Capítulo 70
La idea del restaurante resultó tan bien que todos estuvimos de acuerdo en que debíamos de ayudar en lo que sea, literalmente. Todos menos Charlotte, que dejamos que se fuera un poco antes para que fuera por Jack Swagger al aeropuerto, y ella también se fuera a cambiar y poner linda, pero la verdad es que todo salió muy bien después de todo.
Schwoz sacó una máquina para hacer que la Capi Cueva estuviera completamente cubierta con cortinas aprueba de sonido, todo menos las computadoras que se supone era la "cocina", así si llegaba una llamada de emergencia no se escucharía en ningún lado más que ahí.
Todo se encontraba decorado entre tonos plateados y brillantes, un gran toque de Sxhqoz, que cuando yo iba a terminar de ayudar a poner las mesas y las flores para que se viera mejor, él insistió en que podía terminar él mismo para que todos nos fuéramos a cambiar y pretender que este era un restaurante elegante y real.
Cada uno tenía su misión: Henry sería él mesero. Jasper y yo los hosts. Schwoz y Ray los chefs. El plan perfecto para nuestra amiga, que sinceramente se merecía esto y mucho más por todo lo que ha hecho por nosotros.
―Rayos― me quejé ―Acomódate estúpido, tonto... ¡Argh!―.
Estaba en Junk N' Stuff terminando de acomodar mi cabello frente a un espejo; había regresado de mi casa ya peinada, maquillada y cambiada, con un vestido verde fuerte que encontré por ahí en mi clóset y que no sabía que tenía, si podía ser sincera, era el más elegante que pude haber tenido.
Hacía juego con unos zapatos de medio tacón del mismo color, que con esos y mi cabello suelto no me sentía nada como yo, nunca me peinaba más que cepillado mi cabello, pero todo era por Charlotte y que su cita pareciera creíble en este lugar.
Bajé a la Capi Cueva por el elevador, todo para encontrarme al llegar con Jasper acomodando los cubiertos en las únicas dos mesas que habían puesto. El lugar quedó realmente elegante y bastante lujoso, si no supiera que detrás de las cortinas plateadas y los adornos había la guarida secreta de un superhéroe, definitivamente me creería que aquí era un restaurante.
―Hey, el lugar se ve genial― dije admirando todo ―Schwoz en serio se lució―.
―¿Tú crees?― preguntó Jasper volteándome a ver y alzó sus cejas ―¡Whoo! ____ Martin te ves hermosa―.
Hice un ademán con mi mano ―Ow, gracias, no es por nada, pero me sienta bien el verde. Tú te ves muy guapo, Jasper―.
―Es el traje, lo sé― respondió orgulloso ―, pero tú, ____, wow―.
―Siento que es el vestido, ¿Sabes? Me siento igual así, ya sabes―.
―Combina con tus ojos― concordó ―, cuando te vea Henry va a caer al suelo―.
―¿Crees que le guste?―.
―No, no le va a gustar― lo miré confundida ―____, le va a encantar, te lo aseguro―.
Suspiré aliviada ―Okay, por un momento me preocupaste―.
―Oh, vamos, no tendría porqué, a Henry le gustas con lo que sea, a él no le importa si te ves bien o no, por eso sabemos que te ama, mejor dicho: te adora―.
Mi cara iba a doler por la sonrisa que tenía en esos momentos. Quizás me costaría admitirlo o incluso creerlo, pero sabía que era verdad lo que decía Jasper con respecto a lo de Henry. No era porque no tenía modestia ni nada de eso, pero mi chico me quitó las inseguridades de sus antiguas novias y... chicas conforme empezamos a estar juntos.
Claro, contando de Joss Moss hasta ahora.
―Lamento llegar tarde, el halcón agarró mi corbata y no la devolvía― la voz de Henry se escuchó por toda la Capi Cueva ―, afortunadamente mi papá lo distrajo con su cara―.
―¿Está bien?― le preguntó Jasper.
―Um... sí, tiene garras como navajas y como el pico de un cuchillo. Entonces...―.
―Me refería a tu papá―.
―Oh no, está él está en verdadero dolor qué... wow―.
Me volteé en dirección a donde provenía la voz de Henry, como si fuera una mala escena de televisión en cámara lenta. Mi cabello volaba por los aire conforme yo iba volteando y en tanto estuve frente a él, mis ojos se abrieron sacando ese brillo que tenían cuando se encontraba con los de él.
Ahí estaba Henry, con su cabello rubio bien peinado, una camisa blanca parecida a las que usaba siempre, sólo que ahora tenía algo diferente, además de la corbata negra. Todo su atuendo se le veía increíblemente excelente, y él demasiado guapo. Aunque como dijo mi abuela: "él es guapo, él traje lo hace ver mucho más guapo".
Y así lo era.
Los dos estábamos hipnotizados él uno por él otro. No sé si era por la forma en la que vestíamos, pero en verdad era muy lindo. Henry se veía muy lindo. Mi corazón empezó a latir tan fuerte y rápido por su cercanía, que en cualquier momento podía salirse de mi pecho, y los nervios los tenía a flor de piel, por el simple hecho de que se fuera acercando a mí más y más.
―Wow― repitió.
―Ajá― dije en un hilo de voz ―... tú... también―.
―¿Puedo usar la palabra?― me preguntó, sin despegar la mirada de mí. Asentí como respuesta ―Mi novia es hermosa, y hoy te ves... estoy feliz de que seas mía―.
―No suelo ocupar vestidos seguido― solté, también sin despegar mi vista sobre él.
Henry asintió ―Lo sé y no me importa en realidad, te ves hermosa con todo― ahí está su punto ―, pero cuando usas vestidos... jeez, ____, me descontrolas en serio―.
―Tú te ves extremadamente guapo, Henry― sentía que me faltaba el aire.
―Lo dices porque me amas― dijo un poco sonrojado.
―Y porque deberías usar más seguido una corbata― caminé hacia a Henry y lo tomó ligeramente por el pedazo de tela que colgaba de su cuello ―. La corbata te sienta―.
―A ti te sienta el verde― se fue acercando a mí ―, combina con tus ojos―.
Y sin decir ni una sola palabra más, acorté la distancia que había entre Henry y yo con un tierno y ligero beso sobre sus labios. Un beso en el que nuestros labios eran los único que existían, al igual que nosotros solos en el lugar.
Me abrazó por la espalda, mientras que yo lo sostenía por los brazos, haciendo que ambos nos inclináramos un poco a un costado, profundizando más el beso para los dos. Lo que lo hizo más placentero en un momento en el que ambos lo necesitábamos. Nuestros labios se movían lento, pero al mismo tiempo rápido; seguro, pero voraz.
―Los dos se ven muy bien juntos vestidos así―.
Abrí mis ojos de par en par al escuchar las palabras de Jasper. ¡Había olvidado que estaba ahí! Henry y nos separamos lentamente, aún con las respiraciones entrecortadas. Los dos nos giramos en dirección de nuestro amigo, quién nos miraba con una enorme sonrisa de oreja a oreja mostrando su felicidad, pero más que nada emoción.
―Jasper― relamí mis labios ―¿Estuviste ahí todo el tiempo?―.
―Adoro Hartin― respondió restándole importancia ―, y ahora que ustedes están bien me da tranquilidad a mí, porque por fin puedo verlos bien. No importa si son novios o no, o si sí lo son, pero no lo dicen, su felicidad me da felicidad, porque son mis amigos y los quiero muchísimo―.
Corrí lo más rápido que pude soltándome del agarre de Henry en dirección a Jasper. Me lancé sobre él y lo tomé del cuello abrazándolo lo más fuerte que podía, un abrazo que él me correspondió de la misma manera aferrándome a él por la cintura.
Yo no sé que hice para merecer un amigo como Jasper, pero como él solamente había uno y me sentía demasiado afortunada por tenerlo a él como mi amigo. Era una de las buenas cosas que me pasó llegando a Swellview, pues no crean que no he olvidado todo eso que pasamos antes de que yo me enterara del secreto, y al igual que Charlotte les tenía mucho cariño.
¿Qué cariño? Los amaba.
―Yo también te quiero, ____― dijo él en medio del abrazo.
―Ya no hables, me harás llorar―.
―Okay―.
