Quantico, Virginia, 6:45 am

Los "Virginia Commons Apartments" es un lugar tranquilo y seguro para vivir, este lugar es habitado por muchas personas de diferentes personalidades, colores y tamaños. Es aquí donde un joven de 23 años; cabello dorado, largo y despeinado, ojos cafés y complexión delgada, se mantuvo despierto hasta la madrugada a causa de sus ya comunes migrañas.
Encontrar una razón para su continuo insomnio no era difícil puesto que dormir le provocaba pesadillas y no hacerlo le detonaba punzantes dolores de cabeza, al ver sus dos opciones durante casi 2 años aprendió a que las migrañas fueran costumbre y no interfirieran con el día a día. Contrario a lo que todos pensaríamos, el joven doctor ya había buscado una solución con especialistas, quienes 6 de ellos dijeron que se debía a un problema psicosomático, otros 3 decían que debía tomarse tiempo libre, 2 más le recetaron medicamentos para la esquizofrenia que por muchos meses lo volvieron adicto y solo 1 doctor le recetó entregarse a Dios. El joven rubio ante esto último decidió que era mejor acostumbrarse a su dilema que seguir experimentos y al cabo de un tiempo terminar muerto, sin embargo, esto no significaba que se encontrará mejor, cada noche era una tortura, vivía noches enteras entre sus recuerdos, sus preocupaciones, insomnios interminables, dolores que a penas podía soportar, las voces de su propia mente diciéndole cual dictado cada dato que contenía su cerebro y tazas de café, muchas tazas de café, podríamos incluso decir que era una cantidad excesiva de tazas de café.
Cada paso que daba por su perfecto y extrañamente ordenado departamento era símbolo de su impaciencia por que su alarma indicara el inicio de un día más en su trabajo para distraerlo de su propia mente, iba por la quinta taza de café y comenzaba a frustrarse, no podía ni parpadear sin sentir que su cráneo explotaría, no quería tomar las medicinas que tanto le ayudaban, él se reuzaba a volver a eso.
Miro su reloj, marcaba las 6:47 am, solo dos minutos habían pasado desde la última vez que reviso la hora; callar sus voces internas, como aquellas que usamos para leer, se habia vuelto un reto el cual intento ganar empezando a arreglarse. Una camisa blanca abotonada hasta el cuello el cual estaba almidonado a la perfección, una corbata roja con un exacto nudo sin un solo movimiento erróneo, pantalones de vestir color mostaza, zapatos boleados con precisión, un saco azul marino elegante; peino su cabello dándole simplemente un poco de forma a su largo, ondulado y dorado cabello.
Estuvo apunto de tomar su portafolios cuando el teléfono de este comenzó a vibrar, no era uno de esos excéntricos y caros celulares que ya eran capaces de mostrarte la vida de una persona en Asia que tenía la necesidad de mostrar en internet que estaba cenando, las funciones de su teléfono se limitaban a llamadas, mensajes y un antiguo juego sobre una víbora que no debía tocar su propio cuerpo. En cuanto el joven respondio la llamada escucho las mejores palabras que pudo escuchar esa noche.

-¿Que pasa Penélope? - su voz aún que dulce sonaba desesperada, habían sido muchas horas y su paciencia estaba en el límite.

-Tenemos un caso "Chico-maravilla" así que espero verte a ti y a tu lindo cerebrito en la sala de conferencias en 20 minutos - La melosa pero carismática voz de Penélope sumadas a aquellas palabras que para el "Chico-maravilla", como lo había llamado, eran las causantes de una sonrisa alegre en los labios del doctor.

-Estare ahí en 15 minutos, gracias Penélope - El doctor aún sin cortar la llamada y ya con portafolios en mano se dirigió a la salida de su departamento antes de escuchar la última frase de su amiga.

-Entonces te espero en 10 minutos - La mujer cortó la llamada antes de que el joven pudiera responder, Spencer guardo su teléfono y se acercó a la parada de autobús.

Departamento del U.A.C., Quantico, Virginia, 7:02 am

El joven agente llegó exactamente en 15 minutos como bien lo había "predicho" aún que sería mejor decir "calculado". Se dirigió a la sala de conferencias donde tres personas lo esperaban.

-"¡Spence!" siempre temprano, debo empezar a pedirte que me llames a la misma hora en la que despiertas - Una mujer delgada y rubia de camisa azul oscuro recibe al joven con una sonrisa dulce acompañada de un vaso desechable con café caliente, la mujer desconocía el exceso de cafeína en el cuerpo de su compañero y ya que la mañana era bastante fría pensó que sería un buen detalle de su parte.

-Creeme que no quieres "J.J." si lo hiciera no quisieras ser mi amiga de nuevo, gracias por el café, ¿Dónde están los demás? - Spencer tomó el vaso desechable entre sus manos y correspondio a la sonrisa de su amiga con una tímida pero a la vez amable sonrisa sin separar sus labios.

-Amm Penélope dijo que "Hotch" tardaría un poco en llegar, "Rossi" está en el estacionamiento y Emily está hablando con "Morgan" aquí al lado - Ambos agentes se sentaron en sus respectivos lugares, frente a cada uno de ellos se hallaban sus respectivas carpetas con datos del caso. Spencer no pudo aguantar la curiosidad hasta que todos llegarán y tomó su carpeta para poder leer los datos, esto lo ayudaría a crear una primera idea de lo que se necesitaba para comenzar la investigación. Sin darse cuenta en que momento sus compañeros habían llegado.

-Muy bien mi equipo de héroes tenemos un caso, perdon por la tardanza - Una mujer de cabello teñido en un rubio bastante llamativo y ropa de colores pastel, de la cual algunos broches de unicornios eran accesorios, entró en la sala de conferencias con su tablet lista y mostrando las imágenes en la pantalla grande empezó a hablar - Se han registrado 5 ataques a viviendas de Seattle en las últimas 2 semanas, todas las personas que se encontraban en las casas fueron asesinados hayan o no hayan sido residentes del lugar, las primeras víctimas fueron Carol Uris y su hijo Leonardo Uris, los forenses dijeron que murieron casi 9 horas antes de que los encontrarán.

-¿Quien encontró los primeros cuerpos? - Un hombre de voz grave, piel canela, ojos negros y una condición física musculosa había sido quien lanzó la primera pregunta mientras observaba las imágenes de la pantalla, se podía ver la fotografía del hombre decapitado, su cabeza fue colocada con precisión sobre la mesa de la sala, sus ojos habían sido suturados con paciencia y calma, era un trabajo de experto pues los nudos no habían derramado sangre por el rostro, se podía ver un corte limpio en el cuello y la boca tenía dentro la cantidad de dedos exacta para llenarla y no pasar el límite.

-La hija de Leonardo, Lena Uris, Estaba regresando de una fiesta a la 5:00 de la mañana y encontró los cuerpos, la policía la investigo y tenía una gran cantidad de alcohol en su sistema, la ingresaron al hospital para dialisarla pero encontraron rastros de abuso sexual en ella. Todo esto en un solo día fue tanto que cayó en un estado de shock, no han conseguido una declaración por parte de ella, desde que la internaron no ha dicho una sola palabra - Al terminar de decir los datos Penélope lanzó las fotos de Lena Uris en la pantalla. En ese preciso momento el doctor levanto la mirada cayendo en cuenta del tiempo que había estado inmerso en sus pensamientos, el ser consciente de la presencia de todo el equipo lo orillo a hablar y decir cada conclusión que tenía en ese momento.

-Los ojos de todas las víctimas fueron cerrados con más cuidado que todo lo demás, podría significar algo que el asesino quiere que no sea visto, posiblemente lo lleva consigo durante los ataques, hacer ese tipo de rituales me hace pensar que le pone empeño a lo que hace... Tal vez un reto personal, Leonardo Uris tiene los ojos con más puntadas que las demás victimas, si está mejorando quiere decir que habrá una meta - Las palabras salian de la boca de Spencer con la fluidez y velocidad que lo caracterizaba, su facilidad con las palabras lograba que todo el equipo enfocará la atención en el y aportar un avance cada vez que el opinaba.

-Todo eso pareciera que pone a las víctimas a prueba, quien vea lo que no debe ver será el siguiente en morir, tal vez tratamos con un trauma de la infancia, algo que le enseñaron y era incorrecto hacer - Un hombre de cabello canoso y un muy sutil acento Italiano termino de confirmar la teoría de Reid.

-Pero en ese caso todo se originaria en el primer ataque, sería donde más evidentes estarían los puntos clave, tendríamos que hablar con Lena Uris - La pelinegra más seria de todos fue quien habló esta vez, como siempre ella comprendía de una forma diferente la situación pues su comentario le agrego a la mente de todos el detalle más importante, Lena Uris estaba en estado de shock total, hacerla hablar sería casi imposible, todos hicieron el mismo acto al quedarse callados y mirando al jefe de la unidad buscando las instrucciones que debían seguir.

-Morgan y Rossi a la escena del crimen, Reid hablara con la víctima, los demás investiguen sucesos anteriores parecidos a estos, si lo que el ignoto quiere que no veamos tuvo origen en un trauma quiero saber que causó el trauma, Salimos en 20 - Como siempre la grave y seria voz autoritaria de Aron Hotchner había puesto en orden los pensamientos de todos, al tiempo en que este se levantaba todos se prepararon para el viaje.

Los deberes habían sido repartidos y cada agente estaba planeado como cumplir sus objetivos, poco se sabía lo que les esperaba en ese caso tan diferente, las pruebas eran pocas y la única que los podía ayudar no decía nada.
Spencer se preguntó a sí mismo "¿Como hacer hablar a una chica a la cual acababan de abusar sexualmente solo para ver que su familia había muerto, cuando si el simple hecho de hablar con la mesera de una cafetería lo ponía de los nervios?" Este hiba a ser un caso muy difícil