🌹Capítulo 9 🌹
Capítulo dedicado a Nyna2821
En una noche de invierno desoladora, donde las personas usaban demasiada ropa para protegerse del frío arrazador, y una manta blanca y espesa cubría todo a mi alrededor, me encontraba siendo abrazado y consolado por mi hermano mayor en el gran sofá de la sala de nuestra casa.
Era el primer día en otro país lejos de mis padres y de mi ex, ahora encarcelado, alfa y viviendo con mi hermano y su novio.
Absolutamente todo se sentía tan extraño, como si nada fuese real. Aún no podía creer que me había librado del alfa, que oprimía quien yo era, cuando trataba de meter ideas erróneas en mi cabeza, para ahora estar al lado de mi algo sobreprotector hermano y su dulce omega, quienes estaban dispuestos a ayudarme con el reciente lazo roto para que todo estuviera bien con mi futuro pequeño cachorro.
Curar mi lazo roto no sería nada fácil, además, sabía que mi embarazo era un poco riesgoso a causa de eso, sin embargo, yo ya había decidido que quería tener a mi cachorro y que lo cuidaría como a mi vida para hacer de él o ella la persona más fuerte y con un enorme corazón capaz de amar inmensamente.
—¿Te sientes triste?— cuestionó mi rubio hermano mientras acariciaba mi vientre como si estuviera hecho de porcelana con tanta delicadeza como si tuviera miedo de romperme en pedacitos, aunque ya me sentía de esa forma. Me sentía débil y triste, además de extraño por estar comenzando a adecuarme a una nueva vida.
Yo solo asentí como respuesta mientras sentía como mi amigo y omega de mi hermano se sentaba a mi otro costado, opuesto al de yoongi para luego ambos abrazarme delicadamente.
—Todo va a estar bien— susurraron al unísono.
—Eso espero— balbucee, de verdad deseaba que así fuera.
Decidimos que como ya era de noche debíamos comer algo, así que mi hermano preparó un poco de chocolate caliente y ramen para comer aún sentados en el sofá junto a la fogata en la chimenea de la sala de estar para mantenernos calientes a pesar del enorme frío del exterior.
De repente me llegó un mensaje a mi celular.
«No debiste haber hecho eso Jungkook, por tu culpa todos están hablando mal de nosotros»
Era mi mamá.
Por supuesto que se habían enterado. No por mí, pero sí por los vecinos chismosos de la ciudad, o quizá el mismo Yugyeom o los padres de él. Sea como fuere, ahora tendría que soportar a mi padre y a mi madre llamándome y mandándome mensajes solo para decirme que era un inútil e inservible por no poder mantener a un alfa a mi lado.
—Hermanito ¿Quién es?— Inquirió Yoongi al ver mi expresión. Pará este momento me sentía como la mierda misma porque quienes se suponen deberían apoyarme y comprenderme más que nadie solo sabían juzgarme y minimizar mis problemas.
Lo había notado, de eso estabas que seguro por la forma en que gruñó al ver el mensaje en mi celular después de quitarme el teléfono cuando estuve desprevenido.
—Perdón hermanito, pero tengo que hacerlo— musitó y sin más tiró mi celular al piso haciéndolo añicos. Sentí como si todo estuviese en cámara lenta cuando vi la pantalla de mi celular resquebraja rose e iluminarse de diferentes colores que se movían hasta que de un momento a otro se puso negra por completo.
Esta era la primera vez que no era yo quien rompía o dañaba mi propio celular.
—Te compraré otro— exclamó de inmediato con un poco de miedo a mi reacción ya que me había quedado mirando casi sin poder creerlo mi celular ahora roto en el piso, seguro no quería que llorara o me enojara con el por eso— él no va a estar en contacto ni contigo, ni conmigo, ni con mi omega, no pienso dejar que ninguno de ellos les haga daño a las personas que tanto amo— dijo mientras me abrazaba a mí y a su omega.
No podía sentirme más seguro y fuerte al tener en quien apoyarme.
Aquel recuerdo vino a mí cuando vi el mensaje de mi mamá en la pantalla de mi celular al despertar...
«Que desconsiderado eres ¿Ya te olvidaste de mí?»
No la veía ni sabía nada de ella ni de mi papá hace 5 años, y la verdad, estaba bien con eso. ¿Por qué tenían que aparecer de nuevo y hablarme sólo para hacerme sentir mal? ¿Cómo habían conseguido mi número?
De manera inesperada comienza a sonar el tono de llamada de mi celular y deduzco de inmediato de quién se trata, de la persona de la que menos deseo saber ahora, pero aún así opté por contestar.
—Hijo— exclamó con finjida emoción—¿Por qué no contestaste mi mensaje?— cuestionó haciéndose la dolida.
—No tengo porque hacerlo— espeté sin respeto alguno hacia mi progenitora— ¿Cómo es que conseguiste mi numero?— fui directo al grano importandome poco o nada en ese momento la razón por la cual me llamó.
