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🌹Capítulo 6🌹

El sol se colaba por las cortinas de la gran ventana de mi habitación y aquello fue suficiente para despertarme. Con suma pesadez, comencé a estirarme levemente aún envuelto entre las sábanas, me sentía más que bien y es que hoy era feriado, lo que implicaba pasar mas tiempo con Jungkook y con mis hermanos y su hija, por supuesto.

Estaba aún más emocionado porque le pediría salir todos juntos, debía cumplir el trato, ninguno de los dos dejaría que sus lobos controlen lo que hacemos o decimos, pero pasaríamos tiempo y nos conoceríamos como cualquier amigo lo suele hacer. Lo único que sí me dolía de todo esto, era tener que ser considerado por mi omega un simple amigo, mas sabía que el pensaba que su alfa destinado estaba muerto y podía entender perfectamente su confusión al ver cómo su omega reconocía al nuevo yo como su alfa.

En momentos como ese, de verdad odiaba a mi padre, si no hubiese sido por él no hubiese huido a otro país ni  hubiese cambiado de nombre. En simples palabras, no hubiese tenido que reiniciar mi vida.

Pero no era el momento de ponerme mal por el pasado, sino de bajar a desayunar junto a mi omega, su pequeña hija y mis hermanos. A esta hora la cocinera ya habría hecho el desayuno y en cualquier momento nos diría que bajaramos a comer.

—Joven amo Tae joo—  llamó, desde el otro lado de la puerta de mi habitación, el beta encargado de la limpieza de la mansión, quien es también para mí, un gran amigo.

—¿Sí seokjin?— cuestioné apenas me levante de la cama y me dirigí a abrir la puerta.

—Yeri ya hizo el desayuno— expresó con una sonrisa—. Todos los demás ya están abajo comiendo, solo falta usted.

—Ya te he dicho que me trates de tú— exclamé cruzándome de brazos, más que empleados todos en la mansión eran mis amigos y no me gustaba que me tratarán de usted. Se sentía raro recibir aquel trato.

—Sí, pero en horas de trabajo no lo haré— exclamó decidido, y no podía refutar porque él era muy terco y sería una discusión de nunca acabar, por lo que solo me quedaba aceptar.

—Esta bien, ahora bajo— le dije y él asintió como respuesta, yéndose quizá a desayunar en la cocina con Yeri.

Yo me adentré en el baño para cepillarme y cambiarme de ropa. Decidí colocarme algo casual por ahora, unos pantalones holgados mostaza junto a una gran camiseta blanca y unas sandalias negras.

Apenas estuve listo di un pequeño vistazo al espejo frente a mí para ver cómo me veía y salí rápidamente para bajar las escaleras y dirigirme hasta el comedor donde Jungkook, Lisa, Jisung y Seungmin ya estaban sentados comiendo y conversando.

—Es hoy, es hoy— exclamó Jisung notablemente emocionado.

—¿Qué hay hoy?— cuestioné sentándome al costado de Jungkook quien me recibió con una pequeña, pero hermosa sonrisa.

—Hoy inauguran un parque de diversiones muy cerca de aquí— me contestó mientras aplaudía alegre y llevaba su plato vacío al lavador de la cocina.

—Eso es genial— exclamé comenzando a comer el ramen frente a mí.

—¿Nos llevas?— habló esta vez Seungmin.

—Claro— accedí y mis hermanos saltaron y festejaron emocionados ante mí respuesta—, de todos modos hoy quería decirles para salir a donde ustedes quieran y bueno, se me adelantaron— me encogi de hombros y sonreí levemente. Me aseguraría de que hoy sea un gran día para las personas que más amo en este mundo.

Las horas transcurrieron de lo más normal, todos terminaron de comer y pasamos un rato viendo la televisión antes de bañarnos y cambiarnos para salir a almorzar.

Cuando salimos del restaurante al que fuimos, Jisung me dio la dirección del parque de diversiones e inmediatamente, gracias a la emoción y la euforia que transmitían los más pequeños, nos adentramos en mi auto y conduje hasta llegar.

