Midoriya Izuku
2/2.
Pedido por: @FenixAlasDeFuego
...
La preocupación estaba tomando cada parte de mi cuerpo convirtiéndolo poco a poco en una sensación desesperación.
Casi una hora sin saber el estado de _________ era un martirio y estrés. Desde que me llamó avisando que había encontrado a los responsables de los accidentes que han alarmado a la ciudad, no he sabido absolutamente nada ella. Había llegado a la estación donde de forma rápida avisé a todos lo que había pasado, por lo que pusieron en marcha un improvisado plan. No importó si éramos obvios, o si lo que estábamos haciendo pondría en peligro a todos los que estábamos ahí. Sólo importaba atrapar a la asociación y sacar a _________.
Desde policías y algunos héroes que se encontraban patrullando por esa zona, estaban para actuar y acabar con aquella situación. El momento en el que rastreamos el celular de ________ para hallar su ubicación, dimos en un lugar poco transitado donde estructuras abandonadas se encontraban en ella. Llegamos a la conclusión que era el lugar correcto para planear todos los accidentes que han pasado todo éste tiempo.
—¡Escúchenme todos!—vociferó el jefe—. Existe la posibilidad de que en ese lugar estén los que han causado pánico y muerte durante todos éstos meses. Obviamente saben que estamos aquí, por lo que lo único que les pido es que piensen en frío y actúen sin dejarse llevar por sentimientos. ¡Una compañera está con ellos y está en peligro! Posiblemente la tengan como rehén, así que su misión es atraparlos y sacar a _________ de ahí. ¿¡Entendido!?
—Espero que todo salga bien...—susurró el chico que nos había ayudado hace unos días.
Apenas se enteró de que ________ estaba en peligro, dejó lo que estaba haciendo para venir directamente hacia acá.
Y mientras se preparaban, de forma rápida, pasó por mi mente una pregunta que jamás le hice a _________, que, debido al momento, me dio una vaga esperanza para que estuviera bien.
—Su quirk, ¿Cuál es?—pregunté con obvia desesperación.
Aunque en mi interior estaba imaginándome varias maneras para que _________ saliera de aquella desesperante situación con apoyo de su quirk, la respuesta que recibí se encargó de disipar la poca esperanza que reuní:
—Se nota que no sabes nada de ella—la mueca que se formó en sus labios no me calmó para nada—. No tiene uno.
Palabras no llegaron articularse por el asombro y miedo que me embargó, desafortunadamente, no fue por lo que me había dicho.
Gritos y estruendosos sonidos comenzaron a escucharse desde el edificio que teníamos al frente, confirmándonos que sí habían personas adentro. Aquello bastó para que todos se pusieran alertas, sin embargo, lo que colmó el vaso, fue una voz femenina en compañía de los sonidos.
A diferencia de los demás que se encontraban estáticos debido a no saber lo que estaba pasando ahí dentro y no actuar de forma imprudente, yo no podía quedarme de la misma forma.
Mis piernas se movieron por impulso, acelerando el paso, sintiendo la adrenalina correr por mis venas junto con los rápidos latidos de mi corazón ante la preocupación, haciendo caso omiso a los llamados de los demás para detenerme.
Derrumbé la puerta sin ninguna complicación, avanzando por el pasillo con paredes deterioradas, agudizando la vista por cada pequeña habitación en busca de __________.
Mi respiración se hacía irregular a medida que avanzaba y sentía mis labios resecarse. No estaba solo, pues podía escuchar los gritos del jefe dando órdenes para actuar, lo que me dio más seguridad para seguir apresurando el paso. De alguna manera podía sentir que dentro poco iba a dar con la ubicación de __________.
No obstante, paré abruptamente ante aquel sonido que era temido por muchos.
El eco de un disparo.
Nada se escuchaba. Era como si el tiempo se hubiese detenido, avisando lo peor. Provocando que imaginara los peores escenarios posibles.
Con más razones para avanzar y con el indicio del estrepitoso sonido, corrí para finalmente, ver a _________.
—¡_________!—llamé al verla arrodillada en el suelo, con el cuerpo de un muchacho entre sus brazos. Más no respondió al llamado.
Me acerqué a ella, notando varios cuerpos ensangrentados e inértes dispersos alrededor.
—¿Midoriya...?—susurró cuando me arrodillé frente a ella.
—¿Estás bien? ¿estás herida?—tomé su rostro entre mis manos, notando las gotas de sangre que estaban esparcidas en su piel. Reparé en sus ojos ________, que ya no tenían aquel toque vivaz y determinado que les caracterizaban.
No respondió.
Bajé la mirada, observando el pálido cuerpo de un chico bastante joven, quizás tres años menos que mi edad. Un agujero se encontraba en su sien, desbordando sangre, mientras que una pistola no se encontraba muy lejos de nosotros.
—¿Qué pasó?—su silencio me estaba desesperando.
Miró al joven entre sus brazos, presionándolo contra su pecho. Observé como lágrimas desbordaban de sus ojos, recorriendo sus mejillas antes de caer en el chico.
Nada me daba buena espina.
...
—¡__________!—su amigo se acercó cuando salimos del lugar—¡Estás sangrando!
—No es mía... La sangre no es mía.
Me posicioné a su lado, esperando a que finalmente hablara sobre qué pasó ahí dentro, pero no decía absolutamente nada.
—Llévenla a que la revisen. No está bien, luego nos encargaremos sobre el caso. La salud de __________ es lo primero.—habló el jefe, inspeccionándola.
La subieron a una ambulancia, por lo que decidí ir con ella, sin embargo, algo que llamó mi atención fue que ____________ miraba una camilla en específico con un cuerpo cubierto por una manta blanca de entre todas las demás, por lo que supuse que era de aquel chico que tenía entre sus brazos.
Aquello me inquietaba, ¿quién era ese chico?
...
Abrí levemente mis ojos al sentir el tacto de alguien acariciando mi cabello. Inspeccioné el lugar, de color blanco en su totalidad y un reconocido olor a medicinas. Inmediatamente recordé que me había quedado dormido esperando a que _________ despertara.
—Tienes un sueño muy pesado.—sonrió levemente cuando me levanté.
—Auch—dije al tiempo que tocaba mi espalda. Dormir sentado era super incómodo—. ¿Cuándo despertaste?
—Dos cosas. Uno: se te cae la baba, y dos: no hace mucho.
Limpié mi cara en busca de borrar cualquier rastro de sueño con un notorio sonrojo, mientras que ________ reía por lo bajo.
—¿Quieres que avise que ya despertaste?—pregunté.
—No... Aún no—susurró mirando la ventana de la habitación.
—¿No te sientes mejor?
—No es eso—suspiró—. Es sólo que me cuesta asimilar lo que pasó.
—¿Quieres contármelo? No es necesario que lo hagas si no quieres.
—¿Por qué te quedaste?—cuestionó mirándome.
—Me ofrecí para cuidarte hasta que despertaras.—respondí.
Escuché que murmuró algo que no llegué a escuchar, así que decidí dejar el tema de lado.
—Todos estaban preocupados por ti. Cuando me llamaste, actué lo más rápido que pude. Debiste haber avisado cuando los vistes antes de seguirlos, pedir ayuda. Podrías estar peor, ¿Qué hubiese pasado si no-
—No sabes de lo que estás hablando—interrumpió—. No podía simplemente llamar sin tener base, no quería armar un escándalo. Es mi trabajo, Midoriya.
—Y mi trabajo es salvar y proteger vidas. No puedes hacer ese tipo de cosas sola, podrías haber salido herida. ¿Es eso lo que quieres? deberías consid-
—No soy débil. No podía quedarme sin hacer nada. Sí, actué por impulso, lo admito pero, era eso o dejarlos escapar.—manifestó cono notoria molestia en su voz.
—Sólo estaba preocupado por ti.
—No necesito que cuiden de mí—advirtió—. Seguramente harías lo mismo en mi lugar.
Medité por un momento sus palabras. Debía dejar el tema y encargarme de preguntar lo que pasó pero, no sabía como hacerlo sin que sintiera mal o incómoda. El silencio se hizo presente en la habitación, por lo que podía sentir la tensión.
—Aún así, no debiste actuar de manera tan imprudente. Sé que no hay mucha diferencia entre tu trabajo y el mío pero, tu seguridad es lo primero.
—Te equivocas. Hay muchas diferencias—hablando con voz directa, soltó mirándome—. Es diferente resolver delitos y asesinatos, a ayudar personas apunto de perder la vida en accidentes de gran importancia. Es diferente a que te respeten y te reconozcan por tus actos heroicos, a que te respeten y te reconozcan por una placa. Es diferente que todos griten tu nombre cuando hayas echo una gran hazaña, a que sólo reparen en tu presencia por tu uniforme. Supongo que para ti no es un misterio que los héroes son los que se llevan el protagonismo, opacando a aquellas profesiones dedicadas a ayudar y a salvar vidas.
Estupefacto, intenté contraatacar con algo, pero aunque quería, las palabras no salieron de mi boca.
—Pero está bien. Porque al igual que tú, al igual que yo, hay montones de personas que tienen el deseo de ayudar, pese a que no ganan la fama o el agradecimiento que recibe un héroe. Después de todo, el resultado es el mismo. La satisfacción de saber que estás aportando un pequeño grano de arena a cualquier caso, que estás ayudando a alguien, que salvaste una vida, que impediste algo, y sobre todo que estás haciendo justicia, es lo que hace que sigas adelante con lo que te apasiona. Siento que... es el mejor sentimiento que he experimentado.
Dicho aquello, una leve sonrisa se formó en sus labios, manteniendo una mirada serena mientras miraba la ventana.
Guardamos silencio unos cuantos minutos. Después de lo que había dicho, aún seguía con la intriga de lo que pasó en los edificios. Me armé de valor para que me contara aquello, pero ella me interrumpió:
—Iba camino a comprar unas cosas para cenar cuando pasó—comenzó—. Mientras pagaba, fue en una fracción de segundo que decidí voltear. Él, el hombre que vimos el otro día en la agencia pasó por el frente del lugar. Dejé todo y decidí seguirlo para asegurarme de que era él. Primero se detuvo en un pequeño bar, de donde salió minutos después en compañía de dos chicos, siendo uno de ellos más joven que los otros. Tiempo después de caminar, llegamos al lugar de edificios abandonados y a medio construir, fue ahí donde todo empezó...
—¿Qué pasó específicamente?
—Fuiste la primera persona que vino a mi mente cuando iba a pedir ayuda... En el momento en el que entraron a uno de los edificios, esperé unos segundos para hacerlo, sin embargo, cuando lo hice y divagué unos momentos por el lugar, lograron atraparme. Me llevaron y... digamos que no fue una gran experiencia—su voz se tornó a una más entre cortada—. Habían más de ellos ahí, terminaron por golpearme y preguntar por qué estaba ahí y quién me envió. Les expliqué que estaba en ese lugar por mi propia cuenta, pero como era de esperarse, no me creyeron. En ese momento, llegó ese chico, el más joven de todos. Con él sí pude hablar, aunque si hubo pelea y discusión. Yo...
Luego de eso, unas cuantas lágrimas aparecieron, pero no llegaron a caer. Su labio inferior comenzó a temblar cada que intentaba hablar. Le iba a decir que tomara aire y se tranquilizara, pero se adelantó a hablar nuevamente:
—Seguramente en otros casos no estaría de esta manera pero... No sé cómo tomarlo correctamente—suspiró—. Aquella discusión se convirtió en algo más. Entre eso, logré que me contara todo sobre su asociación. Porque sí, él era el jefe. O al menos así fue hasta el principio. Por alguna extraña razón, entró en una especie de locura, comenzando a gritar y a contarme cosas sobre su pasado, le intenté tranquilizar diciendo que podíamos encontrar una solución pero, se negó rotundamente. Me explicaba que nadie podía ayudarle, porque cuando necesitó ayuda, absolutamente nadie estuvo para él. Sus ayudantes, al ver que estaba apunto de ceder, intentaron atacarlo pero, él fue más rápido y terminó por matarlos.
Las cosas comenzaban a tomar sentido a medida que avanzaba, pues aquello explicaba el por qué de los cuerpos dispersos en el lugar.
—Se notaba bastante arrepentido, en otras circunstancias, no le hubiese creído, hasta que reveló que él estaba siendo obligado a hacer todo aquello. Fue entonces que con mucha más razón, intenté ayudarle, le expliqué que juntos podíamos encontrar la manera de que saliera de esa situación, sin embargo, cuando estaba apunto de aceptar, dudó nuevamente. Llegó al grado de decir que era mentira, que le encarcelarían por todo lo que hizo, que nada cambiaría, que yo era una mentira. Y-yo juro que intenté detenerlo pero..., fue demasiado tarde para cuando apretó el gatillo en su sien y se quitara la vida.
Observé como entre sus manos, apretaba la blanca sábana y montones de lágrimas caían por sus mejillas. Tomé su mano, apretándola levemente, indicándole que estaba ahí para ella, transmitiéndole seguridad.
Minutos pasaron, minutos en los que ella lloraba abiertamente, mientras que yo la protegía entre mis brazos. Podía sentir leve espasmos de su parte, escuchando como gimoteaba y sorbía su nariz de vez en cuando.
—No deberías dejar que te afecte tanto...—susurré cerca de su oído.
—L-lo sé...—murmuró en mi pecho—, pero digamos que en parte me recuerda a mi pasado.
—¿Tú pasado...?—pregunté.
—No es algo de lo que me gustaría hablar aún...
—Esperaré el tiempo necesario—informé—. Porque... supongo que a partir de ahora me permitirás conocerte, ¿no?
—Sólo si yo también lo hago.—recobró su tono de voz normal, aún sin salir del abrazo. Estaba seguro de que sonreía.
—Eso tenlo por seguro.
Fin.
¡Importante leer!
Espero de verdad que les haya gustado porque digamos que en parte, me ha costado hacer ésto.
Y disculpen cualquier error ortográfico.
Quería notificar que, sólo faltan dos pedidos por publicar, y luego de eso, quiero hacer un especial por los +20k y por las 2k estrellitas. ¡Muchas gracias!
Mi idea es, realizar un One-shot con un sólo personaje y con una trama en específico.
¿Les gusta la idea?
Si tienen otra, sólo díganmela y la tomaré en cuenta.
Personajes:
-Bakugo Katsuki.
-Midoriya Izuku.
-Todoroki Shoto.
-Kirishima Eijiro.
-Iida Tenya.
-Shinso Hitoshi.
Si quieren otro personaje, sólo díganlo.
Trama:
-Odio.
-Romance.
-Amistad.
-Tristeza.
-Celos.
-Desamor.
Dejaré el tiempo necesario para que elijan, así que es necesario que me lo hagan saber.
Lo dejo en sus manos.
¡Nos leemos pronto! 💞
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro