🌹Capítulo 17🌹
Capítulo dedicado a: @L_I_A_7 y lauramartinez394
Cuando se dio aquel suceso en el callejón, por primera vez dejé mis miedos atrás y por primera vez estuve dispuesto a enfrentar los problemas por alguien más.
Sabía de lo que Yugyeom era capaz, pero no entendía el porqué.
¿Por qué seguía intentado hacerme daño? ¿Qué era lo que quería de mí? ¿El problema era yo o él? ¿Alguien lo mando a armar todo esto o él solo lo había planeado?
Tenía miles de preguntas sin respuesta carcomiendo mi mente. Y sí, aún le tenía miedo; sin embargo, está vez no dejaría que el miedo arruinara mi vida como ya antes lo había hecho. Antes no confiaba en ningún alfa por miedo a que me pasara lo mismo que con Yugyeom, tanto que perdí tiempo valioso que pude haber pasado junto a Tae Joo.
Apenas nos adentramos en la mansión, la primera en vernos fue yerim que salía del comedor, supuse que después de servirles a los más pequeños su cena. Preocupada, mientras nosotros nos sentábamos en el gran sillón frente al televisor de la sala de estar, ingresó a la cocina y segundos después volvió con una botella de agua en sus manos.
—Saben que no me gusta meterme en sus temas personales— comenzó diciendo apenas estuvo de pie frente a nosotros— así que no preguntaré lo que pasó— musito entregándome la botella de agua que tenía en sus manos.
—Gracias— dije al recibir el objeto.
Ya que cada uno de los que trabajan en esta casa eran mis amigos, nos tuteábamos, bueno a excepción de Jin, él era muy estricto con el trato formal dentro de la mansión.
—¿Llamo a la enfermera?— cuestionó al analizar nuestras heridas con la mirada. La enfermera solía encargarse más de los pequeños que de los grandes porque nosotros así lo decidimos, esta no sería la excepción.
—Así esta bien no te preocupes, iré por el botiquín de primeros auxilios y le curaré las heridas— hablé señalando uno de los baños donde sabía que había uno de esos.
—Esta bien, pero si necesitan cualquier cosa, nos avisan— exclamó refiriéndose a los demás empleados de la casa incluyéndose así misma también.
Tae se encontraba más herido por los golpes que yo, por lo que, aunque protestó porque quería curar mis heridas primero, terminé convenciéndolo para que fuera al revés.
Prendí la televisión para que se entretuviera mientras yo iba al baño por el botiquín. No tarde mucho tiempo y apenas llegué me senté a su lado, hice que me mirara ya que tenía un corte en el labio y una de sus cejas, además de que su nariz estaba sangrando un poco. Saqué algo de algodón de la bolsa dentro del botiquín, esparcí un poco de agua y comencé a limpiar cada una de sus heridas.
Primero su ceja y luego su labio inferior viendo como el algodón se tornaba por completo del color de su sangre, lo coloqué a un lado en la pequeña mesita de cristal que había frente a nosotros y saque un poco más de la bolsa para limpiar un poco de sangre que salía de su nariz. Cuando finalmente no tuvo nada de sangre en su rostro, deposité un corto beso en el moretón de su mejilla derecha haciéndolo sonreír con algo de dificultad por el dolor que aun sabía que sentía.
Le eche una crema, que sabía le serviría, en sus heridas del rostro y una pomada para el resto de las heridas en su cuerpo. Cuando le dije que había terminado, a él le tocó hacer lo mismo conmigo depositando un beso en mis labios cada que curaba una de mis heridas haciéndome sonreír y reír por eso.
—¿Por qué lo hiciste?— pregunté sabiendo que quizá no me entendería.
—¿Qué cosa?
—Protegerme con tu cuerpo— le aclaré.
—Porque estoy dispuesto a recibir un millón de golpes e incluso más que eso, si aquello significa que nadie podrá hacerte daño— exclamó sosteniéndome entre sus brazos y depositando un corto beso en mi frente haciéndome sentir feliz y completo. Al fin sentía que la luz comenzaba a surgir entre tanta oscuridad.
Cuando los niños habían terminado de cenar y nos vieron, como era de esperarse, se preocuparon mucho por nosotros, pero los tranquilizamos y llevamos a sus habitaciones para que pudieran dormir, porque tenían que levantarse temprano el día siguiente.
Habían pasado tres días en los que Taehyung se había estado comportando muy sobreprotector y a veces algo celoso conmigo, supuse que era por lo que nos habían hecho, así que no le tomé demasiada importancia. Pero lo que sí me preocupó es recordar perfectamente que me había ido a dormir con mi pequeña hija y mi alfa, y de la nada Tae había desaparecido.
