🌹Capítulo 29🌹
Me levanté por el dolor intenso que volvió así de la nada, cuando encendí mi celular me di cuenta que eran las tres de la mañana e intenté volver a dormir y hacer como si nada me estuviera pasando, pero no pude evitar soltar pequeños gemidos que terminaron despertando a Tae, lo vi removerse en la cama mientras estiraba sus extremidades y abría poco a poco sus ojos para mirarme con total preocupación.
—¿Jungkook, te encuentras bien?— preguntó Tae mientras acunaba mi cara entre sus manos.
—No— balbuceé y mi cuerpo se contrajo levemente por el dolor.
—¿El celo regresó, no es así?— preguntó aunque era obvio que ya se había dado cuenta, mis feromonas y mi reacción me habían delatado.
—Sí— asentí rápido y varias veces.
—Vámonos, te ayudaré bebé—Me tomó de la cintura y me sentó en la cama.
—¿Ir a dónde?— pregunté más cómo una reacción inmediata a su respuesta que como si en verdad quisiera saber, y eso fue porque aún estaba algo ido por el dolor.
—Ya sabes— dijo, lo entendí apenas esas palabras salieron de sus labios y sentí mis mejillas calentarse.
—Adelántate, yo guardaré algunas cosas que seguro necesitaremos y saldré, no te preocupes— le dije y lo animé a ponerse de pie fuera de la cama.
—Esta bien— Besó mi frente y salió de la habitación.
Con todas mis fuerzas alejé el dolor por unos momentos, salí de la cama, agarré uno de los bolsos de Tae y guardé mi celular, el cargador de este, dos botellas de agua, algo de ropa y todo lo que había en aquella bolsa en su armario. Cuando sentí que todo estaba listo salí de su habitación y bajé las escaleras hasta llegar a la sala y encontrarlo esperándome.
—Bien, ya estoy. Vámonos— le dije. Él me sonrió, cargó las cosas por mí y cuando nos dirigimos hacia su auto guardó las cosas en el asiento trasero, él se sentó en el asiento del conductor y yo a su lado, los minutos que pasábamos dentro del auto los sentí como si fuera una eternidad pues el dolor no cesaba y comenzaba a lubricar.
Cuando finalmente llegamos, Tae sacó de la maletera una manta llena de sus feromonas, me tapó con ella, sacó el bolso del asiento trasero y se lo colgó en el hombro, colocó su mano izquierda en mi espalda y la derecha debajo de mis rodillas y me cargó. Así nos adentramos al edificio, no había nadie en los pasillos por ser de madrugada así que no hubo mucho problema, fuimos al ascensor y cuando llegamos al piso del apartamento entramos, caminó, dejó el bolso a los pies de la cama y me puso sobre esta.
Me quité la manta de encima y él se acercó dispuesto a besarme, mas no lo dejé. Coloqué mi dedo índice en sus labios y luego de alejarlo un poco, moví mi dedo de un lado a otro indicando un «No» como respuesta. No se la iba a dejar tan fácil.
—¿Qué pasa?— preguntó algo confundido por mi forma de actuar.
—Solo te daré una pequeña advertencia para que pase lo que pase nunca más me vuelvas a mentir— sonreí con fingida inocencia.
—Esta bien— me respondió. Siendo obediente se quedó parado en su lugar y me esperó mientras yo sacaba algunas cosas de su bolso.
Sin que Tae lo notara saqué un dildo morado, unas esposas del mismo color y lubricante. Cuando voltee con las esposas él me vio con una cara de confusión mezclada con sorpresa.
—Cuando confirme lo evidente, encontré algunas cositas de paso. No sabía que te gustara todo eso— bromeé y no pude evitar reír suavemente apenas vi la cara de preocupación que tenía por el miedo de que yo haya malpensado la razón por la que tenía todos esos juguetes.
—Eso me lo regaló Nam, nunca he probado nada de todo lo que está allí— explicó.