El lugar era inmenso, lleno de luces brillantes y colores vibrantes, también habían puestos pequeños de comida y muchos juegos electrónicos muy grandes.

Los primeros en entrar fueron los más pequeños, y Jungkook y yo los seguimos con miedo a perderlos de vista por lo rápidos que eran.

—Chicos tranquilos ¿Sí?— habló mi omega un tanto cansado igual que yo por correr hasta alcanzarlos— entraremos a todos los juegos si es posible pero haremos una cosa ¿Esta bien?

—¿Qué cosa?— cuestionó su pequeña hija dando leves saltitos.

—Cada uno de ustedes— comenzó diciendo mientras daba un leve y tierno toque en la nariz de los tres pequeños frente a él—, elegirá un juego y todos entraremos en él, así probaremos de todo y nos divertiremos mucho haciéndolo— exclamó aplaudiendo igual de emocionado que los más pequeños.

—Bien, yo quiero subir al carrusel— habló primero mi pequeño hermano Jisung.

—Pero Jisung es mejor la montaña rusa—  objeto la pequeña Lisa y yo estuve en desacuerdo con ella, le tenía miedo a las alturas aún y si me hacían subir a ese juego quedaría en ridículo con mi omega.

—No, nada de peros mi niña, probaremos todos los juegos, así que primero comencemos con lo que propuso Jisung ¿Esta bien?— preguntó y recibió un asentimiento de todos los pequeños como respuesta.

Caminamos juntos hasta aquel carrusel de música singular, caballos blancos con detalles dorados y luces amarillas brillantes. Compramos entradas para poder sentarnos uno en cada caballo y esperamos a que el juego comenzará a moverse.

No podía concentrarme en nada más que no fuera las risas de mi omega. Cada cosa que tenía que ver con él era simplemente encantadora e hipnotizante; sus risas, su mirada, su sonrisa, el rubor en sus mejillas cuando se avergonzaba y hasta su cabello desordenado al levantarse. Me alegraba ver que a pesar de todo lo que había tenido que pasar, su sonrisa jamás pudo borrarse. Ha sido demasiado fuerte como para hacerse cargo solo de una niña durante cinco años y siendo tan joven, estoy demasiado orgulloso de él y de lo que ha logrado.

Los minutos pasaron rápidamente y el juego comenzó a detenerse, ya era hora de bajarnos así que fui el primero en hacerlo solo para ir hacia Jungkook y ayudarlo a bajarse, recibiendo una linda y sincera sonrisa de su parte. Juntos bajamos a Lisa, Jisung y Seungmin para irnos al siguiente juego que alguno de los pequeños elegiría y yo solo rogaba por no quedar en ridículo por mi miedo a las alturas estando seguro que la primera en hablar seria Lisa, pero me equivoque.

—Vamos a la rueda de la fortuna— interrumpió Seungmin a Lisa que era la que quería hablar primero.

Bueno, adiós a mi preciada dignidad.

Y es que ese juego, a pesar de no ser algo en el que cayera de una gran altura, seguía siendo un juego de gran altura y eso no me ayudaba mucho, el solo hecho de ver abajo estando tan alto me hacia entrar en pánico.

—Jungkook— lo llamé justo cuando comenzamos a hacer cola para subirse a la rueda de la fortuna.

—¿Que paso Tae?— cuestionó volteando hacia mí dirección seguro curioso y confundido por mi notable nerviosismo.

—¿Puedo no subir a ese juego?— pregunté cabizbajo con una de mis manos en mi nuca y la otra en el bolsillo de mi pantalón, estaba un poco avergonzado pero tenía la intención de ocultar eso y mi miedo a subirme a aquel juego.

—¿Por qué?— inquirió curioso y preocupado, seguro me había olido y se había dado cuenta de como me sentía.

