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🌹Capítulo 1🌹

6 años después...

Los años pasaron muy rápido, comencé a vivir en Daegu en una casa propia junto a mi pequeña hija Lisa, cerca a mi hermano y su ahora esposo, fue hace muy poco que se casaron, quieren formar una familia lo cual se me hace algo super lindo, son destinados y se merecen el uno al otro, mientras que yo, que ya me he curado por completo de mi lazo roto, creo que no necesito nada más que a mi niña para vivir feliz, porque ella lo es todo para mí.

Terminé la secundaria y comencé a cursar el último año en la universidad, pero como no quería seguir dependiendo del dinero de mi hermano, decidí que lo mejor sería conseguir un trabajo cualquiera en donde me pagaran lo suficiente para mantener a mi pequeña hija, pagar su escuela inicial y hacerme cargo de las necesidades de la casa en la que estábamos viviendo, como soy becado, el dinero para la universidad no era el verdadero problema.

Se supone que hoy buscaría trabajo, pero a mi mejor amigo se le ocurrió invitarme a una fiesta sabiendo que no le podía decir que no, la última vez que lo hice se puso a llorar y Yoongi se molesto conmigo, ese pequeño manipulador sabe qué hacer para convencerme.

Afortunadamente, Lisa, a pesar de tener cinco años, es una niña muy tranquila, obediente e inteligente. Hoy la cuidaría Moonbyul, una alfa amiga de Yoongi, que de hecho siempre que uno de los tres no podía cuidar de mi hija solíamos llamarla para que ella lo hiciera. Al principio yo era muy reacio a la idea de algún otro u otra alfa, que no sea Yoongi, cuide de mi pequeña Lisa, sin embargo, Moonbyul demostró ser de confianza y muy diferente a la descripción de una alfa perfecta según la sociedad.

-Anda a divertirte Jungkook- sonríe amablemente mientras carga a mi pequeña Lisa. Ya teníamos la suficiente confianza como para tutearnos.

-¿Estas segura de que puedes cuidar a mi bebé?

-Claro que sí, no te preocupes, ya sabes que ella y yo siempre jugamos y nos divertimos mucho, además necesitas relajarse un poco. Jimin se ha dado cuenta de eso y por eso te ha invitado a la fiesta de su amigo, así que anda nomás- me animó a ir y con lo que dijo terminó convenciéndome, no tengo de que preocuparme si es Moonbyul quien cuida de mi pequeña hija, sé que es una buena niñera porque me lo ha demostrado siempre, así que ya debería dejar de dudar.

-Esta bien y gracias de nuevo- le dije y fui a mi dormitorio para alistarme, busque entre mi ropa y al final decidí ponerme una camisa negra junto a unos vaqueros azules y mis botas de vestir negras, baje las escaleras rápidamente encontrándome de vuelta a mi pequeña niña sentada en el regazo de Moonbyul.

-Papi, diviértete- dijo cuando me vio llegar a la sala de estar, me senté al costado de Moonbyul más concentrado en mi pequeña niña que me sonríe con tanto entusiasmo que me contagia su alegría.

-Eso haré bebé, espero que tú también lo hagas- le dije mientras acariciaba sus negros cabellos iguales a los míos. Deposité un corto beso en su mejilla y mi pequeña tocó mi cara con sus manitas acercándome a ella para depositar un beso en mi frente.

De pronto los tres escuchamos el timbre sonar, Moonbyul se levantó a abrir la puerta entregándome a Lisa por un momento. Apenas abrió, un pequeño rubio se asomó con una enorme sonrisa plasmada en su rostro.

-Buenas noches, veo que ya estás listo- se adentró en mi casa, yo me levanté de inmediato, le di un último beso a mi princesa y Jimin se acercó a saludarme con un abrazo- Bueno, nos despedimos, y gracias Moon por cuidar a la bebé.

-Adiós mi niña- me despedí agitando la mano mientras fui jalado por mi mejor amigo fuera de mi casa.

-Adiós papi- rio tiernamente.

Cuando estuvimos fuera de mi casa, Jimin me dirigió hasta su auto para irnos hasta la casa donde se organizaría la fiesta de cumpleaños de su amigo, tal parecía que era un amigo que había hecho en unas vacaciones que tuvo en Francia, su amigo había venido a conocer Corea del Sur porque Jimin le había hablado mucho del lugar, tanto que al final decidió quedarse a vivir, no solo por como es todo por acá sino también porque había encontrado al amor de su vida o eso decía.

Cuando entré en el auto me encontré con Yoongi sentado en la parte de atrás, pareciendo todo un Alfa dominado por su Omega, sentado recto con las manos en su regazo esperando pacientemente a que Jimin y yo llegáramos para poder irnos.

Mi rubio amigo se subió y comenzó a conducir hasta donde sería todo mientras que yo, estando en el asiento del copiloto, abrí la ventanilla levemente para relajarme con el aire que acariciaba toda mi cara, era hermoso ver el cielo lleno de estrellas, me hacía sentir tranquilo y seguro.

Tenía esa esperanza de divertirme y relajarme un rato, a fin de cuentas, no había salido mucho y me sentía muy presionado por los trabajos, exposiciones y exámenes de la universidad.

Todo mi futuro estaba planeado, primero encontraría un trabajo de medio tiempo que me pagará lo suficiente y me esforzaría mucho en mis estudios hasta llegar a graduarme, luego encontraría un trabajo estable y finalmente viviría junto a mi hija hasta el último de mis días.

A pesar de tener un plan de vida, algo en mi interior me decía que no todo ocurriría como lo había planeado y cuando salí del auto apenas llegamos, para entrar junto a mi mejor amigo y mi hermano a aquella enorme casa de dos pisos, me di cuenta de que quizá no todo saldría como lo había planeado, porque apenas entré tuve un mal presentimiento, y toda esa esperanza de divertirme y relajarme había desaparecido.

Unos minutos bastaron para que Yoongi tomara un par de vasos de alcohol y se emborrachara, y es que mi hermano no tenía gran resistencia al alcohol y para mala mi mala suerte, al parecer eso era hereditario, así que yo también tenía la misma poca resistencia al alcohol que él.

Lo positivo era que Jimin era lo suficientemente responsable como para no beber tanto, ya que el conduciría de vuelta.

Todo estaba bien hasta el momento, pero la vista era incómoda.

Mi hermano estaba besando el cuello de su novio y susurrandole cosas, que no quiero ni imaginarme, al oído.

-Por el amor a la luna, ustedes son demasiado empalagosos- me quejé, ellos estaban sentados en un sofá grande, se podría decir que a mi costado, pues estaba sentado cerca de ellos pero en la barra donde un beta me servía una que otra bebida que le pedía pensando que con eso se iría aquel mal presentimiento que tenía, sin embargo, parecía empeorar- y eres peor cuando bebes alcohol- fui ignorado por mi hermano quién seguía con su trabajo en el cuello de Jimin.

-Deberías bailar un poco, conocer y hacerte amigos en vez de solo quedarte en la barra tomando- habló Jimin entre quejidos y gemidos, esos dos por poco y no tienen sexo en ese sofá frente a todos los presentes- No pensé que tendría que hacerme cargo de dos niños- se quejó mirando el techo y suspirando pesadamente.

-Oye- me quejé con un puchero en mis labios- No soy un niño, tengo 23 años.

-Tu actitud y la de Yoongi cuando se emborrachan hace que parezcan niños, pero es raro que tomes tanto, no eres de esos ¿Qué pasa?- preguntó notablemente preocupado

-Es que tengo un mal presentimiento- admití jugando con mis dedos un poco nervioso.

-Si piensas que todo saldrá mal así será, se llama ley de la atracción mi niño- me guiñó el ojo, sé que me está aconsejando, pero...

-Esa idea carece de respaldo científico así que no creo que sea cierto- musito encogiéndome de hombros.

-Sigue mi consejo, despeja tu mente y déjate llevar por la música- puse los ojos en blanco como respuesta, pero le obedecí bajándome del asiento en donde estaba.

Apenas logré caminar unos pasos cuando sentí que una persona me empujó por casualidad, un Alfa que apenas volteó y notó que era un Omega me miró con ¿Odio? estaba apunto de decirme algo, o eso creía hasta que caí en cuenta de mi propio olor, a rosas, canela y vainilla, más dulce e intenso, mi celo se había adelantado y estaba entrando en pánico al ver que el tipo se me acercaba.

Di unos pasos atrás y sentí como alguien me cubría con su gran abrigo, por alguna razón no sentí miedo sino protección, esa misma persona hizo que caminara hasta adentrarnos en el baño.

Cuando ambos estuvimos solos en el lugar y me concentre en él y no en su olor, el cual trataba de tranquilizarme. Tomé en cuenta que era un alfa y decidí que lo mejor era salir de allí, así que me acerqué a la puerta para tratar de huir cual tonto, porque en ese momento no pensé que no era una buena idea, no lo pensé hasta que el Alfa me lo dijo.

-¿Estás loco? ¿Quieres que te hagan daño? Hay muchos alfas haya afuera, incluido ese que se te estaba acercando- me regañó.

¿Quién se creía este para decirme que hacer? Quizá tenía razón, pero no es nadie para decirme que tengo que hacer.

-Eres un Alfa también ¿Que diferencia hay? todos son iguales, no puedes protegerme, solo Yoongi puede- me crucé de brazos intentando ignorar el dolor que sentía en la parte baja de mi abdomen.

Maldito celo ¡Te odio! llegas en el momento menos indicado. Se supone que no soy irregular, así que no lo entiendo.

-Ahora mismo, lo creas o no están peleando- habló muy calmado como para ser un Alfa frente a un Omega en celo, aunque lo intentara negar me sorprendía, su actitud era muy diferente comparada con la de Yugyeom, quien si me veía en celo, no le importaba pedir permiso, él solo lo hacía y ya. Odiaba a mi Omega por ser tan estúpido y aceptarlo, pero sabía que todo eso era mi culpa, así que también me odiaba a mi mismo.

-¿Con quién? ¿Qué pasó?- cuestioné preocupado, de paso tratando de concentrarme en otra cosa que no sea mi Omega queriendo que el Alfa frente a nosotros lo haga suyo, porque yo no quería, no sé que problema tenía mi Omega que incluso sin verlo se sentía protegido haciéndome sentir de la misma manera.

Lo mejor era que alejara esas ideas estúpidas.

-Un chico trato de sobrepasarse con su Omega así que se están peleando- me explicó.

-¿Por eso los gritos?- cuestioné y el solo asintió a modo de respuesta.

-Creí que sería por otra cosa- cuando el Alfa frente a mí me estaba llevando al baño, escuché algunos gritos, pero no pensé que sería porque mi hermano se estaba peleando con alguien, aunque era entendible, si se trataba de proteger a Jimin el podría ser capaz de cualquier cosa.

-Estabas tan mareado y de paso siendo casi atacado por ese estúpido alfa, que no te diste cuenta de lo que estaba pasando a tu alrededor, pero déjame llevarte a tu casa Jungkook- ¿Acabo de oír mi nombre salir de sus labios? Me sentía raro por eso, definitivamente el celo me estaba afectado porque gemí de gusto hasta que caí en cuenta de... ¿Cuando le dije mi nombre?

—Espera ¿Cómo sabes mi nombre?

—Me lo dijiste hace un rato ¿No lo recuerdas? y yo te dije que me llamo Han Tae Joo— explicó lo más calmado posible, pero juré que en su mirada había un poco de duda y miedo en un inicio. ¿Por qué no recuerdo habérselo dicho?

—De verdad estoy muy mal como para no recordar eso— me molesté conmigo mismo, porque si tenía razón, era muy estúpido que no lo recordara.

Me seguía doliendo demasiado la parte baja de mi abdomen y no solo eso, comenzaba a sentir como mi lubricante natural se escurría entre mis piernas, sentía una combinación de excitación y vergüenza.

De pronto sentí como Tae pasaba una de sus manos por mi espalda y la otra en mis rodillas cargándome cual bebé, aún tenía su abrigo puesto así que mis feromonas estaban mezcladas con las suyas, lo cual hacia que me siguiera excitando aun más y odiaba sentirme de esa forma tan normal y cómoda con alguien que apenas conocía.

-¿Qué haces?- le pregunté cuando entré en razón de que estábamos saliendo del baño y yo estaba en sus brazos con la duda de si debería pasar mis manos por su cuello o dejarlas pegadas a mi pecho, mientras mis ojos recorrían de cerca su rostro.

Lucía muy hermoso, su cabello azul alborotado, ojos negros hipnotizantes, labios gruesos y apetecibles, cejas pobladas, pequeños y lindos lunares en su nariz, mejilla, debajo de su ojo y en su labio inferior...

A excepción de su color de cabello y su nombre, todo lo demás me recordaba mucho a alguien que conocía, a alguien que amé con todo mi corazón antes de cometer el grave error de estar con Yugyeom.

-Ódiame si quieres, pero siempre te protegeré- dijo mientras a paso apresurado salíamos de aquella casa hasta dirigirnos a su carro, se veía muy caro a decir verdad.

Me metió en este sentándome en el asiento del copiloto, estaba seguro de que en cualquier momento moriría de la vergüenza porque era muy probable que dejaría una marca en su asiento por el maldito lubricante que aún no paraba de salir.

-Bien, dime la dirección de tu casa- ordenó y yo negué rápidamente. No me iría de aquí sin Yoongi y Jimin.

—No, estás loco, quiero ir con Yoongi— dije entre quejidos y gemidos.

—Lo mejor era traerte al auto mientras todos estaban distraídos, estoy seguro de que él resolverá sus problemas, siempre lo hace— cuando dijo aquello caí en cuenta de que desde antes hablaba como si lo conociera, así que solo decidí preguntarle.

—¿Lo conoces?

—Yo a él sí, él a mí no. Créeme, es una larga y complicada historia— suspiró mientras apretaba el timón entre sus manos, tratando de regular su respiración, en este momento estoy seguro que alfa de cabellos azules a mi lado estaba igual de excitado que yo por mi aroma.

Pude percibir apenas, como su aroma comenzaba a volverse más intenso, y eso no me era de gran ayuda porque mi Omega solo seguía pidiéndome que lo dejara hacer conmigo lo que quisiera, pero yo no volvería a cometer el mismo error, no dos veces.

-Solo confía en mí ¿sí? Jamás te haría daño- esas palabras, aquello siempre me lo decía mi Taehyungie hyung, aquel pequeño niño que me demostró y a quién le demostré mi amor más sincero y puro, pero no era él y si no era él sus palabras no tenían validez para mí. Solo era otro alfa más que me haría daño. Negué con la cabeza de nuevo.

-Confía en mí- suplicó mirándome directamente a los ojos, sentía como si su mirada era capaz de ver mi alma. Era tan intensa que hacía a mi Omega removerse intranquilo queriendo besarlo. Odiaba a mi Omega en estos momentos.

-No confío en desconocidos, mucho menos si son alfas- traté de sonar menos como un cachorro necesitado de su atención, obviamente no funcionó. Mi voz salió demasiado temblorosa como para sonar intimidante.

-Bien, si eso es lo que quieres- exclamó y arrancó el auto, por un momento quise matarlo, además de ir demasiado rápido para mi gusto, no sabía tampoco a dónde me estaba llevando y eso me hacía sentir ansioso, en el mal sentido de la palabra.

-¿A donde me llevas?- pregunté entre gemidos, pero él no respondió, solo se concentró en seguir conduciendo.

«¿Está enojado? No quiero ver a mi alfa enojado»

No es tu alfa y es por el celo que estás así, omega idiota

Definitivamente mi parte lobo y yo jamás coincidiríamos en algo.

Cuando por fin se detuvo y estacionó su carro, volteé a ver en donde estábamos y me di cuenta que era una mansión muy grande y lujosa, de dos pisos, con un patio delantero grande y muy bien cuidado, lleno de diversidad de bellas flores.

-¿Me trajiste a tu casa?- lo deduje.

Era obvio que si no me llevaba a mi casa me llevaría a la suya- ¿Que piensas hacerme, ah? Sabes que puedo gritar ¿No?

Cuando volteé a encararlo, no fui consciente de sus labios chocando con los míos intencionalmente. Sus labios acariciaban los míos de una forma dulce y tierna como si intentará calmarme. Lo peor es que me había dejado llevar, pasando mis brazos alrededor de sus hombros y acercándolo más a mí mientras sentía sus manos acariciar suavemente mi cintura, me impulsé sentándome en su regazo, era como si todos mis pensamientos negativos se hubieran esfumado y solo quedará el deseo de mi Omega por ser tomado por, quien decía, era su alfa.

Cuando me alejó, por un momento me sentí triste, sentí una opresión en el pecho por culpa de su rechazo o al menos eso parecía ¿Porqué me dolía que me rechazara? ¿Porque me importaba siquiera? Estaba actuando igual a mi Omega.

-Perdón, pero solo quería que te calmaras y dejarás de preocuparte tanto, porque jamás sería capaz de hacerte daño- explicó mientras acariciaba mis mejillas con sus dedos pulgares acunando mi rostro y besando el puchero que inconscientemente tenía en mis labios.

Intenté que mi Omega no me dominará justo en ese momento, pero era muy díficil si estaba en celo y me sentía tan necesitado.

Mi omega logró controlarme, mis ojos se volvieron completamente azules y no pude evitar abrazarme a su cuello y gemir pidiendo su ayuda, mi omega quería que nos ayudará a calmar el celo de otra forma. Pero el alfa de cabellos azules negó con la cabeza acariciando delicadamente mi espalda. Cuando abrió la puerta del carro, me aferré a su cuello y enrede mis piernas en su cintura a petición de mi omega, porque mi omega no tenía ganas de bajarse y el alfa, tampoco ganas de soltarme, asi que en esa posición me llevó hasta llegar a la puerta de su casa.

-Mi mamá te ayudará, no te preocupes- susurró mientras tocaba el timbre.

-Tae- escuché que una voz femenina lo nombraba, pero no supe que se dijeron después, mi omega solo se concentró en lo fuerte que era el alfa, lo bien que olía y lo mucho que lo necesitaba, mientras yo no entendía bien lo que estaba haciendo, quería que mi omega dejara de dominarme, pero me era imposible.

Cuando nos adentramos en la sala, me bajo dejándome sentado en el sofá, pero cuando se alejó por completo, mi omega hizo que sintiera un gran vacío. Él no quería que se fuera, pero ya era muy tarde, había subido escaleras arriba, supuse que hacía su habitación, dejándome así al cuidado de su madre, pero antes de que pudiera decirme algo decidí primero enviarle un rápido mensaje a Yoongi sobre lo que me había pasado.

«Yoongi hyung, ya no estoy en la fiesta, me fui de ahí porque me vino el celo, han pasado muchas cosas, pero luego te llamo y te cuento todo ¿Sí?»

Y con un «Esta bien» de su parte dirigí ahora toda mi atención a la madre de Tae Joo.

-Estás en celo- afirmó la señora viéndome preocupada y yo solo asentí, pudiendo ahora tomar el control, ya que el peliazul se había ido, mis ojos volvieron a la normalidad, pero aún seguía un tanto necesitado.

-Se me adelantó- le expliqué luego de unos segundos en silencio.

-¿Cómo te llamas?- preguntó amable.

-Soy Jeon Jungkook, tengo 23 años y soy estudiante universitario- me presenté haciendo una reverencia aún sentado, quizá sí me paraba las piernas me fallarían, a este paso el celo ya estaba muy avanzado.

-¿Jungkook?- susurró más para si misma, lo cual me pareció raro, su mirada cambió, me veía como si me conociera y no me hubiese visto hace muchos años, o quizá solo era una idea mía.

-Soy Lee Min Jung, esposa de Han Chae-Young , madre de Tae, tengo 45 años y manejo una de las empresas más grandes e importantes de Corea del sur. Tengo unos supresores por aquí, quédate sentado- se paró y se adentro en una habitación que supuse era su dormitorio o quizá la cocina- tómalos y estarás bien- me entregó los supresores apenas volvió a la sala y le obedecí.

-Me puedo ir ya ¿No?

-Son las 3 de la madrugada, no puedes irte solo, llamaré a Tae para que te lleve- A lo cual negué, después de tomar los supresores poco a poco estaba volviendo en sí, así que la vergüenza por lo sucedido en el auto me estaba atormentando.

-Es un buen alfa te lo puedo asegurar, lo crié muy bien- me dijo, supe que ella pensaba que tenía miedo, quizá al principio sí, pero ahora mismo lo que sentía era vergüenza.

-Tengo un lazo roto y una hija, prefiero cuidarme de los alfas- era preferible que pensará que tenía miedo, a saber que casi lo hago con su hijo por culpa de mi Omega.

No quería saber o imaginar su reacción si sabía que un tipo como yo con un lazo roto y una hija se metía con su hijo alfa. Nadie quiere a un Omega con un lazo roto y una hija, y por mí estaba bien, sí, quizá me dolía el rechazo de la gente, pero poco a poco uno se iba acostumbrando a ese tipo de sentimiento.

-No todos son iguales créeme, yo pensaba igual que tú porque me paso lo mismo, Tae es hijo del alfa que me mordió, con quién ya no estoy pues rehice mi vida con Chae-Young, ella es muy diferente a cualquier alfa que haya conocido, así que sé lo difícil que es volver a confiar pero estoy feliz de haberlo hecho- me explicó

-Es sorprendente que alguien como usted haya pasado por tanto- admití.

-Sí, sufrí de discriminación y rechazo por ser una Omega sin un alfa, con un hijo y un lazo roto, pero luche por lo que quería lograr y terminé también encontrando el amor- sonrió al parecer por recordar aquello.

-Es una persona admirable.

-Tú también lo eres- me sonrió ampliamente, sin embargo, yo no pude decirle nada porque no pensaba de la misma manera- Ya que tienes una niña supongo que sabes cuidar niños- cambió de tema y más que una suposición parecía una afirmación.

Me limité a asentir mientras veía como una gran sonrisa se dibujaba en su rostro.

-Bueno, creo que necesitaré de tu ayuda, tengo dos hijos más además de Tae y voy a salir de viaje por un tiempo, ya que tengo unos asuntos que resolver, me preguntaba si podrías ser el niñero de mis dos pequeños de nueve y seis años, Tae está muy ocupado por su universidad y su trabajo como modelo en la revista más famosa de Corea del Sur.

Sí, ese alfa era muy guapo y era de esperarse que fuera modelo o algo similar, pero eso no evitó que me sorprendiera

-Te pagaré obviamente ¿Aceptas?

-Esta bien, acepto- no perdía nada con intentarlo y gracias a esto podría ser más independiente, y pagar yo mismo lo que necesitaba.

-Entonces, apenas te recuperes del celo traes a tu niña a vivir aquí para que puedas ir y venir a la Universidad y a la vez cuidar a mis dos hijos.

-¿Vivir aquí? ¿En donde dormiría? Y ¿Qué hay con mi celo? en algún momento volverá.

-Hay habitaciones extra, pero si no te sientes cómodo puedes usar la mía no hay problema, con respecto al celo tampoco te preocupes, puedes ir a tu casa y dejar a mis dos hijos con los demás empleados o con Tae, estoy segura de que te obedecerá si se lo pides por favor y diciéndole el porque- me explica a lo que al final asiento levemente. Sube escaleras arriba y toca la puerta de una de las habitaciones.

-Tae- lo nombra y él sale de inmediato, parece alterado y preocupado, muy diferente a cuando se fue dejándome solo con su mamá, sentí como si no le importará y ahora...

-¿Que pasó? ¿Jungkook está bien?- preguntó por mí.

Nuestro alfa nos quiere, esta preocupado por nosotros

No lo está cállate, Y ya deja de decir que es nuestro alfa.

-Llévalo a su casa, te dirá la dirección, pero antes dale ropa interior y un pantalón tuyo para que se cambie, ya está controlado su celo, así que no tienes de que preocuparte- la escuché decir y así fue.

-Sí mamá y gracias- ambos bajaron las escaleras dirigiéndose hacia donde yo estaba, su mamá se despidió de mí y Tae me entregó ropa interior y un pantalón para que me cambiase, cuando estuve listo tomo de mi cintura haciéndome salir de su casa.

Durante todo el viaje, no pude mirarlo a la cara, pero ya que ahora trabajaría para su mamá nos cruzaríamos seguido, así que lo mejor sería hacer como si nada hubiese pasado.

~•~°~•~

Espero hayan disfrutado
mucho de este capítulo :3

Les dejo un gift del Taekook
de regalo

Lxs ama:

SweetbabyTJ

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