Capítulo 40
Hoy es el gran día, estoy muy nerviosa y un poco triste porque mi hermana no podrá estar conmigo.
—Quédate quieta —regaña Marina y yo hago una mueca —Si no te quedas quieta no podré terminar con tu maquillaje y Nora con el peinado —suspiro y la puerta se abre.
Por ella entra mi mamá ya cambiada y al verme sonríe.
—Mi niña hermosa, tan frágil y fuerte a la vez, se casa hoy. No puedo creer lo rápido que creció mi bebé más pequeña —dice, hace amago de derramar lágrimas y Nora le da un pañuelo —Gracias.
—Mamá —la voy a abrazar y Marina me detiene.
—No estamos para llorar ahora, necesitamos terminar, ya pronto llega la hora de la boda y no podemos hacer esperar al novio —como siempre digo, mi amiga es la más sutil del mundo.
Terminan con mi cabello y maquillaje y me ayudan a poner el vestido y los tacones. Mi vestido es sencillo pero bonito. En la parte de arriba es strapless y tiene un escote pronunciado en mis senos. Debajo de mis pechos tiene un lazo plateado que se amarra en la parte trasera dejando ver un lindo moño. Mi vientre se nota bastante con este vestido. En la parte de abajo tiene encaje y es suelto, los zapatos son unos tacones plateados, no tan altos. Me veo al espejo y sonrío, el peinado que Nora me hizo es hermoso y el maquillaje de Marina mucho más.
—Hicimos un buen trabajo —dice Marina limpiando sus lágrimas imaginarías y las tres reímos.
Mi papá entra por la puerta y al verme sonríe. Las chicas salen y me dejan sola con él.
—Estás preciosa hija —yo sonrío y lo abrazo.
—Gracias papá —nos separamos y él me mira con cariño.
—No puedo creer que mis tres hijos apenas ayer eran unos niños y ahora, una de mis bebés ya está casada y la más pequeña ya casi se nos casa. Estoy muy orgulloso de ti hija, has pasado por muchas cosas y saliste adelante. Eres una guerrera mi niña —me dice y yo casi lloro.
—Papá, me vas a hacer llorar —él se ríe y me hace reír a mí.
—Te amo hija, disfruta de tu boda y espero que seas muy feliz en tu matrimonio —yo asiento.
—Yo también te amo papá y no dudo que seré muy feliz —acaricia mi mejilla y sonrío.
Salimos de la casa y nos subimos al auto de mi papá que está muy bien decorado. Llegamos a la
iglesia y hay un montón de gente. Miro a mi papá nerviosa y él aprieta mi mano. Nos bajamos del auto y caminamos a la entrada de la iglesia, se empieza a escuchar la marcha nupcial y con una sonrisa entro del brazo de mi padre. Con la otra mano sostengo las flores. Veo a Ezequiel y se ve muy guapo con ese traje gris. Mi papá me entrega a Ezequiel, besa mi mejilla y se va a sentar al lado de mi mamá y mi hermano. Nos ponemos frente al padre y comienza la boda. Nos arrodillamos y mi hermano lee la biblia. Luego Marina y Nora nos ponen el lazo, miro a Ezequiel y sonrío. Los anillos los trae Felipe.
—Yo Ezequiel Harrison, te tomo a ti Claire Walker, para amarte y respetarte por el resto de nuestras vidas, en la salud y la enfermedad, en la felicidad y la tristeza. Te amo —desliza el anillo por mi dedo anular y yo le sonrío.
Tomo el anillo de la cajita que sostiene Felipe y digo.
—Yo Claire Walker, te tomo a ti Ezequiel Harrison para amarte siempre, y estar contigo en la salud y la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza. Por el resto de nuestras vidas, te amo —sonríe y yo deslizo el anillo por su debo.
—Por el poder que me concede la iglesia católica los declaro marido y mujer. Que lo que Dios a unido no lo separe el hombre. Ezequiel, puedes besar a la novia —Ezequiel me mira con un brillo especial en sus ojos.
Me toma de la cintura y yo enrollo mis brazos en su cuello. Se acerca a mí y me besa. Escuchamos los aplausos y yo me río. Ezequiel se agacha y besa mi vientre. Salimos de la iglesia y nos lanzan arroz. Nosotros reímos.
—Beso, beso —gritan todos y les hacemos caso.
Bueno señores, oficialmente soy la esposa de Ezequiel; la señora Harrison.
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