Bakugō Katsuki
Pedido por: Waterluz57
¡Espero te guste! ❤️
Aclaraciones: AU.
...
-Señor, otra vez ha llegado el mensajero.
Bufó sonoramente, ¿que acaso no entendía?
-No me interesa, dile que se vaya.-respondió tosco.
-Insiste en hablar con usted, señor.-explicó uno de sus guardias.
-No. Ya le he dicho que no lo quiero ver.-expresó con molestia.
El guardia asintió saliendo del lugar. Pasó su mano por sus rubios cabellos. Se acomodó en su trono, refunfuñando por lo bajo. Las personas eran realmente fastidiosas.
<<Estúpida mujer>>, pensó.
Desde hace meses, la gobernante de un reino bastante lejano, insistía en que debían formar alianza. Primero, comenzó con cartas: enviaba cada semana una carta en la que informaba que era de vital importancia que ambos reinos buscaran la paz y la unión. Esa primera vez, se limitó a responder un simple no, cosa que se tomó a mal porque después llegaron más cartas, las cuales ni se molestaba en abrir al ya saber su contenido.
Posteriormente, al ver que las cartas no resultaron, una vez a la semana, llegaba un mensajero. Un tipo cuyo nombre no se interesó en saber nunca y, al igual que en las cartas, le explica con lujo y detalle el por qué deberían aliarse los reinos. Era tan fastidioso que lo botaba del lugar con gritos siempre que repetía lo mismo.
Unirse blah blah. Paz blah blah. Avances blah blah.
No necesitaba nada de aquello, su reino sabía mantenerse porque él mismo después de la muerte de su padre, se encargó de comenzar a producir su propia materia. Desde un principio, ser el próximo heredero al trono era un total estrés pero, desde que su progenitor falleció, decidió dejar todos aquellos pensamientos y comenzar a trabajar.
Cabe destacar que su actitud déspota y orgullosa era totalmente distinta a la tranquila y comprensiva de su padre, por lo que en un principio presentó problemas ante los comentarios del pueblo y su manera de llevar a cabo las cosas. No obstante, de forma paulatina, las cosas fueron tomando un buen ritmo.
Pero ahora, aquella reina era una piedra en el zapato.
De igual forma, él ni siquiera se había interesado en unirse con ningún otro reino, a diferencia de ella, quien mantenía fuertes lazos con la mayoría de los reinos. Recalcaba, no necesitaba a nada ni a nadie. Además, en un pasado, su reino había presentado conflictos con el de la mujer, por lo que seguiría negando cualquier propuesta.
Nada le haría cambiar de opinión.
...
-¿Qué demonios haces aquí?
-En vista de que has rechazado todas las propuestas para formar alianzas, he decidido venir personalmente.-respondió la fémina.
-¿Cómo osas venir aquí sin mi permiso?-atacó con notoria molestia.
-¿Acaso es mi culpa que no hayas escuchado a mi mensajero?-contraatacó.
Se tragó sus palabras, por eso había insistido en hablar con él.
-No me interesa. ¿No entiendes que no me importa formar esa estúpida alianza?
-Creo que no lo has pensado de formar correcta-explicó-. Si buscamos la manera de que los pueblos entiendan el beneficio que traerá ésta unión, podemos llegar más allá de nuestros límites. El comercio y la producción serían más abundantes.
Si bien lo que decía tenía un buen punto, él no iba a ceder.
-No. Me. Interesa.-espetó.
-No sólo lo hago para mejorar la producción y tener avances, podemos dejar los rencores. No es bueno que ambos reinos estén en competencia y con conflictos. No queremos que nuestro pueblo se vea afectado.
La rabia mezclada con la tristeza le inundaron, apretó con furia sus puños, sintiendo estos temblar levemente. Su ceño se frunció profundamente, al grado de que su rostro se arrugara, expresando toda la molestia que sentía por el tema.
Había tocado una fibra sensible.
-¿Cómo pretendes que forme alianza con quienes le arrebataron la vida a mi madre?
Aquella pregunta no le descolocó ni lo más mínimo, su rostro sereno seguía ahí, expresándole que se lo veía venir. Bakugō mantenía su quijada presionada con tanta fuerza que podía escuchar sus dientes rechinar ante el contacto, reteniendo todo el veneno que sus palabras podían transmitir.