—¿Y no te gustaría probarlos conmigo?— pregunté en un tono claramente de coqueteo.
—¿En serio eso quieres?— preguntó entre nervioso y asombrado.
—Sí, solo que hay algunas reglas.
—¿Reglas?— preguntó claramente confundido. La cara que puso era tan linda y graciosa al mismo tiempo que tuve que aguantarme la risa mordiéndome el labio inferior.
—No me puedes tocar ni tampoco tocarte hasta que yo te lo permita— exclamé y me crucé de brazos.
—Pero Kookie ¿Por qué?— preguntó con un lindo puchero que con todas mis fuerzas evité besar.
—Es tu castigo por mentirme, vamos a utilizar todo lo que hay en la bolsa si es posible, pero yo mando esta vez— me señalé a mí mismo y sonreí ampliamente.
—¿En serio torturarás así a tu alfa?— cuestionó algo indignado y sin poder creer del todo lo que estaba haciendo.
—Claro que sí ¿Aceptas o no?— extendí mi mano para que él la tomara.
—Bien— dijo y besó el dorso de mi mano con chulería, yo lo miré mal y él solo se rio. Le quité la camisa y de repente una idea cruzó por mi mente.
Para asegurarme de que cumpliera con mis reglas decidí que era buena idea ponerle las esposas y dejar la llave en la mesita de noche, así lo hice; el quedó atónito, de pie frente a la cama mientras que yo me coloqué en el centro de esta sin dejar de mirarlo a los ojos, me quité cada prenda de ropa con suma lentitud mientras lo veía morderse el labio inferior con fuerza y apretar las manos hasta que sus nudillos se volvían blancos, cuando estuve completamente desnudo tomé el dildo entre mis manos y me coloqué boca abajo, ya estaba muy lubricado así que solo adentré poco a poco el dildo en mi entrada, cuando estuvo dentro por completo aún no me sentí lleno, por lo que comencé a moverlo dentro de mí primero lento y después rápido tratando de ir más y más hondo e imaginando que era el de Taehyung.
—Ah Taehyungie, se siente demasiado bien— exclamé mientras volteaba para verlo a los ojos, se sentía bien, pero no tanto como cuando Tae estaba dentro de mí.
—¿Incluso más que el mío?— preguntó mientras dirigía su mirada al gran bulto en sus pantalones y luego la volvía hacia mí con picardía.
—Nada es mejor que el tuyo ¿Eso es lo que quieres? ¿Quieres que te monte?— cuestioné y asintió repetidamente.
—Si es así, suplícame— exclamé entre gemidos pues seguía masturbándome mientras veía con total satisfacción como mi alfa ya no podía contenerse más.
—Amor por favor hazlo, sé que tú también quieres— suplicó con las manos entrelazadas a la altura de su pecho y frustrado por no poder quitarse las esposas, yo solo sonreí de lado como respuesta.
—No me convences, quizá si me lo pides de rodillas— respondí minutos después y continúe con mis movimientos mientras lo veía arrodillarse ahora encima de la cama, gemí fuertemente al venirme en las blancas sábanas.
—Quiero que me montes por favor— pidió y yo asentí estando de acuerdo, saqué el dildo de mi interior y lo coloqué a mi costado, sentí mi cuerpo temblar levemente por los espasmos, pero aún así después de quitarle los zapatos tomé a Tae de los brazos e hice que se moviera para que quedara en el centro de la cama.
—Bien, acuestate allí— exclamé y el obedeció, fui quitando el resto de su ropa de manera lenta y tortuosa hasta dejarlo completamente desnudo frente a mis ojos, me mordí el labio inferior y tomé con ambas manos el miembro de mi alfa.
Gimió ante el tacto de mi mano algo fría, comencé a moverla de arriba a abajo sobre toda su extensión, lo escuché jadear satisfecho y eso fue música para mis oídos, lamí el glande con parsimonia mientras que con una mano seguía con el vaivén en su pene con la otra acariciaba su muslo, amaba sentir su piel erizarse por las sensaciones que le provocaba.