Los dos reímos y nos soltamos del abrazo para volver a la realidad. Un poco de la realidad del que habíamos tomado para tener nuestro momento de amistad, el suficiente para decir que era sumamente necesario para seguir con la vida. Amaba a ese chico.
Solté una ligera risa cuando a vi a Henry con una sonrisa forzada en su cara que se notaba a kilómetros. Lo que causó que Jasper borrara su sonrisa y ahora mostrara una llena de miedo, pero discreto; no importa que pasara o con quien, Henry siempre iba a ser celoso. Todo el tiempo.
―Bueno, el lugar se ve genial― hablé rompiendo el silencio y cambiando de tema.
―Luce bieeen― siguió Henry ―¿Dónde está Ray?―.
―El chef está en la cocina―.
Él rubio miró la situación confundido ―¿Dónde está la cocina?―.
―Detrás de las...― Jasper hizo una pausa dramática ―... ¡Cortinas a prueba de sonido!―.
―¿Qué?― Henry alargó la "e".
A lo que yo simplemente asentí con una sonrisa de "es genial", al mismo tiempo que Jasper musitaba: "lo sé".
No es por nada, pero Schwoz había inventando muchas cosas alrededor de los años, sólo que las cortinas aprueba de sonido eran algo que en verdad debía admirarse. Quiero decir, Ray estaba detrás de las cortinas de sonido, si no fuera por eso lo estuviéramos escuchando ahora gritando. Que es lo que creo que estuviera haciendo.
Para quitarnos de dudas, me encaminé directo a las cortinas de sonido y tomé una de las cosas que la estaban cerrando, sin pensarlo dos veces, lo abrí de un golpe, dejando al aire todo lo que en verdad había supuesto:
"¡DEBE SER UNA BROMA! ¡LA TENÍA JUSTO HACE UN MOMENTO! ¿¡CÓMO PUDE PERDER...?!".
Cerré la cortina rápidamente y me giré a los chicos, que tenían una expresión nula en su cara.
No había necesidad de decir ni una palabra, lo único que pasó fue que Jasper señalara de nuevo la cortina indicando que la abriera, otra vez.
"¡ESTABA AQUÍ HACE DOS SEGUNDOS! ¡JURO POR LA PARCELA DE ENTIERRO PRECOMPRADA DE MI PADRE QUE...!".
Volví a cerrar la cortina.
Chasqueé mi lengua ―Él chef suena molesto―.
―Sí― concordó Jasper ―, deberíamos checar qué es lo que hace―.
―No quiero que me grite― dijo Henry.
Lo tomé por el hombro ―No te gritará... quizás te grite mucho, pero vamos―.
Con un poco de duda sobre lo que hacíamos, Henry, Jasper y yo cruzamos las cortinas a prueba de sonido directo a lo que era la cocina.
Una vez ahí vimos a Ray de la forma menos extraña que se le podía ver. Pero como no había un nivel de rareza por su parte no podía saberlo en realidad o cómo tomarlo. Ray se encontraba vestido de "chef", con esos gorros esponjosos blancos, un traje del mismo color, alrededor de su cuello tenía un paliacate rojo y un delantal también blanco. Se veía demasiado gracioso.
Sin embargo, cuando eso me pudo haber hecho reír demasiado, pero no fue así. Di un paso hacia atrás logrando que Henry y Jasper chocaran conmigo.
―¡¿Qué rayos?!― le preguntó Henry ―¡Woah, Ray!―.
―¡Woah, woah, woah, woah!― continuó Jasper ―¡Ray!―.
―¿¡Estás loco?!―.
―¿¡Qué estás haciendo?!―.
Al momento en el que entré a la cocina, vi a Ray, con cuatro bengalas encendidas en sus manos, usándolas como si no fuera peligroso. Claro, como él es indestructible.
―¡No encuentro mi quinta bengala!― contestó Ray ―¡Y si no tengo todas mis bengalas, está arruinado!―.
Suspiré tratando de relajarme ―Ray, apaga las bengalas―.
―____ tiene razón, esas cosas sólo son para emergencias―.
―O para jugar Verdad o Bengala―.
Como era de esperarse, cuando Jasper mencionó para qué también funcionaban las bengalas, Henry no tardó en voltearme a ver con una sonrisa pícara en su rostro al igual que subir y bajar las cejas.
Sería parte de nuestra historia contar que nuestro amor surgió de cierta forma gracias a las bengalas y ese estúpido juego. No tan estúpido, pero sin el Henry y yo no nos hubiéramos besado la primera vez, no nos hubiéramos besado la segunda vez, no me hubiera dado cuenta que me gusta, no tendría una relación con él, no me hubiera enviciado con sus besos y... más cosas.
Voy a evitar las cosas malas, pero de buenas, había muchas.
―¡Está bien!― Ray se defendió ―¡La tenía conmigo hace un momento...! ¿¡Dónde-!? ¡Estaba aquí hace un segundo!―.
Él adulto-inmaduro-niño se volteó dándonos la espalda, lo que dejó una clara vista del paradero de la quinta bengala.
Rodeé los ojos para después darle a Henry un pequeño golpe en el brazo llamando su atención. Le mostré donde estaba la otra bengala, él simplemente copió mi expresión y negó lentamente en desaprobación.
La quinta bengala estaba en el bolsillo trasero del pantalón de Ray.
―¡____ la encontró!― gritó Henry, mientras tomaba un trapo mojado de la cocina.
―¿¡Dónde está?!―.
―¡No te muevas!―.
Henry logró quitarle la bengala a Ray, y logró apagarla a tiempo antes de que ocurriera otro accidente. Éste nos asesino con la mirada cuando vio lo que le pasó a la bengala y entrecerró los ojos para odiarnos aún más de lo que ya lo hacía. En ese momento, obvio.
―Viejo, debes dejar de prender bengalas en las cocinas―.
Ray encogió los hombros ―¿Por qué? ¿Qué es lo peor que pueda pasar?―.
Hice un palm face con mi mano para fingir que no había escuchado eso. Por obvias razones ya había olvidado lo que le pasó hace unas horas a la cocina de Charlotte y no me sorprendía. Henry y Jasper le arrebataron las bengalas encendidas de las manos y la apagaron junto con la otra.
―¡Deja las bengalas!―.
―¡Están arruinando mi proceso!― se quejó Ray ―¡No, no las pongan ahí! ¡No las pongan ahí! Ah...―.
Agradezco que la alerta en las computadoras de que alguien se acercaba empezara a sonar. Mostrando un nombre en pequeño que decía "Charlotte", cada uno tenía eso por una aplicación que Schwoz puso en los teléfonos.
La emoción invadió mi cuerpo por un segundo recordando lo que estaba a punto de pasar. Jack Swagger, mi cantante favorito, iba a entrar por la puerta de la tienda de mi trabajo en cualquier momento y yo seguía en la cocina ¡SIGO EN LA COCINA!
―Charlotte y Jack Swagger se acercan― me apresuré a decir ―, tenemos que ir a recibirlos―.
Y tenía que ir por mis cds, los cuales los haba escondido detrás de una de las cortinas. Al igual que algunos posters, algunas libretas, gorras, recuerdos de su primer concierto en San Diego, varias playeras que sacaba él con marcas, playeras con su misma marca.
Quizás suene como loca, pero en cuanto tenga una oportunidad le pediría que me firmara la mayor parte de cosas posible. Es mi cantante favorito, no iba a desaprovechar una oportunidad de esa manera, además es el novio de mi mejor amiga, si era así, me podría ser su amiga misma y... No lo sé, muero de la emoción.
Jasper rió ―Subir a Junk N' Stuff y fingir que es una tienda falsa―.
―Una tienda falsa― reí de regreso, en el intento de no parecer nerviosa.
Henry frunció ceño ―Pero sí es una tienda falsa―.
Chasqueé los dedos ―Exacto―.
―Este chico lo entiende―.
Antes de que pudieran decir algo más, Jasper y yo salimos en dirección al elevador para así subir Junk N' Stuff y recibir a nuestros dos únicos invitados de la noche, uno de ellos: Jack Swagger.
Mi cantante favorito, estaba a punto de conocerlo... creo que estoy a punto de morir.
...
Literalmente he guardado este vestido por 2 años para este momento :')
Cries.
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