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🌹Capítulo 19🌹

Capítulo dedicado a: chingu2010 y
Chimmy_9395u

Me desperté mucho antes de lo habitual porque sabía que había algo que tenía que hacer. Ya que no podía salir estando en celo, necesitaría la ayuda de Namjoon.

Antes de hacer cualquier cosa, deposité un corto beso en la frente de mi omega que aún se encontraba durmiendo plácidamente. Sonreí cómo un bobo y tomé entre mis manos mi celular, el cual había dejado en la mesita de noche a mi lado, y marqué el número de mi mejor amigo.

—Nam, necesito tu ayuda— exclamé apenas me contestó.

—¿Qué pasó? ¿Estás con Jungkook? ¿Están bien?— preguntó apresurado y dando un ligero bostezo al final.

—Sí estoy con él y estamos bien— le contesté tranquilamente.

—¿Cómo? ¿Entonces lo hicieron?— preguntó en tono coqueto.

—Eso no te incumbe, no seas chismoso— le dije y puse los ojos en blanco.

—Esta bien, perdón ¿Pará qué soy bueno?— cuestionó intentando no reírse por mi reacción.

—Necesito que traigas unos supresores para omega.

—¿No usaste los condones que te di?— exclamó más como un regaño que como una pregunta en sí.

—Hey no me juzgues, no sabía que irías de chismoso a decirle donde estaba, ni tampoco me imaginé que me buscaría— le expliqué sin más.

—Tu chico es muy insistente— respondió con simpleza.

—Bueno sí, pero ¿Me ayudarás?— insistí.

—Claro que sí, para eso están los amigos.

—Muchas gracias Nam.

—No hay de que, por cierto, cuando vuelvas al trabajo te daré algo que seguro te servirá en algún momento— exclamó algo emocionado y me dejó con la intriga.

—Esta bien— le contesté y colgué la llamada.

—¿Tae joo?— Escuché la voz de Jungkook a mis espaldas, dejé el aparatito en su lugar y volteé a verlo.

Se veía tan lindo y tierno restregándose los ojos con un puchero en sus labios y los cabellos alborotados.

—Jungkookie, que bueno que ya despertaste— le dije mientras dejaba un pequeño beso en sus labios—. Hay que desayunar— exclamé mientras buscaba entre la ropa que había traído para mí, algo que ponerme y que ponerle a mi omega también.

—¿Tu celo ya se calmo?— cuestionó sentándose en la cama y apoyando su espalda en el respaldo.

—No, pero no quiero que te quedes sin comer, además tienes que tomar los supresores también— le contesté mientras caminaba hacia él y le entregaba algunas de las prendas que traía en mis manos.

Me coloqué un bóxer gris, y unos pantalones negros junto a una camiseta mostaza de mangas largas.

—Cierto— exclamó mientras se colocaba el bóxer negro que le di —. Cocinemos juntos, así desayunaremos más rápido— dijo y se puso el pantalón gris y luego la camiseta blanca de mangas cortas.

Mi ropa le quedaba algo holgada, lo que lo hacía lucir realmente adorable y sexy, ya que se le veía un poco la clavícula. No pude evitar abrazarlo cuando se puso de pie y dejar pequeños besos por todo aquel lugar, en su cuello y también en sus mejillas. El reía tiernamente por las cosquillas que le provocaba y jugueteaba con mis cabellos azules.

Nos sobresaltamos cuando escuchamos pequeños golpeteos en la puerta, pero luego de salir de nuestra burbuja de mimos caí en cuenta de quien se trataba y a duras penas me separé de mi omega para ir a abrirle, mientras sentía la mirada de confusión de Jungkook siguiendo mis pasos.

—Por un momento creí que me había confundido de habitación— bromeó Namjoon apenas me vio después de que le abrí la puerta,

—Hola Nam— saludó mi omega. Cuando escuché su voz al lado mío me di cuenta de que me había seguido para ver quien era el que había llegado así de improviso.

—Hola pequeño— habló Nam con la intención de tocar los cabellos de Jungkook, pero antes que pudiera acercársele gruñí por dejarme llevar por mi lobo aun en celo—. Te saludo desde aquí ¿Sí? Estoy seguro de que tu novio me matará si me acerco mucho— exclamó mientras entrelazaba sus manos en su espalda.

—No seas exagerado— rio mi omega mientras dejaba caer su cabeza en mi hombro y masajeaba con ambas manos la zona sobre mi codo.

—Soy realista —contradijo—. Como sea ya me tengo que ir al trabajo, se me cuidan— y dicho y hecho, sin mas que decir caminó hasta que desapareció de nuestra visión.

Cerré la puerta y junto a mi omega nos dirigimos a la cocina para comenzar a preparar juntos un poco de ramen y té para comenzar el día.

Mientras Jungkook abría las bolsas donde se encontraban los fideos instantáneos yo ponía a hervir un poco de agua para poder hacer el té. No pasó tanto tiempo cuando ya estuvo listo el desayuno.

Llevamos los platos, vasos y cubiertos a la mesa del pequeño comedor y nos sentamos uno frente al otro para comenzar a comer. Estaba realmente delicioso, y hubiese seguido disfrutando del desayuno sino hubiese sido por el calor que volvía a envolver mi cuerpo.

Las feromonas que Jungkook expulsaba no estaban siendo de mucha ayuda tampoco. Tan solo unos minutos pasaron y Jungkook terminó de comer, le entregué los supresores y los tomó, mientras que yo seguía intentado terminar mi comida sin éxito.

De la nada sentí una leve presión en mi ereccion y cuando bajé la vista a esta note el pequeño y delicado pie de mi omega.

—Jungkookie, no hagas eso— le dije mientras intentaba, sin ganas, apartar su extremidad para continuar con lo que se supone estaba haciendo, comer.

—Me di cuenta de esto antes— dijo más como un regaño por no haberle dicho y de nuevo presionó suavemente mi erección palpitante—. Ya terminé de comer y te puedo ayudar.

—Dicen que la comida más importante del día es el desayuno, pero para mí en este momento eres tú, voy a disfrutar de esto mi dulce omega— sonreí y el imitó mi acción.

Se levantó de la silla y llevó todo lo que habíamos traído a la mesa de vuelta a la cocina. Cuando regresó no tardó ni un minuto en sentarse en mi regazo con ambas piernas a cada lado de mis caderas para comenzar a meserse provocando así, una deliciosa fricción entre nuestras entrepiernas.

Le quité la camiseta lo más rápido posible y comencé a chupar sus pezones con audacia e ímpetu, mientras que él seguía restregándose en mi entrepierna y daba pequeños jalones a mis cabellos azules.

Luego de terminar de torturar sus pezones lo ayude a quitarme la camiseta y sonreí al verlo acariciar y besar todo mi pecho, mientras el seguía con su trabajo allí, yo adentré mi mano derecha en su bóxer y me dí cuenta de que ya había comenzado a expulsar lubricante.

Metí mi dedo índice por completo y sentí como su entrada lo apretaba. Pequeños quejidos y jadeos comenzaron a salir de su linda boquita. Con la otra mano amasaba y apretaba su redondo trasero a mi gusto, al mismo tiempo que metía y sacaba una y otra vez dos dedos más a su entrada y le depositaba pequeños besos por toda su cara admirando la manera en la que se mordía los labios y fruncia el ceño o llevaba su cabeza levemente hacia atrás cuando tocaba aquel punto que lo hacía delirar.

Cuando sentí que mi omega estaba listo, lo levanté un momento para poder quitarle el pantalón y el bóxer de un solo movimiento y él me levantó para hacer lo mismo conmigo.

Ambos estábamos desnudos y ansiosos. Cuando volví a sentarme en la silla y me coloqué el condón, mi omega se acercó rápidamente a mí y después de alinear mi pene en su entrada comenzó a meterlo lentamente dentro de él, viéndome directamente a los ojos con una sonrisa traviesa, los ojos algo llorosos por el placer y sus mejillas y la punta superior de sus orejas algo sonrojadas. Se veía jodidamente sexy y tierno a la vez.

Tardó solo unos segundos en adaptarse y apenas lo hizo comenzó a dar pequeños y lentos saltos  complaciendome a mí y a mi lobo.

—Ah, estás tan apretado, me encantas— gemí y mordí ligeramente el lóbulo de su oreja, percatándome de cómo el sudor comenzaba a perlar su frente y sus negros cabellos se pegaban a esta.

Comenzó a saltar aún más rápido que antes sobre mi pene, Jungkook quería venirse, pero no lo dejaría. No aún.

Sin avisarle antes, me puse de pie, salí de él y lo coloqué de espaldas haciendo que su cara y pecho quedarán apoyados en la mesa frente a nosotros. Me puse de rodillas un momento. Aún no dejaría que se viniera, quería probar algo antes.

—Tae, entra de nuevo en mí por favor— suplicó y al voltear a verme gruñó porque se dio cuenta de la posición en la que estaba.

—No seas impaciente, omega— le dije y comencé a lamer el lubricante que escurría por sus piernas subiendo hasta llegar a su húmeda y estrecha entrada.

Mi lengua se movía constantemente respondiendo a las súplicas de mi omega. Sus bien formadas piernas temblaban por las sensaciones.

Cuando terminé con mi tarea, relamí mis labios degustando así el sabor del líquido semidulce, mientras mi omega me observaba completamente rojo de la vergüenza.

—Tae— se quejó entre jadeos y supe de inmediato que era lo que deseaba.

Sonriendo algo arrogante, me puse de pie y metí de una sola estocada mi pene, que ya estaba expulsando liquido preseminal.

—Más fuerte— pidió y agarrandolo de los hombros comencé a aumentar la velocidad y profundidad en mis movimientos.

—Mmm, así— gimió.

Durante todo el día lo hicimos por todo el lugar y en diferentes posiciones, haciendo que la habitación se llenara del sonido de nuestros labios al besarse y los gemidos agudos de mi omega y los míos algo más graves, además de los obscenos ruidos que nuestras pieles provocaban al chocar tan fuertemente.

Por la noche volvimos a la mansión y al día siguiente a clases. El único, a parte de los profesores, que obviamente se percató de mi ausencia fue mi mejor amigo Hyunjin quien apenas me vio entrar a la universidad se dirigió a mi para preguntarme al respecto.

—Amigo ¿Por qué faltaste dos días? No me dijiste nada— se quejó cruzándose de brazos mientras me veía acomodar mis cosas en mi casillero.

—Mi celo llegó— respondí con sinceridad.

—Te ves muy feliz como para haber pasado dos días con dolor por el celo— opinó analizándome de pies a cabeza. Supe por su mirada pícara que había llegado a una acertada conclusión.

—No pienso hablar de eso— le dije y él rio suavemente.

—Claro, ya entendí ¿Y se lo dijiste?— cuestionó y lo miré claramente confundido.

—¿Qué cosa?

—Que eres su Taehyung.

—Aún no, tengo miedo— admití.

—Deberías decirle, sobre todo ahora que su relación es seria— me aconsejó. Di un suspiro y cerré mi casillero, con el cuaderno del primer curso del día en mis manos, comenzamos a caminar juntos al salón.

—¿Y si me odia por mentirle?—cuestioné e imaginé el momento.

—Quizá pueda molestarse contigo, pero no creo que llegue a odiarte por eso, estoy seguro— dijo mientras palmeaba mi hombro como su forma de consuelo.

—¿Crees que hice mal por no decirle antes de que comenzaramos a estar juntos?

—No importa lo que hiciste o no hiciste mal, lo importante es que tomes una buena decisión ahora— dijo y me dejó pensando. Entramos al salon y nos sentamos en nuestros respectivos asientos esperando a que el profesor comenzará a dar su clase.

Estuve algo distraído y pensativo por el resto de las horas de clase e incluso en el receso, hice lo posible para que no se me notará, pero fue mas difícil de lo que esperé. Hyunjin se dió cuenta y trató de distraerme, mas no lo logró. Necesitaba tomar una decisión y él lo comprendió, así que prefirió darme mi espacio.

Me despedí cuando llego la hora del fin de clases y conduje hasta el edificio de mi trabajo.

—Tae Joo ya viniste, que bueno— exclamó Namjoon apenas me vio cruzar la puerta de entrada—. Tengo que darte algo— exclamó notablemente emocionado y estiró su mano, la cual sostenía una bolsa de papel que parecía pesada, hacía mí.

—¿Qué es eso?— pregunté señalando el objeto que quería que recibiera.

—Solo mira, y no necesitas agradecer— dijo como anticipación a mi respuesta por su regalo, mientras que yo, con el ceño fruncido, recibía la bolsa.

Vi en ella un pequeño logo algo extraño, un hombre esposado que además tenía cola y orejas de conejo. Cuando la abrí y vi que contenía supe que tenía razón en lo que pensaba que sería tras ver ese logo. Mi querido y pervertido amigo me había comprado juguetes sexuales.

—¿Por qué compraste esto?— cuestioné y sentí mis mejillas calentarse de la vergüenza. ¿Por qué tuvo que regalarme eso, y peor aún, dármelo en el trabajo?

—Para cuando vuelva el celo de tu omega, el tuyo o cuando lo necesiten— contestó y se encogió de hombros.

—No creo que lo necesitemos— me limite a decir y me dirigí a mi camerino siendo seguido por Namjoon.

—¿Paso algo malo?— me preguntó mientras yo intentaba esconder la bolsa entre mis cosas.

—Es una larga historia— le dije y vi mi reflejo en el espejo mientras me maquillada, ya que en unos momentos me comenzarían a tomar fotos.

—Podemos hablar del tema después del trabajo si gustas, recuerda que puedes confiar en mí, y que pase lo que pase estaré siempre para apoyarte.

—Gracias amigo— le dije y lo vi irse. Suspiré pesadamente y pase a buscar entre el vestuario que ponerme.

Me puse una camiseta blanca y una camisa de mangas largas del mismo color pero con rayas verticales negras, además de un pantalón azul oscuro, y salí del camerino.

Fue un día de trabajo como cualquier otro, bueno no tanto así, se molestaron conmigo un poco por estar algo distraído y decaído, pero hice lo posible para que no se me notara. Después de varias horas tomándome fotos con diferentes vestuarios, llegó la hora de volver a casa, cosa que no haría o al menos no hoy.

Namjoon se despidió de todos al igual que yo, me dio la dirección del lugar al que iríamos y conduje mi auto hasta allí.

—Ahora ya me puedes contar— exclamó apenas nos adentramos en un bar nocturno, de esos donde comías, bebías y bailabas toda la noche y a veces hasta la madrugada.

La música estaba a todo volumen y algunas de las personas estaban distraídas tomando y conversando o solo bailando.

Me senté al lado de Nam frente a la barra de bebidas y le pedimos al beta que atendía allí un poco de Soju, que no demoró demasiado en traernos.

—Hace varios años — comencé a hablar tras un suspiro para calmar mis nervios—, mi mamá y yo nos enteramos de que mi padre traficaba omegas, ella me contó algunas otras cosas de lo que vivía con él. Ambos sabíamos que lo mejor era vivir en otro país y comenzar una nueva y mejor vida allí, pero teníamos que finjir nuestra muerte para poder hacerlo, mi nombre real es Kim Taehyung— expliqué lo mejor y más resumido que pude.

—¿Kim Taehyung? ¿El que era hijo del hombre más rico y poderoso de Seúl? ¿Ese Kim Taehyung?— cuestionó atónito.

—Sí, ese mismo.

—Entiendo, pero ¿Qué tiene que ver todo esto con Jungkook?

—A él lo conocí desde que éramos muy pequeños, lo amo y sé que somos destinados.

—¿Pero?— me interrumpió sabiendo que había algo negativo en todo eso.

—Él no sabe la verdad, piensa que en realidad estoy muerto— le expliqué y tomé todo el contenido del vaso frente a mi sintiendo un leve ardor en mi garganta.

—¿Por qué no le has dicho aún?— cuestionó e imitó mi acción anterior pidiéndole al beta que nos diera un poco más de la bebida.

—Tengo miedo— admití cabizbajo.

—La verdad tu situación está algo complicada, pero tomate el tiempo que necesites para elegir bien lo que harás. Sé que sabrás lo que debes hacer en poco tiempo y ya sabes que podemos venir aquí cuando lo necesites— me dijo mientras palmeaba mi hombro y me sonreía como forma de apoyo.

Estuvimos hablando de los problemas de ambos durante un tiempo hasta que llegó la medianoche y decidimos que era hora de regresar a nuestras casas. Estábamos demasiado ebrios por lo que tendriamos que regresar caminando.

La próxima quizá no debería salir con mi auto, pero ¿Habría una próxima vez?

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