🌹Capítulo 27🌹
Me removí entre las mantas que cubrían mi cuerpo, estiré levemente mis extremidades y bostecé, tomé mi celular entre mis manos, el reloj de este indicaba que eran las nueve en punto de la mañana, por lo que decidí que era hora de levantarse y desayunar junto a mi hija, mi hermano y su pareja.
Cuando voltee a verla, me di cuenta de que ya se encontraba despierta y además de eso tenía una inmensa sonrisa en su rostro, me abrazo fuertemente y yo le correspondí.
—Buenos días papi y feliz cumpleaños— exclamó apenas se alejó.
Ya era primero de septiembre y yo no lo había tomado en cuenta, tenía tantas cosas en la cabeza que me había olvidado de mi propio cumpleaños, no pude evitar reírme ante el hecho y sentirme feliz al ver a mi hermano y su esposo entrar por la puerta de la habitación, cantando la canción del feliz cumpleaños para mí, mientras el primero sostenía un delicioso pastel de chocolate y el segundo aplaudía al ritmo de la melodía.
—Feliz cumpleaños — gritaron los tres apenas terminaron de cantar.
—Ahora sopla las velas y pide un deseo— me dijo mi pequeña Lisa.
Cerré los ojos y pedí en mi mente lo de siempre, aunque bueno, con un pequeño cambio, antes éramos solo mi hija y yo y siempre pedía que la diosa luna nos permita estar siempre juntos y ser felices en nuestra bella casita, pero ahora que tenía a Taehyung a mi lado de nuevo, y a pesar de que debía hablar urgentemente con él, sabía que lo quería conmigo tanto como a mi hija, de ahora en adelante siempre seríamos los tres. Después de soplar las velas, los mire a cada uno de ellos y les agradecí.
—Gracias de corazón, son los mejores.
—Todo por ti y tu día especial— habló Yoongi por los tres.
—Pero nos repartiremos el pastel después de desayunar— advirtió Jimin señalandonos con su pequeño dedo índice y le quitó el pastel de las manos a Yoongi para llevárselo consigo, seguramente a la cocina.
Y tal y como dijo Jimin, sucedió. Luego de desayunar y reposar un rato, nos repartimos y comimos el pastel. Estuvo delicioso, así que pedí otro pedazo más, solo me consintieron con eso porque era mi cumpleaños.
Yoongi y Jimin nos acompañaron a Lisa y a mí a la casa de Taehyung, donde sus pequeños hermanitos y todos los que ayudan en la mansión me felicitaron por mi cumpleaños y me hicieron pasar un buen rato cuando decidieron que debíamos hacer una pequeña fiesta.
Jeongin y Hoseok me llamaron para felicitarme, pero ninguno de los dos pudo venir ya que estaban ocupados. Aún así, todo fue muy lindo porque estuvieron la mayoría de los que considero mis amigos y familia. Comimos, bailamos, reímos e incluso pusimos canciones de youtube en el televisor para hacer Karaoke.
Me sentí muy bien hasta que cuando todo eso terminó di un pequeño vistazo a mi celular y caí en cuenta de que la persona que más esperaba que recordara y me felicitara por cumplir un año más de vida no lo hizo, no sé si Taehyung se olvidó o no, de hecho no tengo idea de nada, ni siquiera del porqué no está a mi lado justo ahora que en mi cama cree, con ayuda de su ropa y la mía, un nido lo suficientemente grande para caber solo yo.
Sabía que no era hora de dormir aún, pues faltaba que cenaramos todos juntos, pero no me sentía bien. Mi lobo y yo estábamos heridos, y queríamos respuestas, las cuales no tendríamos hasta que nuestro alfa volviera. Aspiré profundamente el olor a chocolate amargo, café y menta que provenía de una de las camisas de Taehyung que estaba a mi lado, me aferre a ella con mis manos y mis piernas y dejé que mis lágrimas mojaran levemente la tela.
—Miren— escuché que susurraron, pero no dirigí mi mirada a Jisung, quien era el que estaba hablando, sino que preferí seguir descansando tranquilamente mientras las feromonas de Tae calmaban el dolor por su ausencia.
—¿Por qué Jungkook ha hecho un nido?— cuestionó Seungmin en un tono de inocencia y duda pura.
