🌹Capítulo 13🌹
Capítulo dedicado a: @honeyhoneymoon_28 y TAEYANG-ESPERANZA
Me removí algo incómodo, las sábanas aun cubrían mi cuerpo y la luz se colaba por las cortinas de la ventana cerca a mi cama. Al fin había llegado de nuevo el fin de semana, el sábado anterior no pude estar con mi omega porque fue a visitar a su hermano y al esposo de este mismo, así que me quede solo cuidando a mis hermanos todo el día, lo cual no fue difícil ya que no quisieron salir y se quedaron jugando en el patio trasero.
Me levante dispuesto a ir a pedirle para salir todos juntos y pasar el rato como casi siempre hacíamos en los fines de semana. Me dirigí a su habitación para ver si ya se había levantado y bajado junto a su hijita para desayunar. Y me di con la sorpresa de que la puerta estaba entreabierta y el se encontraba en la cama junto a su pequeña conversando alegremente.
—¿Quieres mi opinión de si deberías o no hacerlo?— escuché la pequeña y dulce voz de Lisa y no pude evitar preguntarme a que se refería con aquello y regañarme al mismo tiempo porque no tenía que entrometerse en sus asuntos, sin embargo no pude evitar seguir escuchando.
—Claro que sí— exclamó mi omega—no estoy dispuesto a hacer nada de eso si tú no estas de acuerdo— exclamó claramente preocupado lo podía oler en las feromonas que salían por el pequeño espacio entre la puerta y la pared.
—Quiero que Tae Joo sea mi otro papi— exclamó alegremente, lo cual hizo a mi lobo sentirse tan feliz como yo lo estaba. ¿En verdad estaba sucediendo aquello o seguía soñando? Porque si era la segunda opción no quería que nadie jamás pudiera despertarme.
Me hacía inmensamente dichoso el saber que Jungkook y su pequeña Lisa me querían a su lado, Jungkook como más que un simple amigo y Lisa como su padre.
Sabia que no era algo común que un alfa aceptará a la hija de otro alfa, pero yo a ellos dos los adoraba y de todos modos, me daba igual si eso significaba que era muy diferente a como se supone debería ser el alfa perfecto en este mundo, también sabía que para la sociedad que el omega le pidiera al alfa que lo cortejara no era algo común, pero no importaba mientras al final aquello signifique que estaremos juntos el resto de nuestras vidas y en las siguientes, además, nosotros siempre seríamos distintos para la sociedad porque a ambos nos gustaba ir en contra de todos esos estereotipos estúpidos.
—¿De verdad?— cuestionó Jungkook quizá para estar seguro de que había escuchado bien.
—Por supuesto que sí, él es perfecto para ti— exclamó riendo contenta. Me acerque levemente en aquel espacio que me permitía ver dentro de la habitación de mi omega y vi como se abrazaban sonrientes. Aquella imagen era demasiado bella y tierna para mi corazón.
—Sé que sí— susurró mientras acariciaba los cabellos negros de su pequeña hija después de dar por terminado el abrazo.
Di pequeños golpes en su puerta tratando de contener mi alegría cuando lo vi junto a Lisa a su lado apenas abrio la puerta por completo.
—Ya están despiertos— exclamé fingiendo sorpresa a mi parecer muy bien, ya que a mi parecer ninguno de los dos sospechó algo.
—Sí, y ya vamos a bajar a desayunar— dijo y salió de la habitación junto a Lisa cerrando la puerta delicadamente.
—Bien, entonces iré a despertar a mis hermanos— les informé y ambos asintieron estando de acuerdo. Cuando se dispusieron a bajar por las escaleras me dirigí hacia cada una de las habitaciones de mis hermanos para despertarlo y bajar junto a ellos para desayunar todos juntos.
Cuando estuvimos todos en el comedor esperamos a que, como todos los días, sirvieran la comida que había hecho Yerim para poder desayunar mientras hablamos de diversos temas triviales sobre nuestro día a día. Cuando finalmente así fue apenas llevamos los platos al lavador Jungkook jaló levemente de mi brazo hacia ando que quedáramos cara a cara.
