Narrador Omnisciente

Abrazo un poco más ese pequeño peluche al sentir las caricia en su cuerpo, no le gustaba eso, pero a su madre le convenía. A nadie le interesaba y el no prestaba atención. Siempre fue así, desde que recuerda, a el no le molestaba, ya le daba igual. Las primeras veces dolieron y asustaron pero al saber que seguiría hasta más empezó a acostumbrarse. Su cuerpo era como el de una mujer, a su madre le favorecía aún más. Siempre con vestidos, tratado como un niño pequeño y obligado a hacer cosas desagradables.. Es su mundo.. Uno del que nunca saldrá..

Cayó al suelo al chocar con una persona, solo que esta no cayó, salio rápidamente de sus pensamientos bajando la cabeza, otra vez sucedía lo mismo.

-Lo siento señor..

Dio un leve susurro al levantarse y siguió su camino sacudiendo un poco el vestido que levemente se ensucio. Hasta que se detuvo al sentir una mano en su hombro.

-No disculpeme usted, debí prestar atención al camino.

Sin moverse del lugar asintió.

-esta bien

Intento seguir su camino pero el otro no soltó su hombro, es más, le agarro un poco más logrando dar un pequeño dolor en el chico.

-Creo que usted no entiende.. voltee porfavor.

Cuando la mano del hombre soltó su hombro bajo un poco la cabeza y volteo.

-Míreme... Míreme

Ante el ultimo llamado el de vestido levanto la mirada chocando sus ojos con los del hombre, hasta que unos segundos después los alejo de nuevo. Extrañamente eran de Color azul junto a su cabello.

-Acércate un poco más.

Obedeció sin chistar dando un paso delante, quedando ya cara a cara. El de ojos azules levantó su mano y la bajo rápidamente golpeando la mejilla del menor, quien solo retrocedió por el impacto.

-Aprende a respetar rata.

Asintio y dio una reverencia mientras la mano empezaba a marcarse.

-Con su permiso..

Se dio la vuelta y siguió caminando dejando al hombre en.. en paz.. Suspiro, nunca hacia nada bien, siempre enojaba a los demás, ahora su madre también lo golpearia por llegar tarde y por ensuciar su vestido.. llegó a la puerta y dio tres golpes mientras su madre abría la puerta cruzada de brasos.

Sucedió lo que predijo, pero esta vez la cosa cambio cuando esta no lo dejo entrar, dijo que los animales deben entrenarse de alguna manera.. y cerró la puerta en su cara. Suspiro bajando la cabeza y sentándose en las pequeñas baldosas que habían en la puerta mientras se abraza a si mismo, el frío empezaba a pegarse a el.

Unas lagrimas bajaron alertandolo, se las seco rápidamente y al ver que no paraban se dio una cachetada quejándose un poco, al menos había dejado de llorar.. se acurruco en la puerta y cerro sus ojos.. Mañana tendría Muchas cosas que explicar y hacer. Sintió una mano en su cabeza y abrió rápidamente sus ojos viendo al hombre de hace un raro delante suyo

-Que es lo que necesita?..

Se levanto lentamente mientras el otro solo lo miraba en silencio.. Oh si.. la mano del hombre, junto la suya, seguía grabadas en su piel y sus ojos estaban levemente enrojecidos. Debía dar lástima en ese momento. El hombre miro atrás e hiso unas señas mientras enseguida unos hombres de acercaban y agarraban al menor llevandolo a un auto, no forcejeo, lo mismo que haría luego?..

No supo que paso después, le pusieron un trapo en la boca y la nariz que lo durmió en el momento, cuando despertó estaba en un gran cuarto, diferente al que solía ver luego de que alguien se lo llevará, se sentó en la cama y no sintió un dolor en sus muslos. Era raro.. La puerta se abrió y un chico vestido de mayordomo entró, tenia unos anteojos, un cabello verde y parecía ser un año mayor a el. Aunque su misma estatura era algo baja.

-Buenas tardes, soy Choromatsu y de ahora en adelante seré su mayordomo personal.

No dijo nada la confusión y depresión siempre se veían en su cara pero ahora la primera resaltaba más.

-Ah, no lo sabe? Fue traida por el jefe.

Traido..traida.. el pensaba que era una niña..
Bajo la cabeza en silencio, El mayordomo lo notó y se alertó un poco. Su jefe entraría en cualquier momento y si la veía así lo golpearia.

-P-Pero tranquila es un buen jefe, solo tiene que acostumbrarse.

El pequeño lo notó y dio una pequeña sonrisa fingida.

-Esta bien Choromatsu-san

El de verde dio un suspiro aliviado y dio una pequeña reverencia saliendo del cuarto, cuando la puerta se cerró dejo de sonreír mientras levantaba sus piernas y las abrazaba, su cabello llegaba a sus hombros por lo que logro tapar su cara, la perfecta decepción ahora no estaba en su casa y ahora tenía un nuevo.. jefe?

 Un hombre entró al cuarto mientras el seguía en la misma posición, se acerco al chico y se sentó a su lado provocando que el menor levantara la mirada. Rápidamente la bajo al ver de nuevo al hombre, no queria otro golpe. El de ojos azules suspiro acariciando la cabeza del más chico, tenia mejores planes para el, unos mucho mejores.

De un momento a otro Ichimatsu se encontraba sentando en las piernas del mayor obligado a destapar su cara y apoyar su cabeza en el pecho del mayor. Unas lagrimas traicioneros bajaron por sus ojos silenciosamente mientras se acurrucaba un poco en sus brasos, se sentía extrañamente cómodo.

El de ojos azules lo notó y sonrió levemente acariciando los cabellos despeinados de su nuevo "hijo" mientras lo abrazaba un poco más, el cuerpo del menor comenzó a temblar dando a entender que quería llorar, El de azul suspiro acariciando su espalda junto un poco de su nuca sintiendo húmedo su hombro.

Logró su cometido, ahora esto tenia que mejorar, entendió mejor las cosas, no dejaría que nada malo le pasara desde ahora.