—No lo sé, hay diversas razones, quiza solo extraña a Tae— les respondió Jin.
—Debe ser eso, dejemos solo a mi papi— dijo mi pequeña hija, y solo ahí abrí los ojos y vi como Lisa empujaba con cuidado a todos fuera de mi habitación.
Luego de descansar un buen rato limpie las lágrimas que aún caían por mis mejillas y tras un profundo suspiro, me levanté de la cama y salí de la habitación para ir al comedor donde ya estaban esperándome para cenar todos juntos. Esbocé una pequeña sonrisa algo melancólica y tras una mirada rápida a todos los presentes, me senté al lado de mi hija para disfrutar de lo que habían preparado especialmente para mí.
Al final, me despedí de todos, mi hermano y su esposo regresaron a su casa, los empleados de la mansión a sus respectivos puestos, los hermanos de Taehyung a sus habitaciones pues tenían clase al día siguiente, y mi hija y yo nos dormimos en mi habitación, dentro del pequeño espacio en el nido que no me había atrevido a deshacer.
Cuando desperté al día siguiente, llevé a mi hija y a los hermanos de Taehyung a sus clases en sus respectivos centros de estudio, al igual que yo me dirigí a las mías en la universidad. Llegué más temprano que de costumbre, por lo que guardé algunas de mis cosas en el casillero y con mi mochila aún sobre mis hombros fui al parque frente a la universidad, donde había uno que otro alumno conversando o haciendo las tareas que les faltaban hacer, me senté en el césped debajo de la sombra de un árbol, y saqué mi pequeño libro de dibujos.
También saqué unos pinceles y mis pinturas, después de analizar lo que me rodeaba, me dispuse a dar pequeños trazos, primero con diferentes tonos de verde para el suelo y luego diferentes tonos de celeste con algo de blanco para el cielo, agregué a las personas rodeadas de diferentes colores, esto para representar el color en el que pienso al sentir sus feromonas, además de lobos grandes o pequeños y de diferentes colores al lado de cada una.
En el momento en que terminé con mi trabajo sonreí orgulloso por como me había quedado, apenas estaba comenzando a ponerme de pie de nuevo cuando de pronto una sombra frente a mí llamó mi atención y alcé la vista para ver de quien se trataba, fue un poco difícil por la luz del sol detrás de él, pero después de achicar los ojos levemente lo reconocí.
—Hola hobi— saludé, él rio y se puso de cuclillas para quedar cara a cara conmigo.
—Hola kookie— con su mano removió con delicadeza mi cabello— Te quedó hermoso el dibujo.
—Gracias— contesté ya estando de pie.
—Jungkook te estaba buscando— Jeongin llegó de repente y cuando vio a Hoseok a mi lado dijo— ¿Tú que haces por aquí?
—Lo de siempre.
—Entiendo ¿Nos vamos?— me pregunto a lo que asentí y deje que me llevara hasta la universidad de nuevo.
Durante el tiempo en el que estuve en la universidad en algunas clases me mantuve atento de lo que decían y apuntaba todo, pero en otras cuando el profesor no se daba cuenta hablaba con Jeongin sobre cómo le iba con su novio.
Apenas llegó la hora de salida el chófer de la mansión me llevó de vuelta y pude ver a todos los hermanos de Tae y a mi pequeña hija jugando a las escondidas y no pude evitar unirme a ellos.
—¿Quieren acompañarme al centro comercial?— les pregunté. Tenía ganas de salir.
—¡Sí!— exclamaron los tres pequeños al unísono, y corrieron a sus respectivas habitaciones para alistarse.
Fui tras mi hija para bañarla y cambiarla. Le puse una blusa y alpargatas amarillas con unos pantalones azules con los bordes decorados por pequeñas flores amarillas.
Jisung se puso unos pantalones negros con una camiseta blanca y zapatilla del mismo color, mientras que Seungmin tenía un chaleco de punto a cuadros blanco con una camisa negra, unos pantalones azules con unos mocasines marrón oscuro. Su elección de ropa me hizo recordar mucho a Tae.
Por otro lado, yo me coloqué una camiseta negra de mangas largas, unos pantalones azules algo rasgados con mis cadenas de plata y mis botas negras. Y así, el chófer nos llevó a nuestro destino.
Jisung, Seungmin y Lisa correteaban de vez en cuando a modo de juego, por lo que tenía que llamarles la atención para que así no causarán algún desastre en las tiendas a las que entraramos. Les compre algo de ropa y chocó pie con milkis ya que se les antojo, mientras que yo me compre solo mi banana milk.
—Jungkook, hola de nuevo— exclamó una voz conocida detrás de nosotros.
—Hola Hobi hyung— saludé— ¿Qué te trae por aquí?
—Tenía que comprar algunas cosas que faltan en mi casa— respondió y hubiese dicho o hecho algo de no ser por el intenso dolor que me envolvió.
Sabía lo que significaba.
—Jungkook, tu estás... — lo interrumpí solo alzando la palma de mi mano hacia su cara mientras me reincorporaba.
—Llévame a la mansión, por favor— le pedí y él solo asintió como respuesta. Entré en su auto junto a los hermanos de Taehyung y mi hija, todos en la trasera del vehículo.
Afortunadamente, soporté el dolor durante el viaje ya que solo fueron unos cuantos minutos que demoramos en llegar.
—Lleva a Lisa a su habitación y déjala en su cama y pídele a Jisung que cuide de Seungmin— ele dije a Hoseok cuando salimos todos del auto y llegamos a la entrada de la casa.
—Está bien— me obedeció.
Mientras él llevaba a cada quien a sus respectivas habitaciones, yo trataba de regular mi respiración y soportar el dolor intenso en mi vientre. Mi lobo no quería tomar supresores, quería que su alfa lo ayudara con el dolor y lo entendía, pero él no estaba aquí.
Me senté en el gran sofá de la sala, pues el temblor en mis piernas no ayudaba a poder mantenerme en pie por mucho tiempo y ahí fue que vi a Hobi bajar las escaleras yendo directo hacia yo me encontraba.
—Ya lo hice.
—Gracias, ahora vete— la presencia de mi lobo se hizo más fuerte y lo regañé mentalmente por tratarlo de una forma tan grosera.
—Te puedo ayudar— trato de tocar mi hombro, pero mi lobo no lo dejó. A este paso estaba seguro de que mis ojos se habían vuelto azules.
—Te compraré unos supresores ¿Esta bien?— propuso.
—Solo quiero a mi alfa— exclamó enojado mi lobo. Ya no podía controlar más ni el dolor ni a mi lobo, así que no hice más que dejarme llevar, después de tanto tiempo deje que mi lado animal se hiciera cargo de lo que sucediera y confié en que no se equivocaba con lo que hacía.
—Déjame ayudarte, él no está aquí para ti y yo sí.
—No quiero nada de ti, no eres mi alfa.
Un ruido que provino de la entrada nos sobresalto a ambos y volteamos al mismo tiempo para ver quién había abierto de manera tan brusca la puerta de la mansión.
—¿Qué está pasando aquí?— dijeron las madres de Tae al mismo tiempo.
Habían regresado y estaban junto a Taehyung, junto a mi alfa. Mi lobo y yo nos sentimos completamente felices por volver a verlo, pero ese sentimiento se apagó al instante que su ceño se frunció y sus aroma se volvió agrio por el enojo.
—Aléjate de mi omega— sus ojos se volvieron amarillos, y a paso rápido se posicionó frente a Hoseok tomándolo por el cuello de su camiseta.
—No hice nada malo— alzó sus manos a cada lado de su cara y se encogió de hombros por el evidente miedo de ser golpeado.
—Lo mejor es que te vayas, Jungkook está sensible por su celo, a Tae Joo le molesta que estés cerca de él cuando su omega está en ese estado y si sigues aquí Jungkook se pondrá mal por las feromonas de enojo que esta soltando Tae Joo— exclamó con serenidad la madre omega de Tae.
—Bien, me voy— hizo que Taehyung lo soltara y sin despedirse de alguien allí, huyó.
—Taehyung...
Observé al alfa frente a mí de pies a cabeza sin poder creer aún que ya había regresado, mi lobo aún no se calmaba, por lo que yo era una mezcla de felicidad, deseo e incredulidad. No sabía que hacer, si dejarme llevar por mí lobo o aclarar de una vez por todas la situación en la que nos encontrábamos.
—Te lo explicaré todo, Jungkookie.
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