Tony detestaba visitar la casa de sus padres.

No por su madre por supuesto.

Era todo culpa de Howard.

Quien cada vez que lo veía con su enorme panza comenzaba a reírse.

María le golpeaba entonces, pero las risas no podían ser detenidas.

Ambos sabían que Howard había ganado, pero el jamás lo admitiría.

Pero lo que no le permitiría, era burlarse de él y tratar de aliarse con Steve.

-al fin domaste a mi hijo Steve, me sorprende que lo lograras-

Cuando Steve trago saliva y le miro, el esperaba que dijera algo, pero no lo hizo.

Así que el solo sonrió y salió de la casa.

Howard no tenía ni idea de quien mandaba en su casa.

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Oh no, Tony estaba molesto.

Esa sonrisa tranquila nunca era una buena señal, al menos no después de que visitaban a sus padres.

Su querida suegra le miraba con preocupación.

-será mejor que vayas por él, un omega embarazado puede ser peligroso-

Steve se disculpó y se retiró.

Escuchando a María Stark gritarle a Howard por molestar a su hijo.

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Cuando llego a su casa, pensó cual sería el mejor castigo para Steve.

Pero entonces recordó al amo de las torturas, y decidió llamarle.

-Loki tienes un momento para hablar-

Al otro lado de la línea escucho una risa malvada.

Ambos se conocían perfectamente y sabían que nada bueno pasaría, al menos para Steve.

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Tony se había llevado el auto, así que tuve que correr al menos 3 horas de regreso a casa.

No es que me afectara, pues tenía un buen estado físico.

Antes seguramente hubiera muerto por el asma con solo unos metros de correr.

Pero todo era diferente ahora, gracias a mi suegro y Fury.

Y claro, gracias a Tony.

Todo lo bueno en mi vida era por él.

Así que me aseguraría de hacerle feliz.

Por ello me detuve por unas donas, un pastel y su café favorito.

Solo por hoy dejaría que comiera lo que deseara.

Desde que supo de su embarazo, se encargó de vigilar la alimentación de su omega.

Algo que no le agrado a Tony, dejo de hablarle por una semana.

Al menos comía y dormía bien en ese tiempo, pero él tuvo que dormir en el sofá esa semana.

Luego gracias a los cambios de humor, Tony le pidió que durmiera otra vez con él.

De hecho, se mostró muy apegado a su persona.

Le abrazaba por la espalda, le daba muchos besos, se ponía su ropa e incluso le pedía que le diera masajes diarios.

Sonreía siempre al recordar, como Tony casi ronroneaba bajo su toque.

Tony era adorable, y su nuevo aroma completamente encantador.

Y por el haría lo que fuera.

Por eso corrió un poco más rápido, para encontrarse con su omega.

En cuanto vio la entrada de la mansión, corrió hasta la puerta y comenzó a gritar para encontrarse con su omega.

Escucho así la risa se Tony, veía de la sala así que se apresuró en su encuentro para entregarle sus presentes.

Lo único que no esperaba, era encontrar a Tony, totalmente desnudo, a excepción de dos medias negras que adornaban sus perfectas piernas.

-al fin llegas alfa...-

Su voz sonaba ronca y excitada.

Incluso podía oler dicha excitación.

-eso es para mí...alfa-

Cada vez que Tony le llamaba alfa, el sentía demasiado calor.

-te portaste demasiado mal alfa...dejaste que mi padre se burlara de mí, tuve que volver a casa solo, y además solo te quedas parado como bobo mientras yo te espero aquí... ¿Qué debo hacer contigo alfa? -

Steve dejo todo en el otro sofá, y luego se arrodillo frente a su omega.

Le encantaban estos juegos de Tony.

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Bello y bobo alfa.

Tan manipulable y tan bien entrenado.

Sentir sus mejillas calentarse, mientras rozaba mi pie contra su mejilla.

Él lo tomo con tanto cuidado y lo beso.

-dime Steve, que debería hacer contigo si no me defiendes...-

-te amo Tony-

-no te pregunte eso Steve...ya te dejé sin sexo, te retire la palabra, y tú sigues dejando que Howard se burle de mi-

-no puedo enfrentarme a tu padre...-

-y prefieres ver cómo me enojo...eso no es bueno para el bebé y es tu deber como alfa cuidar a nuestro hijo-

-daría mi vida por ustedes-

-harías lo que fuera por mi...alfa...-

-soy solo tuyo-

-ve a la cocina, deje un pequeño regalo para los dos-

Steve de forma adorable salió corriendo a la cocina.

Loki tenía razón.

Los rubios musculosos y alfas tenían una debilidad por las medias y la palabra alfa.

Si todo salía como Loki le prometió, le debería una grande.

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Caminar dolía, sus pantalones apretaban demasiado.

Pero si Tony deseaba que el fuera a la cocina, él lo haría.

Sobre todo, para seguir disfrutando de este maravilloso juego.

Miro por todos lados, hasta que vio la ropa interior de Tony en el piso, y justo a un lado un tazón de fresas con chocolates.

Tomo ambas cosas entre sus manos, y corrió a buscar a Tony.

El omega se había vuelto a recostar en el sofá, y ahora comía una dona glaseada de azúcar.

Su pequeña barriguita de 5 meses, ya resaltaba de forma perfecta en su vientre.

Esa imagen era aún más sexy, pues solo podía recordar en como su hijo llego hasta ahí.

-te ves perfecto-

-yo soy perfecto-dijo con una radiante sonrisa.

-si lo eres-

-pero sabes que es más perfecto...-

- ¿Qué? -

-tu y yo juntos...eso es lo más perfecto-

Sin poder contenerse comenzó a llorar.

Tony se levantó del sofá y le abrazo con gran cariño.

-te amo Steve, pero debes prometerme que no dejaras que Howard me siga echando en cara todo...eso no me gusta-

-hablare con el mañana-

Tony sonrió con travesura.

Era obvio que todo era un plan para controlarlo, pero no le importaba.

Entendía que le molestara la actitud de Howard, para él fue divertido un tiempo, pero se daba cuenta que lo hacía cada vez que veía a Tony.

Así que hablaría con él, y resolvería eso mañana.

Ahora solo podía pensar en el hermoso omega desnudo que tenía entre sus brazos.

-capitán, le ordeno que me lleve a nuestra habitación y me haga el amor toda la noche-

-SEÑOR SI SEÑOR-

Ambos rieron mientras Steve lo cargaba para cumplir "su misión".

*

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Tony despertó varias horas después.

Steve lo tenía apresado en la cama.

Con cuidado retiro el brazo para ir al baño.

Cuando lo consiguió, lo primero que hizo fue verse en el espejo.

Estaba lleno de mordidas y chupetones.

Solo llevaba una media, la otra Steve la había retirado con sus dientes.

Su cabello era un desastre y había restos de chocolate en sus labios y mejillas, por no mencionar el resto de su cuerpo.

Su vientre estaba lleno de besos de color chocolate.

Le encantaba la imagen que reflejaba.

-sabes Peter, le debo una gran caja de chocolates a tu tío Loki-

El bebé pateo entonces su vientre, y el solo se rio.

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Howard se sentía como un niño regañado.

Tony, María y Steve se habían encargado de advertirle que no podía meterse con Tony.

María ya lo había regañado antes, a Tony no le hizo mucho caso.

Pero Steve era diferente.

Le haría caso al alfa, solo porque explico que Tony necesitaba estar calmado por su futuro hijo.

Solo por eso, y porque lo dijo Steve.

Eso no significaba que no se enojara.