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Especial 1k

Especial 1/3.

Amores no correspondidos 1/2.

Iida Tenya:

-Es broma, ¿No?-soltó ocultando su nerviosismo a través de aquel mal intento de un tono de voz divertido.

Por otro lado, la chica arrugó el entre cejo, sintiendo su pecho arder al igual que sus ojos, su pulso aumentar por el miedo y la ansiedad, sintiendo su rostro palidecer de alguna forma.

-Debes estar jugando-repitió intentando creer que aquellas palabras que habían salido de su boca era uno de esos tantos juegos que venían por parte de ella. Los nervios le estaban devorando el estómago.

-De verdad... ¿Crees que jugaría con algo como eso?-cuestionó con tono fuerte, sintiendo sus finos labios temblar en el intento. Totalmente incrédula.

El silencio se apoderó del momento, siendo uno bastante tormentoso para ella, quien muy valientemente tomó la iniciativa de confesar aquellos profundos sentimientos que guardaba por aquel chico de lentes con un gran afán por las reglas. 7 meses de compartir gustos, momentos y regaños por parte de él ante sus juegos, fueron lo que llevaron a la chica a desarrollar un sentimiento mucho más fuerte que los de una simple amistad, tomando como consecuencia aquel momento doloroso, trayendo consigo incomodidad, siendo esta última, la más experimentada por parte de él.

La peli-_____ se encontraba bastante ocupada mirando el suelo, reuniendo el valor suficiente para levantar su rostro y decirle que todo estaba bien, que no era su culpa no corresponder sus sentimientos, sin embargo se tomó su tiempo, dejando por un momento, al chico que estaba frente a ella.

Sentir su pecho oprimirse y agrietarse, su pulso acelerado y no de forma positiva, el sudor de las manos a causa de los nervios, los ojos rojizos con un ardor bastante conocido, sus labios temblar por la inseguridad y el amargo sabor de boca, no eran definitivamente lo mejor.

-Ya veo...-habló finalmente, levantando su rostro, totalmente libre de cualquier rastro de dolor, sólo para no mostrarse débil-Nos vemos-finalizó llevando su cabello hacia atrás con una mano para despejarse, dar vuelta sobre sus talones y caminar lejos. Después de todo, no había algo más que hablar ahí.

-¡Lo siento!-vociferó él, pero para aquel momento, ella ya había desaparecido gracias a su habilidad.

Kirishima Eijirō:

Levantarse con los peores ánimos del mundo ya era normal, pero no era normal levantarse y lo primero que pises sea la pis de tu mascota quien intentaba despertarla para avisarle que seguramente llegaría tarde a U.A.

Cosa que sí terminó pasando.

Llegando, lo primero que recibió fue un enorme regaño por parte de su profesor y con ello un castigo, pues no es la primera vez que llega tarde e interrumpe una clase. De paso, no había ingerido comida desde la noche anterior por quedarse estudiando para una evaluación que se llevaría a cabo dentro de dos días, pese a que llega tarde, ella suele tomarse los exámenes muy en serio. Escuchar a su estómago rugir por alimentos era una tortura, no había comido nada por salir totalmente apurada de su hogar y de igual forma, dejar su dinero para comprarse algo más tarde, por lo que dedujo que ese día debía mantenerse sin comida.

De igual manera, tener a Bakugō Katsuki a tu lado gritando como suele hacer cada rato hasta por la mosca que le pasaba por el frente, era otra tortura para ella y sus sensibles oídos. La paciencia era algo que no le estaba sobrando en aquellos momentos, por lo que terminó gritándole pidiéndole "Amablemente", un poco de silencio. Que terminó siendo todo lo opuesto ya que sólo siguió gritando aún más fuerte.

Acabado su nivel de paciencia, salió con permiso del profesor directo al baño bajo la mirada curiosa de sus compañeros. Mirando su reflejo totalmente demacrado, con unas ojeras no tan prominentes, su piel pálida y su cabello _______ hecho un desastre, dejó salir un sonoro suspiro. Pasó todo el módulo de la clase ahí hasta que dieron la hora en la que aquella clase finalizaba.

Ya sintiendo que nada podía estar de mal en peor, salió del baño en busca de tranquilidad en el patio, sin embargo, estaba muy equivocada.

Y definitivamente aquel no era su día.

¿La gota que colmó el vaso?

Ver a Kirishima Eijirō, el pelirrojo de curiosa sonrisa y personalidad positiva, del cual sentía una gran atracción y la persona que actualmente le gustaba, estar con una chica que no reconocía, besándose en un de los pasillos.

Sintiendo su estómago revolverse y con ello una punzada en el pecho, simplemente se quedó detrás de ellos. La chica desconocida dándole la espalda, mientras que él estaba frente a ella dándole un abrazo.

Abrazándola como siempre quiso que lo hiciera con ella.

Dejando aquel doloroso espectáculo atrás, salió de ahí a paso rápido, tomando grandes bocanadas de aire para mantener la calma antes de explotar y arrepentirse de algo luego. A veces odiaba ser tan impulsiva.

Tratando de darse ánimos, la chica decidió esconderse detrás de una máscara cansada ese día como excusa para ocultar el estrés que estaba acumulando desde hace unas semanas, pues no solo fue ese día uno de los peores, sino toda la semana.

No estaba ahí para preocuparse de problemas amorosos o cualquier otro drama, por lo que simplemente pasó su día como si fuese uno de los tantos comunes y corrientes que ha tenido.

Intentando creer que mañana todo sería mejor.

Kaminari Denki:

Para aquel momento, lo único que se escuchaba en el parque era el sonido de las hojas de los árboles mecerse con el constante viento y el sol colarse entre ellas. Era un escenario bastante romántico y perfecto.

Era.

Ahora se había convertido en uno de los momentos más nerviosos para la chica.

-O-oye, si con eso intentaste decir lo que yo creo que quisiste decir me te-

-Creo que ya entendí el punto-le interrumpió toscamente mirando hacia otra dirección, ya sabiendo la respuesta. Golpeándose mentalmente por dejarse guiar por sus emociones y terminar besando al chico rubio esa tarde en la que ambos se habían topado para ir camino a sus hogares. Sólo por hacer aquella simple acción de afecto, estaba teniendo las consecuencias de aquel dolor en el pecho debido a que muy a su pesar, ese beso no fue correspondido.

-Lo lamento-habló. Le dirigió una mirada afligida antes de irse, estaba acostumbrado a ser rechazado, no a rechazar. Y no se sentía de la mejor manera.

En cambio, la chica, aún se encontraba cuestionándose el por qué de aquella acción, no era ese tipo de personas que normalmente suelen dejarse llevar por sus sentimientos y actuar sin pensar en las consecuencias, pero esa vez, actuó por aquel sentimiento que llevaba confundiéndole desde ya algunos meses, en un intento de saber si era correspondida.

Terminando en aquella dolorosa e incómoda situación.

Todoroki Shōto:

La fémina estaba sintiendo su cerebro explotar ante aquella oración que le estaba taladrando hasta la últimas de sus neuronas, con una incomodidad y un nudo en la garganta inexplicable que muy pocas veces había experimentado.

Culpa.

"Eres egoísta."

¿El por qué?

El chico bicolor que había captado su atención estaba caminando lejos de ella debido a que hace unos momentos, la chica había confesado "Accidentalmente" sus sentimientos por él, sin embargo, la culpa no se debía en cierta forma a aquella situación, sino más bien a que, Momo, una de las chicas que más le apoyaron y una gran compañera, sentía lo mismo que ella por aquel chico.

Y sabiendo ella aquello, le falló.

Por alguna razón, no sentía tristeza o rabia, sino culpa.

Culpa por ser egoísta y pensar que era lo suficientemente buena para estar con alguien como él. Culpa por pensar e idearse un mundo en el que ambos vivían sin ninguna complicación. Culpa por pensar que era correspondida. Culpa por fallarle a Momo, culpa por apoyarla en la situación con el bicolor, cuando ella secretamente ocultaba sus sentimientos por él.

Culpa por ser ingenua.

"Lo siento. Realmente tener una pareja ahora no es mi prioridad, tampoco puedo verte de esa forma", se repitieron aquellas directas palabras del bicolor, recordándole lo ilusa que fue.

Aquellas palabras toscas y directas que le causaban una sensación espantosa en el estómago.

Con aquella sensación amarga, decidió dejar el lugar y caminar hacia un destino no definido, distrayéndose de todo lo que había sucedido, antes de volver a su hogar.

Recordando que el tiempo lo cura todo.

Midoriya Izuku:

La chica había estado bastante sumida entre sus pensamientos los últimos días, bastante a decir verdad. Siendo tanto así que preocupó a su compañero de cabellos verdosos, el único chico más cercano a ella.

Por lo que ese día, la chica se había quedado en el salón arreglando sus cosas luego de que todos salieran, sin embargo, el pecoso se encontraba fuera del salón esperando a la chica para, finalmente, preguntarle el por qué de su comportamiento.

-Hey, _____-le llamó luego de que saliera del salón, sorprendiéndola en el momento.-¿Podemos hablar?

La vio mirar a los lados incómoda, hasta que soltó un suspiro.

-Seguro.

-¿Te sucede algo?-se atrevió a preguntar luego de estar un tiempo con la duda.

-¿Ah?-su ceño se frunció ligeramente mirándole bastante confundida.-No me sucede nada.

-¿Segura? Estas actuando muy distante-le comentó totalmente preocupado.

-No lo creo-fingió desinterés-De todas maneras no debería afectarte, tienes a Uraraka, ¿No es así?

Y dio justo en el clavo, pues la cara del chico era digna de fotografía debido a su rostro asombrado y nervioso.

-¿D-de qué hablas?

-Pensé que confiabas en mí-continuó ignorando olímpicamente al chico-Quién lo diría.

Realmente el comportamiento de ella se justificaba debido a que, muy poco suele confiar en alguien, sin embargo, con el chico pecoso siempre fue bastante apegada, y se debía a que le gustaba desde hace mucho por su amabilidad hacia su persona. Está de más decir los obvio celos que sentía a causa de Uraraka, pues apenas estaba logrando aceptarla, aunque después de ver un día en un lugar bastante alejado en U.A, besarse con él, aquellos pensamientos positivos se fueron al traste.

El mismo lugar al que ella recurría en los descansos.

Por supuesto estaba consciente de que no era culpa de Uraraka no cumplir con ciertas características que suelen gustarle al chico, después de todo no tenía un buen cuerpo como el de ella, ni tampoco era tan optimista, ni sociable, ni cariñosa o amigable, al contrario, ella no era tan femenina, era tosca, franca, realista y sin un gran grupo social debido a que no confía rápidamente.

Pero ella nunca se debilitó por aquello.

-N-no sé de qué estas hablando-se excusó completamente nervioso.

-Por favor Midoriya, ahórrate la actuación-respondió con sorna. Tal vez no quería ser tan ruda después de lo amable que había sido el chico con ella, pero aquel momento, la molestia y en cierta parte la decepción, le estaban cobrando factura-Sé que estás saliendo con ella, no es necesario seguir ocultándolo.

-Y-yo lo siento, tenía pensado decírtelo pero no encontraba la forma y au-

-Sí, lo que digas-le interrumpió dando vuelta sobre sus talones para salir de ahí lo antes posible, sin embargo, unos manos le tomaron por los brazos impidiéndole su cometido, observando aquellos grandes ojos de quien detuvo sus pasos, el chico habló:

-No entiendo por qué estás molesta-habló firmemente.

Ella, por otro lado, sonrió de forma irónica. Separándose levemente de él, antes de caminar hacia la salida.

-Creí que era bastante obvia de que me gustabas-confesó luego de voltear sobre su hombro, aún sin borrar aquella rara sonrisa, viendo la reacción atónita del chico, saliendo finalmente del lugar.

Sintiendo una vez más, aquel dolor en el pecho de cuando los vio juntos aquel día.

Bakugō Katsuki:

En ese momento agradecía enormemente su capacidad para aceptar las cosas, y con ello, lo fuerte que era.

Por aquella dos características, era diferenciada de los demás.

No cualquiera puede mantenerse ante aquellas fuertes y dolorosas palabras que el rubio le había dicho por su muy improvisada confesión, o al menos eso cree.

El hecho de que el chico que te gusta te diga que no eres lo suficientemente buena para estar con alguien como él, duele. No lo iba a negar.

Pero ella, para aquellos momentos, no iba a dejarse caer por unas simples palabras.

Que duele que te digan cosas hirientes hacia su persona, no. Para ella no.

Pero el era un caso bastante diferente.

Estaba consciente de que no cualquiera suele mantenerse ante aquellas situaciones, y estaba feliz de eso. De igual forma, estaba acostumbrada a aquellas palabras directas del chico, pues para cualquiera que le conozca, sabe de su actitud.

Era bastante irónico, pues mientras que ella le recordaba lo grandioso y admirable que era como confesión de sus sentimientos, él sólo soltara una sarcástica carcajada y le respondiera que ni en ninguno de los casos, estaría con alguien como ella.

Y sigue agradeciendo su alta autoestima.

Aún se cuestionaba qué le vio a ese chico para llegar a tal punto.

No obstante, seguramente para ella, aquel momento no le afectaría en lo más mínimo, después de todo, lo que menos quiere es que su carrera como futura héroe se vea afectada por pequeñeces como aquellas.

Sin embargo, muy a sus adentros, pensaba que podía ser correspondida.

Shinsō Hitoshi:

-Bien, ya estamos aquí. Ahora, ¿Me explicarás por qué has estado evitándome?-le cuestionó ya un poco fastidiada.

La chica lleva siendo ignorada desde hace una semana por el chico de prominentes ojeras sin tener una razón. Cosa que le molesta y le desanima, pues de paso que el chico que le atrae y considera mejor amigo no repare en ella, detesta ser ignorada sin ninguna razón en concreto.

-Yo... hace unos días te escuché hablar con Hatsume-habló recobrando la voz a medida que iba hablando.

-Ajá. ¿Eso qué tiene de malo?-preguntó sin captar la situación.

-Y puede que haya escuchado algo que no debí-respondió.

Iba a continuar inocentemente, hasta que por su mente, de forma rápida y discreta, pasó aquel recuerdo en el que estaba ella y Hatsume hablando de él, de Shinsō, específicamente, en los sentimientos de la chica por el muchacho.

-¿El qué?-volvió a cuestionar, manteniendo la esperanza de que no haya sido aquello que le estaba rondando en la cabeza.

El silencio se hizo dueño del momento durante algunos segundos. Unos segundos bastantes torturosos.

-Sé que te gusto-soltó sin rodeos.

Y dicho aquello, las manos y labio inferior de la chica, comenzaron a temblar levemente por los nervios. Iba a poner una excusa, ¿Pero de qué servía?

-Es incómodo.

Aquellas palabras le llegaron como mini dagas al pecho, directas y francas, como él. Le incomodaba el hecho que la chica con la que había contado sentía algo más que amistad por él, sintiendo que de alguna forma, aquella amistad se arruinaría por aquello.

-Lo siento. Hablamos luego-se despidió, huyendo de aquella situación.

Pero aquello jamás pasó, pues no volvió a hablar con ella.

Fin.

Espero les haya gustado el comienzo del especial. El fin de semana publicaré la segunda parte de "Amores no correspondidos" y luego publicaré los demás.

Cualquier duda, decidí hacer el especial en escenarios y no en One-shots, ya que últimamente no tengo tanto tiempo y de igual forma, quería ser justa con los otros dos pedidos para el especial.

Pido disculpas si en algunos de los escenarios la protagonista no fue de su agrado, ya que sinceramente, quería expresar a través de este especial cómo realmente se sienten diferentes personas ante una misma situación debido a que no todas actuamos igual y cómo a veces nos dejamos guiar por el momento. Así como también pido disculpas si ofendí a alguien en los escenarios de Todoroki y Midoriya ya que utilicé a Momo y Uraraka para llevarlos acabo, no quiero que lo malinterpreten ya que ellas me caen bien.

Disculpen cualquier error ortográfico y/o algo sin sentido.

¡Nos leemos pronto!

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