Capítulo 10
—¿Qué edad tienes? —pregunta Ezequiel terminando su plato.
Buena pregunta.
—Tengo 19 años, en unos días cumplo 20 —él asiente.
—Yo tengo 26 recién cumplidos este año —dice.
La verdad me sorprendió un poco, pero traté de ocultarlo.
Meto el último bocado de comida a mi boca.
—¿Pasatiempo favorito? —pregunto y lo miro, se hace el pensativo.
—Hacer ejercicio —responde sonriendo.
—El mio es leer, no me gusta para nada hacer ejercicio, soy un perezoso humano —además mi condición no me deja agotarme mucho.
Él me sonríe.
El mesero llega y se lleva los platos, a los segundos vuelve con el postre.
—¿Cuál es el último libro que has leído? —pregunta y me sonrojo de inmediato al pensarlo.
—50 Sombras de Grey —susurro mirando mi comida y escucho su risa.
Alzo la cabeza y lo miro sonrojada.
—Vaya, quién lo diría —creo que no podré estar más roja —Te ves tan tierna así —sonríe de lado —No te avergüences tanto, yo también me lo leí, aunque ahora estoy leyendo uno de administración.
—Aburrido —digo y él asiente —Descríbete en tres palabras.
—Decidido, valiente y competitivo —sonrío.
—Tímida, soñadora y un poco paranoica —reímos por lo último que digo.
—¿Qué te desagrada de las personas? —pregunta y hago una mueca.
—Que sean hipócritas, las personas así me hierven, las odio. También me desagrada que se crean algo que no son —él me mira fijamente.
—Me desagrada la mentira, el engaño, creo que una persona que haga eso no tiene moral y mucho menos dignidad. También me desagrada que me oculten cosas importantes. Esas tres cosas van de la mano —dice y hago una mueca, tiene razón.
Inmediatamente un sentimiento de culpa se instala en mi pecho.
—Si pudieras tener un súper poder ¿cuál sería? —pregunto.
—El poder para enamorarte —responde mirándome fijamente con una sonrisa y yo me sonrojo.
—A mí me gustaría volar o leer mentes —me toco la sien y cierro los ojos como si lo estuviera haciendolo y escucho su risa.
Sonrío y siento la vibración de mi celular en mi bolsillo, saco mi celular.
Marina 4:50 pm
Claire ¿A qué hora vienes? Tu familia está a punto de venir para acá por el cumpleaños de mi mamá. Apresúrate mujer.
Hago una mueca.
—¿Pasa algo? —pregunta algo ¿preocupado?
—Me tengo que ir —le informo.
Hace una mueca y asiente.
—Mesero, la cuenta —este vuelve y le entrega una hoja a Ezequiel.
Él le da una tarjeta de crédito y cuando el mesero se la regresa salimos de la torre. Nos subimos a su auto.
—Dame la dirección de tu casa —dice arrancando el auto.
—Vamos donde una amiga, allí nos vamos a encontrar —él asiente y lo voy guiando.
En una hora aproximadamente llegamos a la casa de Marina.
—Me divertí mucho hoy Claire, hacía rato que no reía tanto, eres especial —dice mientras acaricia mi mejilla, yo sonrío.
—Yo también me divertí mucho contigo Ezequiel, espero se repita —le guiño un ojo y lo siguiente que hace no me lo esperaba.
Se acerca a mí y cuando pienso que me besará en los labios, lo hace en mi mejilla muy cerca de estos.
—Que tengas buena tarde preciosa —dice al separarse y yo me lo quedo mirando como idiota.
Me despido con una sonrisa, me bajo del auto y el arranca.
—¿¡Que fue eso!? —pregunta una Mariana muy alegre apenas cruzo por el umbral de la puerta.
¿Había estado espiando por la ventana?
—Ahora te cuento —digo.
Voy y felicito a su mamá y luego nos sentamos en un sillón de la sala. Me mira y entiendo que quiere que le cuente todo, suspiro.
—Me llevó a comer en el Needle Space en Sky City —ella me mira sorprendida —yo también quedé
así.
Ella silva.
—Al parecer tu pretendiente tiene dinero. Solo con ver ese auto tan elegante que se manda, yo quiero uno —lloriquea y me burlo.
—Bueno, allí almorzamos y nos conocimos un poco, me divertí mucho. ¿Puedes creer que tiene la edad de mi hermana? —le cuento y ella abre los ojos sorprendida.
—Te lleva 6 años Claire —me encojo de hombros.
—No me importa, él es hermoso y me divertí mucho hoy. Además, me besó cerca de los labios, creo que eso fue lo que viste —digo sonrojada y ella pega un grito.
—¿Todo bien ahí? —pregunta su padre asomándose y ella asiente.
Su padre nos da una mirada sospechosa, la cual nosotras respondemos con una sonrisa y él vuele a lo suyo.
—¡Dios! Que romántico —suspira con exageración y me río.
—Sí, me alegro de haber ido a ese antro.
— Ezequiel te gusta, lo veo en tus ojos y esa sonrisa de idiota que tienes lo demuestra aún más —dice y yo me sonrojo, le doy con un cojín, a lo que ella ríe.
En ese momento tocan el timbre y veo entrar por la puerta a mi familia, Marina al ver a mi hermano pone cara de idiota y se sienta mejor en el sofá, está sonrojada. Issac le guiña el ojo sonriendo y ella le sonríe tímida. La miro alzando una ceja y me hace un ademán de "Luego te cuento", asiento.
Issac llega a su lado y yo me voy con Hazel.
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