—Tengo contactos— podía imaginarla con una sonrisa socarrona en su rostro y encogiéndose de hombros con sentimientos de superioridad.
—No lo hiciste hace 5 años— exclamé refiriéndome al hecho de conseguir mi nuevo número y llamarme— ¿Por qué justo ahora?
—¿No te enteraste?— exclamó una voz a lo lejos, era nada más y nada menos que mi padre, la persona que me dio la vida que no quería vivir— Creí que tu querido e ingrato hermanito te lo diría— espetó con fastidio y desagrado.
—¿De qué hablas?— cuestioné sin entender del todo a que se referían esos dos a los que alguna vez les dije lo mucho que los amaba.
—Tu alfa ahora está en libertad condicional gracias a su buen comportamiento— respondió esta vez mi padre. Me paralice deseando que todo esto fuera una maldita pesadilla o que hubiera escuchado mal.
Mis manos temblaban al igual que mi labio inferior, sentía como si mis pulmones se quedaran sin aire y podía escuchar los latidos erráticos de mi corazón, sin darme cuenta mi vista se volvió borrosa por las lágrimas acumuladas y unas ganas intensas de huir de mi habitación y buscar a Tae Joo, a quien no había visto al despertar, para refugiarme en sus brazos y dejar que sus feromonas me envuelvan por completo con el fin de hacerme sentir mejor.
—No— negué con la cabeza tratando de regular mi respiración.
—Claro que sí, así que tú tienes que volver— exigió mi madre. Silencié la llamada y caí sentado en el piso aferrándome a mis rodillas como si mi vida dependiera de ello.
Pude escuchar el ruido de una puerta siendo abierta y por las feromonas que inundaron la habitación tan abruptamente, pude saber que era Tae Joo, quien había salido del cuarto de baño recién cambiado.
En sus ojos podía percibir claramente su angustia, sin desviar la mirada de mí se acercó rápidamente y me alzó del suelo para abrazarme, acariciando con una mano mi cintura y con otra mi cabeza, mientras enredaba sus dedos entre mis negros cabellos yo hundía mi nariz en su cuello y me tranquilizaba gracias a las feromonas que él soltaba.
Ahora me sentía más relajado, más fuerte y más capaz de enfrentar a mis padres. Me soltó lentamente para limpiar mis lágrimas y yo le sonreí.
A veces sentía como si fuera capaz de leerme la mente, puesto que lo que hizo era justo lo que tanto necesitaba.
Con una profunda respiración de mi parte y una intensa mirada de Tae que tenía la intención de decirme sin palabras lo fuerte que yo era y que no debía dejarme vencer, formulé en mi mente lo que quería y necesitaba responderle a mi progenitora.
—No voy a hacer nada de lo que tú digas— exclamé decidido después de haberle quitado el silenciador a la llamada para que no escucharán mi llanto de hace unos minutos antes— para él está estrictamente prohibido acercarse demasiado a mí.
—Si nosotros conseguimos que no sea así, podrán estar juntos de nuevo y la gente dejará de decir tantas estupideces de todos nosotros— exclamó mi madre fuerte y claro como para que la oyera y no refutara, pero claro que no dejaría que ellos ganaran.
—No importa lo que digan— suspiré exasperado tratando de hacerles entender que tenían que dejar de vivir conforme a lo que diga la gente, porque hacer eso no es vida para nadie—¿Acaso no lo has entendido ya?
—¿Regresarás o no?— cuestionó mi madre seguramente harta de toda esta situación.
—Jamás — respondí sin más dispuesto a cortar la llamada.
—Esta bien, no te quejes después— amenazó en un gruñido y colgó inmediatamente.
Debí haberle colgado antes y así no hubiese escuchado aquel último comentario de su parte que me dejó los pelos de punta y un mal presentimiento.
—¿Que pasó?— inquirió el peliazul frente a mí sacándome de mis pensamientos. Nos sentamos uno al lado del otro con cuidado de despertar a mi pequeña hija solo para poder explicarle bien que había pasado.
—Mi papá me llamó, no sé cómo consiguió mi numero, pero me dijo que Yugyeom está en libertad condicional— le conté.
—Sí permanecemos juntos, nadie se meterá con nosotros, por eso te prometo que nadie te hará daño— me dijo con una linda sonrisa abrazándome de nuevo.
—Se que sí— murmuré confiado—pero sigo sin entender como fue que consiguió mi número de teléfono, yoongi jamás se lo daría— a pesar de que quería restarle importancia al asunto al mismo tiempo me carcomia la cabeza tratando de entender cómo es que había logrado contactarme.
—¿Y si le preguntamos a tu hermano o a su esposo que pasó?— opinó y yo asentí estando de acuerdo.
—Llamaré a Jimin— marqué el número de mi amigo en mi celular y esperé a que contestara.
Un pitido. Dos pitidos. Tres pitidos y finalmente respondió.