-Lamento eso. Me gustaría que entendieras que ese incidente no fue parte de nuestra familia. Si bien fue culpa de una persona de mi pueblo, es nuestra responsabilidad. Sé que la intenciones de tu progenitora al visitar mi reino eran buenas pero, esa persona se salió de control. Atacó sin pensar con la cabeza fría. Necesito que entiendas que no quiero paz para que la fama de mi reino sea uniforme, lo hago porque de verdad quiero dejar las cosas bien.
Su cabeza daba vueltas, no quería seguir con aquello. La rabia le nublaba la mente como un día gris que anunciaba una fuerte lluvia. Quería que se fuera de allí. Levantó la mirada, sólo para verla de pie completamente sola, ningún guardia estaba a su lado. El lugar estaba completamente en soledad, únicamente ellos dos se encontraban ahí.
-Vete.
-En serio necesito que lo pienses mejor y de-
-¡Que te vayas!-vociferó.
La vio negar con disgusto. Sus ojos ________ le miraron con desaprobación antes de dar la vuelta sobre sus talones y comenzar a caminar a la salida. Tomó su rostro con frustración, mirando por última vez a la mujer, frunciendo el ceño ante el extraño caminar de ella.
...
Esa mañana, decidió salir de su castillo para visitar a su pueblo y supervisar los principales lugares de producción. Después de la inesperada llegada de __________, dejó sus tareas y se encerró en su habitación, por lo que hoy se centraría a realizar todo lo que su tiempo libre le dedicara.
La tranquilidad era notoria, su caballo caminaba de forma lenta, en cada lado, un guardia miraba a su alrededor supervisando cualquier movimiento extraño. Se limitaba a responder con un asentimiento de cabeza a todo aquel le deseaba un buen día o simplemente le saludara.
Algunas mujeres le saludaban con grandes y radiantes sonrisas, otras le ignoraban, mientras que algunas intentaban llamar su atención.
Mientras seguía con lo suyo, su mirada se posó en la figura de una mujer. Se encontraba en un pequeño negocio de hortalizas y frutas. Una cabellera bastante familiar y un color de piel reconocido le hizo detener y bajar de su caballo. Mientras se acercaba, el hombre del local le sonreía amablemente a la mujer, quien se encontraba inspeccionando algunas frutas.
-¿Qué haces aquí?-preguntó cuando se cercioró quién era.
-Oh, Bakugō. Buenos días.-saludó sonriente.
Gruñó, a su lado, el dueño del negocio le saludó respetuosamente, mientras que le respondía de la misma forma que a los demás. _______ seguía tomando algunas frutas, traía un vestido color azul, su cabello estaba suelto en su totalidad, exceptuando dos pequeños mechones que estaban sujetados en la parte de atrás de su cabeza. A simple vista podría ser confundida con una pueblerina.
-Me llevaré ésto-informó, sosteniendo en su mano una pequeña canasta con los frutos.
-No se preocupe, no es necesario pagar.-explicó el dueño del negocio cuando vio que comenzaba a buscar la paga.
-Para nada. Quédese con el cambio.-en el momento que iba a darle el dinero al amable señor, la fuerte y áspera mano de Bakugō le detuvo.
___________ miró con curiosidad al rubio, quien dejaba dinero en la madera donde se encontraban exhibidas las frutas y hortalizas.
-Muchas gracias-agradeció sonriente el señor al rubio-. Y, señorita _________, puede venir cuando guste. Siempre será bienvenida en mi negocio.
-Es usted muy amable-le dedicó una sonrisa antes de comenzar a caminar hacia la dirección opuesta-. No tenías por qué pagar por mí-informó cuando a su lado, Bakugō caminaba en compañía de su caballo y sus guardias.
-¿Por qué sigues aquí?-preguntó-. Deberías irte ya, no puedes dejar a tu reino.
-No te preocupes, he dejado a alguien de confianza a cargo mientras estoy ausente. Además, tenía curiosidad por conocer tu pueblo. Algunas personas por aquí son muy amables.
-¿Algunas?-guardó silencio en el momento en el que se percató de lo que estaban hablando-. Déjennos solos-avisó a sus guardias, quienes se fueron luego.