—Cuando era pequeño, se inauguró un parque de diversiones por donde vivía mi amigo, juntos fuimos a aquel lugar y por primera vez me subí a una montaña rusa, desde ese momento me di cuenta de que le tenía miedo a las alturas y aún lo tengo— confesé con la ligera esperanza de que recordará aquel momento de cuando éramos amigos que y aún no nos dábamos cuenta de los inmensos sentimientos que se alojaban en nuestros corazones.

Hay que consolar a nuestro omega

Habló mi lobo y entendía el porqué. Apenas mencioné aquel recuerdo de cuando éramos niños, pude notar como Jungkook se quedaba pensando mirando a la nada y ponía una mueca triste. Su aroma también lo delataba. Supongo que el recuerdo sobre nosotros le afectó y no lo recordó como algo lindo como pensé que sucedería.

—¿Jungkook?— cuestioné tratando de llamar su atención, mi lobo y yo queríamos abrazarlo para consolarlo, pero me abstuve de hacerlo.

—Le dije a todos los niños que teníamos que subirnos juntos a todos los juegos que quisieran— me respondió y pude sentirme mejor al notar como el aroma de tristeza que emanaba de él se disipaba— no creo que estén de acuerdo con que no te subas a alguno de los juegos— se encogió de hombros y formó un puchero con sus labios.

—Esta bien— accedí— subiré con Jisung y tú anda con Lisa y Seungmin— le dije y el asintió demostrando estar completamente de acuerdo conmigo.

La cola comenzó a avanzar y al fin minutos después, dando las entradas antes compradas, nos metimos Jisung y yo en una de las cabinas y Jungkook, Lisa y Seungmin en la cabina a nuestro costado.

Traté con todas mis fuerzas de no mirar abajo, pero se me hacia casi imposible así que para tratar de distraerme preferí hacerle conversación a Jisungie, después de todo por lo muy ocupado que estaba con la universidad y el trabajo eran pocas las veces que podía hablar tranquilamente con alguno de mis hermanos.

—Taehyung ¿Puedo preguntarte algo? — dijo de repente haciendo que me alarmara al ser nombrado por mi anterior nombre.

Hace tiempo él se había enterado de lo que habíamos tenido que pasar mi madre y yo al escuchar por casualidad una conversación de adultos. Y desde ese momento mis madres le hicieron prometer que no diría nada al respecto a absolutamente nadie.

—Jisungie, ya te han dicho nuestras madres que no me puedes decir así— le recordé y el bufo poniendo los ojos en blanco como respuesta.

—No seas exagerado, no nos escucha nadie estando acá— le resto importancia al asunto y bueno, tenía razón, ya que después de todo estábamos solo nosotros dos en la cabina.

—De todos modos, ten cuidado en donde me dices de esa forma— le advertí con miedo a que pudiera decirlo en algún momento en el que Jungkook pudiera escucharlo.

—Como sea, a lo que iba ¿Jungkook es tu omega no?— preguntó de repente.

—¿Cómo te diste cuenta de eso?

—Lisa, jisung y yo nos dimos cuenta aquel día en la piscina y te digo de antemano que a todos nos parece genial aquello— sonrió y acarició mi hombro suavemente.

—Sí— le sonreí de vuelta emocionado al saber que mis hermanos y la pequeña hija de mi omega sabía y aceptaba que fuera el alfa de Jungkook— al único que no le parece tan genial es a Jungkook— musité.

—Si lo que me contaron nuestras madres es cierto, entiendo su confusión, deberías decirle la verdad— habló encogiéndose de hombros.

—¿Y si me odia?— cuestioné inseguro.

—No creo que pueda odiarte— dijo mientras acariciaba mi hombro como su forma de reconfortarme.

—Quizá sí— suspiré— pero de todos modos él y yo quedamos en una cosa y tengo que aceptarlo.

—¿A que te refieres con que quedaron en algo?

—Quedamos en no dejar salir nuestros lobos y tratarnos como los buenos amigos lo harían.

