Aquel hombre con la enorme cicatriz en el rostro miraba con asco y poco de desconcierto a la figura femenina que tenía frente a él.

No parecía un humano.

    —¿En que te has convertido Solar? No eres la sombra de lo que eras. ¿Dime quién te hizo esto?

La mujer que acababa de ser arrojada como una bolsa de basura frente a aquel lugar tembló.

Como Jimin había dicho le hizo viajar a Rusia, Los hombres de Kim Namjoon allá lo tenían todo arreglado. Las instrucciones que dio fueron claras.

Una parte de su venganza se consumaria ese día.

Estaba tan delgada que no parecía una persona, su cabello tan delgado y escaso que se le veía el cuero cabelludo aparte de que lo llevaba enmarañado y sucio. Las uñas largas y sucias al igual que su ropa.

Sus ojos tan opacos y ya no tenía pestañas porque se las arrancaba para comerlas al igual que el cabello por la falta de alimento que llevo en aquel lugar y varios de sus dientes se habían caído.

     —É-él es un monstruo.  —Respondió.

Alexey la veía ahí frente a él y no podía creer que sus ojos estuvieran viendo eso.

     —¿Quién es él? —Preguntó aún con la duda instalada en su rostro áspero.

     —P-park  Jimin.

Alexey observo a Dimitry sin entender a la mujer.

     —¿Te refieres a Jay?

Ella asintió con su cuerpo temblando de pies a cabeza.

     —Creo que está loca. —Añadió Dimitry.

     —Seguro lo está, llévala adentro y que se asee o apestará todo el lugar. ¿Qué demonios le habrá pasado para que esté así? ¿Y por qué menciona al chico aquel? Está bien muerto.

Solar negó, no ella no estaba loca.

Jaló su cabello o lo poco que quedaba y se lo llevó a la boca para arrancar un poco.

No, ella no estaba loca.

Él estaba vivo  y era un demonio.

     —¡Si! ¡Eso es él! ¡Un demonio encarnado! Jimin, Park Jimin es un demonio.

Los gritos de Solar alertaron a los demás que estaban en el lugar en especial a Lisa.

     —¡Dijo Jimin?

Jisso asintió, su mirada también estaba llena de confusión completamente. 

     —Cállate Solar me vas a asustar a todo el personal. ¡Dimitry date prisa llévala al cuarto de aseo de Lisa y que la ayude.

     —Mi cuarto de aseo esta mal ¿No lo recuerdas? Te dije esta mañana que no cae agua.

Alexey Gruñó molesto y luego miró a Dominique que estaba detrás de la barra.

     —Llévala a donde Dominique y que ella ayude a asearla.

     —¿No sería más fácil dejarla a la calle y que se muera? No le queda mucho de cordura al parecer. Acabará volviéndose loca totalmente.

     —Sería lo mejor pero prefiero aprovechar la situación,  le sacaré su firma, la haré darme todas sus posesiones allá en Corea. Me haré rico. —Alexey soltó una risa diabólica que contagió a Dimitry.

Luego le hizo una seña a Dominique para que se acercara.

     —Llévala al cuarto de aseo de tu habitación y duchala.

     —¿Por qué yo? ¡qué lo haga Lisa o Jisso.  —Se quejó haciendo mala cara cuando se acercó.

     —Porque lo ordeno yo. ¡Hazlo ya!

Ella no tuvo más remedio que empujar a la mujer hasta su habitación en el cuarto de baño.

     —Dios que asco, apestarás mi habitación. 

     —No te servirá más. —Respondió Solar con una leve sonrisa en sus labios. 

Dominique no le prestó importancia y se ocupó de sacarle el enorme abrigo que Solar llevaba puesto encima.

Sus ojos se abrieron cuando vio lo que ella llevaba sobre la ropa, atado fuertemente a su pecho.  Un chaleco bomba con un cronómetro que iba marcando los números. 

     —¿Q-que mierda?

Solar comenzó a reír y se aferró a los brazos de Dominique, no la quería soltar a pesar de los esfuerzos de la chica por hacerlo.

     —!Suéltame! ¡AYUDA!

En ese instante entró Dimitry y se fijó en la escena que tenía frente a él.

     —¡Maldición!

     —Papel y lápiz. —Pidió Solar.

Dimitry reaccionó rápido y salió de la habitación,  en la mesa que limpiaba Lisa había papel y encontró un bolígrafo sobre la barra.

     —¿Qué quieres maldita? —Preguntó llegando de nuevo a la habitación de Dominique atrás del prostíbulo.

     —Sólo apunta lo siguiente.

Solar le dictó a Dimitry lo que debía escribir. Y luego sacó una nota de su bolsillo y se la entregó.

     —¿Esto que es? —Preguntó desconcertado otra vez.

     —Es de él, del monstruo... El monstruo que yo cree. —Ella comenzó a Reír. —Es toda una obra maestra, astuto, malicioso... tan bella obra maestra. Me alcanzó con sus garras y vendrá por ustedes pronto.

Sujetó con más fuerza a Dominique.

     —Dijo que me llevara a la bonita de cabellos rojos.

Dimitry retrocedió varios pasos.

     —El reloj marcará las 11:30... dijo que lo iban a recordar, 11:30, 11:30, 11:30

El cronómetro marcaba diez minutos con veinte segundos.

     —¡Maldición!

Dimitry decidió que debía irse.

Se alejó y cerró la puerta con seguro a pesar de los gritos de Dominique adentro por que la dejase salir.

Corrió lo más que pudo alertando a los demás.

     —¡Abajo todos!

No le dio tiempo de nada más porque la habitación de Dominique explotó en pedazos.

El humo rápidamente invadió el lugar y el fuego comenzó a expandirse.

     —¡Apaguen el fuego! —Gritó Dimitry.

Alexey salió de su oficina y vio gran parte de los dormitorios y del bar hechos trizas.

     —¿Qué demonios fue eso? —Preguntó mirando como los demás corrían con los extinguidores para apagar las llamas.

     —¿Jisso?

     —¡Aquí estoy Lis!

Dimitry apartó con brusquedad a las dos chicas que se abrazaban una a la otra frente  él.

     —Fue Jay, Alexey firma en esta nota.

Alexey arrancó de las manos de Dimitry la hoja de papel que tenia y leyó. Sus ojos se agrandaron por completo.

"11:30 de un viernes por la noche me arrancaron una parte de mi. Un inocente que dio su vida por la mía y la de mi hijo... ahora me llevaré dos, pero los siguientes serán ustedes.

Con sus mejores deseos: Jay"

Alexey arrugó la hoja de papel y la lanzó al piso.

     —¡Está vivo...! ¡Ese infeliz esta vivo!

     —Y nos viene a dar caza. —Añadió Dimitry.

Lisa y Jisso se miraron entre sí, asombradas y asustadas. Luego sonrieron por lo bajo soltando finas lágrimas.

     —Vive Lis, él vive.

Las dos volvieron a abrazarse, tenían la posibilidad de volver a ver a su amigo Jimin. Y quizá, él podría sacarlas de ahí.

     —También me dio esto antes de que la bomba explotara.

Dimitry le entregó la nota que Solar le había dictado, y volvió a leer.

"Haz llegar esta nota a Lee Kun-Hee" rezaba el último párrafo.

Interesante,  totalmente interesante. 

Podía sacar beneficio de eso también ya que no pudo de solar. Lee Kun-Hee era un pez más gordo.

     —¿Quedó algo? —Preguntó a su hombre al lado.

Este negó.

     —No entres, hay que limpiar ellas quedaron esparcidas por todo el lugar. 

Alexey lo ignoró y se acercó a donde estaban los escombros y dio una rápida mirada.

Volvió sus pasos y no pudo evitar volver el desayuno de esa mañana sobre el piso destrozado de gran parte del prostíbulo.

     —Limpien todo y guarde las evidencias antes de que venga la policía. —Ordenó a todos ahí.

     —¿Y que haremos con eso?

Dimitry señaló la nota que Alexey tenía en su poder.

     —Vamos a enviarla a su receptor por supuesto, vamos a darle las buenas nuevas. —Soltó luego de una carcajada.

Él conocía mucho a Solar y era obvio que no se iría sin hacer de las suyas.

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Yoongi sostenía un papel en sus manos mantenía en ceño fruncido mientras leía y releia.

     —No. —Murmuró. —No me apetece recamar nada. Eso no me pertenece realmente.

Seokjin suspiró, ya lo sabia de antemano.

     —Tienes razón,  es del verdadero hijo de Solar pero no hay cláusula que diga que puedes  negarte, es tuyo.

Yoongi arrojó la hoja sobre otro montón de hojas en pila sobre su escritorio.

     —¿No hay? Y si me hago la prueba...

     —No Yoongi,  no te conviene. Si se entera esa familia que no eres hijo de Solar podrán investigarte y enterarse de quien eres hijo en realidad.

Yoongi mordió su labio, era verdad eso también. 

     —Yo no quería que supieras quien era él pero como lo has descubierto tu sólo ahora no puedo hacer  nada, solo evitar que vayas a buscarlo.

El pelinegro sonrió de lado.

     —No Yoongi,  aún no... espera más tiempo.  Aún estás muy joven.

     —Y aún así me uní a una organización criminal muy poderosa, aún  así fui a dejar un cargamento de misiles a Ucrania. ¿Soy débil papá?

Seokjin negó.

     —Por supuesto que no hijo, no lo eres es solo que... —Seokjin soltó un suspiro cansado. —Es solo que te crié con la esperanza de que un día serias lo suficientemente fuerte para vengar la muerte de Han... pero ahora, tienes una vida hecha, un hijo y Jimin y tú se están uniendo de nuevo... estas reconstruyendo tu familia y no quiero que por ir hacia ellos pierdas lo que has logrado. La venganza puede esperar. 

Yoongi apartó la vista de su padre, esos ojos grises como los suyos y los de su madre lo conocían muy bien.

Yoongi ansiaba la venganza y Jin su seguridad.

¿Qué iba a hacer?

     —Voy a recibir esas dos herencias.  Una será para Kai y la otra la daré a un par de instituciones que necesiten ayuda. ¿Estás Bien con eso? —Preguntó.

Sus "abuelos" paternos acababan de fallecer así que le había llegado la notificación sobre las dos herencias del que era beneficiario.

Jin asintió satisfecho.

     —Por cierto ¿Has sabido algo de Solar?

Yoongi asintió.

     —La última vez que la vi estaba en la habitación de tortura de la Mansión Kim.

Seokjin cruzó una pierna sobre la otra.

     —¿No sientes lástima por ella? —Indagó su padre mirándole por encima del periódico.

     —No, en absoluto.

     —Mmm es mejor, siento que me quite al fin la máscara que traía por años. Me siento bien. —Comentó Jin.

Yoongi le miró y asintió.

     —Que pague lo que tenga que pagar padre.

Se levantó y se arregló la corbata y su fino traje.

     —¿A donde iras?

     —Yo...

Extrañamente las mejillas de Yoongi se tornaron rosa.

Jin Alzó una ceja analizando el lenguaje corporal de su hijo.

     —¿Es Jimin?

Yoongi asintió.

     —Yo lo invité a una cena, no es una cita... yo sólo... es una cena.

Seokjin sonrió dejando el periódico sobre el escritorio.

     —No te juzgaré, estas recuperando el tiempo que no pudiste darle antes. Llévalo a citas, a cenar, al cine, a caminar por el parque, a bailar... sean una pareja normal.  Una que debieron ser desde jóvenes.  Recuperen su vida, su amor, la pasión por la vida. Aún hay mucho por hacer y no sabemos si un día estamos y al otro no. No te avergüences hijo. Solo sé tú y ama como quieras amar. ¿Entiendes?

Yoongi asintió, era la primera vez que Jin le hablaba así de esa manera.

     —Gracias papá. 

Jin le dio unos  golpecitos en el hombro y Yoongi salió de su oficina.

Cuando llegó al estacionamiento se detuvo porque la figura femenina que caminaba hacia él le sonrió.

    —¡Yoongi!

Él se llevó las manos a sus bolsillos y sonrió también.

     —Irene, que milagro.

     —Vine a decirte que me voy de viaje, ya no soporto a mi padre y su enojo por que te dejé ir. Según él,  dejé ir una oportunidad millonaria. —La chica se encogió de hombros y se acomodó el cabello. —En fin, solo vine a despedirme y a desearte lo mejor con el chico Rosita,  extrañaré a Kai y dale un beso de mi parte ah y por cierto  Ten.

Ella le entrego a Yoongi una caja de regalo, era la misma que Jimin había llevado el "día de su boda"

Yoongi la tomó y la abrió y en cuanto quitó la tapa saltó al aire una bandera roja con un dibujo de una bomba y la palabra "Boom".

Sonrió, Kitty y su manía con las bombas.

     —Gracias por tu ayuda Irene te debo mucho. Gracias por comprender al final que no podía darte migajas de amor porque mereces más que eso. Ten buen viaje.

Ella sonrió y asintió para después abrazarlo y alejarse.

Amaba a Yoongi pero también amaba verlo feliz y eso era suficiente para ella.

Yoongi se metió a su auto,  había quedado en ir por Jimin a las siete a la Mansión Kim donde por cierto,  estaba Kai de vacaciones.

En poco tiempo llegó a la Mansión se bajó para entrar pero la puerta de la entrada se abrió y vio salir a Jimin.  Iba muy guapo con un pantalón color crema ajustado y un cardigan negro se veía lindo así.

     —Hola Yoon. —Saludó.

Tenia en sus labios un suave brillo y algo de rubor  al parecer se había tratado de arreglar para la cena —Cita— con Yoongi.

     —Hola bonito, estas muy guapo esta noche. 

Jimin negó y rodó los ojos pero era obvio que se había puesto nervioso.

     —Lo mismo digo de ti. —Respondió.

Yoongi se apresuró a abrir la puerta del acompañante para él y Jimin subió.

Cuando Yoongi tomó asiento se hizo a un lado para alcanzarlo y dejarle un beso fugaz en los labios. 

     —Gracias por aceptar mi invitación. 

     —Mmm es que no tenía algo más importante que hacer.

Yoongi río por lo bajo y comenzó a conducir.

Su idea inicial era llevarlo a cenar a su restaurante favorito, pero mejor opto por ir a un lugar nuevo para ambos.

     —¿Te gusta la comida Italiana? —Preguntó.

     —No lo sé seria  la primera vez que la pruebo.

Yoongi asintió.

¿Por qué se sentía tan  nervioso?

     —Te encantará ya veras.

Yoongi los llevó entonces al nuevo restaurante Italiano que recien habían inaugurado en la Torre N Seoul. Sería una noche muy especial porque sería su primera cita oficial después de cuatro años.