Bueno, aquí estoy de nuevo y esta vez les voy a contar de mi estancia en la primaria donde muchas cosas sucedieron...

Durante los dos primeros años como comenté anteriormente sufrí de bulling, después al darse cuenta de que me podía defender pararon y me trataron mejor, irónicamente el que mas me hacia bulling se convirtió en un buen amigo con el cual aun tengo contacto, después pasamos a tercero y ahí conocí a un niño llamado Oliver. Me acerqué para conocerlo, era muy callado, como no me respondió y vi que no tenia intenciones de hacerlo me fui a mi lugar.

Mas tarde en la salida estaba apunto de irme cuando vi a Oliver llorando en la entrada, estaba muy triste y con la curiosidad comiéndome el cerebro me acerqué y le pregunté cual era el problema; resultaba que su mamá no había ido por el y me dijo donde quedaba su casa, estaba relativamente cerca de la mía y nos fuimos los dos, al pasar por su casa vimos a su mamá muy apurada; no nos había visto, nos acercamos y al ver a Oliver lo abrazó y le pidió perdón por no ir, me dijo gracias a mi por llevarlo y luego entraron a la casa. Desde ese día Oliver fue uno de mis mejores amigos.

En cuarto año estaba con un amigo llamado Emiliano, jugábamos en el patio trasero de la escuela, el se colgó en un árbol pero la rama se partió y se cayó fracturándose la mano, el pulgar lo tenia cerca del meñique y su piel antes bronceada era pálida como el papel, lo llevamos lo mas rápido a la dirección y pronto llegó su mamá por el. Al día siguiente llegó a la escuela con el brazo enyesado y le firmamos el yeso. Muy pronto se recuperó y volvió a la normalidad.

En quinto de primaria tocaba el cambio de escolta y como yo fui elegido para ser abanderado me tocó decir el discurso de entregar la bandera, eso era fácil; lo difícil era decirlo mientras mil personas te miraban fijamente, entre ellos el director y los maestros y aun mas complicado porque ese día yo estaba enfermo, tenia fiebre y el estomago me dolía terriblemente, sin embargo pude decir el discurso y recibí la bandera, luego me fui a mi casa porque sentía que me iba a desmayar en cualquier momento.

En sexto año a finales de curso nos tocó volver a realizar el cambio de escolta, solo que esta vez no estaba enfermo y nosotros daríamos la bandera, una chica llamada Claudia estaba muy nerviosa, ella iba en mi salón y como yo estaba en la escolta, a ella le tocaba dar las ordenes de avance y sintió que se iba a equivocar frente a todos, hable rápidamente con ella y le dije unas palabras de confianza alentándola a hacerlo, todo transcurrió normal y el cambio de escolta fue un éxito. Desde ese día no veo a mis compañeros de la primaria excepto a uno que está inscrito en la misma secundaria que yo solo que en otro salón.

Como pueden ver la vida no siempre es fácil y se va a encontrar obstáculos pero siempre va a haber una forma de superarlos, no importa que tan difícil sea.

Bueno, a los que les interesa pueden dejarme en los comentarios que quieren que les cuente de mi vida la próxima vez, eso es todo un saludo y cuídense!