—Bueno, siendo destinados, eso no les va a durar mucho tiempo— exclamó entre burla y completa sinceridad.

—Pase lo que pase, sabes que estaré aquí para apoyarte— dijo al ver que no le había respondido. A pesar de tener tan solo 9 años, Jisung era muy inteligente y un buen consejero.

Luego de bajarnos de la rueda de la fortuna, comimos un poco de algodón de azúcar en el puesto que había al lado para minutos después subir a la montaña rusa a pedido de la pequeña hija de mi omega y terminé tan mareado que no pude evitar ir al primer cesto de basura que vi y vomitar lo que recientemente había comido.

Siendo las ocho de la noche decidimos que sería todo por hoy, ya que tanto Jungkook como yo estábamos un poco cansados de ir de un lugar otro para buscar los juegos a los que los más pequeños querían subirse.

Era mejor regresar a cenar y a descansar, quizá otro día podríamos volver y subirnos en los juegos restantes.

—Tengo que ir al baño— dijo Jungkook de repente llamado la atención de todos nosotros— Tae Joo hyung ¿Podrías cuidar de los niños por mientras?— preguntó aunque parecía mas como una orden.

—Esta bien no te preocupes, te esperamos en el puesto de manzanas acarameladas— le respondí y el suspiro aliviado yendo a alguno de los baños portátiles que habían en el lugar mientras yo le pedía a los niños unas manzanas acarameladas ya que se les había antojado al igual que a mí.

—Ahora están con las bocas rojas y melosas— reí al ver a los tres pequeños terminar de comer sus manzanas.

—¿Tae Joo?— escuché como una voz a mis espaldas me nombraba y supe al instante de quien se trataba.

—Namjoon— respondí contento al verlo caminar hacia mí— ¿Qué haces aquí?

—Vine con mi sobrino Minho a pedido de mi hermana ya que ella está en celo y pues lo tendré que cuidar por algunos días supongo— dijo con una sonrisa relajada plasmada en su cara.

Pude notar como el pequeño Minho veía a mi hermanito Jisung, le había gustado eso podía deducirlo, pero estaban muy pequeños así que sin importar que, no dejaría que mi hermano tuviera pareja hasta los treinta años como mínimo.

Bueno quizá no debería ser tan exigente, yo me enamoré de Jungkook prácticamente a esa misma edad y nos dimos cuenta tiempo después que éramos destinados. Pero, el caso de mi hermano era totalmente diferente ¿No?

En mi pequeño debate conmigo mismo pude sentir como si alguien me llamara, lo cual no comprendí muy bien en un principio, no hasta que se repitió en mi cabeza.

«Alfa ayúdame»

Era Jungkook definitivamente.

—Tae ¿Qué tienes?— cuestionó namjoon, seguro había sentido mis feromonas, cualquiera podría deducir gracias a ellas que estaba en alerta y muy preocupado.

—Jungkook está en peligro— musité como respuesta.

—¿Mi papá? ¿Que le pasó a mi papá?— inquirió Lisa notándose igual de preocupada y en alerta que yo al escuchar la sola mención de su padre.

—Namjoon cuida a mis hermanos y a la pequeña Lisa, por favor— pedí con mirada suplicante.

—No, suéltame— trató con todas sus fuerzas de soltarse del agarre del alfa peligris quien la había cargado al ver sus intenciones de ir conmigo a ver a su padre— quiero ver a mi papá— sus ojos se cristalizaron y verla así me partió el corazón.

—Cariño, papi estará bien y yo me aseguraré de que así sea— musité con intención de tranquilizarla apenas estuve frentre a ella.

Con un asentimiento como respuesta de su parte y una sonrisa de mi parte, salí corriendo sin más que decir hacia dónde mi omega se encontraba, podía sentirlo, a pesar de no tener un lazo ni nada por el estilo, estábamos conectados desde nuestras vidas pasadas y nuestro amor fue, es y será siempre demasiado fuerte.

—¿Qué crees que haces?— rugi lleno de furia al ver que un tipo tenía sujeto a mi omega por el cuello de su camiseta.

—¿Y tú quién se supone que eres? ¿Que es lo que quieres?— cuestionó hastiado, era obvio que no le había gustado que lo interrumpiera, pero no me podía importar menos.

—Quiero que te alejes de él— dije y le  gruñi acercándome lentamente a ellos.

—¿Y qué harás si no lo hago?— inquirió burlón apretando aún más fuerte su agarre, lo cual sólo hizo que mi lobo y yo  nos enojaramos más de lo que ya estábamos. Le lancé un buen puñetazo en la cara e hice que soltara a mi omega para después abalanzarme sobre él.

—Te mataré— gruñí y comencé a darle varios de golpes en su cara y sobre todo en su estómago.

—Bien me iré, solo aléjate— gimió a causa del dolor que le había provocado. Y es que a pesar de no haber dejado que mi lobo interior se apoderara por completo de mí, estaba lo suficientemente furioso como para hacerle pagar por intentar hacerle daño a mi omega, y bueno, después de todo se notaba a leguas que el tipo estaba muy borracho, así que apenas y podía mantenerse en pie, lo cual me daba más ventaja a la hora de atacarlo. Cuando lo dejé ir huyó despavorido, pero aún así eso no evitó que mirara enojado a mi omega, como si el tuviese la culpa de todo.

Aún no entendía como era posible que culparan a los omegas de ser quienes provocaban a los alfas cuando tipos como este solo sabían acosarlos e intentar hacerles daño.

—¿Te encuentras bien?— cuestioné apenas me acerque quedando frente a él y ayudándolo a levantarse del piso.

—Tenía razón— balbuceó, pero pude entenderlo.

—¿Sobre qué?— cuestioné sin entender muy bien a qué se refería.

—Me sentía vigilado, creí que sólo era idea mía, pero me equivoqué— respondió y yo temí por su seguridad ¿Quién querría hacerle daño? ¿Ese tipo? ¿O quien había mandado a aquel alfa? ¿Quién estaba vigilando a mí omega?

—¿Crees que él te estuvo vigilando o crees que quien te vigilaba mando a aquel chico a hacerte daño?— cuestioné sin poder evitar abrazarlo y acariciar sus negros cabellos.

—No estoy seguro— suspiró abrazándome de vuelta, solté un poco de mi aroma para tranquilizarlo y note como su cuerpo se relajaba poco a poco— pero no te preocupes, estoy bien ahora gracias a ti— me sonrió y yo no pude ser más feliz sabiendo que después de todo, había podido cumplir mi promesa de protegerlo.

—Estaré siempre que me necesites— le aseguré.

—Regresemos con los pequeños para volver a casa a cenar y descansar— me pidió y yo accedí con un leve asentimiento.

Estando nuestras manos entrelazadas nos encaminamos hasta donde estaban los más pequeños y Namjoon, a quien presente a Jungkook como un alfa amigo muy cercano del trabajo.

Los minutos pasaron entre presentaciones, intercambio de números entre Namjoon y Jungkook y despedidas, caminamos hacia mi auto y conduje de regreso a casa. Estando frente a la reja de metal con dos guardias siempre vigilando, pude sentir lo mismo que Jungkook en aquel parque de diversiones, volteé inmediatamente moviendo mi cabeza de un lado a otro en busca de alguien que estuviera viéndonos, me topé con parejas y gente vagando de un lado a otro, pero algo llamó mi atención de pronto; una cabellera rojiza y una mirada esquiva, un tipo con una mascarilla negra puesta y ropa completamente negra también, se adentro en un callejón sin salida al notar mi mirada sobre él.

Oh, definitivamente algo malo estaba pasando y estaba dispuesto a lo que sea con tal de saber quién estaba estar detrás de lo sucedido.

°•°

A la primera persona
que comente le dedico
el próximo capítulo uwu

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