—Tae Joo— me nombró sobando su nuca algo nervioso— me preguntaba si podríamos salir juntos a solas— dijo refiriéndose a no salir con los niños como en otras ocasiones lo hemos hecho— porque necesito hablar de algo importante contigo— exclamó con las mejillas ruborizados, se veía tan lindo cuando se ponía nervioso y avergonzado.
—Claro que sí— le contesté acariciando sus mejillas y sintiendo el calor de estas en mis manos, no pude evitar sonreír por la sensación.
—Bien, llamaré a Moonbyul para que cuide a los niños— exclamó apenas aleje mis manos de su cara y busco su celular para llamarla.
Después de que llamó a la niñera indicándole que viniera después del almuerzo a cuidar a los pequeños, nos quedamos viendo junto a ellos la película que más nos llamó la atención a todos, conversando al respecto y lanzándonos el pop corn, que habíamos hecho minutos antes, entre nosotros para tratar de atraparlo con la boca.
Cuando finalmente acabó la película llegó la hora del almuerzo, y después de terminar todos llenos y satisfechos Jungkook y yo nos fuimos a nuestras habitaciones para bañarnos Y cambiarnos para ¿Se podría decir que era una cita o solo una salida casual para pasarla bien y conversar de algo esencial? No importaba cómo fuera o el termino que debía usar para describir aquello, sabía lo que pasaría o al menos tenía una idea que esperaba se hiciera realidad.
Había elegido ponerme una camiseta blanca con una camisa, desabrochada, de rayas negras, un pantalón negro, una boina del mismo color y unos mocasines blancos. Cuando estuve listo salí de mi habitación para buscar a Jungkook en la suya, pero él había salido a buscarme también, así que sin querer al chocar quedamos cara a cara, con solo unos centímetros de distancia. Se alejo lentamente algo avergonzado y en ese momento pude deleitarme por lo maravilloso que se veía, como siempre solo él podía verse así a mis ojos. Llevaba puesta una camiseta negra de mangas cortas, unos pantalones negros algo apretados y unos mocasines del mismo color.
Nos sonreímos y bajamos juntos las escaleras hasta dirigirnos a la sala donde apenas llegamos y escúchamos sonar el timbre. Me dirigí lo más rápido posible a la puerta de entrada y la abrí encontrándome con la alfa que cuidaría a mis hermanos y a la hija de mi omega.
—Entra Moon— dije poniéndome a un lado de la puerta para que pueda entrar.
—Gracias Tae Joo, me alegra ser de ayuda para que pasen tiempo a solas— exclamó contenta. Los tres escuchamos los pasos de los niños acercarse, quienes de estar en el patio trasero pasaron a estar en la sala con nosotros en tan sólo unos segundos; se habían dado cuenta, quizá al escucharla hablar, que vendría ella a cuidarlos. Ya le tenían mucho cariño, así que lo primero que hicieron al llegar a la sala fue abrazarla fuertemente siendo correspondidos por la de ahora cabellos morados.
—Bueno, los dejamos en buenas manos— exclamó Jungkook, ambos nos despedimos de moonbyul, de mis hermanos y de la pequeña Lisa.
Salimos de la mansión y nos adentramos en mi auto. Mi omega en el asiento del copiloto y yo en el del conductor. Tenía que preguntarle a mi omega a donde iríamos para poder llevarnos hasta allá así que segundos después de colocarnos el cinturón de seguridad me dispuse a preguntarle.
—¿Y bien a donde iremos?
—Primero a los bolos— dijo y yo asneti sonriente, ya sabia cual seria el lugar perfecto para ir así que sin mas coloque nuestra canción favorita y comencé a conducir hasta el lugar que tenía en mente.
—¿Luego de eso me dirás lo que me quieres decir?— le pregunté y el asintió levemente como respuesta mirando su regazo y mordiendo ligeramente su labio inferior.
Por alguna razón desconocida la sensación de ser seguidos había cesado por un tiempo, pero ahora volví a sentirla. No sabía si Jungkook era consciente de aquello también, mas decidía no darle importancia o no se había percatado de ello aún, sin embargo, yo sí había preferido no darle importancia y seguir conduciendo hasta llegar a los bolos.
Unos minutos más transcurrieron y llegamos, apagué la radio apenas estacioné frente al establecimiento y salí del auto junto a Jungkook caminando hasta adentrarnos en el lugar.
Habían muebles elegantes en los que sentarse mientras esperabas tu turno de arrojar una bola del color a tu elección con el fin de derribar todos aquellos bolos blancos que se encontraban a una distancia considerable del lugar desde donde el jugador se tenía que parar para lanzar la bola.
A parte de eso, había un pequeño lugar donde te servían solo la comida que te presentaban en el menú. Por lo que podías jugar y luego tomarte un descanso y comer algo delicioso.
Quería impresionar a mi omega así que apenas nos dirigimos al juego agarre una bola morada y con una sonrisa que no desaparecía de mi cara, la lancé con toda la fuerza posible hacia los bolos, por un momento creí que se derribarían todos pero fracase porque quedó solo uno de pie. Mi omega aún así me aplaudió lo cual me hizo sentir mejor pero terminé siendo yo el sorprendido cuando agarro una bola negra y al lanzarla derribó absolutamente todos los bolos y no sólo una vez sino todas las veces que le toca a él lanzar. Me sentí orgulloso de su talento en los deportes, incluso aunque me había ganado en las tres rondas que tuvimos.
De repente sentí de nuevo de nuevo aquella sensación que experimente en el auto y voltee de inmediato viendo cómo un pequeño pelirrojo, el cual supe que era omega por sus feromonas, nos escudriñaba con la mirada, lo cual me confundió un poco, ne verdad creí que al voltear encontraría al tal Hoseok viéndonos. Pero más me sorprendió ver quien estaba cerca de él.
—¿Hyunjin?— exclamé confuso y el sonrió al reconocerme, saludándome desde donde se encontraban ambos sentados comiendo algo de kimchi.
Jungkook volteo a ver hacia dónde yo veía y pude ver en sus ojos la sorpresa ante las personas frente sentadas frente a nosotros.
—¿Jeongin?— cuestionó Jungkook acercándose al par y yo solo opte por seguirlo. Supe de inmediato que aquel omega era el amigo del que tanto me había contado Jungkook. Sabía que antes de él no tenía amigos en la universidad, por lo que Jeongin vendría a ser el primero, lo cual me ponía sentir feliz por él y como habían mejorado las cosas en ese aspecto.
—¿Que haces aquí?— cuestionamos Jungkook y yo al unísono, yo dirigiéndome a mi mejor amigo y Jungkook al suyo.
—Estamos en una cita— contestaron Hyunjin y Jeongin al mismo tiempo.
—Temprano fuimos a ver una película al cine y ahora vinimos para jugar bolos, después iremos a por algo de comer quizá— contó mi rubio amigo.
—Eso es genial— exclamó Jungkook.
Luego nos presentamos entre los cuatro y hablamos de lo gracioso que era que nos hayamos encontrado, pero de repente, una pequeña mueca de tristeza se coló en la cara de mi omega.
—Nosotros ya nos tenemos que ir, pero suerte en su cita— les dijo.
—Cuídense y suerte igualmente— exclamó Jeongin y Hyunjin sólo asintió a lo que dijo viéndolo totalmente embelesado. Definitivamente él era el omega del que tanto me había hablado y estaba feliz de que se haya enamorado de alguien como él, porque estaba seguro de que Jeongin cuidaría muy bien de mí mejor amigo.
—Gracias e igualmente— dije y junto a Jungkook nos retiramos del establecimiento y nos adentramos en mi auto.
—Hyunjin me había contado que se había enamorado de un omega, pero jamás pensé que ese omega sería tu amigo— comenté aún sorprendido de que nuestros amigos estuvieran saliendo entre ellos.
—Ni yo, pero es genial, de verdad me alegra que sea así, Jeongin es demasiado tímido y parece que Hyunjin lo ayuda a desenvolverse mejor.
—Bueno ¿Y ahora a donde iremos?— pregunté notablemente ansioso y es que no podía evitarlo, ya quería que llegara el momento que tanto esperaba.
—A comer helado— exclamó y me dio las indicaciones para llegar a su heladería favorita.
—Me parece genial— exclamé y comencé a conducir hasta el lugar al que mi omega quería ir.
Cuando finalmente llegamos y salimos del auto, entrelazó mi mano con la suya y me dirigió hasta una de las blancas mesas cerca a la entrada. Nos sentamos y una beta se nos acercó para entregarnos una lista de los diversos sabores de helados y tipos de helado que había.
—¿Qué sabor prefieres?— me pregunto Jungkook, quién había recibido aquella lista y estaba aún inseguro de que elegir entre tantas opciones.
—Vainilla, amo la vainilla— exclamé haciendo una clara referencia al tercer aroma de mi omega, aquel que solo yo, por ser su destinado, podía oler.
—¿A qué huelo yo?— cuestionó quizá con él fin de estar seguro de que olía su tercer aroma.
—Rosas, canela y vainilla— dije. Muy en el fondo de mi corazón quería que supiera quién era en realidad, pero sabía que era poco probable porque a veces era algo incrédulo, la primera vez que le dije que me gustaba no me creyó y tuve que decírselo muchas veces durante todo el día hasta que finalmente dijo que me creía y que sentía lo mismo por mí.
—¿De verdad hueles tres olores?— preguntó otra vez.
—Claro que sí, no te mentiría con algo así— le aseguré.
—Te creo— sonrió levemente haciéndome sonreír a mi también.
Después de aquella pequeña conversación que tuvimos, ambos escogimos un como de helado de dos bolas, yo sabor a vainilla y chocolate y él de fresa y moras. Mientras comíamos conversábamos de cosas triviales hast que de repente mi omega dio un pequeño y ligero suspiro como si estuviera tratando de alejar los nervios para decirme lo que quería desde un inicio.
—Tae Joo ¿Recuerdas que fui a donde mi hermano y su esposo?— cuestionó y yo emití un sonido de afirmación que hizo que continuará hablando.
—Bueno, no sólo fui a visitarlos y pasar tiempo con ellos, sino que también fui allí en busca de un consejo— admitió con tranquilidad.
—¿Consejo para que?— sí, quizá sabía, pero quería que lo dijera.
—No sabía si la decisión que había tomado sobre nosotros estaba bien o no y gracias a ellos supe que era lo que en realidad debía hacer, Quiero que me cortejes— exclamó decidido sin ninguna pizca de miedo o nervios, quizá porque sabía que no le diría no.
—Por supuesto que lo haré— declaré, despeinando levemente sus negros cabellos y depositando un largo beso en su mejilla derecha sintiendo en mis labios un leve calor por el sonrojo, no pude evitar reír por aquello haciéndolo avergonzarse aún más.
Durante la semana de cortejo...
Ya que el primer día de cortejo cayó un domingo pude pasar todo el día junto a mi omega y llenarlo de miles de halagos y besos, lo último cada vez que no nos veían los pequeños.
Los siguientes cuatro días siempre que lo recogía de la universidad llegaba con un ramo de rosas rojas y luego lo invitaba a salir a algún lugar que se nos antojara ir solos o con los más pequeños.
Cuando llegaba a la universidad de Jungkook y le entregaba el ramo de rosas, las personas nos veían con asombro e incredulidad, sabía que habían comenzado a esparcir rumores tanto buenos como malos sobre nosotros, también sabía que quizá los medios ya estarían haciendo público que nosotros somos pareja, pero no me importaba en realidad lo que llegarán a decir o pensar los demás, estaba plenamente feliz al saber que al fin estaba de vuelta a donde pertenecía, los brazos de mi omega, que siempre serán mi lugar seguro.
Así que decidí no contradecir lo que los medios decían sobre nuestra relación, porque mientras antes se enteraran de que Jungkook era mi omega, era mejor.
Pero en el penúltimo día pasó algo que no esperé que pasara...
Era viernes y había tenido universidad desde temprano, así que apenas salí de esta, con mi auto me dirigí hasta la de Jungkook con un ramo de rosas en el asiento del copiloto. Apenas llegué y salí del auto me apye levemente en capó del auto en la espera a que saliera mi omega.
Minutos después vi como se acercaba csi corriendo a donde yo me encontraba, cuando llegó y quedó frente a mí, le entregué las rosas con una inmensa sonrisa viéndolo ruborizarse y sonreír igual que yo.
—¿Nos vamos?— musité abriendo la puerta del asiento del copiloto para que se sentará en el, Jungkook entró y se sentó cómodamente dejando sus rosas en su regazo y mirándome cerrar la puerta con la ventanilla abierta para que pueda disfrutar del paisaje. Me adentre en el asiento del conductor, y con los cinturones de seguridad puestos, nos dirigimos a la mansión para irnos con los niños a mi trabajo.
—Papis— exclamó la pequeña Lisa en el momento en que nos vio entrar.
A pesar de que la pequeña sabía que aún estábamos en la fase de cortejo ya me trataba como si fuera su otro papá, ella a veces prefería dormir sola o con su papá pero desde que comencé a cortejar a Jungkook siempre me insistía para dormir los tres juntos, y pues yo no podía ni quería negarme a eso.
Con una simple seña me indicó que quería que la alzará en brazos, y así lo hice, cuando estuvo a la altura de mi cara con un brazo en mi cuello y otro en el de mi omega nos acercó hasta que nuestras narices se rozaron y nuestras mejillas se tornaron de un tenue color rojo porque aquello nos había tomado por sorpresa.
—Se ven tan lindos así de juntos— exclamó la pequeña Lisa riendo quizá por nuestra reacción ante su inesperado movimiento.
De un momento a otro Jungkook cargo a su hija y le comenzó a hacer cosquillas haciéndola reír fuertemente sin parar. Cuando la niña le dijo que parara y que ya no volvería a hacer lo que hizo, le dejo de hacer cosquillas para pasar a buscar en el patio trasero a mis dos hermanos para irnos ya a mi trabajo.
—¿Cuando te dirá mi papá que sí quiere ser tu omega?— cuestionó con un puchero.
—Mañana es el último día de cortejo, ahí me lo dirá— le contesté sonriendo al ver como aplaudía emocionada.
Solo unos segundos después Jungkook y mis dos hermanos llegaron a la sala y todos juntos salimos de la casa camino a mi lugar de trabajo.
Cuando llegamos, la primera en vernos y saludarnos fue Seulgi, indicándome que en unos minutos tenía que ir a mi camerino para cambiarme de ropa, me quedé conversando un rato con Jungkook alejado de todos los demás mientras que los pequeños se fueron al lado de Namjoon y Ahn hyejin a ver como seleccionaban las mejores fotos.
Todo estaba bien hasta que de repente sentí aquellas feromonas de cierta personita que no me dejaba en paz, a pesar de que vio como Jungkook me besó.
—Taehyungie, ya llegaste— exclamó abrazándome fuertemente. No pude evitar hacer una evidente mueca de molestia por su cercanía, ni yo ni mi lobo la queríamos cerca.
—¿Puedes soltarme ya Lía?— pregunté irritado.
—Sí, perdón pero fue por la emoción— se excuso encogiendose de hombros y alejándose lentamente de mí.
—Sí claro— murmuró Jungkook con evidente sarcasmo y Lía volteo a verlo con mala cara como si lo que hubiese dicho fuera lo peor que había escuchado.
—Genial viniste con este también— exclamó sarcásticamente y con desprecio y mi lobo y yo nos enojamos al notar aquello.
—Te agradecería que lo trataras bien y lo llamaras por su nombre— dije más como un pedido, porque de verdad estaba tratando de ser lo más amable y educado con ella, pero no colaboraba.
—¿Por qué debería? Ustedes ni siquiera son pareja, yo no veo ninguna marca— exclamó con finjia inocencia.
—Lía— la nombre en un tono de advertencia, si seguía así la poca paciencia que tenía se acabaría.
—Métete en tus propios asuntos— espetó mi omega, pude diferenciar sus fermomonas de las de Lía y darme cuenta de lo enojado y celoso que estaba— si somos pareja o no, ese es nuestro problema.
—Aún si fueran pareja no creo que duren tanto, solo mirate— se acercó a susurrarle aquello en el oído y yo la aleje de él de inmediato, no dejaría que nadie hiciera sentir mal a mi omega, pero de la nada sentí como me alguien me jalaba hacia atrás y se ponía frente a mí.
—Tú— exclamó pero no pudo decirle nada o siquiera acercarse por el abrazo que le di aún estando de espaldas a mí—Suéltame— refunfuño tratando de zafarse de mi agarre.
—No le hagas caso— susurré cerca a su oído haciendolo temblar ligeramente, deposité un tierno y corto beso entre su cuello y su oreja provocando que dejara de intentar escapar de mis brazos.
—Lía necesito tu ayuda— gritó Seulgi.
—Ya voy— gritó lía y corrió de inmediato a donde la jefa se encontraba junto a varios de los fotógrafos y diseñadores.
—Suéltame— volvió a decir Jungkook casi en un susurro como si en realidad no quisiera que lo soltara.
—No hasta que dejes de sentirte mal— exclamé soltando fermomonas solo para calmarlo.
—¿Quién dice que me siento mal?— preguntó tratando de hacerse el desentendido como si en realidad no estuviera en lo correcto al afirmar aquello.
—Tus feromonas— musité entre risas.
—En momentos como estos desearía haber tomado inhibidores— balbuceo.
—Dime que es lo que te molesta— pedí.
—Me molesta saber que ella está detrás de ti— admitió con un puchero en los labios y frunciendo el ceño.
—Sabes que ella no me interesa— dije depositando un corto beso en su mejilla.
—Puede que luego te llegue a gustar, ella es muy hermosa— masculló triste y yo no pude evitarlo más, con una mano voltee su rostro y estampe mis labios contra los suyos, quería demostrarle con un beso lo mucho que lo amaba y que eso jamás cambiaría.
Con mi lengua delinee su labio inferior e hice que abriera ligeramente la boca para profundizar el beso, sintiendo como nuestras lenguas jugaban y nuestras respiraciones se entrecortaban. Al terminar el beso por la falta de aire en nuestros pulmones, sonreí al ver su labios hinchados y aquellos ojos que lograban hipnotizarme.
—No, tú eres el omega más hermoso, encajamos a la perfección y nada ni nadie hará que me separe de ti— le dije por si aún con el beso no le había quedado claro.
—Sé que se supone que debería decirte mi respuesta mañana— comenzó a decir de repente tomándome desprevenido— pero no puedo esperar más.
—¿Entonces?— pregunté demasiado ansioso. Lo solté para que pudiera quedar frente a mí y me dijera su respuesta.
—Quiero ser tu omega— exclamó uniendo sus labios con los míos y rodeando mi cuello con sus brazos, lo apegué aun más a mí al rodear su cintura con mis brazos. Mi lobo y yo nos sentíamos completamente felices de por fin tener a nuestro omega con nosotros.
—Seré el mejor alfa para ti, te lo prometo— le dije apenas nuestros labios se separaron.
Luego de aquel momento, mi jefa me llamó porque ya era hora de que me cambiará para que me tomaran fotos, así que sin más le obedecí y cuando finalmente terminé con mi trabajo y regresamos a la mansión no me despegue ni un segundo de mi bello omega.
Pero al día siguiente, me encontré con algo inesperado, en mi auto había nota que me dejó paralizado.
«¿De verdad crees que si Jungkook se enterara que le estás mintiendo, te perdonaría fácilmente? Lo mejor es que te alejes de Jungkook o ambos terminarán lastimados»
No sabía quién lo había escrito y lo había puesto en mi auto, pero estaba seguro de dos cosas no me quedaría de brazos cruzados y no me alejaría jamás de mi omega.
Si quieren mas contenido sobre mis libros o del Taekook, pueden seguirme:
Los amo <3
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