Vi sus intenciones de tocarme y jalar mi cabello incluso cuando le era difícil por las esposas, con una sola mirada le advertí que no lo hiciera o todo acabaría y él gruñó, pero me obedeció, metí su pene más y más hondo en mi garganta disfrutando de sus gemidos y expresiones. Cuando las ganas de tenerlo dentro de mí fueron ya incontrolables, saqué su pene de mi boca, del bolso extraje un condón, se lo coloqué e hice que entrara en mí de un solo movimiento y ambos gemimos por el impacto y las sensaciones que nos desbordaron.
—Estás tan apretado— exclamó y estuvo a punto de tocarme, pero yo lo señalé con el dedo índice y rápidamente alzó sus brazos hasta que quedaron arriba de su cabeza.
—Amor ¿Al menos puedo besarte?— me preguntó e hice como si lo estuviera pensando aunque no fuera así.
—No, no te dicho que lo hagas así que no puedes— dije y me crucé de brazos, él hizo un puchero; pero, accedió.
Comencé a dar pequeños y lentos saltos sobre su regazo haciendo que su erección entrara y saliera, pero no del todo, de mi interior. Poco a poco mis movimientos fueron cada vez más rápidos y certeros yendo más y más profundo, cayendo más fuerte provocando espasmos en mí y que los gemidos de él y los míos se mezclaran en el aire. Todo el ambiente olía a la combinación exquisita de nuestras feromonas.
—Se siente muy bien— exclamó. Se sentó, pasó sus brazos por encima de mi cabeza hasta dejarlos caer sobre mi cintura y mordió uno de mis pezones.
—Oye te dije que no tocaras— lo regañé y detuve todos mis movimientos.
—No estoy tocando, estoy mordiendo— susurró mientras repetía su anterior movimiento, pero esta vez además de eso su boca envolvía mi pezón y su lengua jugueteaba con el— y chupando, eso es diferente— dijo con una sonrisa de lado mientras miraba mis labios con extremo deseo.
—Tramposo— me crucé de brazos y fruncí el ceño, el rio y ya que no me movía cambio de posiciones dejándome debajo de su cuerpo y ya que él estaba con las esposas puestas era imposible separarnos.
—¿Cómo es que te las arreglas aún con lo que te puse?— pregunté notablemente asombrado—Eres de lo peor— bromeé.
—No lo sé, lo mucho que te deseo y amo hace que me mueva por puro instinto ¿Quieres que me detenga? Si es así solo dilo— dijo mientras que con delicadeza acariciaba mi pecho con su mejilla.
—Quiero que me toques, ya acabó tu castigo— le ordené.
—¿Seguro?— preguntó.
—Claro que sí cariño— con mi mano alcancé las llaves y le quite las esposas dejándolas tiradas por alguna parte del piso de la habitación—. Bésame— le pedí, con una mano tomó mi cintura y con la otra mi cuello acercándome a él, poco a poco junto nuestros labios que se movieron en armonía e intensidad, rodee su cintura con mis piernas empujando con mis pies hasta que nuestros pechos estuvieron completamente unidos y su pene entró más profundo en mí.
Lamió mi labio inferior y lo mordió, bajó sus besos por mi cuello succionando la piel del lugar hasta que esta cambiaba de color, gemí y jalé de sus cabellos, él se alejó para alinear su pene y entrar de nuevo de una estocada en mí, ambos nos vinimos y gemimos por lo que bien que se sintió.
—Kookie ¿Te gusta?— preguntó.
—Me encanta, quiero más— supliqué, Tae sonrió de lado como si una idea cruzara su mente, llevó mis piernas a sus hombros, agarró con una de sus manos las mías y con la otra mano comenzó a masturbarme.