Me había levantado por el ruido de la alarma de mi celular y en el momento en que voltee hacia donde pensaba que estaría mi alfa, quizá mirándome o despertando también por el ruido, no lo vi y me preocupé.
¿Por qué no estaba?
Traté de actuar lo más tranquilo posible cuando vi a mi hija removiéndose y abriendo sus ojitos, que lentamente trataban de adaptarse a la luz del sol que se adentraba por la ventana.
—¿Y papi Tae?— preguntó en el momento en que no lo vio a su lado en la cama.
—Se fue temprano hoy, está muy ocupado— mentí, no tenía idea de dónde se había metido, pero en verdad quería pensar que era por el trabajo y no nada malo.
Ella asintió entendiendo la situación y juntos fuimos escaleras abajo hacia el comedor donde ya estaban sirviendole la comida a los hermanitos de Tae.
—¿Y Tae Joo?— me preguntaron Jisung y Seungmin al unísono al verme llegar solo con Lisa.
Les iba a contestar, pero mi hija me interrumpió diciéndoles lo mismo que yo le había dicho, ellos lo aceptaron sin más y todos nos dispusimos a desayunar.
Esta vez Tae no nos llevaría a Lisa y a mí, así que le pedí al chófer de la mansión que nos llevara a nuestros respectivos centros de educación. Ella a la escuela inicial y yo a la universidad, en la que estaba seguro que permanecería muy distraído.
Y así fue, durante las primeras clases antes de receso me mantuve pensativo, analizando las mil y una probabilidades por las que podría el haber desaparecido desde tan temprano.
Habían posibilidades buenas y malas, pero quería concentrarme en las buenas para no sentirme peor de lo que ya estaba. Mi lobo y yo nos sentíamos solos y molestos. Ambos deseabamos saber que había pasado y también que él nos dijera algo antes de irse para no estar preocupados todo el día.
—¿Qué te pasa?— me preguntó Jeongin, quizá notando lo mal que me sentía por las feromonas que soltaba.
Estabamos yendo camino a la cafetería.
—Nada importante— le conteste con la intención de no preocuparle.
—Sabes que puedes confiar en mí, estaré para aconsejarte y apoyarte siempre— me dijo dándome pase para que estuviera antes de el en la fila para pedir la comida de la cafetería.
—Yo suelo dormir con Tae y con mi pequeña hija— comencé diciéndole después de dar un largo y cansado suspiro— pero es la primera vez que él no despierta a mi lado y aquello tiene a mi lobo y a mí mal— le conté y el frunció el ceño.
—Quizá tuvo que irse más temprano a la universidad o a su trabajo— opinó mi amigo.
—Eso quise pensar, pero él siempre me trae a la uni y luego se va a su universidad o al trabajo y hoy mi hija y yo tuvimos que venirnos con el chófer de la mansión— le dije encogiéndome de hombros y pedí para comer, kimchi y jugo de naranja.
—No sé que decirte, pero estoy seguro de que no es por nada malo— exclamó mientras pedía ramé y jugo de manzana.
—¿Y si no?— dudé.
—Bueno, puedes preguntarle a alguno de sus conocidos si es que no regresa a casa a la hora que debe— me dio una buena opción que me dejó un poco más tranquilo.
—Tienes razón, eso haré.
—Ahora trata de no preocuparte tanto o sentirte mal, aún nos faltan algunas clases y debes estar atento— me dijo mientras daba pequeñas y suaves palmadas en mi espalda como su forma de tranquilizarme.
—Esta bien— accedí.
Hice mi mayor esfuerzo para estar totalmente concentrado y lo logré. El resto de las horas de clase apunté todo lo que los profesores decían, escribían en la pizarra o mostraban en diapositivas.
Cuando finalmente mi tiempo en la universidad terminó llamé a Eunwoo, el chófer de la mansión, para que me recogiera de la universidad. Me informó que no demoraría en ir y que ya había dejado a Lisa en la casa.
Cuando estuve de vuelta en la mansión, junto a Lisa y los hermanitos de Tae, después del almuerzo, nos pusimos a ver una película para distraernos un rato. Cosa que logré hasta que caí en cuenta que eran las siete de la noche y Tae Joo aún no estaba en casa.
Tenía solo una opción. Haría lo posible para saber dónde estaba e iría a buscarlo. Pero primero necesitaba hacer algo antes.
—Buenas noches Moonbyul ¿Estás ocupada?— pregunté apenas me contestó.
—No, mi novia está de viaje así que estoy sola en mi casa sin hacer mucho que digamos— me contó— ¿Paso algo malo?
—Necesito que vengas a cuidar a lo hermanos de Tae y a mi hija— le pedí.
—No hay problema, ya mismo voy— me dijo y escuché las llaves de su casa sonar por lo que supuse que ya estaría saliendo de allí para venir.
—Esta bien, esperaré— le contesté y finalmente corté la llamada.
Era hora de llamar a quien estaba segura que tendría alguna idea de a dónde había ido mi alfa.
—¿Jungkook?
—Nam ¿Sabes donde está Tae Joo?— dije al instante que me nombró apenas me contestó.
—¿Cómo estás? Yo bien ¿y tú?— preguntó fingiendo qué le dolía el hecho de haberlo llamado sólo para saber del paradero de Tae.
—Perdón, pero necesito saber donde se encuentra— le expliqué. Quizá en otro momento podría llamarlo solo para saber como se sentía o quizá buscar algún consejo de su parte también, pero no justo ahora cuando mi preocupación principal era otra.
—No te preocupes por Tae, el está bien— aseguró
—¿Eso significa que sabes dónde está?— cuestioné, quizá me había concentrado más en el hecho de que él si sabía dónde estaba y yo no, que en cualquier otra cosa. Mi lobo se sentía dolido, y aunque lo negara yo también porque creí que confiaría en mí para contarme todo lo que sentía o le pasaba, pero no fue así.
—Obvio lo sé, no vino al trabajo así que tenía que llamarlo para preguntarle por qué, ya que no había dado justificación desde antes— me explicó detalladamente.
—¿Dónde está ahora?
—No creo que debas ir a buscarlo— dijo notándose un tanto nervioso.
—Claro que debo.
—Bueno, que conste que te lo advertí— juré que podía sentirlo apuntándome con el dedo índice a modo de advertencia y aquello me confundió un poco.
—Como sea ¿Me dirás o no?— insistí.
—Esta bien.
Al final, me dijo que se encontraba en un penthouse, me dio la dirección y me dijo que cualquier cosa que necesitará lo llamara porque estaría dispuesto a salvarme, lo cual seguía sin entender, así que solo decidí ignorar lo último.
Cené junto a los más pequeños de la casa y minutos después de terminar y llevar todo al lavador el timbre de la casa sonó. Supe de inmediato de quien se trataba y fui a abrir.
—¿Por qué quisiste que viniera a esta hora? ¿No es muy tarde para salir?— preguntó moonbyul apenas la dejé entrar a la mansión, al parecer se había quedado con algunas dudas después de la llamada que le hice.
—No encuentro a Tae Joo— respondí con simpleza.
—¿Saldrás a buscarlo solo?— me preguntó.
—Llame a Nam y me dijo donde se encontraba exactamente, necesito verlo y comprobar que de verdad está donde me dijo Nam, además quiero que me diga el porqué se fue desde tan temprano sin decirme nada— expliqué todo el asunto tratando de ser lo más breve posible.
—Esta bien, pero ve con cuidado— dijo despidiéndose de mí de beso en la mejilla, musité un «Gracias por ayudarme» y sin más, salí de allí tome un taxi y me llevó hasta donde se supone que mi alfa estaría.
Con el permiso del beta encargado del lugar, caminé hasta el ascensor tratando de mantener mis nervios bajo control y subí hasta el octavo piso donde se supone que se encontraba. En la habitación 802.
Cuando estuve frente a aquella puerta que tenía el «802» en letras de un dorado precioso, me sentí demasiado mareado al instante, y es que el olor a chocolate amargo, café y menta que inundó mi sistema era demasiado intenso. Fue en ese momento donde entendí a que se refería Namjoon con todo lo que me había dicho.
Tae Joo estaba en celo y yo estaria en grandes problemas si entraba.
Ya estaba aquí, sabía lo que podría pasar, y mi omega y yo habíamos decidido ayudarlo.
—¿Tae Joo?— pregunté apenas abrí la puerta, que al parecer había olvidado cerrar por el apuro quizá.
—¿Jungkook? Vete de aquí— gruñó Tae cuando me vio entrar y cerrar la puerta detrás de mí.
Examiné todo a mi alrededor e incluso a mi alfa y no supe que debía hacer cuando caí en cuenta de que Tae se había amarrado con su corbata al respaldo, las mesitas de noche estaban destruidas y las paredes con varios rasguños.
Quizá, y sólo quizá debí hacerle caso a Namjoon...
°•°
Se supone que publicaría
esto ayer, pero fue el cumpleaños
de mi tío. Perdón por la demora.
Espero les haya gustado mucho
Los amo <3
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