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Capítulo 7

El plan para recuperar la memoria de Ray se había puesto en marcha, toda la Capi Cueva se había llenado de gritos, mini peleas sin sentido, algunos desacuerdos, las preguntas de Piper sobre todo el asunto de Capitán Man y Kid Danger, y por primera vez, en todo el tiempo que llevaba aquí la Capi Cueva se veía en serio ocupada.

Todos estábamos ocupados haciendo cosas, literalmente, Charlotte estaba sentada en los monitores, Jasper se sentó dentro de la cápsula solo porque quería ver como se manejaba, Henry le repetía a Jasper que debía salirse de esta, Schwoz aseguraba la máquina que soltaría el shock eléctrico en el hipocampo de Ray a la cápsula, Piper caminaba de un lado a otro aún procesando toda la información recibida, yo me encargaba de programar unas cosas de la cápsula en el Pera Pad de la Capi Cueva y Ray... bueno, estaba siendo Ray.

–¡Ow!– disparándose a si mismo con el láser –¡estooooooy bien!... ¡OW!– solo porque se sentía bien siendo indestructible –¡No maaaaaaas dolor!... ¡Ow! ¡AH! ¡DUELE!– y comenzaba as ser molesto –oigan en serio soy indestructible–.

Ladeé mi cabeza –lo sabemos–.

–Te lo dijimos–.

–Hey– exclamó emocionado –¿ustedes también son indestructibles?–.

Ray apuntó a Jasper y Henry con el láser, haciendo que estos le gritaran que no lo eran, escondiéndose detrás de lo que podían.

Rodeé los ojos, y sonreí divertida, para después disponerme a simplemente seguir programando números en la cápsula, algo que no entendía como lo hacía pues nunca tuve el conocimiento necesario, pero que con la ayuda de Charlotte tenía alguna idea de lo que estaba haciendo.

–Okay– habló Schwoz –necesito un par de minutos más para configurar el inductor de pulso eléctrico, Charlotte, sigue marcando un curso para el hipocampo–.

–Marcando– afirmó ella.

–____, sigue programando los números–.

Asentí –programando–.

–¡Henry! Entra a la cápsula–.

–Entrando–.

–¡Sigamos trabajando, gente!– gritó Piper en tono mandón logrando que todos la volteáramos a ver –tenemos un trabajo importante aquí y quiero le memoria de este tipo de regreso en 45 minutos ¿me entendieron?–.

–Ohhhkay, espera–.

–Uhhhhh... no–.

Piper aplaudió –¡vamos, gente! ¡estamos en una misión aquí!–.

La forma en la que Piper gritaba, ordenandos a todos lo que teníamos que hacer, adueñándose de la situación convirtiéndose en la líder, era exactamente lo que se tenía esperado de su parte, ya que bueno, esa era su actitud siempre. Para decir verdad, ya era hora de que comenzara a hacer esto, eso de quedarse ahí teniendo dudas, no era su estilo.

–____– me llamó Piper, haciendo que me sobresaltara –¿qué pasa con esos números?–.

Abrí mi boca para poder articular alguna frase y contestarle, pero no pude gracias a Henry.

–Si, nosotros estamos en una misión– dijo él sentado en la cápsula –pero tú no–.

Piper lo miró indignada –¿disculpa?–.

Jasper abrió los brazos –no eres parte del equipo–.

–¿Pero tú si lo eres?–.

Dio un bufido –claro que lo soy, hey, hey, hey ¿cuál es mi trabajo, Henry?–

–Necesito que lleves a Piper a casa– respondió él.

"¡¿QUÉ?!", "¿Puedo tener un nuevo trabajo?" preguntaron los dos al mismo tiempo.

–Jasper te llevará a casa–.

–¿Por qué?– soltó sin poder creerlo su voz chillona.

–A mi también me gustaría saber porqué–.

Henry se giró de forma amenazante y a la vez enojado hacia Piper, debo admitir que cuando él se ponía de ese modo me daba un poco de escalofríos, era como si toda su forma de ser despareciera en ese instante. Aunque no lo culpo, con Ray fuera él debía ser quien estuviera al mando de la Capi Cueva.

