Capítulo 82
—¿Cómo... qué? ¡¿A qué te refieres con que no me voy a graduar?! ¿¡Cómo que no me voy a graduar?!— .
Henry caminaba de un lado a otro en la Capi Cueva, todo gracias a la bomba de noticias que le dejé caer, cosa que pudo haber evitado si me hubiera escuchado desde un inicio, pero no lo hizo, y ahora estaba sufriendo demasiado sabiendo que no se iba a graduar, sin contar que aún no caía en la cuenta de lo más "importante".
—Has perdido demasiada escuela por ir en misiones los últimos años, Hen— le explicó Charlotte —. No tienes los créditos suficientes para graduarte—.
—Honestamente— habló Piper entrando a la conversación —¿Cuándo fue la última vez que fuiste a la escuela?—.
Él rubio rió nervioso —Pues... um... el otro día, cuando me rompí el brazo y Ray y Schwoz fueron a la escuela con la catapulta—.
Arrugué mis nariz —Eso fue hace más de un año—.
—¿Qué?— Henry alargó la "e" —¿Y por qué nadie me dijo que no me iba a graduar? ¿Tú lo sabías?—.
—Sí, Henry, sí lo sabía, desde hace tiempo— respondí.
—¿¡Por qué no me lo dijiste?! ¡Tenías que decírmelo, ____! ¡NO NOS OCULTAMOS LAS COSAS!—.
Abrí mi boca indignada por tremendo reclamo que recibí por parte de Henry; estaba actuando como si no se graduara fuera mi culpa, y aunque lo amara con todo mi corazón no lo iba a permitir, porque claramente no era mi culpa.
—¡Traté de decírtelo por semanas!— le regresé gritando también —¡Meses de hecho! ¡Nunca me escuchaste, Henry!—.
Como lo esperaba, Henry se quedó callado durante varios segundos, a lo que supuse analizando cada vez en la que le dije o traté de decirle de la escuela. Fueron más veces de las que ahora puedo contar, pero las suficientes para saber que yo tenía razón y él no.
—¡Rayos!— se quejó.
—Tampoco es culpa de ____ que no te haya dicho, Henry— Piper caminó a nosotros —. La escuela te ha mandado cartas cada semana por un año, ¿Acaso abriste alguna?—.
—No, las tiré porque supuse que serían malas noticias—.
¡He ahí otro problema!
—Bueno, la buena noticia es que aún tienes...— empezó Charlotte tratando de encontrar una buena razón de buenas noticias, cuando la verdad no existía nada —... ¿Dientes perfectos?—.
—¡Sí, gracias, Charlotte, mis dientes son perfectos!— contestó Henry sarcástico —¡Es lo único bueno que me queda! Y ____ también.
Ah rayos. Cerré mis ojos al mismo tiempo que apretaba mi mandíbula por lo que dijo Henry. Guardando mis palabras para mí y consumiendo el dolor de mi corazón rompiéndose, pedazo por pedazo, sintiendo ese nudo en la garganta que que recorría hasta mi pecho, que prefería evitar pero no se podía.
—¿Verdad?— preguntó Henry de nuevo con ese tono preocupado cuando nadie le respondía —¿¡Verdad?! ¿____?—.
Suspiré resignada —Henry...—.
—¡Wow!— exclamó —¡En serio, wow!—.
—¡Te dije que viajaría por la universidad!—.
—¡Sí!...— titubeó unos segundos —... bueno... debiste ser más específica—.
—¡No había razón por ser específica!—.
—¡Había mucha razón para serlo!—.
—¡Tampoco es mi culpa que no hayas escuchado!—.
—¿Sabes qué?— Henry posicionó sus manos sobre sus labios —No quiero discutir ahora, no quiero hacerlo, no hay que pelear, estoy más preocupado por todo esto como para tener más problemas—.
Ladeé mi cabeza —Al menos dices algo coherente—.
—Pero, entonces... ¿Se van a la universidad? ¿Todos?— siguió preguntando con ese tono sorprendido.
—Sí, algo así— respondió Char —, nos vamos a Dystopia unos días después de graduarnos...—.
—¿¡TODOS?!— me miró él rubio —¿¡Van a ir a la universidad en Dystopia?!
Rodeé mis ojos —Henry, no- —.
—¡Ese lugar es como un baño plagado de crímenes!— pero cómo siempre, no nos escuchaba —¡Y está al otro lado del mundo!—.
—Lo sabemos...—.
—¿¡Hablan Dystopiano siquiera?! ¿¡Cuándo aprendieron esto?! ¿¡CUÁNTO ME HE PERDIDO?!—.
Charlotte y yo nos volteamos a ver rendidas, no había mucho que hacer por Henry en estos momentos, o más bien, lo había, pero era imposible hacerlo entrar en razón y que nos escuchara. Él sólo se hacía las ideas locas que lo llevaban a la locura y al desconcierto.
Inhalé y exhalé una gran cantidad de aire para poder calmarme yo y ser el adulto en mi relación, para así tratar de razonar con él.
—Escucha— comencé —, Charlotte se va a tomar un año sabático para ir a ser voluntarios en una caridad en Dystopia, mientras que yo, sólo iré por el verano antes de ir a la universidad en agosto—.
—¡Exacto!— siguió mi mejor amiga —Después de eso, regresaré para ir a Harvard—.
—Y yo voy a ir a NYU—.
—¿¡Y... y... qué hay de Jasper?! ¿¡También va a ir a Dystopia?! ¡¿Y qué hay de mí?!— Henry se giró en mi dirección —¿¡De nosotros, ____?! ¿¡En serio te vas a ir a y dejarme aquí?! ¿¡Qué pasará con lo que tenemos?! ¿¡Por qué no me lo dijiste antes?!—.
Cerré mis ojos con fuerza —¡HENRY! ¡Ya te lo dije! ¡He tratado de...—.
—¡NOPE!— interrumpió —¡Olvídalo! No quiero discutir ahora—.
Parecía que eso precisamente era lo que quería hacer. Y me estaba sacando demasiado de mis casillas.
—Um... no, él va a ir a Harberd— contestó rápidamente Charlotte cambiando el tema —. Que suena como Harvard, pero es una escuela completamente diferente—.
La impotencia de Henry y la confusión era lo único que lo llenaba en esos momentos, lo distinguía por la mirada que tenía, aprendí a leer lo que sentía por sus ojos. Porque además del enojo que sentía él, sabía que iba más allá de mí no haberle dicho toda la verdad, era que todos sus amigos se irían y él se quedaría sólo en esta ciudad con Ray.
Todos seguiríamos con nuestras vidas, mientras él se estancaba en lo que vivió de la adolescencia. Me sentía pésima por él, tanto que un dolor en mi pecho apareció sofocándome lentamente; no quería dejarlo, no podía hacerlo.
Nuevo plan: Hacer lo imposible para llevarlo conmigo.
—Tenemos que irnos— habló Piper, mientras se levantaba del sillón giratorio —¿Ya estamos listos para Una Noche en el Desierto?—.
—Sip, tú empaca el auto y yo despertaré a Jasper— respondió Char.
¡Rayos! Olvidé que esta noche era una Una Noche en el Desierto para nosotros. No me entusiasmaba, pero tampoco me disgustaba, aunque ahora estoy pensando seriamente en tomar la decisión contraria.
—Woah, woah, woah, woah-- Una Noche en el Desierto es una fiesta de toda la noche para seniors solamente— dijo Henry.
Piper bufó —Yo también me voy a graduar—.
—¿¡Mhm?!—.
—Voy a ir a la Estatal de Florida—.
—¿¡MHMMMMMM?!—.
—¡No empieces!— lo amenacé.
Henry chasqueó la lengua —Eres... eres... eres mi hermana menor, ¿Cómo es que te vas a graduar ya?—.
—Hice cosas malas— respondió Piper despreocupada —. Pasé muuuuucho tiempo en la escuela de verano. Así conseguí los créditos suficientes para graduarme antes... ¡Seniorssssss!— canturreó.
Levanté mi puño en el aire —¡Seniorrrsssss!—.
—¡Seniorsssss!— Charlotte.
—¡Seniorrrssssss!— Jasper.
"¡WHOOO, WHOO, WHOO, WHOO, WHOO, WHOOO!" cantamos al unísono.
—No, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no—.
Sea lo que fuera que estuviera pasando, era inevitable no cantar y gritar "Seniors" cada vez que alguien lo hacía, era divertido y más porque, también, fuera lo que estuviera pasando, me emocionaba graduarme.
En ese momento, la puerta secreta de los monitores se abrió, dejando ver a Schwoz con la pierna de pavo en su boca sin soltarla y a Ray jalando de ella tratando de que la soltara.
—¡Suelta!— exclamaba Ray, mientras jalaba su pierna de pavo —¡Suelta! ¡Suelta!— Schwoz no soltaba la pierna —¡SUELTA! ¡ARGHHH! ¡Suelta!—.
Iba a decir que la situación era demasiado extraña. Más porque parecían un perro y su dueño tratando que soltara algo de su boca, pero cuando se trataba de esos dos, nada ya era raro.
—Ray, tengo un enorme problema aquí— dijo Henry acercándose a ellos.
—Una cosa a la vez, Henry— respondió él.
—Okay—.
Sin decir ni una cosa más, Ray tomó en Rayo de Tiempo en sus manos y le disparó a Schwoz sin titubear siquiera un poco; nuestro amigo científico desapareció de nuestra vista, y la pierna de pavo ahora en posesión de Ray giraba en su propia mano, con una sonrisa de satisfacción de su parte.
—¡Problema resuelto!— exclamó éste emocionado, y le dio una mordida a su pierna de pavo —¿Cuál es tu problema?—.
—Mi "problema" es que ¡Todos se van a graduar de la preparatoria excepto yo!—.
—¿Y luego?— preguntó Ray irónicamente —No necesitas graduarte de la preparatoria para ser un compañero—.
—Pero no quiero ser un compañero por el resto de mi vida—.
—Y no lo serás. Puedes tomar mi trabajo de superhéroe completo cuando me retire— golpeó ligeramente el brazo de Henry —... en 30 años—.
—¿¡30 años?!—.
—Okay, me atrapaste, quizás unos 40 años, estoy en genial forma—.
—Viejo, ¡No quiero quedarme aquí en Swellview atrapado siendo un compañero por el resto de mi vida!—.
Sentía mis manos humedecerse por los nervios de la situación, nunca había visto a Ray y Henry discutir de esa manera, y mucho menos diciéndole la verdad. Cualquiera podía ver el dolor de Ray cuando Henry dijo eso, tanto que hasta a mí me dolió.
—Oh, lo siento, no me di cuenta que estabas "atrapado" en Swellview conmigo— dijo Ray con sarcasmo.
Henry encogió los hombros —Bueno, supongo que yo tampoco me di cuenta de eso, he estado demasiado ocupado aquí en la Capi Cueva por seis años contestando a llamadas de emergencia—.
El sonido de la llamada de emergencia comenzó a sonar por toda la Capi Cueva, al igual que el color rojo de las luces prendiendo y apagando.
Mal momento para que llegara una llamada de emergencia.
—Llamada de emergencia— anunció Charlotte.
—¿Lo ves?— le preguntó Henry a Ray irónicamente.
Suspiré —Iré a contestarla—.
—Déjalo, que vaya a buzón de emergencia— Ray hizo un ademán con la mano restándole importancia, sin despegar su mirada de Henry —Henry y yo aún no terminamos aquí—.
—Um...— relamí mis labios —, de hecho, el buzón de emergencia está lleno—.
—¿En serio?—.
—Sí, ¿recuerdan a esa niña Mika? ¿Que los salvo cuando Jack Frittleman los atrapó en el cuarto de escape?— habló Char entrando a la discusión.
—Uh, nosotros la salvamos a ella, pero sí—.
Rodeé los ojos y caminé a las computadoras —Bueno, deja como mil mensajes al día preguntando si puede ayudarlos a combatir el crimen—.
Presioné uno de los botones en la computadora para poder poner todos los mensajes que Mika dejaba al día, y es que en las semanas pasadas, nos había engañado varias veces creyendo que era una llamada de emergencia, cuando en realidad, no era ni la mitad de eso.
>>MIKA: ¡Hola, soy Mika! Sólo quiero dejarles en claro que aquí estoy si me necesitan ayudar a pelar contra el crimen<<.
Decía el buzón de voz, que bueno, no era el único.
>>MIKA: ¡Hola, soy Mika! Otra vez...
MIKA: Aquí si me necesitan...
MIKA: Aquí si me necesitan...
MIKA: Aquí si me necesitan...
MILES: Hey, soy Miles, ¿Pueden llamar a mi hermana? Está perdiendo su...
MIKA: ¡Okay! No sé que lo que les dijo mi hermano...<<
Golpeé por última vez el botón de buzón de emergencia por última vez para escuchar el último mensaje, sólo que ahora, por primera vez en muchos otros, se escuchó otra voz diferente.
>>¡Este es el Vice Alcalde!<<
—¡Oh! ¡Oh! ¡Eso es probablemente de mi estatua!— gritó Ray —¡Presiona play, presiona play, presiona play!—.
Alcé mis manos tratando de defenderme, presioné play al mensaje y me hice a un lado.
>>VICE ALCALDE: ¡Necesito que tú y Kid Danger vengan a mi oficina, ahora!<<.
Ray celebró soltando una carcajada —¿Escucharon eso? ¡Acaba de decirme que me dará una estatua!—.
Los cuatro que estábamos ahí nos miramos confundidos, tratando de leer entre líneas lo que Ray había dicho, pero era imposible, eran cosas que sólo sucedían en su cabeza y no pensaba cuestionarlo.
—No dijo ni una sola cosa acerca de una estatua— dijo Piper.
Ray soltó un bufido —¡Pfff! ¿Qué más podría ser?—.
—Literalmente cualquier cosa— respondió Charlotte con una mirada nula.
De la nada, Ray soltó un grito de dolor y apretó su brazo, mientras gritaba: "Suelta. Suelta. Suelta. Suelta". Schwoz volvió a aparecer en nuestro tiempo, aún mordiendo, sólo que ahora mordía a Ray y la pierna de pavo.
Otra vez, no iba a cuestionar eso.
Dejando de lado a Ray con su amigo de toda la vida compararse como lunáticos, yo decidí acercarme a Henry para alejarlo de la situación y tratar de ayudarlo con el problema, ya que nadie decidió hacerlo y porque nadie pareció importarle tanto, a mí era lo contrario. No me gustaba verlo sufrir internamente, me hacía sufrir a mí también.
—Hey— acaricié con cuidado su brazo —, todo va a estar bien, ¿okay?—.
—No puedo creer que esté pasando esto, ¿cómo pude ser tan tonto? Me tomé tan en serio este trabajo que...— hablaba tan rápido que su ansiedad me causaba ganas de llorar —... no sé que hacer, ____, en serio no sé que hacer—.
—Tranquilo— lo abracé, él escondió su rostro en mi cuello —, me tienes a mí, y yo te voy a ayudar—.
—Me duele que no me hayas dicho que te ibas— murmuró con sus labios rozando la piel de mi cuello —, pero me duele más que te vayas al otro lado del país y del mundo, ¿Qué se supone que haga sin ti?—.
—No te preocupes por eso ahora— me separé del abrazo y tomé su mejilla —. Lo importante es encontrar una manera para que puedas graduarte y así, quizás, venir conmigo en el verano—.
—Pero, ¿Qué pasará cuando te vayas de Dystopia y regreses aquí? ¿O qué pasa si no puedo ir a Dystopia?—.
Me paré de puntitas para poder así alcanzar su rostro. Lo miré fijamente y directamente a los ojos, que cuando lo hice, sin dudarlo, le planté un beso en los labios que me aceptó sin problema.
Un beso lento, y lleno de sentimiento, pronto él me tomó por la cintura para profundizar nuestro beso; segundos después, nos separamos con cuidado juntando nuestras frentes y con los ojos cerrados, era una emoción perfecta que me hizo contener las ganas de llorar por verlo de esa manera.
—Te amo— susurró.
Mostré una ligera sonrisa —Te amo mucho más, Henry— le di un corto beso en los labios —. Ve con Ray a ver al Vice Alcalde, habla con él, quizás pueda ayudar con eso de graduarte, mientras yo me quedaré aquí para buscar cosas que pueden funcionar igual—.
—¿Qué hay de Una Noche en el Desierto?—.
—¿Qué hay de mi chico y el no poder graduarse?—.
Henry abrió los ojos y me dedicó una sonrisa tímida, sus mejillas se tornaban rojizas por lo que le dije y yo traté de no morir de ternura, me encantaba verlo sonreír y más así.
—Me importas más que una noche de fiesta en el desierto y al igual que tú, no quiero que te vayas de mi lado—.
—¿Qué hice yo para merecerte?— acarició con delicadeza mi cintura —En serio, ¿Qué hice para merecer a alguien tan... tú? ¿Qué hice para tener a ____ Martin conmigo?—.
Encogí mis hombros —Volverte mi mejor amigo tal vez, y el amor de mi vida—.
(...)
La verdad es que si no tengo una relación como esos dos, no quiero nada.
En fin.
Estoy nostálgica, chavos, demasiado nostálgica.
Lxs ama con toda su alma:
-Andy
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro