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Midoriya Izuku

Idea y pedido por: Kimjungkook15

¡Espero te guste! ❤

...

_________:

A la lejanía del pasillo, la espalda erguida de Monoma demostraba orgullo y seguridad. Poco a poco, desapareció de mi vista borrosa e irregular por el ardor y las lágrimas que comenzaron a acumularse, sin embargo, ninguna llegó a caer.

Tengo los nervios a flor de piel, mis labios duelen debido a que desgataba mi inquietud mordiéndolos al igual que el interior de mis mejillas, sintiendo el sabor metálico de mi sangre incrementar aún más la sensación amarga y desagradable que se instalaba en mi garganta. Mis manos están temblando y me estoy encargando de distraerlas quitando con esmero la pintura de uñas color azul claro que las adornaba.

<<No sirvió de nada...>>

Agradezco de todo corazón que no hubiera nadie por el pasillo pues, no soportaría que me vieran de ésta forma tan vulnerable. Mi cerebro aún sigue maquinando todo lo que acaba de pasar y al mismo tiempo, trato de relajarme.

<<Monoma acaba de rechazarme>>, me repito lentamente.

¿Que si fue mala idea? pues, ahora sí parece serlo.

¿Que si me arrepiento? no, nunca me arrepiento de nada, solo reflexiono y me encargo de aprender de mis errores.

¿Que si siento que explotaré de furia? sí, eso siento exactamente.

Después de varios intentos de tranquilizarme, finalmente estoy en calma. Hoy es San Valentín y todos están ocupados hablando con sus personas más queridas, expresando sus sentimientos y pasándola de maravilla en éste día dedicado al amor y la amistad. Lástima que para mí es todo lo contrario.

Suspiré, las palabras directas, crudas y orgullosas de Monoma seguían rebotando en mi mente, razón por la que en parte estoy furiosa. No me sorprende que haya respondido a mi confesión de esa manera, aún así, me molesta que hasta incluso siendo yo, reaccionara así.

Soy un enorme torbellino de sensaciones confusas mezcladas con arduo trabajo, como si buscara que cada parte de mí saliera afecta por todo lo que acaba de pasar y, creo que sí está resultando.

Supongo que toda ésta situación se debe a que la cercanía que teníamos originó confusiones en mí, o eso es lo que intento creer. Mi visión sobre él es distinta a la de los demás, lo que otros ven como odio a la clase A, yo lo veo como una manera de demostrar que no son superiores y que los otros, son igual de buenos. Llegué a conocer esa parte amigable y divertida que una minoría conoce y me gané lo que muy pocos en éste instituto tienen, su confianza.

Sin embargo, yo fui la que confundió las cosas.

Y aún así, no logro comprender el por qué de su actitud hace unos momentos. Pese a que somos de la misma clase, es increíble que siga manteniendo esa máscara fría, déspota y orgullosa en éste tipo de situaciones. Ya no había manera de cambiar lo sucedido y, me quedó muy en claro que las cosas ya no serán como antes. Cumplir mi sueño de ser un gran ejemplo para muchos no se vería afectado por éste tipo de pequeñeces y tampoco me permitiría mostrarme débil por éste tema, no obstante, en mí pecho sigue la sensación de dolorosos pinchazos.

Caminé al salón con el fin de pasar todo lo que quedaba de descanso, ya ni siquiera tenía hambre. Como era de esperarse, todo estaba en absoluta soledad a diferencia de otros días y, claramente San Valentín era la razón. Mi vista por inercia fue a dar a mí asiento, donde en vez de solamente estar mi bolso, están una hermosa flor y lo que parece ser una carta.

Curiosa, tomé entre mis manos la carta y abriéndola sin dudar, no sin antes verificar que no había nadie alrededor.


Querida ________...

Primeramente, te deseo un feliz día de San Valentín.

No voy a darme el lujo de extenderme en ésto porque no quiero aburrirte, sé que te distraes fácilmente.

Me gustaría comenzar con lo mucho que te admiro. Eres de ese tipo de personas fuertes emocionalmente que lucha por lo que quiere y no cae por cualquier obstáculo. Es algo que nadie puede pasar por alto, ni siquiera yo, un chico que pasa desapercibido entre los demás.

Así mismo, anhelo poder llegar a conocerte, tener el privilegio de ver más allá de la chica fuerte, decidida y dedicada que cada día pisa éste instituto con orgullo y sobre todo, formar parte importante de vida. Puede que sea algo apresurado pero, lo veo así desde que mi mirada poco a poco comenzó a parar en ti.

Creo que ya lo sabes pero, muchos chicos tienen sus miradas puestas en ti y, aprovecho para informarte que, yo no soy la excepción. Porque sí, esa admiración que te comenté, se volvió algo más fuerte.

Claramente (o eso es lo que yo pienso), ésta carta es mí manera de explicarte lo más importante que siento por ti, aunque también indica lo poco valiente que soy para expresarte éstas palabras cara a cara. No me imagino que te alejes de mí a causa de todo ésto, no lo soportaría.

Y, finalmente y no por ello menos importante, quiero darte a conocer lo grandiosa que eres, no cabe duda que serás una gran heroína y persona, por lo que estaría muy feliz si en algún momento llegase a formar parte en cualquier situación significativa de tu camino.

Es por eso que, supongo que ahora es bastante obvio que me gustas, ¿no?

Con amor, Anónimo.

No sé quién este chico pero, logró sacarme una sonrisa. Logró que por un momento olvidara lo que sucedió hace unos instantes y me sintiera a gusto conmigo misma durante esos segundos, sin embargo, no había algo que me diera un indicio sobre quién era y, eso en parte me decepcionó.

Nuevamente, una amplia sonrisa aparece en mi rostro. Amé con el todo corazón cada palabra de ésta carta. Amé que no se centrara específicamente en sus sentimientos, sino que recalcara todas las cualidades que tengo y que él las hiciera ver como si fuese lo mejor del mundo.

Si este chico buscaba hacerme sentir mejor, lo hizo sin ningún inconveniente.

Tomé la flor, inhalando su exquisito y suave aroma. Sí que pensó en todo, pese a que no sea mi flor favorita, ésta sin dudas era perfecta, sencilla y especial. Mientras tanto, en mi mente pasaban distintas imágenes de quién podría ser éste chico, visualicé unos cuantos rostros, descartando montones y quedándome con pocos, sin embargo, no me convencían del todo.

Ahora mi curiosidad es mayor.

...

—¡___________!

—Oh, Uraraka. ¿Cómo estás?—pregunté en el momento que ella paró a mí lado—. No te he visto desde la mañana.

—Estoy bien—me sonrió en respuesta—. Pues, la verdad es que me distraje con Deku y el día pasó muy rápido—agregó apenada.

—No te preocupes—le hice un gesto con la mano restándole importancia.

—¿Qué tal tu día de San Valentín?

Bufé y solté una risa sarcástica.

—Nada resaltante, fue como un día cualquiera—mentí descaradamente.

—Oh, ¿en serio?—una pizca de incredulidad apareció en su tono—. Pensé que te darían algo... no lo sé, ¿tal vez una carta?

Detuve mi andar y la miré frunciendo el ceño. Analicé un momento la situación hasta que hablé nuevamente:

—¿Por qué habrían de darme algo?—pregunté, mirándola fijamente.

—E-en realidad me sorprendió porque a veces he visto como eres el centro de atención—su tono dudativo aumentó más mi curiosidad.

—Bien, fíjate que sí me dieron algo. Y curiosamente, fue una carta—confesé, analizando como su rostro mostró relajación, hasta sustituirlo por uno alegre.

—Oh vaya. Me alegro mucho, _________. Háblame, ¿qué decía la carta?

—Uraraka...—le miré seriamente—. ¿Por qué algo me dice que estás involucrada con ésto?

Confío en Uraraka, es una persona grandiosa, no obstante, es muy fácil de leer y yo, que la conozco bastante bien, esos detalles no me pasarán por alto nunca.

—¿D-de qué hablas?—nuevamente la inseguridad apareció en su tono.

—Pues, desde que te mostraste confundida cuando te dije que no me habían dado algo, creo que no fue simplemente porque a veces soy el centro de atención, sumémosle a eso que te mostraste relajada y alegre cuando te dije que me llegó una carta y, finalmente, tú diste esa suposición—acabé mirándola severamente.

Si en algo soy buena, es en sacarle la verdad a las personas con mi insistencia y mi mirada profunda, que según mi familia, es mi arma secreta.

—Ahorremosno todo éste proceso, así que, ¿por qué no me dices de quién es la carta?

—¡No puedo!—bien, al menos confirmó que sí sabe quién es.

—¿Por qué no?—entrecerré los ojos—. ¿Crees que haré algo malo?

—¡Porque traicionaré a Deku!—cubrió su boca al percatarse de su confesión inesperada.

Quería a Uraraka pero, a veces podía ser un poco ingenua y despistada, aunque su amabilidad y optimismo disipaba esos defectos.

—Uraraka, no haré nada malo. Confía en mí, al final iba a enterarme de todas formas—le expliqué cuando su rostro se mostró triste.

—Aún así harás algo. No quiero que él salga afecto, ya lo conoces—susurró.

—No tienes de qué preocuparte, eso no va a pasar—tomé su hombro, dándole un apretón—. Ya vámonos, no podemos quedarnos paradas aquí.

Me despedí de Uraraka apenas llegamos a los dormitorios de su clase y, mientras me dirigía a los de mi respectiva clase, empecé a resumir mi día. Ahora que sé que Midoriya fue el que me dio la carta, veo las cosas de forma diferente. El por qué es bastante sencillo: él y yo comenzamos a hablar después del famoso Festival Deportivo, aunque, nuestros temas de conversación se basaban en cosas con respecto al instituto, nuestros sueños, héroes favoritos y ese tipo de cosas.

Mi vista siempre estaba centrada en Monoma y en nadie más, nunca me dediqué en fijarme en otros chicos. Estaba tan ciega por ese rubio orgulloso que no llegué a percatarme de mi alrededor en relación con éste tema y, ahora saber que Midoriya está interesado en mí, despierta una sensación inquietante en mi interior.

Suspiré, necesito pensar con la cabeza fría si no quiero estropear mi cerebro con un tema como pasó con Monoma.

Necesito descansar.

...

Justo como me había dicho, pasé toda mi tarde dedicándome tiempo para despejar mis pensamientos. Después de que la pintura de uñas se secara y podía trabajar con libertad sin estar preocupada por arruinarlas, me acosté con mi teléfono para revisarlo.

Deslizaba el dedo por la pantalla distrayéndome entre el montón de notificaciones vagas que tenía, no solía estar muy al tanto de mis redes sociales, sólo las utilizaba para enterarme sobre cosas de mis artistas y muy pocas veces las utilizaba para publicar cosas sobre mí.

Finalmente, leí y respondí los varios chats que tenía en WhatsApp pues, como dije, me distraigo y se me olvida contestar la mayoría de las veces, hasta que me percaté que el grupo donde estaba casi toda la clase A y algunos otros conocidos estaba activo y varias notificaciones llegaban constantemente.

Ojeé un rato encontrándome con las estupideces que hablaban Sero y Kaminari y, de la nada, una idea descabellada cruzó en mi mente.

Busqué entre en los integrantes del grupo el nombre del peliverde, presionando su contacto apenas lo vi y percatándome que estaba en línea. Curiosa, observé su foto de perfil, donde salía una alegre Uraraka sosteniendo el celular, un Iida sonriendo ladinamente y finalmente, un sonriente Midoriya.

Después de meditarlo varias veces y buscar los pros y contras, decidí escribirle. ¿Nada malo pasaría, no?

¿Hola?

Recibido.

¿_________? ¿Necesitas algo?


Oh, sí. Yo también estoy bien, gracias por preocuparte. (Nota el sarcasmo, Midoriya)

Recibido.


¡Lo siento! Me sorprende que me escribas, es todo. Así que pensé que necesitarías algo


Bueno, ahora que lo mencionas, sí necesito algo

Recibido

.

¿El qué? Veré si puedo ayudarte


Quiero hablar contigo mañana, ¿se puede?

Recibido.


Seguro, aunque me invade la curiosidad. ¿Pasó algo malo?


No te preocupes, sólo quiero preguntarte algo. Lo haría por aquí pero, es muy importante.

Recibido.


De acuerdo. Aunque, mañana estaré un poco ocupado con los entrenamientos así que, ¿dónde nos vemos?


Después de clases, frente a la entrada de los dormitorios de tu clase está bien.

Recibido.


Me parece bien.


Sinceramente, no iba a preguntarle si él dejó esa carta pese a que sí sé que fue él. Sólo quería charlar con él, ver si realmente había algo distinto, asegurarme de que podría ser alguien especial que estaba dejando ir sin darme cuenta.

Después de una simple despedida, arreglé mi uniforme y mis cosas para al día siguiente antes de acostarme y dejar pasar éste ajetreado día.

...

Aún habían unos cuantos alumnos merodeando por el instituto, sin embargo, agradecí que no hubieran personas en la entrada de los dormitorios de la clase A, pese a que salimos hace un rato. Justo como habíamos planeado ayer, Midoriya estaba sentado en las pocas escaleras que daban a la puerta de los dormitorios, mientras que estaba distraído con su teléfono en mano.

Tal parece que estaba tan metido en otro mundo que no reparó cuando estaba frente a él.

—¿Aló?—me agaché un poco mientras movía mi mano frente a él divertida.

—¡Ah!—se mostró nervioso—. ¡__-_____!

—Hola—saludé mientras que me sentaba a su lado, a una distancia prudente.

—¿Cómo e-estás?—se le notaba demasiado nervioso.

—Oye, tranquilo. No muerdo—bromeé—. Arranco pedazos, que es distinto.

Carcajeé cuando su rostro mostró una expresión que se me hizo de lo más divertida.

—Es broma. Estoy bien, un poco cansada, pero bien—respondí a su pregunta—. ¿Y tú?

—También estoy bien—sonrió, aunque me pareció más una mueca.

—En fin—suspiré—. ¿No te molesta que sea directa, o sí?

—E-em... ¿no?—fue más pregunta que respuesta.

—Veamos, pongámoslo de éste modo. Tengo una amiga que cumplirá años dentro de poco y, me dijo que podía invitar a alguien, a quién sea—expliqué, eligiendo las palabras más sencillas—. Y, me preguntaba si querías acompañarme.

Rezaba para que no se pusiera incómodo y no haya arruinado nada pues, su rostro era abarcado por una gran expresión de sorpresa.

—¿¡E-en serio!?—carraspeó apenado—. E-es decir, ¿por qué a mí?

—De las personas a las que les he dicho me han dicho que no pueden—mentí—. También quería pasar tiempo contigo, hace tiempo que no hablamos—acoté.

—Y-ya veo—rascó su mejilla pecosa y espolvoreada por un color rosa que se me hizo de lo más adorable.

—¿Irás?

—Sí—ésta vez una sonrisa simple apareció en sus labios.

También le sonreí, relajada por su respuesta positiva.

...

...

...

—¿Qué dices, Izuku?—me volteé mirándolo en la cama leyendo uno de mis tantos libros—. ¿Azul o lila?—pregunté con los frascos de pintura de uñas en cada mano.

Su mirada abandonó el libro para mirarme y pensar un poco antes de responder:

—Lila—habló antes de volver su vista al libro—. Aunque puedes venir, sentarte conmigo y dejar eso para más tarde.

Sonreí, es lindo ver la gran confianza que cada día crece entre ambos, así como los sentimientos que provocan que cada vez más no queramos estar separados.

—Me parece una buena oferta—salté a su lado y el mullido colchón se movió levemente—. ¿Qué te está pareciendo el libro?

—Estoy sospechando seriamente del psicólogo de Megan.

—Ya veo—me limité a responderle, no voy a contarle la novela, sé lo horrible que se siente un spoiler.

Es curioso ver que ya estamos a poco de graduarnos y salir a cumplir nuestros sueños de ser grandes y espectaculares héroes. Aunque, es aún más curioso ver que realmente Izuku y yo sí terminamos juntos después de varios meses de aquel famoso día de San Valentín y la tan hablada carta.

Analicé sus movimientos atenta, observando como depositaba el libro en la mesita del al lado y moverse hasta que colocó su cabeza en mí regazo. Entendí rápidamente la indirecta y, sin dudarlo mis manos acariciaban sus verdosos cabellos. Aunque a él le costaba decirlo por esa timidez que parece jamás querer irse, sé que quiere mimos. Mis dedos se deslizaban con libertad entre sus verdosas hebras y la verdad es que, para mí es una actividad entretenida, aún más cuando veo el perfil de un Midoriya sonrojado abrazando mis piernas.

Y antes de que me diera cuenta, estaba besando con lentitud y paciencia sus labios. Es como si fuese la primera vez que llegamos a dar ese paso, sin ningún apuro. Sentía como si enormes águilas alzaban vuelo en mi estómago, mi corazón latía de forma desbocada, golpeando fuertemente mi pecho y nada importaba a mí alrededor, sólo recordar éste tipo de momentos.

Me separé lentamente antes de que mis manos pasaran a acariciar sus mejillas pobladas de esas lindas pecas que tanto amaba. La brillante mirada de Izuku analizaba mi rostro con vergüenza y una agradable sensación se expandió en mi pecho. Éste chico es especial en muchos aspectos y aquí es donde me cuestiono cómo alguien como él, llegó a interesarse en alguien como yo, y es por eso que me siento demasiado afortunada de tenerlo aquí a mí lado, que yo sea la causante de sus sonrisas temblorosas ante un comentario vergonzoso o el rubor en sus mejillas cuando me acerco demasiado, o esa grandes y radiantes sonrisas que muestra cuando me ve y todas esas sensaciones que muestra.

—Al final sí terminaste formando parte importante de mí vida—agregué mientras besaba la punta de su pecosa nariz.

—Y espero que eso nunca cambie.

Fin.

Bueno, ya comencé con los pedidos y, me gustaría hacerles saber que los pedidos estarán cerrados durante muuucho tiempo porque hay montones de ideas personales que quiero hacer y no quiero tardar tanto con sus pedidos (que son muchos) y, dejar ir mis ideas juntos con la inspiración. Así mismo, estoy trabajando con dos amigas para hacer unos One-shots especiales y también me quiero centrar completamente en eso.

Espero comprendan. <3

El libro que mencioné se llama: "la chica del tren". Es un buen libro, uno de mis favorito, de hecho.

Como siempre, espero que les haya gustado éste One-shot y no se olviden de votar y comentar hermosas personas.

Disculpen cualquier error ortográfico y/o algo fuera de contexto.

¡Nos leemos pronto! 

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