Mi papá era un criminal...

Sí, tenía un mafioso como parte de mi familia, y ni mi mamá ni yo nos dimos cuenta antes. Aquel día que fuimos de compras y de regreso a casa lo encontramos charlando en un callejón con un tipo para acordar que le compraría un Omega, supimos que traficaba omegas, por lo que el dinero que teníamos gracias a él no era de un trabajo digno y respetable sino de uno sucio y asqueroso como ese, ni siquiera debería llamarle trabajo, lo que hacía era simplemente una cosa  desalmada.

¿Quién era capaz de secuestrar omegas jóvenes y venderlos a alfas adinerados sabiendo que estos solo les harían daño, los utilizarian para su satisfacción propia y los dejarían a su suerte? Pues mi papá.

Jamás creí que me decepcionaría alguna vez de él, porque lo admiraba y amaba demasiado, pero todo lo que hizo fue horrible.

Había crecido con la esperanza de ser un alfa igual de fuerte que mi padre, pero ya no quería ser, ni tener algo que ver con alguien como él. Mi mamá quería que fuera diferente y yo quería lo mismo.

Cuando sucedió todo eso yo tenía tan solo 13 años, no podía hacer nada al respecto, o al menos eso pensaba mi madre y estaba de acuerdo con ello. Siempre estaba de acuerdo con lo que ella me dijera, por eso cuando me dijo que teníamos que escapar y finjir nuestra muerte para que aquel sujeto no nos encontrará...

Lo acepte, por dos cosas, la clase de padre que tenía y el hecho de que este mismo también le había hecho daño a mi madre.

No solo no la dejaba salir a menos que fuera para comprar las cosas que hacían falta en la casa y que me faltaban a mí, sino que también le pegaba. Yo lo sospeché en un inicio, pero no sabía sí tenía razón o sólo era idea mía y tampoco quería pensar en mi padre como alguien malo.

Mi mamá se desahogó por completo conmigo y me contó toda la verdad de cómo era mi padre con ella horas después del suceso al salir del centro comercial, yo entré en un estado de rencor y depresión por su culpa, por culpa del daño que fue capaz de hacerle tanto a ella como a muchos otros omegas.

Lo único que más me dolía de tener que huir, era dejar a la persona que más amaba en este mundo, Jeon Jungkook lo era todo para mí.

Nos conocimos en aquel parque, que luego supe que quedaba cerca de su casa, cuando apenas teníamos 5 años. Nos hicimos muy buenos amigos e ingresamos a la primaria juntos, solía pasar todo el tiempo con él, nos correteábamos en el parque, patinábamos o más bien intentábamos no caernos en patín, salíamos a comer juntos o simplemente nos quedábamos en su casa viendo películas o series.

Pero poco a poco, eso que creía solo era una bonita amistad, se había vuelto más que eso. Me había enamorado perdidamente de él y siempre que podía se lo hacía saber, afortunadamente él sentía lo mismo que yo.

Cuando cumplí 12 años me presente como alfa y él, unos meses antes de mi cumpleaños teniendo aún 11, como omega, fue ahí cuando nos dimos cuenta que éramos destinados. Nada podía ser mejor que estar enamorados, ser correspondidos y estar destinados a estar juntos desde nuestras vidas pasadas, hasta en nuestras vidas futuras.

Así que desde ese momento, le prometí 5 cosas.

1.-Nunca me alejaré de ti
2.-Siempre te protegeré y amaré
3.-Te cortejaré y seremos omega y alfa.
4.-Formaremos un lazo
5.-Tendremos cachorros y seremos felices por siempre.

Todos los días después de clases nos sentábamos bajo la sombra del gran árbol, en el parque donde nos conocimos, lo miraba directamente a los ojos y le demostraba mi más sincero amor, con mimos y besitos en toda su carita, repetiendole cada que podía todas las promesas que le hice después de nuestra presentación, y es que mi amor era uno que perduraría hasta el último de mis días.

Porque sí, mis sentimientos nunca cambiaron desde entonces. Desde que comenzamos una nueva vida en Daegu, nunca paré de pensar en él.

Los años transcurrían, mi mamá se curaba del lazo roto, porque ese idiota que tenía como padre al parecer le importo poco o nada nuestra supuesta muerte, porque mordió a alguna o algún Omega y mi madre lo sintió por el lazo que tenían. Yo cuide de ella todo ese tiempo hasta que encontró a una Alfa de buen corazón que le dio todo su amor y dos bellos hijos, mis dos hermanos menores. Con su ayuda pudimos salir adelante, mi mamá se volvió la encargada de administrar una de las empresas de la compañía de su nueva alfa y yo conseguí un trabajo de medio tiempo como modelo mientras estaba en la universidad, ya que quise ayudar también, con los gastos de nuestra nueva casa.

Todo en nuestra vida era estable, pero seguía sintiéndome vacío. Necesitaba a mi Omega, quería de vuelta al amor de mi vida y no aceptaría a nadie más que no fuera él.

Muchas personas se me acercaron con intenciones tanto buenas como malas, omegas tanto hombres como mujeres buscaban que los quisiera solo por ser hijo de personas reconocidas y adineradas, mientras que otros sólo querían ganarse mi corazón, pero nadie pudo y jamás podría, porque yo era solo de Jungkook, apenas encontrará un trabajo estable después de terminar la universidad, cruzaría mar y tierra solo para volver a verlo y decirle lo mucho que lo amo, claro, después de aclararle todo sin que me odiara por mentirle ¿Me podría perdonar?

Sin imaginarlo, lo encontré más pronto de lo planeado, en aquella fiesta de un amigo lejano de mi amigo Namjoon.

Estuvo frente a mí en la barra de bebidas mientras yo estaba sentado en un sofá observándolo atentamente, no me importó incluso si Namjoon estaba molestó porque lo estaba ignorando, en cualquier momento se le pasaría.

Me estaba comportando como un Alfa completamente cobarde, porque aún sabiendo que estaba mi Omega aquí, y que nada de lo que estaba sucediendo era un sueño, seguía sentado sin atreverme a acercarme, sin embargo, ese miedo se volvió enojo y audacia cuando ví que un tipo, que supe al instante que era un alfa por las feromonas que emitía, se estaba acercando demasiado a Jungkook, haciéndolo sentir incómodo y con miedo. Prometí protegerlo y ahora que lo volvía a ver podía hacerlo, no dejaría que nadie lo intimidara o le hiciera daño.

Y fue ahí donde comenzó toda esta locura, ahora mismo Jungkook estaba a mi lado en mi carro, había manejado en plena madrugada, tan sólo para dejarlo en su casa sano y salvo.

Cuando vi que se bajó sin siquiera despedirse, yo y mi lobo nos sentimos muy mal, no queríamos dejar ir a nuestro Omega, ni tampoco que nos trate de esa forma tan fría y distante, así que no pude evitar salir de mi carro y caminar junto a él hasta su casa.

—¿Por qué me sigues?— preguntó al verme caminando a su lado hasta la puerta de su casa.

—Solo quiero asegurarme de que estés bien— me encogí de hombros mientras lo veía sacar las llaves de los bolsillos de mi pantalón, el que le había prestado a pedido de mi mamá antes de salir de mi casa.

Por instinto, comencé a olfatear el aire que nos rodeaba y me di cuenta que había alguien dentro, una alfa, así que como forma de protección lo abracé por la espalda sin dejarlo si quiera acercar la llave a la perilla.

—Oye, suéltame— espetó enojado mientras trataba, con todas sus fuerzas, zafarse de mi agarre.

—Hay una alfa adentro, la puedo oler— gruñí, tratando de controlar a mi lobo, que quería entrar y encarar a quien estuviera dentro y preguntarle, quizá no tan amablemente, cómo se atrevía a entrar a una casa que no era suya.

—¿Y eso que? Ya lo sé, suéltame— me tencé al escucharlo decir eso ¿Cómo que ya lo sabía?

—Espera ¿Es tu alfa?— pregunté con notable dificultad, me dolía imaginarme a Jungkook con alguien más porque no se suponía que así serían las cosas cuando lo volviera a encontrar. Le prometí que estaríamos juntos para siempre, que nada ni nadie podría separarnos, pero no pude cumplir mi promesa y eso hacia doler mi corazón.

—No, pero eso tampoco te incumbe— suspiró poniendo los ojos en blanco.

—Entonces ¿Quién está dentro?— cuestioné confundido pero a la vez aliviado de que mi kookie no tuviera a alguien más como su alfa.

—Ya te dije que no te incumbe, así que suéltame— tan terco como lo recuerdo, pero no importaba cuanto lo intentara, al final siempre terminaba diciéndome lo que le pedía.

—No te soltaré ¿Qué tal si está en celo o algo por el estilo?— me excusé, una excusa tonta porque ya la había olido y sabía que no estaba en celo, solo quería que me dijera quién era, solo eso.

—No lo está— suspiró y continuó diciendo— se llama Moonbyul, es de confianza porque es amiga de mi hermano, y además tiene novia, Solar, así que suéltame— me explicó, lo cual me relajo un poco, mi agarre se debilitó así que al final él logro soltarse, sin embargo, hice que me mirara directamente a los ojos, aún necesitaba saber más para calmar a mi lobo.

—Aun no entiendo porque está dentro de tu casa a esta hora de la madrugada.

—Esta cuidando de mi hija porque es su niñera— explicó rendido, pero a la vez con una expresión triste en su rostro.

—¿Hija?— pregunté inconscientemente por la confusión.

—Bien, si tanta curiosidad tienes, te diré todo— exhaló exasperado y mirando por unos segundos al cielo para luego volver la mirada a mí— en la secundaria, un chico hizo una apuesta con sus amigos de que lograría acostarse conmigo, en pocas palabras fui utilizado por él. Mis padres se enteraron de que, además de eso, también me había mordido así que decidieron que tenía que vivir con él porque era mi alfa, él me maltrato todo ese tiempo y también me embarazó, gracias a mi hermano ahora ese sujeto está en la cárcel pagando por todo lo que me hizo, después de eso me mudé aquí junto a mi hija de cinco años, cerca de donde vive Yoongi ¿Contento?— me contó con lágrimas resbalándose por sus levemente rosadas mejillas. Yo me sentí culpable, era mi culpa que él hubiera tenido que pasar por todo eso, si tan solo no me hubiese hido de su lado, quizá las cosas pudieran haber sido diferentes.

—¿Te han dicho alguna vez lo fuerte que eres Jungkook?— lo abracé delicadamente mientras acariciaba sus cabellos y emitía feromonas que calmaron su sentimiento de tristeza y miedo, el que había olido hace unos instantes cuando comenzó a contarme todo. Me alegra que no me rechazara o alejara, sino que se sintiera cómodo con el abrazo que le daba, el verlo acurrucarse en mi pecho con sus labios formando un puchero fue lo más tierno que ví jamás— perdón — susurró mi lobo en su oído, no pude detenerlo, después de todo ambos nos sentíamos mal por saber lo que tuvo que pasar nuestro Omega, cambiaría lo que fuera solo para verlo feliz incluso si eso significa no estar a su lado.

—¿Por qué te disculpas?— cuestionó extrañado.

—Por hacerte hablar, no debí entrometerme— me excusé inmediatamente— solo estaba preocupado— admití. Sí, quizá era una verdad a medias, pero no importaba. No estaba listo para decirle la verdad, porque mi miedo a una reacción negativa de su parte era más fuerte.

—No pasa nada, ¿Podríamos olvidar todo el tema de mi celo y comenzar de nuevo?— lo que preguntó me sorprendió y alegró al mismo tiempo, me hacía feliz que pensara en comenzar desde cero, porque eso significaba que dejaría de estar tan distante y cortante conmigo y podríamos comenzar siendo amigos.

—¿En serio?— pregunté asegurándome de qué no lo había imaginado.

—Sí, seamos amigos, después de todo voy a trabajar para tu madre, lo mejor sería llevarnos bien ¿No?

—¿Trabajarás para mi madre?— eso no me lo esperaba, mi mamá no me dijo nada, solo me dijo que lo trajera y que le diera uno de mis pantalones para que se cambiara.

—Seré el niñero de sus hijos— se encogió de hombros y yo sonreí enormemente porque eso significaba que ésta no sería la única y última vez que lo vería.

—¿También mi niñero?— pregunté levantando una ceja con coquetería.

—No, sólo de tus hermanos, tú ya estás muy grandecito como para saber cuidarte sólo.

—Ni tanto— bromeé haciendolo reír levemente.

—Tonto, bueno ya me tengo que ir, adiós— levantó su mano moviéndola de lado a lado como forma de despedida, pero tome ésta entre mis manos y lo jale hacia mí para que quedáramos cara a cara, aunque quería besarlo en los labios no podía, no quería asustarlo o arruinar mi oportunidad de comenzar como amigos, luché contra ese deseo y deposité un corto beso en su mejilla, viendo como un leve rubor aparecía, agachó la cabeza avergonzado y se adentró en su casa.

—Han Tae joo ¿Vas a prestarme atención o voy a tener que seguir hablando solo? quizá pronto me haga amigo de tu sombra— dramatizó Kim Namjoon, mi mejor amigo, cualquiera diría que solo me estaba mirando al espejo por demasiado tiempo, pero no era eso, estaba pensando, ahora que mi mamá y su esposa ya no estaban en casa me quedaría solo con mi Omega y mis hermanos, pero el trabajo me consumiría mucho tiempo, así que estaba viendo como hacer para pasar más tiempo con él.

—Ay por favor no seas dramático Nam ¿Ahora qué quieres?

—Te necesitan afuera ahora mismo para tomarte las fotos ¿Qué te toma tanto tiempo?— puso los ojos en blanco, seguro pensando que solo me estaba viendo al espejo y no lo culpo, eso parecía.

—Solo estaba pensando— suspiré pesadamente— ya mismo salgo— le dije, él tan sólo asintió y salió del camerino.

La única cosa que logré sin ayuda de mi mamá o mi madrastra fue el modelar ropa para una empresa reconocida en Corea del Sur.

A ambas las amo, han hecho muchas cosas por mí y es por eso que siento que ya es hora de devolvérselas, así que estaba feliz por lograr esto por mi propia cuenta para poder darles lo que necesiten.

Esto para mí era algo temporal, planeaba algo más grande, tener una empresa de modelaje propia y reconocida mundialmente, era un sueño que esperaba lograr. Quería ser más que solo el modelo de la revista y esperaba que mi sueño se hiciera realidad.

Por ahora estaba feliz de poder convencerles de poco a poco que aquellos estereotipos, que definen que la ropa y el color depende si eres omega, beta u alfa, eran estúpidos ¿Quién dice que los  alfas no pueden usar rosado? ¿Quién dice que no podemos utilizar un crop top o alguna prenda que supuestamente es solo para un o una omega? Yo quiero ser parte del cambio de mentalidad en esta sociedad de mierda.

Me puse un crop top de mangas largas color rosado, unos pantalones de vestir azules y mi boina y mocasines negros.

Salí del camerino y me dirigí a la pasarela con una ligera sonrisa en mis labios y una mano en mi cintura, a cada paso que daba y cada pose que hacía sentía el flash de las cámaras que me tomaban miles de fotos, para terminar eligiendo la mejor. Estuve así por dos horas, con cambios de ropa obviamente.

—Ya que terminamos ¿Puedo regresar a casa?— pregunté tratando de no sonar tan desesperado, aunque creo que no funcionó.