Justo ahora se encontraban caminando en una calle no tan transitada, que daba a un enorme campo pintoresco. Lugar en el que más adelante, se encontraban personas que trabajaban arduamente en la producción de los alimentos que mejor se daban en su reino. Pararon frente al un camino que guiaba a aquellos lugares.
-Lamento si causé problemas con mi llegada ayer. Realmente no eran mis intenciones. Así mismo, entenderé si de verdad no quieres formar la alianza-explicó mirando al frente.
Bakugō no respondió, se encontraba pensando en las palabras correctas, pues, había una pregunta que seguía rondando en su mente.
-¿Qué pasa con tu pierna?
_________ suspiró. Tarde o temprano lo preguntaría, después de todo, era demasiado notorio.
-Un accidente. Fue hace dos meses, más o menos.
-¿Acaso fue el mismo accidente donde...?-dejó la pregunta al aire, de alguna manera no quería tocar el tema.
-Sí.-respondió.
Un nudo se formó en su garganta, un nudo que estaba segura que no se desaparecería fácilmente. Sus ojos picaron, amenazando con salir de sus ojos, aquellas gotas tibias y saladas. Definitivamente, la muerte de sus padres era un tema demasiado delicado que jamás sabría llevar sin quebrarse.
Oh, y ambos lo entendían, exceptuando que él ya tenía una coraza para protegerse.
Llevar la carga de gobernar un reino en la etapa en la que apenas se consideraba como adultez, realmente era un peso para sus hombros difícil de llevar. Con dificultades que provocaban un estrés inimaginable, donde las opiniones, las necesidades y la seguridad de su pueblo era lo primordial.
Es por eso que, la chica insistía en que debían enmendar las cosas. Los problemas debían quedar atrás y dar paso a nuevas oportunidades para que ambos reinos no presentaran inconvenientes.
-Bonito caballo.-comentó, buscando disipar la tensión que se formó entre ambos.
Un hermoso semental con pelaje color marrón, fuerte a simple vista, se encontraba comiendo pasto tranquilamente. Sus facciones eran marcadas y era bastante grande, se notaba el buen cuidado que le daban.
-Lo sé, lo tengo desde hace 5 años-respondió, observando las acciones de la fémina, quien ahora caminaba hacia al animal-. ¿Dónde están tus guardias?
-Los he dejado ir a caminar. Tú pueblo se ve bastante seguro, así que no tengo de qué preocuparme-explicó, jugando con el cabello oscuro del semental.
Asintió ante la respuesta, realmente no sabía si era bueno tanta confianza, sin embargo, lo dejó pasar. De hecho, justo ahora, la verdadera interrogante que estaba surcando en su mente era que si lo que iba a preguntarle, era correcto.
-¿Quieres acompañarme a revisar las fábricas?-soltó, le había costado decir aquello.
___________ dejó de acariciar al animal, el cual no mostraba ningún tipo de queja. Se mostró claramente sorprendida, hasta que sonrió en respuesta.
-Con gusto-agregó.
...
Finalmente, Bakugō se encontraba en la calidez de su castillo, específicamente en su habitación, rodando en su cama totalmente inquieto.
Pasó toda su tarde en compañía de _________, yendo a supervisar distintos lugares. De hecho, _______ se mostró totalmente a gusto, opinando sobre cualquier cosa, como por ejemplo, si debían agregar algo o lo contrario. Se mostraba amable y directa con los trabajadores de las fábricas, hablándoles sobre su trabajo y mostrándose interesada, y de igual forma, agradeciendo por dar día a día su esfuerzo para sacar adelante su pueblo.
Él mismo, estaba intrigado por la actitud que había mantenido en casi todo el día. Incluso, después de supervisar las fábricas y de cerciorarse de que no había ningún tipo de queja, que fue a horas de la tarde, le llevó a recorrer una plaza que su padre y sus antecesores se encargaron de construir.
Caminaron y conversaron acerca de su manera de gobernar y sus futuros planes o visiones para avanzar. Sus platicas eran tan técnicas y centradas, que las horas pasaron volando, pues, era tarde para cuando se dieron cuenta. Se encargó de escoltarla hasta las pequeñas y modestas residencias en la que se hospedaba. _________ le informó que se iba a ir al día siguiente por la tarde, pero lo que él no vio venir fue que le preguntara si quería salir a dar un paseo por el campo. Si era sincero, no dudó ni un segundo en dar respuesta positiva.
Fue como si de pronto se volviera más... amable.
Oh, y cómo no, el beso en la mejilla que le dio antes de irse le estaba martillando la cabeza.
Estaba seguro de que en cualquier otra circunstancia le hubiese molestado pero, para su sorpresa, no fue así.
Poco a poco, sus pensamientos sobre _______ fueron disipándose ante el cansancio, cayendo dormido a los minutos.
...
Katsuki se sentía extraño, demasiado para su gusto y parecer. En el momento en que ________ se fue para seguir con su labor en su reino, no sin antes recordarle que si cambiaba de opinión sobre la alianza podía ir a hablar con ella, sintió algo faltar.
Ha pasado casi medio mes, y aún se siente raro. Todo ahora le parecía confuso.
Sin embargo, ahora que se encontraba guardando sus cosas, se cuestionaba si de verdad debería ir a visitarla. Le había enviado una carta hace dos días informándole su visita, donde al siguiente día, llegó la respuesta, donde decía que estaría gustosa de recibirlo en su reino. Maldecía y gritaba al recordar que no iba a su reino para hablar sobre la alianza o algo con respecto a eso, sino que iba por ella.
Porque quería volver a verla.
...
...
...
Ha pasado más de un año y dos pueblos se encontraban unidos, llenos de alegría, dicha y gozo.
Se podía sentir la felicidad en el aire. El pueblo de Bakugō estaba festejando con orgullo y gracia que por fin su gobernante haya encontrado el amor. No podían estar más felices, estaban inmensamente agradecidos con él por la manera en que pudo sacar a esa gran población adelante después de la muerte de sus padres, de buscar las maneras de incrementar las capacidades que daban sus tierras.
Mientras que, el pueblo de ___________, al igual que el de Bakugō, irradiaban auténtica alegría y tranquilidad de que por fin, las cosas se solucionaran, pues sabían lo mucho que había trabajado para retomar el ritmo después de la muerte de sus padres y seguir adelante.
La pareja de recién casados, se encontraban a gusto en la hermosa plaza repleta de familiares, amigos y personas importantes que le apoyaron en sus momentos difíciles. Les felicitaban con abrazos y enormes sonrisas a la pareja, quienes se encontraban juntos cerca de una fuente decorada con flores.
-Quién diría que terminaríamos así-comentó ________ notablemente feliz, envuelta en un hermoso vestido blanco.
-La verdad es que yo no me quejo-respondió acercándola-. Te ves hermosa.
_________ sonrió feliz, amaba aquella parte sincera de Katsuki que sólo ella tenía el privilegio de conocer. En manera de transmitir toda la alegría y el amor que poco a poco le tomó en el paso de todos esos meses, besó sus labios con lentitud y cariño, mientras escuchaba los silbidos y aplausos de las personas allí presentes, quienes miraban enternecidos y felices a la pareja. Al final, encontraron otra alternativa de enmendar sus problemas.
Y claramente, era la más bella alternativa.
Fin.
¡Hola!
Lamento la tardanza, la verdad estaba buscando inspiración para terminar este One-shot y no sé cómo quedó, aún así, espero como siempre, que les haya gustado.
Ahora sí, viene el especial nenas.
Con 12 votos a favor, la trama que ganó fue la de Celos, mientras que, con 5 votos a favor, ganó nuestro pelirrojo sonriente favorito.
Bakugō, Midoriya y Kirishima estaban empatados con 4 votos, así que tuve que pedirle a una amiga que conocí por aquí que eligiera cuál quería, y votó por Kirishima. Si estás leyendo ésto, eres un amor.
¡En fin!, trabajaré duro en el especial para traerles lo mejor porque, se lo merecen. Son unas hermosas personas por darle amor a lo que hago y tomarse un tiempo para leer lo que escribo. Siempre que leo sus comentarios me emociono y cuando veo la cantidad de votos que llegan a mis notificaciones siento que exploto de felicidad.
Para las bellas personas que hicieron sus pedidos, después de que haga el especial comenzaré a publicarlos. Tomará su tiempo pero, llegarán con seguridad. Así mismo, trabajaré en una idea que me dio alguien por aquí sobre un AU Omegaverse.
Disculpen cualquier error ortográfico y/o algo fuera de contexto.
¡Nos leemos pronto y, muchas gracias!
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