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Especial 1k

Especial 1/3.

Amores no correspondidos 2/2.

Midoriya Izuku:

Normalmente para él, hablar con personas de su sexo opuesto es un total reto. Pero con ella, pese a que le pasaba lo mismo, sentía sensaciones diferentes de cuando se encontraba con otras chicas. Desde que llegó a U.A por recomendación, su personalidad le llamó bastante la atención. Le parecía bastante linda, con toques que le diferenciaban de los demás, por lo que está de más explicar que a Midoriya Izuku le gustaba la chica.

Pero como piensa él, la desgracia camina con él desde hace mucho.

—Vaya... eso no lo vi venir—comentó totalmente incómoda.

—¿Eh?—apenas logró articular. Los nervios no le dejaban hablar correctamente.

—Yo... Emm... Verás, hay alguien más, ¿Comprendes?—trató de sonar lo más sutil posible, después de todo, sabía la inestabilidad del chico.

Y aquello le llegó como un balde de agua fría en la espalda.

Era la primera vez que se le confesaba a alguien, pues jamás había sentido con nadie aquellas sensaciones que ella le brindaba, desde las típicas mariposas en el estómago, hasta aquellas veces que quería abrazarla de la nada, pero saber que había alguien más que tenía su corazón y que no fuera él, le dolía.

Y mucho.

—E-entiendo. ¿Al menos podemos seguir siendo amigos?—cuestionó, tratando de no sonar herido, queriendo conservar aún su amistad.

—Sí, seguro.—respondió, dándole una sonrisa tranquilizadora antes de salir del salón.

Aturdido y con aquella horrible sensación en el pecho bastante reconocida para él, dejó escapar finalmente, aquellas gotas saladas.

Era un completo idiota.

Bakugō Katsuki:

Ver al rubio estar de aquella forma, era algo bastante raro de ver.

Y más si es por una chica.

Verlo inquieto y más centrado de lo normal, era definitivamente algo distinto, todo esto gracias a la chica de la clase B, quien había capturado la atención de varios chicos desde que había hecho su "Debut" en un combate contra los de su clase.

Sabiendo de por sí que él no era de la definición exacta de romántico o caballero, decidió comenzar a entablar conversaciones con ella, desde momentos en los que ambos se encontraban "Casualmente" hasta en los que él mismo la buscaba.

Pero estaba cansado de que simplemente hablaran, porque como se había hecho saber anteriormente, el chico sentía una atracción por ella, hasta que después de un tiempo, llegó al grado de sentir aquello que llaman como gustar.

—Iré directo al grano, así que escucha bien porque no lo repetiré dos veces. Me gustas, ¿De acuerdo?, me gustas desde hace mucho y no encontraba la forma de hacértelo saber hasta ahora. Estoy cansado de que simplemente seamos amigos, por lo que quiero que salgas conmigo.—soltó manteniendo aquel tono áspero y tosco característico de él.

Sin embargo, no recibió ninguna respuesta, al menos no hasta que él le llamó pasando su mano de lado a lado frente a su cara.

—¿A-ah?—articuló luego que el chico le zarandeara levemente ante su trance.

—¿Escuchaste lo que dije o qué?—preguntó desesperado.

—Ah... Sí, pero... Creo que el sentimiento no es mutuo.—respondió por lo bajo, jamás creyó que ese chico de personalidad fuerte y orgullosa llegase a sentir algo así por ella, bien sabía que era bastante extraño que la buscara constantemente o que se molestara cada que hablaba con otro chico, pero era muy difícil asimilar aquella confesión.

—¿Qué dijiste?—preguntó incrédulo, intentando creer que escuchó mal, sólo para no aceptar lo que realmente salió de su boca.

—Me temo que el sentimiento no es mutuo.—repitió, aunque la verdad era que no quería decirle que se encontraba saliendo con alguien más, sabiendo que de por sí estaba sufriendo, pese a que no lo demostrase.

Tragándose el nudo que se había formado en su garganta, decidió no decir nada, pues no encontraba palabras para hablar, y tampoco podía articular nada de lo estupefacto que estaba, por lo que simplemente optó por salir de U.A y perderse para despejarse.

Por otro lado, la chica simplemente se limitó a observarlo salir a paso lento; sintiéndose culpable, salió al igual que él cuando lo perdió de vista, sonriendo levemente al ver a su actual pareja esperarla cerca de la salida, apoyándose en una de sus muletas, dándole una sonrisa de igual forma. Hace un mes había estado en coma debido a un accidente.

Pero lo que no sabía era que, cerca de ahí, detrás de un árbol, estaba aquel rubio cenizo observándolos abrazarse antes de irse, sintiendo un ardor en el pecho ante la vista y rabia de igual forma.

Todoroki Shōto:

Sonrió levemente ante la sonora carcajada que había soltado su acompañante ante un pequeño comentario que hizo con respecto a uno de sus compañeros, Bakugō.

—Ya, ya—se tranquilizó a sí misma, aún sin borrar su sonrisa—. Deberíamos parar.

—Como tú digas.—le respondió—Por cierto, si quieres podemos salir el fin de semana.

—Claro, ¿Nosotros y quién más?—interrogó inocente.

—En realidad me refería a nosotros dos nada más—respondió con calma.

—Amm... Supongo que sí—finalizó, sintiendo sus manos sudorosas ante la incomodidad, últimamente el chico actuaba bastante extraño, se acercaba demasiado, la buscaba más seguido y salían constantemente con los demás, sin embargo, siempre quedaban ellos dos solos de alguna forma.

El chico por su parte asintió y comenzó a caminar para seguir su camino, siendo seguido por su compañera.

—¿Quieres ir por un helado?—le preguntó en otro intento de ligue.

—Es que no traje dinero—mintió, sólo no quería verse involucrada en otra incómoda situación.

—Yo invito—insistió.

—No hace falta, en serio. No tienes por qué gastar tu dinero en mí—respondió más incómoda ante su insistencia.

En cambio, el bicolor tomó su mano, deteniendo su andar, acercándola levemente.

—Insisto, no hay problema.

—Bien, se acabó—se separó bruscamente del chico, manteniendo una distancia prudente—. Todoroki, ¿Qué pasa contigo? Estás actuando extraño.

—¿De qué hablas?—preguntó, tragándose los nervios.

—Últimamente estás más... meloso—hasta le costaba admitir su pensamiento de lo raro que se escuchaba.

Y grande fue su sorpresa al ver al chico mirar el suelo con un leve color carmesí espolvoreado en sus mejillas.

—Yo... No quería que lo supieras de esta forma—habló suavemente, sintiendo su corazón agitarse.

—¿Saber el qué? Todoroki, habla de una vez—interrogó desesperada.

—Me gustas, ______.—confesó finalmente.

Pero su respuesta fue silencio, ya que la fémina se encontraba ocupada mirando sus zapatos como si fuesen algo interesante. Tomando una gran bocanada de aire, reunió valor para acercarse más, llegando al punto de poder sentir su agitada respiración, así que con el valor que reunió, se acercó aún más con el fin sentir sus labios entrar en contacto con los suyos.

Pero no llegó a pasar.

En vez sentir sus finos labios, sintió los suyos impactar con una superficie de carne suave. Su mejilla. Abriendo sus ojos nervioso, la vio separarse una vez más de él.

—Y-yo lo siento, Todoroki. Tengo que irme.—se apresuró a inventarse una excusa, aún totalmente incrédula de lo que su acompañante había dicho.

A penas podía asimilar lo que realmente estaba pasando, pero le era bastante difícil debido a que de por sí sabía la fama del chico, estaba consciente de que varias chicas estaban al tanto de sus movimientos de lo guapo y genial que era, pero ella jamás llegó a verlo con esos ojos. Sabía lo que al bicolor le había pasado, pues él mismo se lo contó, colocando su confianza en ella.

Y ahora sabía el por qué.

Pensaba que ella y el bicolor tenían una linda amistad, pero saber el chico llegó a confundir las cosas, de alguna forma u otra, le incomodaba.

Mientras que ella intentaba controlar sus emociones, el chico estaba bastante centrado en sus pensamientos, sintiendo aquel sabor amargo en su boca, golpeándose mentalmente por perderla.

Kaminari Denki:

—¡Buenos días ______!—saludó animadamente, acercándose a la chica con el fin de darle un beso en la mejilla en señal de afecto.

—Buenos días, Kaminari—respondió, colocando su mano en la cara del chico para mantener distancia.

—Sigues igual de hermosa que ayer.—le elogió con una sonrisa coqueta luego de separarse.

—Lo que tú digas.—respondió, torciendo la boca.

—¿Hoy sí aceptarás ser mi novia?—preguntó esperanzado, ubicándose frente a ella cuando comenzó a caminar a su salón, deteniendo su paso.

—No—respondió soltando un suspiro después de ver la cara afligida del chico—. Ya hemos hablado de esto.

—¡Y yo ya te lo he dicho!—vociferó—En serio me gustas mucho.

—No, no te gusto.

—Claro que sí. ¿Cuántas veces tengo que decírtelo?

Soltando un bufido, la chica le miró arrugando su frente antes de hablar:

—Kaminari, grábate esto, no te gusto. Acepta la realidad, ¿Qué me confirma que no irás detrás de otra chica luego de que te canses de mí?—habló toscamente, estando ya cansada de la situación—De todas maneras no me gustas.

Y era cierto, sabiendo de por sí que el chico era bastante "Mujeriego", no quería ni podía verlo de esa forma. Tampoco quería ser tan tosca y borde, pero repetírselo cada momento, le estaba fastidiando. Aunque le costaba, no podía confiar en él.

Y para él, entre los muchos rechazos que recibió por parte de ella, aquel de alguna forma u otra, era más hiriente y directo.

—Tengo que irme.—finalizó la chica, saliendo del campo de visión del chico, quien sólo se encontraba mirando el piso.

Sintiendo su corazón oprimirse, comenzó a caminar a su respectivo salón.

Vaya manera de empezar la mañana.

Iida Tenya:

El chico miraba atentamente los ojos _______ de la chica que se encontraba frente a él. Tomando grandes bocanadas de aire, habló:

—Seré directo. Desde que empecé a hablar contigo, me di cuenta de que tienes algo que llama mi atención, ________. Me gustas, por lo que te pido que me concedas el honor de ser tu pareja. Quiero que pasemos toda nuestra adolescencia juntos, ser un héroe para protegerte, vivir en una hermosa casa con una mascota o formar una familia, tener nie-

Sin embargo, se vio interrumpido cuando observó los ojos la chica mirarle tristemente.

 —Iida—habló, tomando entre sus manos la suyas, deteniendo aquellos movimientos que solía hacer con sus brazos.

Y como si su mirada pudiera hablar, sintió que aquello que había practicado durante aquella semana, no había funcionado. Que aquellas veces en la que pasaba los descansos con ella para llamar su atención habían sido en vano, y con ello, aquellas veces que le recordaba la grandiosa heroína que será en manera de expresarle su afecto.

—Lo siento. No debí decirlo.—habló por lo bajo, sabiendo de por sí que no había razón para disculparse.

Viendo como soltaba de a poco el agarre de sus manos, sintiendo las mismas arder ante su tacto, finalmente la vio esbozar una leve sonrisa antes de retirarse para aprovechar lo que restaba de descanso.

Hacia mucho que no sentía su pecho doler de esa manera.

Kirishima Eijiro:

—No debería sorprenderte. Lo lamento Kirishima.—habló, dándole a conocer que hasta ahí llegaba aquella dolorosa conversación.

En su mente, de alguna forma, se había imaginado un mundo con un futuro que parecía brillante, sin embargo, todo cambió, pasando a aquel duro y realista momento. Y como había dicho ella, no sabía por qué seguía sorprendido. Desde que la conoció, mentía si decía que no le parecía linda, madura, realista y fuerte, captando su atención desde un inicio, llegando al grado de encontrarse en aquel momento en el que ella misma, le dio un golpe con la realidad, recordándole que su deber al estar ahí era para convertirse en héroes, ser una leyenda, ayudar y hacer justicia, no ir buscarse malos sabores de boca y dolores en el pecho.

Justo lo que había hecho él.

Pero sólo quería decirle lo grandiosa que era, que él siempre estaría ahí para ella cuando necesitara ayuda y sobre todo lo mucho que le quería, aunque ella no sintiera exactamente lo mismo.

Ahora estaba sufriendo, sólo por ella.

Shinsō Hitoshi:

Observar a la chica retirarse lejos de él, le oprimía el corazón.

Jamás en lo que llevaba de existencia se le había confesado a alguien, y como aquella voz en su cabeza le había indicado, su primer intento no salió bien.

Se justificaba simplemente por el hecho de que ella le había defendido de aquella vez en la que un chico había dicho algo sobre su quirk mientras ella se encontraba pasando. Halagándole por su manera madura de actuar y no dejarse llevar por los comentarios de otros.

Y no podía mentir, pero aquello le cautivó.

Solían hablar de vez en cuando, volviéndose cercanos luego de un tiempo, hasta que el chico se volvió dependiente de su presencia, aunque la chica se sentía cómoda con la presencia del chico, jamás le llegó a pasar por su mente que él sintiera algo más que amistad por ella. 

Pero ella se encargó de recordarle lo cruda que es la realidad, diciéndole que no sabe cómo él pudo confundir las cosas, pero para aquellos momentos, él ya estaba en otro mundo, sin embargo, era consciente de que ella tenía razón, simplemente ella se encargó de ayudarle en aquel momento, apoyándole, tomándose el tiempo de conocerlo y no prestar atención a los otros comentarios, y justo aquello, fue lo que hizo que él llegara a sentir algo más que amistad por ella, y para él, en ese instante, sólo había un pensamiento rondando en su cabeza:

"Nada más amargo que un amor no correspondido"


Fin.

Hasta aquí el primer especial.

Pido disculpa por la tardanza, el instituto me tiene demasiado ocupada.

Estoy nadando en tareas.(?

Por lo que pido paciencia para las partes restantes del especial y los pedidos. 

Espero les haya gustado, la verdad es que no sé cómo quedó. xd

Disculpen cualquier error ortográfico.

¡Nos leemos pronto! 


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