–No estás en el equipo Piper– siguió hablando –borraste la memoria de mi jefe y necesito que te vayas de aquí para que pueda repararlo ¿okay? ¡Váyanse!–.

Jasper movió la cabeza en desacuerdo –no es mi misión favorita–.

–Ughhhhhh– Piper soltó un gruñido.

–Solo mantén tu boca cerrada ¿de acuerdo? Hablaremos luego–.

Pero también era verdad cuando decía que su forma de ser sobreprotectora hacía que las mariposas en mi estómago se movieran como locas, justo como me estaba pasando en este moment; era un modo de Henry que lograba que se viera más guapo de lo que ya era, y me recordara todas las razones por las que me gustaba.

–Cierra la boca, te entrarán moscas–.

–¿Mhm?– salí de mi trance.

Charlotte me miró pícaramente –alguien está más enamorada de Kid Danger a.k.a Henry Hart–.

–Cállate– rodeé los ojos divertida –pero si, la verdad es que si–.

–Que bueno que ahora lo aceptes– sonrió –¿qué te dijo sobre ir a tu casa?–.

–Oh– relamí mis labios –dijo que si–.

–Sabes que ya casi es hora de que te vayas ¿cierto?–.

Rasqué mi nuca –lo sé–.

Había perdido por completo la noción del tiempo con todo lo ocurrido, miré la hora en el extremo del Pera Pad, faltaba una hora y minutos para que dieran las 8PM, aunque mi abuela me hubiera pedido llegar temprano, cosa que no hubiera hecho de todas formas a pesar de todo esto, no importaba la hora, no importaba si esto tomaba toda la noche, debía estar aquí.

–Pero tenemos que regresar a Ray–.

Char me miró con una expresión insegura –¿de qué hablas?–.

–Lo que escuchaste– sonreí –somos un equipo–.

–Gracias–.

–No hay porqué–.

No era mentira nada de lo que dije, era nada más y nada menos que la verdad, conforme a todo lo que había pasado, me importaba más ayudar a Ray que ir a casa con mi familia. Puede que suene un poco mal, sin embargo no me justificaría para eso.

Dejé el Pera Pad en la mesa y me encaminé con los brazos cruzados a donde se encontraban Schwoz y Henry cerca de la cápsula.

–Entonces– comencé a decir –¿qué pasa después que Henry se meta dentro de la cápsula y se encoja?–.

–Si– siguió Henry –¿qué va a suceder?–.

–Te inyectamos en la cabeza de Ray y manejas hasta su cerebro– contestó Schwoz.

–Okay–.

–Suena bien para mí–.

Nos quedamos en silencio ya con el plan aprendido y listo para ser realizado, no obstante no contábamos con el pequeño detalle de que la persona que sería parte del "experimento", quiero decir, Ray, si Ray, se despareciera justo frente a nuestros ojos.

–¿Dónde esta Ray?– preguntó Schwoz.

–¿Qué?–.

Busqué a mi alrededor preocupada –¿a dónde fue?–.

–¿No esta aquí?–.

–Nope– le respondí a Charlotte.

–Creí que ustedes lo estarían cuidando– dijo Henry.

Abrí mi boca irritada –yo estaba programando la cápsula en el Pera Pad–.

–Y yo estaba marcando un curso como Schwoz me lo pidió– siguió Charlotte.

–¿Qué no pueden hacer eso y cuidarlo al mismo tiempo?–.

Char lo miró mal –¿qué no puedes hacer nada y cuidarlo al mismo tiempo?–.

–Ohhhh wow, okay, okay, okay– me interpuse entre ellos dos –no discutan, y simplemente hay que encontrar a Ray–.

–____ tiene razón– concordó Schwoz –busquemos a Ray y luego veremos de quien fue la culpa–.

Los cuatro nos quedamos callados, al menos por mi parte pensando de quien podía ser la culpa de que Ray desapareciera de la nada. Henry estaba en la cápsula, Schwoz arreglaba lo del electro shock, Charlotte marcaba el curso y yo programaba en la tableta, solo quedaba una persona oficial del equipo que no estaba haciendo nada importante al momento, y que podía ser culpado ahora simplemente por ese hecho.

Chasqueé los dedos –culpemos a Jasper–.

–¡Si!– me señaló Henry.

–Buena idea, buena idea– Charlotte.

–Okay, todo mundo dentro, vamos, vamos– decía Henry mientras nos juntábamos haciendo un team back, con nuestras manos en el centro –"Culpa de Jasper" a la de tres... uno, dos, tres–.

"¡CULPA DE JASPER!".

–¡Wohooooo!–.

–¡Bien, bien, bien!–.

–¡Vamos!–.

Y fue así como todos salimos corriendo, por todas partes en la Capi Cueva, para poder encontrar a Ray.

...

Después de 15 minutos de estar recorriendo cada rincón de la Capi Cueva solo buscando a Ray, Henry terminó encontrándolo en el baño de su habitación, viéndose al espejo, llenándose de vanidad, de acuerdo con Henry, se miraba al espejo, sonreía a su reflejo, le hacía cumplidos, sonreía más, en fin, eran una serie de eventos que prefería no contar por lo incómodo que se escuchaba.

Ya estando de regreso en donde estaba la cápsula, listos para comenzar con el plan, Schwoz fue hasta lo monitores donde ocupó los números que había programado hace rato para encoger la cápsula, Charlotte controlaba a Ray, y Henry caminaba nervioso admirando la cápsula conmigo a su lado para poder calmarlo.

–Hey– acaricié su hombro causando que parara su paso –todo estará bien, estarás bien–.

Me miró inseguro –¿en serio piensas eso?–.

–Henry, eres un superhéroe, para mí ya no eres solo un compañero, no le temes a nada...– hice una pausa –bueno, a las abejas, pero quitando eso, eres una persona muy valiente, y no solo me refiero a que eres valiente cuando se trata de combatir el crimen, no, eres valiente en todos los sentidos que pueden ser posibles, no le temes al rechazo, no le temes a un "no", eso es algo de admirarse, hablo en serio, y no sabes lo orgullosa que estoy de ti por todo lo que has avanzado desde que conocí– sonreí –sé que esto es diferente comparándolo con lo que estás acostumbrado a hacer, pero no es algo de lo que no estés listo, lo estás y gracias a ti, Ray recuperará sus memorias–.

Henry se quedó callado, mirándome directamente a los ojos, mostrando una leve sonrisa en sus labios que expresaban todo lo que su boca no podía decir. Titubeando un poco, él chico se acercó un poco más a mí quedando a una considerable distancia de mi frente, y sin pensarlo dos veces me abrazó por la cintura atrayéndome hacia él.

Claro está recibí su abrazo pasando mis brazos por su cuello, haciendo que su rostro se enterrara en mi cuello, sintiendo su respiración rozando mi piel, causando un escalofrío recorriera todo mi cuerpo, y las fuertes ganas de tocar sus labios con los míos se volvieran más fuertes.

Los dos nos separamos sin soltar nuestros cuerpos del agarre de nuestras manos a nuestros cuerpos, nos volvimos a mirar a los ojos, parad pues bajar la mirada cada uno a los labios del otro.

La forma de su boca me hipnotizaba de una manera que no podía explicar, sintiéndome sedienta por sus labios, me fui inclinando un poco más a él por inercia, él copiando mi acción quedamos a escasos centímetros del uno y el otro. Faltaban milímetros para hacer nuestros labios uno solo, cuando de repente, la voz de uno de los presentes hizo que nos separáramos en seguida.

–Listos para encoger la cápsula– fue Schwoz –Henry, entra a la cápsula–.

Él carraspeó la garganta y parpadeó varias veces –si... si, ya voy–.