Estaba tan dentro de mí que me hacía temblar ligeramente cada que salía y volvía a entrar, me sentía sobre estimulado y la cosa empeoró cuando sin darme cuenta tomó un anillo vibrador del bolso, lo colocó en mi miembro y lo encendió directamente al máximo nivel porque al parecer no sabía bien como funcionaba, no me quejé ya que se sintió muy bien. Ambos nos vinimos manchando la cama de nuevo y también nuestros abdómenes, gemimos sin pudor y nos besamos con gran intensidad.
Después de eso Tae salió de mi interior para buscar más cosas de las que tenía en el bolso para usarlas, al final sacó unas pinzas y bolas anales de silicona de color negro que al parecer tenia incluida la función de vibrador, se quedó algunos segundos pensando bien para que se supone que eran ambos objetos, yo me quejé por eso pues mi lobo y yo no podíamos aguantar más tiempo, él rio entre nervioso y divertido por la situación; pero, finalmente supo que hacer y puso las pinzas en cada uno de mis pezones, yo gemí por la sensación tan repentina y sentí los espasmos recorrer todo mi cuerpo, arquee mi espalda y en ese momento él aprovechó para pasar su brazo por allí y meter lentamente el otro juguete sexual en mi entrada.
Nuestras respiraciones cada vez eran más agitadas y el sudor recorría nuestros cuerpos, lo tomé por la nuca y lo acerqué para que me besara, yo me había venido varias veces y él no tanto así que quería devolverle la misma excitación y deseo que había provocado en mí, cuando dejamos de besarnos, yo me senté y él quedó de rodillas, gemí fuertemente cuando sentí que las bolas que tenía dentro comenzaron a vibrar y lo desafié con la mirada por hacer eso tan de repente, pero continué con lo que tenía pensado hacer. Bajé hasta llegar a la altura de su pene y lo metí lentamente en mi boca, Tae gimió en aquel tono grave que tanto adoro y agarró con sus manos mi cabello como una suplica de que fuera más profundo y más rápido, obedecí mientras disfrutaba de como él apretujaba mi trasero y le daba pequeños golpes.
Tiempo después se vino en mi boca y tragué su semen sin previo aviso viendo con una sonrisa traviesa a mi alfa quien me sonrió de igual forma, sabía que no podía detenerme porque lo haría de alguna u otra forma se quejara o no.
—Debo admitir que no sé que se supone que debería hacer con esa soga y algunas otras cosas que hay dentro— señalo los demás objetos dentro de su bolso y no pude evitar reír levemente por lo lindo y tierno que se veía frustrado por no saber aquello. Para ser la primera vez que utilizaba ese tipo de juguetes lo había hecho muy bien.
—Yo tampoco— confesé—; pero, luego podremos preguntar y aprender a hacerlo mi amor— acaricié sus azules cabellos y junte nuestras narices moviendo de un lado a otro la mía como una forma de darle cariño, él sonrió enternecido y asintió dándome la razón.
—¿Te gustó?— preguntó algo inseguro, yo acuné su carita y fui besando desde su frente hasta su barbilla haciendolo sonreír.
—Sí Taetae, amé todo lo que hiciste— exclamé y gemí al sentir que quitaba las pinzas y las reemplazaba con su boca.
—Te extrañé mucho bebé— me susurró en el oído y yo tome su cara para que me mirara a los ojos.
—Y yo a ti mi amor— le contesté y ambos sonreímos al mismo tiempo. Taehyung quitó el modo vibrador de las bolas y las sacó de mi entrada. De la nada sentí como poco a poco mi lobo comenzó a aparecer, cuando mis ojos comenzaron a teñirse de un potente azul pude notar como los de Taehyung se volvían de un intenso amarillo, definitivamente ambos habíamos perdido el control por completo.
—Alfa.
—Omega, al fin estamos juntos.
—No voy a dejar que nada ni nadie vuelva a separarnos.
°•°
Espero les esté gustando
Y lamento la demora,
estuve de viaje.
Los ama...
SweetbabyTJ
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