La rutina de Yolanda durante todos los sábados, luego de quedarse hasta las doce del mediodía haciendo la tarea, es ir a la tienda de discos para comprar música de sus artistas favoritos.

Para después ir al parque de la ciudad, comprar un helado de vainilla en su heladería favorita, y sentarse en una de las bancas leyendo un libro.

Verónica, por otra parte, tras haberse despertado tarde (como todos los fin de semana), almorzado y cambiada; opta por ir a comprar casetes para escucharlos mientras pasea por el parque.

Ambas tienen varios encuentros entre sí durante su estadía en el parque; Yolanda permanece sentada y tranquila cuando la más alta pasa cerca de ella mientras da su acostumbrado paseo, como si no notara su presencia; y Verónica alza una ceja preguntándose por qué todos los sábados ve a esa chica leyendo libros en el mismo lugar y a la misma hora, algo confundida y curiosa en conocer a la otra.