—¿Por qué tan apurado?— Cuestionó Nam revisando junto a Seulgi, la jefa de todo esto y quién me contrató, las fotos que me habían tomado.

—Luego te cuento.

—Ya te puedes ir Tae, es todo por hoy— me sonrió Seulgi a lo que emocionado le agradecí y me despedí de todos con una leve reverencia.

—¿Que haces tan temprano en casa? No se supone que llegabas hasta más tarde— fue lo primero que dijo mi Omega cuando me vió al abrir la puerta de mi casa. Hubiese preferido un "Hola, te ves muy bien hoy" pero pues algo es algo ¿No?

—Se supone, pero hoy no— di un leve toque a su nariz con mi dedo índice sonriendo por el leve rubor en sus mejillas, me adentré en mi casa, estaba a punto de sentarme en el sofá de la sala pero escuché los gritos de diversión de mis hermanos y vi a Jungkook dirigirse al patio trasero, así que no hice más que seguirlo.

Jisung y la pequeña hija de Jungkook cuidaban de Seungmin, quién tenía puestos sus flotadores, ya que aún no sabía nadar, a mis 6 años de edad tampoco sabía. Ambos se estaban divirtiendo mucho yendo de un lado para otro en la piscina o salpicando agua para molestarse entre ellos.

—Se están divirtiendo mucho en la piscina— dije lo obvio sentándome en la silla al lado de la de Jungkook

—Sí, fue idea de Jisung, se supone que los estoy cuidando, pero se cuidan entre ellos— contó enternecido. De pronto se me ocurrió una idea para llamar la atención de mi Omega, quizá era una idea un poco tonta, pero probablemente solo así se relajaría un poco y podríamos divertirnos entre los cuatro.

Actúe como si me resbalara cayendo en la piscina, aprovechando que ninguno de mis hermanos estaba viéndonos fingí que no sabía nadar, moviendo mis brazos y piernas desesperadamente mientras subía y bajaba mi cabeza hundiéndola y sacándola del agua cada tanto.

—Rescátame, no sé nadar— gritaba tratando de evitar reír y seguir en el papel, aunque mis hermanos no ayudaban mucho, porque se estaban burlando de lo ridículo que me veía tratando de llamar la atención de mi omega, era más que obvio que ellos se habían dado cuenta de mis sentimientos por Jungkook con tan solo esa acción, me conocen y saben que no me interesa llamar la atención de nadie. Prácticamente está era la primera vez que me veían haciéndolo.

—No te creo ni un poco, esta piscina solo mide 1.50 metros y tú obviamente mides más que eso— se encoge de hombros como si fuera obvio el cuanto mido.

—Te estoy diciendo que no sé nadar ¿Cómo es que no me crees?— cuestioné, según yo mi actuación era muy buena, el problema era que había utilizado la lógica al suponer mi altura respecto a la suya.

—Ya te dije, mides más que la piscina, así que aunque no supieras nadar, solo párate, no te vas a ahogar.

—Bueno, entonces al menos ayudame a salir— me puse de pie y estiré mi mano hacia él, tenía otro plan y conseguiría lo que quería.

—Bien— puso los ojos en blanco, se acercó a mí y tomó mi mano, jale de esta haciéndolo caer en la piscina junto a mí.

—Estas loco— coloqué mis manos en su cintura mientras veía extrañado que él se tapaba la cara con sus manos.

Mi alfa se sintió mal al pensar que nuestro Omega no quería mirarnos a los ojos porque estaba molesto con nosotros por haberlo empujado dentro de la piscina, sin embargo, tenía que ser positivo, así que aleje sus manos de su cara muy a su pesar y me di cuenta que tenía un moretón en su mejilla derecha muy cerca de su ojo.

Lastimaron a nuestro omega

La furia no tardó en envolverme. No sabía quién le había hecho esto, pero las pagaría muy caro.

~•~°~•~

Uy :0

¿Por qué creen que
Jungkook tenía un moretón?

Veremos lo que pasa en el
siguiente capítulo

Lxs ama:

SweetbabyTJ