—Hola pequeño— exclamó muy contento— ¿Qué pasó?
—Ponme en voz alta— dije estando completamente seguro de que estaría con Yoongi ya que ese par estaban juntos las veinticuatro horas del día.
—Yoongi, mamá y papá lograron contactarme— grité por si es que se encontraba un tanto alejado de mi pelirosado amigo y oí un gruñido a lo lejos.
—¿Y qué te dijo?— cuestionó, su voz escuchandose más fuerte, seguro ahora mismo se encontraba al lado de Jimin.
—Que Yugyeom está en libertad condicional y que tenía que regresar, pero me negué— le conté— y dijo: «Está bien, no te quejes después» — cité sus palabras.
—Eso definitivamente es una amenaza— espetó completamente enojado.
—Lo sé, pero ¿Que hacemos?
—A mi me robaron mi celular ayer en la noche, no te iba a decir nada hasta que tuviera uno nuevo, pero creo entender que quién lo hizo le pasó la información de mi celular a papá, estoy seguro todo esto ha sido planeado por Yugyeom, ese estúpido está obsesionado contigo a pesar de todo lo que te hizo, lo odio— soltó su teoría, que a mi parecer era muy acertada.
—No te alteres, voy a estar bien— susurré, y estoy casi seguro de que él negó con la cabeza, porque lo terco que era en alguna circunstancias, no se lo quitaba nadie.
—Por ahora tendrás que cambiar de celular, yo me haré cargo de lo legal con respecto a no dejar que venga acá o se acerque a ti, así que no tienes nada de que preocuparte, pero si manda a alguien a hacerte daño o vigilarte tú solo tienes que estar alerta y yo te comprare todo lo que necesites para defensa personal— dio solución y yo asentí concordando con él — sé que eres muy fuerte y capaz tú solo, haz logrado muchas cosas y seguirás haciéndolo— exclamó dejando ver lo orgulloso que estaba de mí en aquellas simples palabras— ahora que tienes a Tae Joo de tu lado, estoy seguro de que ambos sabrán cuidarse entre ustedes— musitó y supe de inmediato lo que estaba insinuando. Y es que le había contado muchas veces la forma tan hermosa en la que era tratado por el alfa peliazul, que seguro en algún momento pensó que yo estaba interesado en él de forma romántica.
—Somos amigos— le aclaré por si no era muy obvio.
—Lo sé, pero desde ya te digo que si llegan a ser algo más tienen mi aprobación, es un buen alfa.
—Lo es, pero no— solté algo cortante.
—Como sea, nos vemos hermanito, mañana vienes por tu nuevo celular y por ahora no contestes ni respondas ninguna llamada de alguno de ellos ¿Esta bien?
—Esta bien— exclamé y colgué la llamada.
Tae Joo me sonrió tiernamente acariciando mi ruborizada mejilla. De la nada su mirada bajó a mis labios y yo no supe que decir ni que hacer ¿Se estaba acercando demasiado a mí o sólo era idea mía? Cuando nuestras narices apenas llegaron a rozarse entre en pánico.
No, claro que no quería que me besara ni viceversa.
Habíamos pasado mucho tiempo juntos y nuestra amistad y confianza se había fortalecido, pero yo no sentía amor por él o ¿Sí?
No, por supuesto que no.
Quizá sólo por inercia cerré los ojos igual que él y no me aleje.
Quizá hubiese dejado que me besara o quizá no...
Solo soy consciente de que me sobresalté y lo empujé lejos de mí después de oír un largo bostezo y la dulce voz de mi pequeña princesa.
¿Hubiese dejado que me besara aún sin aquella interrupción?
—¿Papi? ¿Está todo bien?— preguntó sentándose y apoyando su espalda en el respaldo de la cama. Seguro había notado los nervios que nos consumían a ambos. ¿Sería mejor hacer como si nada hubiese pasado, no?
—Sí, mi amor— aseguré y ella asintió como respuesta mientras se frotaba los ojos con sus manos en forma de puño. Se veía tan linda y tierna como siempre.
—Bajemos a desayunar, ya es muy tarde— habló Tae esta vez dirigiéndose a abrir la puerta para salir.
Genial. Ahora el ambiente era incómodo.
—¿Pediste permiso en tu trabajo?— pregunté tratando de romper la tensión.
—Sí, desde antes que despertaras— contestó con simpleza poniendo un pie fuera de la habitación.
—Yo no lo he hecho con la universidad— le conté y él se volteo a verme al parecer solo para decirme una cosa más e irse.
—No te preocupes, también me encargué de eso— uso un tono dulce y tranquilo, lo cual me hizo pensar que solo era idea mía el hecho de que él estuviera molesto o herido por el empujón que le di antes.
¿Pensaría que lo rechacé? ¿Por qué si quiera me importaba? Si antes le quedaba claro que jamás funcionariamos como algo más que buenos amigos, mejor ¿No?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro