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💛Capítulo 66

Finalmente el día había llegado así de rápido y ahora toda la Mansión Kim lucia muy ruidosa y llena de personas. El jardín había sido decorado muy elegante por todos lados.

Pero a Jimin no le interesaba en lo más mínimo si la decoración estaba bien, si había comida suficiente o si el Disck  Jockey había llegado ya o los invitados estaban presentes. Él sólo necesitaba a Yoongi y a él juntos frente al sacerdote y nada más.

Lucia muy lindo en aquel traje color vino oscuro y su cabello rosa que caía rebelde por todos lados y  le daba un aire de chico malo y una mirada bastante sensual.

     —¿Te gusta Jimin? —Preguntó Taehyung mitandolo fijamente.

     —¿Es necesario el maquillaje Kim?

     —Te realza las facciones, creo que debes colocarle más iluminador aquí en este lado. —Corrigió Taehyung a la maquillista que estaba a cargo de Jimin.

La mujer asintió y comenzó a arreglar el maquillaje.

     —Ahora está perfecto. —Añadio Taehyung radiante de felicidad.

Jimin volvió a mirarse al espejo y sonrió por primera vez.

No se reconocía para nada.

Se veía más maduro, más grande, aquellas facciones de se acentuaban mucho más y el traje se adheria a su figura estilizada a la perfección. Ni rastro del viejo Jimin.

Sonrió nuevamente para si.

     —Creo que estás listo y allá abajo todo está listo también.  —Anunció Taehyung.

Él asintió.

La puerta de su habitación se abrió y por ella entró una cabellerita rubia corriendo hacia él. El pequeño se quedó parado viendo a su padre con la boquita abierta.

     —¿Dosita? —Preguntó acercándose.

Jimin asintió sin esconder la sonrisa.

     —Si pequeño Kai, soy yo.

     —Te ves muy bonito papito Dosita, papá Yoonie también está muy guapo.

Jimin tomó la mano de Kai y juntos caminaron hacia la puerta.

Taehyung se había adelantado para anunciar que el novio estaba listo ya.

     —¿Lo viste ya? —Indagó Jimin sin soltar de la mano a su pequeño hijo.

     —Shi me dijo que viniela a ver a papá Dosita porque quiere casarse ya. —Kai encogió sus hombros, él no entendía las prisas de los adultos por celebrar esa fiesta que su abuelo Nam,  su abuelo Jin y Mino habían organizado. —¿Por qué se quieren casar papito?

Jimin suspiró, su pequeño estaba aún muy bebé para entender las cosas sobre el amor.

     —Un día entenderás pequeño, algun día.

Kai negó.

     —Nop, yo no me voy a casar nunca papito.

     —Nunca digas nunca amor, los nincas siempre llegan cuando menos lo esperas.

Jimin lo sabía muy bien, él creyó jamás volver a amar a nadie y lo gracioso es que nunca dejó de sentir amor solamente lo escondió muy al fondo de su corazón.

Kai sonrió sin comprender a su papá y llegaron hasta la escalera, ambos bajaron de la mano hasta llegar al rellano a reunirse con Taehyung.

     —¿Listo Jimin? Yoongi Hyung está ya ahí esperando. Dime y aviso para la marcha nupcial.

Jimin arrugó la nariz.

     —¿Es necesario todo eso Kim? Yo lo veo tan... trivial.

     —Es muy necesario Jimin Hyung,  solo una vez te casas en la vida...—Taehyung se quedó analizando sus palabras cuando vio a Jimin levantar una ceja. —Está bien, solo una vez te casas con la verdadera ilusión así que es necesario.  Vamos Jimin Hyung Yoongi te espera ansioso.

Jimin asintió y la marcha comenzó justo a tiempo cuando Mino llegaba corriendo a su lado a tomarlo del brazo.

Pero...

     —¡Yo también soy su padre merezco entregar al novio!

     —Tú eres el sustituto Kim, Jimin es mi hijo un  Park y yo lo voy a entregar hoy.

Namjoon tomó a Jimin del otro brazo y ambos jalonearon hacia un lado y hacia el otro.

Jimin soltó un enorme suspiro y cerró sus ojos antes de explotar, no quería arruinar el maquillaje.

     —¿Podrían comportarse como dos adultos racionales y entregarme quien jodidos sea pero ya? —Habló susurrado que ambos padres se asustaron.

     —Te entregaremos los dos. —Finalizó Mino y Namjoon estuvo de acuerdo.

Era la primera vez que se ponian de acuerdo en algo.

Jimin asintió satisfecho porque por fin podría ir a casarse.

Ambos padres tomaron a Jimin del brazo nuevamente y al comenzar la marcha empezaron a caminar por el camino de rosas rojas hasta el altar.

Aunque no lo demostraba el peli-rosa estaba nervioso un poco ansioso por su boda.

Esto era algo que Jimin no se imaginaba que iba a ocurrir ni en el más remoto de sus sueños, porque él había pensado o se había grabado en su cerebro en cada neurona que la felicidad no era para él, el amor no era para una persona como él, que las cosas buenas no le pasaban a él porque vivió con ese estigma que le marcó mucho su alma y su corazón.

Quizá el ser feliz no le tocaba, pero estaba tan equivocado porque la vida le devolvía mucho de lo que le fue arrebatado con crueldad.

De ahora en adelante debía enfocarse en ser feliz y en aprovechar cada una de las cosas buenas que recibía.

Ahora ahí adelante en el altar esperaba aquel Joven de sonrisa bonita que conoció en el instituto,  ya ahora  convertido en  todo un hombre elegante y muy atractivo, lindo,  caballeroso y protector del cual se había enamorado perdidamente y al cual había perdido y gracias a la vida encontró de nuevo y a su lado ese pequeño rubio por el cuál había sufrido por muchos años y que la vida también le había devuelto.

Por ellos se volvió fuerte, por ellos peleó y luchó y por ellos sería ahora el doncel más feliz del mundo. 

No pudo evitar esa sonrisa que ahora adornaba su rostro mientras caminaba hacia él, hacia Yoongi que lo veía como si fuera la cosa más maravillosa sobre la faz de la tierra.

A su lado orgullosos iban Kim Namjoon su padre adoptivo y  Park Song Min-Ho a entregarlo al que sería su nuevo guardián y protector de por vida.

La marcha nupcial llegó a su fin cuando Jimin estuvo a la altura de Min Yoongi y Kai.

El pequeño tenia razón, Yoongi lucia tan apuesto con un traje gris y su cabello negro.

Ambos cruzaron miradas y no fue imposible para Yoongi volverse a enamorar de Jimin, soltó un suave suspiro porque había estado ansioso, había esperado ese día desde hacía mucho.  Siempre había soñado con hacer a Park Jimin algo más profundo que su novio, algo más allá de una simple relación.

Estaba seguro de que jamás iba  a dejar de sentir todas aquellas sensaciones que tenía tenía verlo.

El pequeño Kai fue quien tomó la mano de su padre Yoongi y de su papi Rosita y las unió.

Fue un momento tan único y lleno de ternura  que todo aquel que estaba presente decidió guardar en sus corazones la linda imagen del pequeño uniendo a sus padres.

Y es que al final Yoonmin Kai fue quien había  logrado unir de alguna manera a sus padres de nuevo.

Yoongi le dedicó a Jimin una mirada que decía todo, lo mucho que lo amaba y añoraba a su lado para él resto de la vida y Jimin le sonrió coqueto.

Jimin se veía tan radiante, nunca lo había visto así Yoongi. 

     —Cuídalo con tu vida Min o te juro que no lo vas a contar. —Susurró Mino mirando a Yoongi fingiendo una amplia sonrisa.

     —Consideralo una amenaza doble Yoongi.  —Fue el turno de susurrar de Namjoon también con una enorme sonrisa.

Yoongi asintió teniendo una vaga sensación de que ambos padres le apuntaban al cuello con sus armas.

     —Lo haré porque Jimin es mi vida misma. —Fue su respuesta.

Después de ello ambos se alejaron de ahí dejando solo a la pareja llevándose a Kai.

     —Buenas tardes a todos los presentes en esta ocasión tan especial. —Comenzó hablando el sacerdote. 

Todos comenzaron a prestar atención en lo que él hombre iba diciendo durante la ceremonia aunque Yoongi y Jimin ni tenían ojos para nadie más que solo para ellos.

     —¿Tienen los anillos que los unirán como esposos? —Preguntó finalmente el sacerdote después de minutos y minutos de palabras.

Kai fue quien se levantó llevando una hermosa caja de plata que entregó al hombre.

Él la abrió y Jimin tomó uno y Yoongi el otro. Eran dos aros de oro puro crispado en diamantes y con las iniciales J&Y en cada uno formado con pequeños Diamantes diminutos.

     —Bien, Joven Min ¿Quieres decir tus votos?

Yoongi asintió tomando ambas manos de Jimin y le sonrió calidamente acariciando con sus dedos las manos del pelirosita.

     —Park Jimin, Te amo tanto  prometo hacerlo siempre en esta vida y en la otra si es que existe, seré siempre sincero, respetuoso contigo, en realidad no necesito grandes cosas para decirte cuanto te amo y lo feliz que me haces, solo necesito que estés a mi lado siempre para hacerte feliz a ti y a nuestro hijo, esa es la prioridad.

Yoongi colocó el anillo en el dedo anular de Jimin sin dejar de verle a esos ojos almendras que relucían más en ese momento.

     —Jiminnie te prometo que en esta vida que nos espera juntos estaré siempre a tu lado, siempre, cada vez que me necesites ahí estaré, Te amaré siempre hasta cuando  estés cansado o histérico con ganas de volarme en pedazos.

Jimin soltó una risita divertido al oír a Yoongi.

     —Te prometo que nunca dejaré de admirarte, porque nunca dejaré de aprender de ti ni de estar orgulloso de la persona que eres. Estaré siempre a tu lado cariño lo prometo, también prometo algún día ganarme al señor Park.

Jimin y varios de los presentes soltaron en risitas discretas mientras que Mino ponía sus ojos en blanco.

     —Eso jamás pasará. —Se oyó el Susurro del señor Park hacia Zico quien sonreía por lo bajo.

Ahora era el turno de Jimin de decir sus votos y colocar el anillo de Yoongi así que lo tomó y lo rodó en sus dedos antes de tomar de nuevo la mano de Yoongi y colocarlo.

     —Yoongi,  mi Yoongi... Y-yo... yo prometo no ser tan exigente contigo y no dormirme cuando pongas tus aburridas películas. Prometo aguantar tus extraños gusto musicales cuando vayamos en el coche y no te obligare a apagarlo.

Ahora fue turno de Yoongi de reír ante las palabras de su chico.

     —Prometo ver esas obras de teatro  que tanto te gustan y yo odio porque me dan dolor de cabeza,  Prometo aprender a cocinar y no quemar el desayuno.  Prometo no desesperarme y enfadarme cuando no pares de roncar en toda la noche.

     —Yo no ronco Jiminie...

     —Ronroneas como gato.

Las risas cada vez se volvían más fuertes entre los invitados.

     —Prometo saltarme la dieta una vez a la semana para ir a tu restaurante favorito,Prometo no enfadarme si haces alguna estupidez... bueno solo un poco.

Yoongi sonrió negando con la cabeza.

     —Pero sobre todo Yoonie, prometo amarte toda la vida, ya lo hago y lo he hecho desde que te conocí, jamás dejé de amarte y jamás lo haré porque en toda mi vida nunca he sido más feliz como ahora mismo  lo soy contigo. Te amo tanto Min Yoongi.

Finalmente Jimin terminó de decir sus votos y Yoongi le tomó una mano para besar suavemente su dorso.

     —Muy bien, ¿Si hay alguien que se oponga a esta boda por alguna circunstancia que hable ahora o calle para siempre.

Todos ahí contuvieron la respiración cuando Park Jimin volteó a verlos a todos una clara mirada de advertencia. 

Él les había dicho antes que había colocado dinamita debajo de sus sillas por si alguien decidía Interrumpir su boda.

     —Entonces sólo me queda declararlos Esposos Min Jimin y Min Yoongi.

Kai sonrió mientras abrazaba a sus padres, Jimin y Yoongi lo levantaron para poder abrazarlo y finalmente se dieron un beso suave y lleno de mucho amor. Kai se llevó ambas manitas a sus ojos apenado y con sus mejillas rojitas.

La fiesta estaba muy animada, por allá suponía ver a Taehyung bailar con Jungkook mientras que Hoseok los animaba.

Mino y Zico también bailaban cargando en sus brazos a Kai.

Todos estaban felices incluso Frank quien había encontró buena pareja de baile con la ama de llaves de Namjoon.


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Un día entero de viaje para su luna de miel y Jimin estaba tan feliz como niño pequeño paseando de la mano de Yoongi en su destino lunamielero:

Marruecos, el país de los mil contrastes.

Era un lugar lleno de magia y mucha diversión, ambos estaban contentos y ansiosos  de conocer costumbres distintas, con una nueva cultura milenaria, llena de historia y tradición; enriquecida por la amabilidad y hospitalidad de sus habitantes y sin duda estaban haciendo de su luna de miel un viaje memorable.

Ya habían paseado por las  grandes ciudades imperiales como Marrakech, Fez, Meknes o Rabat.

También tenían destino hacia las  hermosas playas de arena fina y enigmáticas dunas en el desierto.

Todo sin duda era divertido pero Jimin era Jimin... mejor dicho Kitty era Kitty y jamas dejaría de ser Kitty:

     —¿No prefieres que vayamos a otro restaurante bebé?

Jimin negó, a pesar de que el mesero no dejaba de ver a Yoongi desde que llegaron Jimin no se iría sin hacer de las suyas ahí.

     —¿Ya pensaron que van a pedir? —Preguntó el mesero en general pero sin despegar la vista de Yoongi ni dejar de sonreirle.

Jimin quien miraba sin pestañear al mesero tomó el cuchillo y jugó con él entre sus dedos.

     —Si, yo quiero mesero resbaloso hervido en salsa agridulce. —Sonrió mirándolo fijamente sin dejar de darle vueltas al cuchillo y luego enterrarlo con fuerza sobre la superficie de la mesa.

Yoongi apretó sus labios para no reír porque el mesero se había quedado pálido.

     —Dos platos de  cuscús y un Tajín y también un Kefta por favor. —Pidió Yoongi.

El mesero se fue corriendo sin apuntar el pedido si quiera.

     —Eres tan cruel Jiminie. —Dijo cuando estaban solos de nuevo.

Jimin solamente sonrió satisfecho porque quien venía ahora con el pedido de ambos no era el mismo mesero si no una chica quien solamente se limitó a servir,  sonreírle a ambos y hacer una pequeña reverencia y retirarse.

     —¿Ves Yoonie? La diferencia es que unos tienen modales y respeto y otros no. Los que no,  merecen una lección.

     —Es verdad amor creo que después de esto que le has dicho no volverá a comportarse así con nadie.

Yoongi le guiñó un ojo y ambos comenzaron a comer.

A pesar del rato incómodo la comida estuvo deliciosa, el Kefta era carne picada aderezada con piñones, cebolla, ajo, perejil, pimentón picante, cominos y aceite de oliva y fue lo que más les gustó a ambos.

Después de la cena y pasear nuevamente por la cuidad de Fez bellamente iluminada los recién casados volvieron al hotel donde se hospedaban que tenía una vista maravillosa cerca de la playa.

En lo que Yoongi se terminaba de dar la ducha Jimin se comía las uñas pensando si usar el conjunto rosa que Taehyung le había obsequiado y que había obligado prácticamente a meter en su maleta de viaje y Jimin había terminado accediendo para que el chico dejase de insistir.

     —¿Le gustará? —Murmuró para sí.

La puerta del baño se abrió y Jimin pegó un brinco escondiendo el conjunto detrás de sí.

     —¿Jiminie? ¿Qué haces ahí bebé?

El menor estaba con sus mejillas rojas   y no era capaz de levantarse no quería que Yoongi descubriera lo que escondía.

     —Nada, esperaba que tu salieras.

Yoongi se acercó más y Jimin debió pasar saliva pesadamente ya que la visión de su esposo escurriendo agua por su torso desnudo envuelto en toalla y el cabello mojado le secaba la garganta, le daba sed por alguna razón y no quería beber agua precisamente de la botella.

     —¿Escondes algo amor? Me pareció extraño que no hayas querido ducharte conmigo.  —Yoongi elevó una ceja.

     —Es que ummm, ¡Oh mira ya es tarde!

El pelirosa se levantó y metió el conjunto rosa dentro de la toalla cuando señaló el reloj de la pared y Yoongi volteó a verlo.

Cuando Yoongi regresó la vista hacia Jimin éste ya se había puesto de pie.

     —Son las ocho cariño, pero si ve a la ducha o se hará tarde para demostrarte sobre esa cama cuanto anhelo hacerte mío ahora mismo.

Jimin abrió sus ojos de par en par, solía volverse tan tímido cuando Yoongi se soltaba y le hablaba así tan directo porque hasta la voz le cambiaba de alguna manera se le volvía más gruesa y profunda.

No perdió tiempo en salir corriendo con sus mejillas pintadas de rojo hacia el baño y Yoongi soltó una risa dejándose caer a la cama aún envuelto solamente en la toalla, total más tarde debía quitársela y la ropa estaría de más.

Mientras tanto Jimin se mojaba toda su piel y llenaba de jabón con aroma de almendra su cuerpo, también se colocó el shampú y se enjabonó muy bien sintiendo relajarse.

Cuando hubo acabado se quitó todos los restos del jabón y jadeó al sentir el agua relajar sus músculos.

Al salir se secó muy bien y miró aún nervioso el conjunto rosa.

¿Por qué estaba tan tímido? Si usar eso no era más difícil que disparar una Glock ultra o explotar un edificio. 

¡Vamos, era Kitty Gang! El chico que todo lo puede hacer.

Suspiró después de darse el valor suficiente y decidido a regalarle a Yoongi una inolvidable noche de luna de miel se colocó el conjunto.

Le quedaba muy bien y bastante sensual así que más animado pensó en como sorprender a Yoongi y tuvo una idea excelente.

Seguro Yoongi se iba de espaldas al verlo.

Sonrió para sí mismo maquinando su nuevo plan malvado: Engatusar al gato.













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