💛Capítulo 33
Eran las 5 de la mañana y su casa estaba en completo silencio, más del normal. La Mansión Min siempre tan lúgubre ahora parecía más sumida entre las sombras.
La servidumbre en silencio hacia sus respectivos trabajos pero no estaban las constantes órdenes que Min Solar les hacia desde iniciado el día.
Yoongi había vuelto hacia solo un par de horas a casa después de arreglar un asunto importante y había buscado a su padre Jin pero no había señales de él.
Ahora estaba en su habitación tendido en su cama, dormitando un poco pues no había dormido nada pero mucha cosas que revoloteaban en su cabeza impedían que pudiera hacerlo. En tan solo un día habían pasado tantas cosas; la fiesta de su hijo interrumpida por el propio Park Jimin o Kitty Gang mejor dicho y luego su secuestro.
Su ex novio Park Jimin vivo, no muerto como le había hecho creer ¿su madre? Porque ahora hasta de eso dudaba. Además de eso, ¿Qué mierda pretendía el señor Bae con llevarse a su hijo? ¿Era acaso alguna especie de venganza por lo de Irene? ¿Por qué? No tenía ningún sentido todo eso. De lo único que no tenía duda era de que si a Kitty no se le hubiese metido en la cabeza ir a la mansion Min ese día, quizá la historia con su pequeño Kai fuera otra.
El actuar rápido de Jimin y los demás Kim fue lo que salvo a Kai. No quería admitirlo pero gracias a ellos su hijo estaba a salvo. ¿Porque lo estaba verdad? ¿Había hecho bien en dejar a Kai sólo allá en la Casa Kim? ¿Habia hecho lo correcto al dejar a Kai con Kitty Gang?
Jimin era su padre de eso estaba consciente pero aún Cabía la posibilidad de que quisiera quitárselo y llevárselo lejos. ¿Haría eso? ¿Le iba a quitar a su hijo? Jimin estaba en todo su derecho. Después de haber escuchado de su boca todo lo que le tocó vivir por culpa de ellos —Y Se incluía a él porque de alguna manera se sentía culpable— entendía que Jimin los odiara y quisiera llevárse a Kai de su lado pero eso no quería decir que iba a soportarlo.
Kai era su vida, su mundo porque llegó a él en el momento indicado, cuando sentía su mundo derrumbarse de nuevo, cuando creyó que Park Jimin estaba muerto su hijo fue aquel salvavidas para él cuando estaba a la deriva. Por él tuvo que levantarse de los escombros y buscar fuerza de donde no las había.
Por Kai.
Los segundos eran interminables y el tic tac del reloj de mesa le taladraba la cabeza. Se sentó en la cama y lo tomó para arrojarlo con fuerza contra el piso convirtiéndolos en añicos.
Molesto se metió a la ducha para poder limpiarse y despejarse de tantas cosas que le daban vuelta en la cabeza.
Al salir tuvo la intención de bajar, debía ir por Kai para llevarlo al jardín infantil así que tomó un bolso y metió ahí la ropa limpia de su pequeño.
Cuando iba para el garaje unas pisadas lentas detuvieron su andar y por la puerta lo vio entrar, con su semblante decaído, su aura mala y su rostro extraño ¿Había estado llorando a caso? Porque tenía los ojos totalmente pequeños e hinchados.
—¿Papá?
Aquello hizo a Jin dar un respingo buscando en dirección a la voz de Yoongi y sorprendiendose de nuevo.
Pero no solo él era el sorprendido también Yoongi que veía a su padre llegar a casa a esa hora y en ese estado.
—¿En donde estuviste? ¿Por qué vienes llegando? ¿Estás Bien? Traes mala cara.
Lo había estado esperando toda la noche, quería hablar con él respecto a todo lo que se había enterado de la mujer que creía su madre.
—Yoongi... hijo.
Su voz trémula iba cargada de tanto dolor y tanto peso que le costaba articular las palabras. Cada una de las letras del nombre de Yoongi iban llenas de una carga emocional que lo estaba agotando, tanto que le quebraba.
Las cargas emocionales, los recuerdos y sentimientos que llevaba a cuestas sobre sus hombros desde que Yoongi era un bebé estaban mas pesadas que nunca, así no le gustase; era su realidad. Todo aquel torbellino de emociones en ese momento eran un lastre que estaba evitando que llevaran una vida sana y estable como padre e hijo —Irónicamente—.
Seokjin se sentía tan sobrecargado por tanto que se iba guardando, archivos fantasma y ‘basura’ de su vida que sólo hacían más que dolerle y lastimarle hasta el punto de hacerle su día a día lento y pesado, lo lógico que le podía suceder después de haber recogido tanto dolor de experiencias desagradables en su vida y no haber hecho una ‘limpieza’ de esos sentimientos.
