepararnos — Dijo JungKook, levantándose de la cama y estirando los brazos — Se está haciendo tarde.

Ambos se levantaron, pero mientras TaeHyung se vestía, el nerviosismo empezó a crecer en su pecho. Hoy era el primer día en mucho tiempo que iría a la escuela después de estar tanto tiempo en su space, y el miedo de volver a caer en ese estado lo carcomía por dentro. Hizo todo lo posible por mantenerse firme, pero no podía evitar que sus manos temblaran ligeramente mientras ajustaba su uniforme.

Al cabo de unos minutos, ya estaban listos para irse. JungKook notó la tensión en los movimientos de TaeHyung mientras caminaban hacia el auto.

— Omega, no estés nervioso. No va a ocurrir nada malo — Dijo JungKook mientras abría la puerta del coche.

— ¿Quién te dijo que estoy nervioso? — Replicó TaeHyung, tratando de sonar indiferente, aunque sus manos seguían jugueteando con los pliegues de su uniforme.

— Te conozco — Dijo JungKook con una sonrisa traviesa — Y tus manos te delatan.

— Alfa imbécil... — Murmuró TaeHyung, poniéndose rojo de la vergüenza — Te voy a poner una orden de alejamiento si sigues fastidiándome. ¡Vamos, arranca el auto! Se nos hace tarde.

JungKook rió suavemente, encendiendo el motor y arrancando. TaeHyung, aunque intentaba mantenerse serio, dejó escapar una pequeña sonrisa. Sabía que, con JungKook a su lado, siempre encontraría la forma de superar sus miedos.

Cuando el último timbre sonó, indicando el final del día, TaeHyung no pudo contener la emoción. Apenas la clase terminó, salió corriendo hacia el estacionamiento, buscando el auto de JungKook. Lo vio desde lejos y su corazón dio un pequeño salto de alegría. Corrió hacia él, lanzándose a sus brazos en cuanto lo vio.

— ¡Alfa! — Exclamó, abrazándolo con fuerza.

— Omega — Respondió JungKook, sonriendo mientras lo abrazaba de vuelta. Plantó un beso en sus labios y luego otro — Mi precioso Omega.

Después de un último beso, JungKook abrió la puerta del auto y ambos se subieron, listos para volver a casa.

— Sabes, Alfa, tienes razón con esto de la escuela en línea — Dijo TaeHyung mientras JungKook conducía — Hoy me pellizqué tantas veces para no caer en mi space que mis brazos están rojos.

JungKook, sorprendido, detuvo el auto abruptamente.

— ¡Omega! ¿Qué hemos hablado sobre pellizcarte? Te haces daño. No quiero que te lastimes, y menos a ti mismo.

— Lo sé, pero no encontraba otra forma de mantenerme en control. Por eso te digo que la escuela en línea sería una mejor opción para mí — Confesó, con una mezcla de vergüenza y cansancio.

JungKook lo miró con preocupación, pero también con determinación. Sabía que la transición no sería fácil, pero lo lograrían, juntos.

— No te preocupes, Omega. Encontraremos una solución que funcione para ambos. No estás solo en esto.

Y con esa promesa, ambos continuaron su camino de vuelta a casa, sabiendo que, aunque el futuro era incierto, siempre se tendrían el uno al otro para enfrentarlo.


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro