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Capítulo IX

Capitol Hill, 12:47 am, Un año después

En los barrios más bajos de Seattle, en la misma bodega, en el mismo lugar, una joven destrozada y hundida en la depresión, se encontraba viajando entre colores psicodélicos que le lastimaban la retina y llenaban de felicidad, una felicidad falsa, que físicamente la desgastaba a nivel salud, una felicidad de mentira que desaparecía junto con el efecto de los ácidos que consumía desde lo sucedido con su familia. No conforme con eso, se "ganaba" la vida complaciendo hombres de manera sexual a cambio de dinero y drogas; drogas que le ayudaban a olvidar lo podrida que ahora estaba.

Difícilmente podia discernir entre la realidad y lo que su mente creaba, solo entendía pequeños lapsus de conciencia entre los colores brillantes, sin embargo, no le tomaba importancia al vagabundo que estaba sobre ella deleitándose con su cuerpo y a quien su mente daba la cara de ese apuesto agente que le había salvado la vida; que nunca fue capaz de sacar de su mente desde el momento en que sus ojos se conectaron realmente lento.

Lena estaba pérdida como una canica de frágil cristal deslizándose a la autodestrucción sin intención de detenerse, dejándose tocar por aquel sucio hombre y probablemente lleno de ETS'S; sin embargo y para beneficio de ella, su mejor amigo llegó a tiempo para tomar con fuerza al asqueroso sujeto, tumbarlo al suelo y golpear su rostro varias veces hasta dejarlo noqueado completamente ensangrentado, mientras que, Paula la cargaba en su espalda y la sacaba por la parte trasera de esa bodega. Ambos amigos sacaron a Lena del lugar y corrieron hasta el departamento de el chico donde se disponían a limpiar a su amiga que estaba no solo muy mal viajada, también muy destruida.

Jeff sentía una total impotencia al ver a la chica que amaba dejando que la muerte llegase a ella y no permitiera que la ayuden, si bien él mismo se culpaba de no cuidarla, tampoco Lena le ponía las cosas fáciles, cada vez que él intentaba hablarle ella respondía con un cortante "Estoy bien déjame en paz".

Paula por el contrario, se sentía furiosa, por lo patética que se había vuelto su amiga, después de que la había conocido fuerte y valiente ahora parecía ser una niña llorona que sostenía la respiración hasta desmayarse, la miraba desde el otro lado de la sala mientras Lena seguía en su viaje astral acostada cual larga era en el sillón de Jeff.

-Mirala.. me da puto asco, ni siquiera la reconozco - Espetó Paula con los brazos cruzados y observando como Jeff acariciaba su rostro lleno de culpabilidad

-Dejala en paz, está sufriendo más de lo que imaginas, tenemos que ayudarla - Jeff salto a defenderla inmediatamente ante las palabras que su amiga decía.

-Oh claro, está sufriendo mucho, basta con mirarla y saber que está destrozada, ¡Por favor! Jeff abre los ojos, LOS QUE SUFRIMOS SOMOS NOSOTROS AL VERLA ASI, ella solo "expande su mente" atascandose de ácidos y nosotros salvandola de un degenerado - La chica se levantó y fue donde el teléfono sacando la tarjeta de su abrigo la cual fue violentamente arrebatada de sus manos - ¡CARAJO! Jeff déjame llamarlo, ¡Mírala! Tan solo mírala, si la amas tanto entonces haz lo mejor para ella - Paula no podía más con la situación, tomó su bolsa y salió de ahí dando un portazo y rompiendo el picaporte.

Jeffrey Campbell era conocido por su terquedad, por su escepticismo hacia los "buenos samaritanos" que ofrecían su lástima y caridad a las personas menos afortunadas, sin embargo, tenía que aceptar que Paula tenía mucha razón, ver a Lena sufrir le comenzaba a afectar de manera que se planteó lo que su orgullo le impedía, desvió la mirada a la tarjeta y luego a la chica en su sillón que ahora dormía plácidamente.

-Como te detesto cuando tienes razón Paula Drew - Murmuró el joven antes de arrugar la tarjeta con furia y marcar al número de teléfono.

Virginia Commons Apartments, Quantico, 1:05 am

Ya era la quinta taza de café que el doctor de ojos avellana consumía durante la noche, últimamente tenía la necesidad de tomar más café pues desde su viaje a Seattle su cabeza parecía querer desmayarlo del dolor, la migraña no le permitía tener las luces encendidas pues le taladraban las retinas, buscaba a como diera lugar callar sus pensamientos, estuvo a punto de gritar cuando de repente el sonido de su celular lo trajo de regreso, "¡al fin!" Se dijo a sí mismo, "un caso" corrió hasta la mesita auxiliar de la sala y respondio rápidamente.

-Dime García - Dio un sorbo a su café y se dirigió a su cuarto para vestirse, sin embargo, todo se detuvo; sus pensamientos, su caminata y hasta el dolor, todo al escuchar la respuesta.

📞No soy García... si no querias recibir llamadas de nadie mas que de tu novia no debiste darnos tu número, creo que fue un error llamarle📞

-E..Espera un momento, ¿Quien habla? ¿Cómo conseguiste mi número? - Su entrecortada voz mostraba su sorpresa y un poco de atragantamiento por el mismo motivo

📞Me ofende doctor, pensé que se acordaría de nosotros, mostró tanto interés... Que... Bueno.. supongo que no debí confiar en usted📞

-Jeffrey Campbell, no es que no me interese es solo que después de un año sin recibir alguna llamada supuse que... Bueno, pensé que no me llamarían - Se sentó en las escaleras que daban al segundo piso tratando de asimilar lo que sucedía, por fin recibía la llamada que estuvo esperando por las 365 noches de un año entero.

📞No lo haría si no fuera de extrema necesidad... El asunto es que... Es Lena... Ella está muy mal, se droga cada día y se vende a hombres en la calle... Yo... Es decir Paula y yo tenemos mucho miedo de que tenga... Alguna enfermedad o que termine por morir, no sabemos que hacer... Necesitamos ayuda📞

-Lo lamento, no puedo hacer mucho a esta distancia... Es decir... No ahora... Podríamos... Hagamos algo, si ustedes logran estabilizarla y mantenerla limpia por dos días yo les pagaré un vuelo a los tres para que vengan aquí a Virginia, podrán empezar sus clases en la universidad.

📞-risilla ironica- No necesitamos una educación para nuestra hija señor Reid, queremos que nuestra amiga drogadicta deje de prostituirse📞

-Entiendo perfectamente Jeffrey pero comprende que no puedo hacer nada a esta distancia de ustedes... - El rubio pellizco su entrecejo pues el dolor había vuelto causa de la frustración - Podemos... Traerla a que viva un año aquí si es lo que piden, yo me encargaría de su rehabilitación, pero es todo lo que puedo ofrecer, tampoco hago milagros.

📞Gracias por su tiempo agente... *Pip... *Pip... *Pip📞

Le había cortado la llamada, Reid suspiró; de tristeza, de frustración, de impotencia; esto era justamente lo que el tanto temía mientras resolvían el caso, que la pobre chica al quedar sola se deslizara hacia la locura, de pronto, sin siquiera notarlo, un sueño atroz se apoderó de el, necesitaba descansar mínimamente esa noche. Se levantó de las escaleras y se dirigió a su habitación con la cara de la joven en su mente, su memoria fotográfica no le permitía olvidar a la chica, por lo menos no físicamente. Se recostó en su cama; nunca la había sentido tan cómoda; ¿y si la joven vivía un tiempo con el? Seguro que él lograría que ella se sintiera tranquila, segura y confiada. Poco a poco se quedó sorprendentemente dormido, la imagen de esa dulce sonrisa lo relajo al punto de que esa noche sus pesadillas no lo atormentaron al menos tres horas.

Capitol Hill, 12:57 am

-Lena... ¿Lena?... ¡Lena Despierta ya pedazo de costal de papas!-.

Un fuerte golpe despertó abruptamente a la castaña que al ser traída de regreso después de la expansión mental provocada por las drogas, fue capaz de experimentar lo que todos conocemos como resaca, pero una resaca muy particular, en la mente de Lena todo iba demasiado rápido, sentia que su cuerpo se movia más lento, sus músculos dolían por el esfuerzo que hacía intentando moverse más rápido, o por lo menos eso creía.

-Oye no me grites... Duele - La chica se levantó lentamente sentándose en el sillón con un ojo abierto y el otro cerrado - ¿Que hago aquí? ¿Por qué me trajeron?

-Lena, estás fuera de control, Estás empezando a drogarte hasta atrás y anoche un vagabundo estuvo apunto de violarte, si no fuera por Jeff... ¿Quien sabe que enfermedad tendrías ahora? Y terminarias con granos verdes y tus días contados - Paula la miro desde su lugar, al lado de ella una maleta con la ropa de su amiga y; sin atreverse a mirar; Jeffrey se quedó en la ventana fumando un cigarrillo, era obvio que estaba muy molesto.

-Estoy bien, no pasa nada, solo déjenme en paz - Dijo Lena cubriendo sus ojos con las manos - Dejen de tratarme como una niña, no tiene nada de malo divertirme, ahora que nadie puede ponerme reglas soy más feliz

-A nadie engañas más que a ti misma Lena, ¡Entiende que te estás destruyendo! Te pondremos limpia de drogas en dos días, después te irás a Virginia - Se dejo caer en el respaldo del sillón, negándose totalmente a aceptar reclamos.

-¡¿A Virginia?! ¡¿Que carajos?! ¿¡Que demonios voy a hacer yo en Virginia?! Y ¿¡Cómo voy a ir al otro lado del país!? - Gritó en respuesta con furia intentando tomarlos por locos, se decidió a irse del lugar pero a penas se levantó del sillón, su mejor amigo la tumbó con un brusco empujón sin decirle nada - ¿¡Que coño te pasa!? - Al ver la mirada del chico toda su energía y rabia se aplacaron inmediatamente - ¿Jeff?

-Debes irte... Nos preocupas... No lo hacemos por nosotros... Es solo que no soporto... Soportamos, el verte asi - Su voz aún que severa era dulce y tierna, realmente al castaño le afectaba ver a la mujer que tanto amaba así.

-Pero... ¿A dónde quieren mandarme? No puedo estar sola en Virginia - Cabizbaja y avergonzada, Lena intento convencerlos de no mandarla tan lejos.

-El agente que llevo tu caso... Nos dejó una manera de comunicarnos con el cuando estabas en el hospital... Él dijo que podías quedarte con él y... Algo de una universidad... Es tu oportunidad de ser mejor que nosotros... De no quedarte atrás, por favor, hazlo por nosotros - Paula abrazo a Lena con cariño, el esfuerzo que sus ojos hacían para no llorar no fue suficiente, ambas sabían que necesitaban ayuda y harían lo que fuera la una por la otra.

Por su parte, Jeff se dio la vuelta para evitar a toda costa mirarlas, no podía negar que le dolía saber que "su chica" se alejaría tanto tiempo pero le dolía aún más verla de esa forma, si bien era cierto que el "Doctorcillo" le dijo que podían ir los tres, él aún tenía muchas deudas y no le convenía salir de Seattle, menos aún con ellas acompañándolo. Sin poder aguantar estar en el mismo lugar que ellas, salió del departamento con la mente en las nubes, mientras más caminaba más iba asegurándose de que no lo seguían, él sabía exactamente a donde se dirigía y no iba a arriesgarse.

Una vez llegó a la calle Nelbot levanto la mirada al letrero del hotel, uno de mala muerte, un hotel de paso, el "HALF MOON" era ya un lugar conocido para el, tenía que venir cada 3 días a pagar su deuda, así había sido durante los últimos 4 meses y así será hasta que liquide por completo.

Se relamio los labios y continuó con su caminata, entró en el hotel, pidió una habitación para dos, subió al cuarto piso y observo la llave de su habitación. La rabia le hervía en la sangre, muchas veces le dijeron que la venta de mercancía no le traería nada bueno, ahora pagaba el precio de sus acciones.

Soltó un suspiro antes de abrir la puerta de la habitación 342D y entró, una habitación tan mediocre como el hotel mismo, se sentó sobre una de las camas y suspiro; se sentía abrumado, furioso por si mismo, decepcionado; Ahora mismo entendía que no quería ver a Lena acabar como el.

Llamaron a la puerta, él sabía que iba a pasar, sabía a la perfección quien era y no podía evitar lo que se avecinaba, simplemente se levantó, abrió la puerta topandose con esa estúpida sonrisa que tanto asco le daba.

-¡Jeffy~ que bien que llegaste! Pensé que tardarias por el camino, creo que comienzas a disfrutar de nuestros encuentros - Un chico de cabello largo, barba candado un poco marcada y un muy elegante smoking, se notaba que tenía dinero, obviamente no era de esos rumbos.

-Vete a la mierda Paiton, solo terminemos con esto - Un puño impacto contra la mejilla de Jeff tumbandolo de golpe en la cama, el golpe le había provocado un sangrado en la nariz.

-Siempre tan impaciente, bien, entonces hagámoslo rápido y duro como te gusta~♡

El sujeto se quitó la corbata y el saco antes de cerrar la puerta tras el. Solo Dios sabe todo lo que ese chico sufría dentro de aquella habitación de mala muerte pero seguramente no era nada bueno, la realidad era que no solo Lena sufria, los tres amigos tenian sus propios demonios que combatir, la pregunta ahora es: Si Lena perdió a su familia y Jeffrey paga deudas.. ¿Que estará viviendo Paula?

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