¿Quizá era el momento al fin? ¿Estaba listo para decirle a Yoongi que él no era su padre y Solar tampoco era su madre?
—¿Papá?
La voz de Yoongi lo trajo de nuevo al plano terrenal. Tuvo que acercarse a él para que Yoongi no se sintiera extrañado por su comportamiento —Lo cual ya era demasiado tarde—Pues era muy obvio ya que Yoongi le veía con el señor fruncido.
—Recibí tu mensaje hijo, que Kai estaba a salvo en casa de los Kim.
La sola mención de ello le hizo recordar a Jin que sólo hacía unos momentos había amanecido en los brazos del patriarca Kim después de haber llorado por horas en su pecho.
Sabía que se estaba yendo por las ramas.
—Desgraciadamente te conozco muy bien, soy tu hijo y el que hayas venido recién y en ese estado me hace creer que algo más está pasando. ¿Qué más cosas debo agregar al carrito de compras desagradables este día? —Quizo bromear Yoongi.
Pero aquello no hizo más que hacer temblar a Jin.
¿Podía?
¿Tenía el valor de hacerlo?
—¿Min Seokjin?
—¿Ah? Emmm si, todo está bien hijo no te preocupes yo, e-estaba... estaba la oficina. Déjame darme una ducha y bajaré a desayunar contigo y después dejaremos a Kai en el jardín. ¿Te parece?
Dió media vuelta rodeando a Yoongi pero la mano de éste en su hombro lo detuvo.
—¿No preguntarás por mamá?
Los hombros de Jin se tensaron y eso lo notó Yoongi. Eran extraño que no preguntara por ella después de lo que había pasado ayer en la fiesta.
—¿Ah? ¿Tú madre?
Jin sabía, claro que lo hacía. Había visto como aquellos hombres que venían acompañando al tal Kitty Gang —Que ahora sabía que era Jimin— a la fiesta de su nieto, se la habían llevado mientras todo en la Mansión era caos.
—Si Papá.
—¿N-no está en casa?
Yoongi le dirigió una mirada profunda como queriendo ver a través de aquellos ojos grises como los suyos que cosas había detrás de ese hombre de porte elegante y mirada tierna.
Negó lentamente sin dejar de verle.
—Amm, ¿qui-quiza tuvo alguna emergencia?
—Quizá...
¿Por qué ninguno de los dos estaba preocupado por ella? Su padre no parecía preocupado y él claro que tampoco lo estaba.
Jin volvió a caminar pero otra vez la voz de Yoongi lo hizo detenerse esta vez en seco y con el corazón agitado.
—Ella no es mi madre ¿Cierto?
Jin nunca había sentido todo ese terror que lo invadió por completo en ese momento. ¿Cómo lo sabía?
Había pensado guardarse un poco más todo ese asunto por todo lo que Yoongi acababa de pasar con Jimin y Kai. Pero al aparecer la vida tenía otros planes.
—¿P-por que...
—Sólo dime la verdad, papá solo la verdad. Estoy tan cansado ¿sabes? Pase casi cuatro años creyendo muerto a Jimin, ¿Tienes idea de lo shoqueante que es enterarme de que vivía? Y peor aún ¿Tines idea de lo que sentí cuando supe que todo fue culpa de ella? Ya estoy harto de esta mierda papá, es... una carga tan grande que yo siendo tan joven aún debo cargar sólo. Mis rodillas no pueden sostener más peso.
Los ojos chispeantes de Yoongi le recordaron en ese momento a Han, todo determinado como lo era ella.
Flaqueó, Seokjin se sintió tan débil tan maldltamente culpable de tanto dolor hacia Yoongi.
Que curioso era pensar que todos en aquella casa escondían secretos, todos ahí habían mentido, cada uno por su conveniencia. Y es que eso era lo que mejor sabían hacer, tan fácil que era mentir para salvar cada uno su pellejo que optaron por hacerlo para llevar la realidad a su beneficio.
Existían dos puntos iniciales para contraponer este tema, la primera es que Seokjin no podía afrontar la realidad de un momento a otro y la segunda es que creía que Yoongi no sería capaz de afrontar tal realidad, por lo tanto ocultarle la verdad para evitar más dolor para ambos era la salida más facil.
Pero carajo, estaba harto de mentir como Yoongi estaba harto de las mentiras.
—Y-yoongi, yo... tengo que hablar contigo.
...
Jimin nunca había dormido tan bien desde que tenía memoria, la noche no se volvió fría ni solitaria como tantas veces atrás. La madrugada no estuvo plagada de pesadillas recurrentes que le hacían a veces despertar asustado y hacerce una bolita en la cama. La cama no volvió a sentirse vacía como siempre ni fría porque un ser diminuto y tierno la calentaba de una manera tan cálida.
¡Su hijo! Y sin duda Jimin no podía creerlo aún que Kai hubiera pasado la noche a su lado y sintió su pecho casi hervir de tanto amor cuando se pegó a su pecho durante la madrugada buscando el calor del mayor.
Y entonces fue ese momento en que Park Jimin volvió a sentir. Y tuvo miedo.
Todo lo que su corazón conocía antes de Kai era dolor, angustia y miedo y ahora todo se volvía nada. ¿Cómo debía actuar? ¿Qué debía hacer?
Aquella soledad que lo había acompañado desde hacía mucho se había disipado, la soledad que se había vuelto su mejor amiga, su confidente por las noches ahora parecía haberla abandonado. Y él no sabía como sentirse al respecto.
¡Tenía miedo! ¡Tenía terror!
De arruinarlo.
De no ser lo que su hijo esperase de él.
Miedo de ilusionar a su dolido corazón porque cierto era que Kai era su hijo y que tenía todo el derecho sobre él pero ahora sabiendo cuanto Yoongi había cuidado de él desde bebé se sentía incapaz de alejarlos, menos viendo ahora el lazo tan profundo que ambos parecían tener.
Miedo de no poder ser el padre que su pequeño necesita, porque su pecho solo había existido el odio y su meta era la venganza. Kai no merecía un mundo oscuro como el suyo.
Antes de poder conciliar el sueño había pensado mucho, en él y en Yoongi. Ambos arrastraban cadenas de un pasado doloroso porque ambos habían sufrido engaños y traiciones. Y eso dolorosamente le hacía sentir algo hacia Min Yoongi; Empatía.
Porque los dos habían sido víctimas de un ser horripilante.
Aun así no estaba preparado para perdonar a Yoongi y no es que él tuviese la culpa de todo. Era el hecho de que Yoongi estuvo con Kai mientras él lloraba y sufria porque lo creía muerto.
Algo como la envidia.
¡Si, eso era!
Tenía presente que Yoongi no tenía la culpa de eso pero su pecho le dolía y eso no lo podía evitar.
No sabía exactamente lo que había sentido cuando escuchó a Kai preguntarle a Yoongi si le gustaba Jimin. Su estómago había dado un vuelco completo que quiso ignorar ese sentimiento.
No estaba listo para abrir su corazón de nuevo. No lo había hecho con Jungkook que le había rogado por años ¿Qué le haría cambiar de opinión respecto a Min Yoongi?
Sus ojos se posaron en el pequeño que dormía, su respiración acompasada lo llenaba de tanta tranquilidad que sentía pena levantarse. Pero casi daban las siete de la mañana y supuso que Yoongi lo iría a traer para llevarlo al jardín como había dicho en la noche.
Estiró una mano para acariciarle los cabello rubios y Kai se removió en la cama.
—¿P-papa?
La dulce vocecita llamando seguramente a Yoongi le hizo sonreír un poco y su corazón se volvió a estrujar lleno de melancolía.
—Hola bebé. ¿Has dormido bien?
El pequeño asintió enterrando más su cabecita en el cuello de Jimin.
—Dosita.
—Si pequeño soy yo.
—Huele dico. —Murmuró aún adormilado Kai olfateando el cuello de Jimin.
El peli-rosa sonrió ante eso y volvió a acariciar su cabello.
—Es hora de levantase pequeño vamos a desayunar. ¿Qué quieres comer? ¿Wafles? ¿Fruta y cereal?
El niño se removió jalando más las sábanas y tapándose hasta las orejas.
—Wafes pelo aún no. Quielo dolmir más.
Jimin soltó una risita ahogada, quizá así era el cuando era niño. Por un momento se imaginó a su padre Mino batallando con él a la hora de levatarlo para ir a estudiar. Y es que él no solía ser tan madrugador.
Un Suspiró agrio se le salió llenando su burbuja de una bruma triste. Hechaba mucho de menos a su padre Mino. Aún no olvidaba que debía cobrar caro su muerte de la que por cuatro largos años se culpó.
—Cinco minutos más bebé.
—Shi.
Ambos volvieron a acomodarse entre las sábanas mientras el peli-rosa revolvía los cabellos de Yoonmin Kai. Podría acostumbrarse a eso...
¿Podría?
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