Tomé su brazo –buena suerte, estaremos contigo todo el tiempo–.

Henry corrió a la cápsula, se sentó en el asiento que había ahí dentro, abrochó los cinturones que lo aseguraban y tomó el volante que manejaba.

–Encojamos esta cápsula y entremos al cuerpo de Ray– activó el vidrio automático echo de un material indestructible, quedando sellado por completo.

–Charlotte ¿Ray está seguro?–.

Giré mi cabeza divisando a Charlotte que terminaba de asegurar a Ray en una especie de correa para niños fabricada para adultos, ya que en la espalda tenía un mono de peluche, que de su cola salía como un cuerda que se sostenía en una estaca en el suelo, impidiéndolo caminar más allá del metro de distancia.

–Está listo– contestó ella.

Volví a un costado de los monitores, donde Schwoz terminaba de ajustar lo necesario para encoger la cápsula, pasé una mano por mi boca y sin morder mis uñas las mordía por lo nerviosa que estaba. Sabía que todo iba a salir, bien, era un buen presentimiento, pero Henry estaba a punto de entrar al cuerpo humano de alguien... exacto.

–Muy bien– dijo Schwoz nervioso –en tres, dos, uno...–.

"¡AAAHHHhhhhhh....!"

La cápsula desapareció.

Charlotte y yo nos volteamos a ver sorprendidas, ya que sinceramente era impresionante como es que de un momento a otro la enorme cápsula que acaparaba casi la mitad del espacio en la Capi Cueva, se había convertido en la más mínima partícula.

Schwoz se levantó se la silla donde estaba sentado, para después correr a toda velocidad con destino al lugar en el que se había encogido la cápsula, y se acostó en el suelo, quedando a lo que parecía a la altura de la ventana de esta.

–¡Henry!– gritó –¡¿puedes escucharme?!–.

"¡AAAHHHHHHHHHHH!" se escuchó en el micrófono de la computadora que estaba conectado al interior de la cápsula "¡No puede ser, Schwoz, tu ojo es enorme! ¡Y tus pestañas están caídas!".

–¡Está vivo! ¡Henry está vivo!– celebró Schwoz sin poder creer lo que veía –¡no puedo creer que haya funcionado!–.

Lo miré confundida –¿a qué te refieres con que no puedes creer que haya funcionado?–.

–Estoy completamente sorprendido de que haya funcionado eso es todo–.

Sin realmente comprender a lo que se refería, cerré los ojos tratando de analizar la razón por la que Schwoz estaba sorprendido, y al parecer no era la única, ya que Charlotte tenía esa misma expresión de confusión que yo.

–¿Nunca has echo esto antes?– le preguntó Char.

–¿Con un humano?–.

Abrí mis ojos sorprendida –¡¿con lo que sea?!–.

Schwoz se levantó del suelo mientras guardaba el gotero que contenía un poco de agua con Henry dentro de la cápsula.

–¿Recuerdan a Handsy?– empezó a decir –¿el hermoso chimpancé de la Capi Cueva?–.

–¡No!– respondimos al unísono.

–Bueno, eso es porque lo metí en una cápsula y lo encogí–.

–¿Y qué le paso?– cuestioné nerviosa.

Schwoz hizo una cara de asco –eaaaa ewww–.

–¿¡Murió?!–.

–Dejemos de hablar de chimpancés muertos y agradecer de que tuvimos mucha suerte esta vez– dijo tomándonos por los hombros, caminando a los monitores.

Me tenía un poco preocupada el hecho de que Schwoz estuviera haciendo todo esto actuando como si fuera algo de cualquier otro día o como si fuera un experto, porque a pesar de estar aquí con todo lo que inventaba, con lo que dijo sobre que era la segunda vez que encogía a una persona, después de haber matado a un chimpancé, no sabía que pensar.

"¿Todo está bien ahí?" preguntó Henry sacándome de mis pensamientos.

–Si, si, si, todo está bien– contestó Charlotte "tranquila" –nadie está sorprendido que estés vivo–.

–Yo si– soltó Schwoz aún emocionado.

"¿Qué?".

–Ah nada, nada– seguí en el mismo tono –ya te van a dentro de la cabeza de Ray–.

"Okay".

–Hola, Ray–.

Schwoz se fue acercando lentamente hacia Ray, hablándole como si fuera un niño pequeño pues este estaba jugando con la cola de su correa de mono. La soltó al momento en el que escuchó la voz de Schwoz, y lo miró como si fuera una amenaza.

–Solo voy a poner una pequeña gota de agua en tu oreja...–.

–¿Qué es eso?– lo esquivó –yo no quiero eso, yo no se que sea eso pero no lo quiero– comenzó a correr por todos lados, solo la distancia que le permitía la cuerda –¡quita eso de la parte de mi que no se como se llama!–.

Esto era un problema, Ray no podía quedarse quieto, a donde corría Schwoz iba detrás de él y corría al lado contrario.

En un momento de ya no saber que hacer, le hice señas a Charlotte para que le llevara lo único que podía tranquilizarlo, captando mis ademanes, mi amiga se levantó de la silla, sacó su teléfono, encendió la cámara frontal y a fue a donde el problema surgía.

–¡Hey! ¡Ray!– le gritó ella –¡mira a este tipo en mi teléfono!–.

–Bueno, hola guapo–.

Como era de esperarse, la cámara frontal mostraba la cara de Ray, lo único que podía cautivarlo era lo que él consideraba su belleza, como hace unos momentos en su baño de acuerdo con Henry. Char empezó a inclinar un poco el teléfono a la derecha, logrando que Ray se moviera junto con este, de esa forma, Schwoz vació el agua dentro de su oreja.

–Listo– suspiré aliviada.

–Oh, eso da cosquillas– dijo Ray incorporándose.

Cuando ya todo había ido conforme al plan, Charlotte le quitó el teléfono a Ray de la cara, recibiendo un reclamo de su parte.

–¡No lo alejes de mí!–.

–¡Okay!– le devolvió el teléfono.

–Te extrañe– decía a su propio reflejo.

No podía existir otra persona con el ego más alto que él, incluso con las memoria borrada, supongo que era algo interno que ya llevaba con él y que por nada en el mundo se le quitaría.

En fin, Henry ya estaba dentro de la cabeza de Ray, todo iba conforme al plan, en estos momentos se encontraba navegando en su cerebro con dirección al hipocampo, y agradezco que hasta ahora no había ocurrido ningún accidente que involucrara la desgracia por la que Handsy ya no existía.

–Okay, Henry– habló Charlotte –en 20 segundos debes presionar el botón rosa, comenzando el cronómetro. Ahora–.

"Muy bien" contestó él "¿dónde está el botón rosa?".

–Está en el panel de navegación de tu lado derecho, ahora presiona solo el botón rosa– Schwoz tapó el micrófono para evitar que Henry escuchara –aquí fue donde Handsy lo arruinó–.

Alcé las manos en el aire, dándole a entender que no ayudaba para nada en estos momentos mencionar al chimpancé, y entendiendo a lo que me refería, sonrió inocentemente, hizo un ademán restándole importancia y quitó la mano del micrófono. Solo espero que Henry si supiera cual era el botón rosa, no estaba lista para quedarme sin él.

"Viejo, son todos rosas".

–No lo son– dijo Schwoz –uno es salmón, uno es chicle, flamingo...–.

Tomé el micrófono –Henry se te está acabando el tiempo–.

–¡Presiona el botón rosa ahora!–.

"¡Dime cual es rosa! Escoge una esquina, izquierda, derecha o abajo o...".

De la nada, la voz de una chica del otro lado del micrófono se hizo presente en toda la Capi Cueva, gritando: "¡es este!", logrando que la alarma indicando que el tiempo se acababa dejara de sonar, de igual manera, causando las miradas de desconcierto que todos teníamos de este lado.

"¡Ese es rosa!" gritó otra vez.

"¡¿Piper?!".

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