Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 67

El tener a Henry frente a mí de esa manera, me hacía sentir muchas más cosas de las que podía imaginar. Era su forma vulnerable y mostrando el fondo de su corazón que muy pocas veces lo había hecho estando conmigo. 

No voy a mentir, Henry había cambiado mucho en su forma de demostrar amor, a la relación y su amistad, que a veces si no fuera por la costumbre diría que ya no sentía nada por mí, cuando en realidad, quería suponer que era lo contrario. Mas que nada, por su forma de ser como persona. 

Y es que no era como si Henry tuviera demasiada experiencia con todo eso de tener algo que ver en el amor, mucho menos yo. Sin embargo ahora que lo pienso, creo que enamorarme de mi mejor amigo no había sido la mejor decisión para conocerlo. 

Acercó la rosa a mí aún con la cabeza agachada, se veía tan tierno aún con la máscara de Kid Danger. ¡Rayos! No dejaba de gustarme, a pesar de lo que sea que estuviera pasando en estos momentos, Henry no dejaba de hacer mi corazón latir a cada minuto que fuera. 

―Perdón con confundirte, por hacerte sentir extraña y por no saber qué hacer con nosotros― agarré la rosa ―. Sabes que te amo muchísimo, y es cierto todo lo que dije sobre que te extraño como mejor amiga, todos los días y...―. 

―Sí, lo sé, Hen― lo interrumpí ―. Nuestra amistad era genial antes de que tú y yo comenzáramos a salir y cómo tú, yo también lo extraño mucho―. 

Henry suspiró ―Y no podría estar más de acuerdo con eso. El problema es que, tampoco quiero ser tu amigo solamente. Aprendí a amarte demasiado que me costaría salir de eso si somos nada más amigos―. 

Reí divertida ―Me pasa lo mismo, aunque dejemos de ser novios y nos quedáramos como amigos para salvar nuestra amistad, no puedes dejar de gustarme a la noche a la mañana―. 

Él rubio se quedó callado durante a unos segundos, acto seguido bajó la mirada, no mucho pasó para que la volviera a alzar y verme directamente a los ojos, donde mostró una pequeña sonrisa. 

―Tú también me gustas mucho, ____―. 

―Nunca dije que me gustaras mucho―. 

―Bueno, estabas a punto de hacerlo―. 

―Dije que me gustas, y no podrías dejar de gustarme―. 

―Pero casi lo dices―. 

―Pero no a ese grado―. 

―Sabes que lo decías y no podías evitarlo―. 

―Estás haciendo eso de nuevooo―. 

―¿Qué cosa estoy haciendo?―. 

―Esa cosas donde hablas al mismo tiempo y me interrumpes a cada rato...―. 

Soltó un bufido ―No hago nada de eso―. 

―Lo estás haciendo de nuevo―. 

―¡Así hablo, ____!―. 

―¡No me grites a mí, Henry Hart!―. 

―¡No te estoy gritando!―. 

―¡LO ESTÁS HACIENDO!―.

―¡NO ESTOY GRITÁNDOTE!―. 

Como podrán saberlo e imaginarlo, comenzamos una discusión de palabras sin sentido y frases tontas al tope del Monte Swellview. No había mucho que imaginarse pues era algo que se hacía todo el tiempo y solamente entre nosotros, también con todos los demás, lo único diferente era que nuestras dos voces eran las únicas que se escuchaban, y no las cinco de todos al mismo tiempo. 

Y así fue, una larga charla de al menos 10 minutos donde ya el tema principal dejó de existir y que lo que importaba ahora era que Henry y yo dejáramos de "pelear", y lo digo entre comillas porque jamás fue algo de lo que debería preocuparme. 

Me preocuparía si no fuera de esta, además era una forma de decirnos mutuamente que nos amábamos. 

―¡No estás siendo razonable!― le gritaba. 

―¡Sólo digo que el modo de que Ray gane una pelea contra un dinosaurio es alto!―. 

―... olvídalo si estás siendo razonable... pero eso no quita que no pienses en lo que haces...―. 

―¡Un dinosaurio enorme!... ¡UN T-REX!―. 

―... No pensamos en las consecuencias de nuestros actos...― fruncí mi ceño desconcertada ―¿Un t-rex? ¿En serio?―. 

Henry me volteó a ver ―Bueno, sí, sería genial ver a Ray pelear con uno―. 

Miré a mi alrededor buscando algo lógico en lo que sucedía, pero no logré llegar a una sola conclusión. Aunque claro, sí sería genial ver a Ray pelear contra un t-rex y más cuando teníamos una máquina del tiempo... ¡FUERA DE CONTEXTO!

Moví mis manos en el aire y negué varias veces con mi cabeza. 

―¡Nos estamos desviando del tema!― grité ―Henry, ¿Queremos o no seguir juntos?―. 

Él rubio se quedó pensativo durante varios segundos, virando los ojos de un lado a otro tratando de encontrar la respuesta en uno de los arbustos del Monte Swellview, claro que no iba a encontrar nada ahí, quiero decir, es un arbusto... ¿Qué hay de interesante en un arbusto para dar la respuesta? 

―Quiero seguir contigo― respondió ―, pero quiero ser tu mejor amigo, recuperar nuestra amistad, sin perder el amor que nos tenemos―. 

Asentí ―okay, okay, suena bastante lógico y bueno, yo también quiero todo eso, nada más que...― hice pausa y rasqué mi cabeza ―¿Qué somos entonces?―. 

Por más que costara admitirlo, claramente la respuesta estaba frente a nuestros ojos, puesta en bandeja de plata, sin más rodeos ni confusiones, ¿Era demasiado obvio? Sí, ¿Podíamos verlo? También, ¿Henry y yo la tomaríamos? Indudablemente. Por primera vez en semanas, se sentía un paz interior impresionante. 

... 

―¿Recuerdas cuando estuvimos en las noticias porque te confundieron por ser mi novia?―. 

Cerré mis ojos por tal recuerdo ―No me lo repitas, jamás lograré olvidarlo por completo―. 

―Esa vez casi te pierdo― sentenció sonriendo ―, casi, y sentía que iba morir esa vez―. 

―Acababas de perder tus poderes también, debió ser un fin de semana complicado para ti― alcé y bajé mis cejas ―, para todos en realidad―. 

Después de una larga charla, ahí estábamos Henry y yo, sentados en una roca, todavía en el Monte Swellview, hablando de la vida y disfrutando del momento viendo la ciudad. No sabía si ya pasaban de las 12 de la noche o no, realmente no me importaba, para mí lo importante en ese momento era estar con él y sólo con él. 

Bien merecido después de todo lo que vivimos desde Año Nuevo, pues era la primera vez en mucho tiempo que volvía a sentir esa paz y tranquilidad con él, la que desde un inicio me dio al convertirnos en mejores amigos. 

―Lo único bueno fue que te quedaste y tu mamá no te obligó a irte a San Diego―. 

Reí divertida ―Si me obligaba a hacerlo, me hubiera escondido en la Capi Cueva todo el tiempo hasta que se fuera y luego tomaría el primer vuelo a China―. 

―Y yo te seguiría―. 

―¿En serio?―. 

―Seh― respondió volteando a la ciudad ―, desde que llegaste a Swellview ya no sé cómo vivir sin tu compañía―. 

―Quedó establecido cuando hicimos cuarentena juntos por la enfermedad de Schwoz, no querías dejarme en ningún momento―. 

―Awwwww, no podía dejarte con esos dedos verdes― Henry sonrió avergonzado ― y estabas muy enferma, estábamos en realidad. Tanto como la vez que yo enfermé y me cuidaste todos los días en mi habitación―. 

―No fue nada, yo no podía dejarte con Jasper y esa sopa extraña que te obligó a comer―. 

Henry y yo reímos por esos dos recuerdos de cuando los dos estábamos enfermos, en una ocasión cuando los dos lo estábamos. Era divertido y lindo al mismo tiempo, además pensar que durante todo este tiempo, a pesar de no ser nada más que mejores amigos, fuimos más que eso todo el tiempo; aunque todavía no lo sabíamos. 

―Supongo que siempre nos hemos preocupado los dos por el otro― comentó.

―Y eras y eres solamente, mi mejor amigo―. 

Henry pasó su mirada hacia mí, con su sonrisa todavía reflejada por el sonoro brillo de la noche, o quizás madrugada; aquella sonrisa que todos estos años me ha logrado cautivar, y no importa si nos peleábamos, nos dejábamos de hablar, teníamos la pésima comunicación que nos lleva a todo esto, esa sonrisa jamás se borraría de lo bonito de mi ser. 

―Y tú eres mi mejor amiga― pasó un brazo alrededor de mis hombros ―, también mí chica―. 

―¿Tú chica?― cuestioné burlona, pero no de una mala manera. 

―Sí, eso eres, no importa en qué términos estemos o si no tenemos título en la relación, siempre lo vas a ser― giró su cabeza para quedar frente a mí ―: Mi Chica―. 

Sostuve la mejilla de Henry con mi mano libre, la acaricié ligeramente para que cerrara los ojos y su sonrisa perdurara. Para que después, hacer que lentamente se acercara a mí, su rostro se iba acercando al mío así como el mío al suyo. 

Nuestros labios rozaron, chocando nuestras respiraciones por varios segundos, a los dos nos urgía cortar esa cercanía que existía, sin embargo  ninguno de los dos se movía, nos quedamos en esa posición necesaria por un tiempo, el suficiente para que deseáramos más, mucho más. 

―No me pienso mover― dijo en un susurro. 

―Tampoco yo― respondí. 

―¿Quieres que lo haga?―. 

―Si no lo haces, yo lo haré―. 

Esas últimas fueron las palabras para que mis labios se juntaran con los de Henry, se juntaran en un beso lindo y tierno, pero al mismo tiempo apasionado y lleno de amor, amor de todo tipo. 

Logrando que después de meses de peleas, malas caras, comentarios fuera de lugar, ignorarnos e incluso desearnos lo peor. Ese beso fue la causa de todo lo bueno que sucedió a partir de ese momento, la causa de que nuestros problemas terminaran por una parte, y que él y yo nos sintiéramos bien con lo que teníamos. 

No éramos novios nada más, no éramos amigos nada más tampoco, en mi relación con Henry había mucho más que solo eso, tanto así, que decidimos no ponerle título.

Siendo la mejor respuesta para ambos, y lo mejor que nos pudo haber pasado. Además de encontrarnos en la vida. 

―Te amo, ____, en verdad te amo― habló separándose del beso ―, te amo más de lo que he amado a alguien alguna vez y perdón por no haberte escuchado, fui un tonto―. 

―Está bien― dije sin quitar la vista de sus ojos ―, me lo merecía. Lamento haberte hecho a un lado con Josh aquí―. 

―No te disculpes, lo entiendo, y me alegro mucho que no lo hayas besado―. 

―Jamás besaría a otra persona estando contigo, tú eres todo lo que necesito, románticamente y de cualquier otra forma existente―. 

... 

Pasamos un lindo momento besándonos, haciendo chistes, riéndonos y molestándonos al mismo tiempo. Parecía como si todo lo vivido cuando éramos sólo mejores amigos y cuando también éramos solamente novios se hubieran combinado. 

Definitivamente eso era lo que buscábamos ambos en el momento, y la mejor parte era que ya no haba nada más que esconder o algo por el estilo, todo era extrañamente perfecto. Lo que significaba que podía ser malo, muy malo, viviendo en Swellview esa perfección no era muy normal. 

Meh, qué más da. No voy a dejar que una tonta suposición o cosa me arruinara el momento lindo con Henry 

Henry me llevó a mi casa pasando más o menos una hora después, ya sin su disfraz de Kid Danger, claro, para evitar cualquier problema. Nos dimos un beso de buenas noches y esperé a que se fuera por la acera de la calle. 

―Wow― dije feliz ―wow, wow, wow, lo amo―. 

Entré a mi casa con la sonrisa de oreja a oreja que esbozaba, incluso fue algo que mis hermanos jugando videojuegos a esa hora de la noche no me podía quitar. Absolutamente nada me quitaría la felicidad con la que cargaba. 

―Por fin llegas― habló Jack, mientras yo pasaba por el sofá a las escaleras ―. Te llegó correo hoy, está sobre la mesa de la entrada―. 

―¿Vieron de qué era?―. 

―Nah― contestó Max sin voltearme a ver ―, pero suponemos que es importante... ¡No, no me mates!―. 

―¡Estaban a punto de matarte! ¡No podemos morir, ya vamos a ganar!―. 

―¡Cállate, Jack!―. 

Rodeé los ojos con fastidio y me dirigí a la mesa de la entrada para tomar mi correo. Tomé los dos sobres que venían mi nombre y los examiné con cuidado.

>>____ Martin. Calle 906 Sur Ct, 84121. Swellview, Swellview<<.

Mis ojos se abrieron a punto de salir de mis cuencas cuando leí el nombre de donde provenían las cartas. Juraba que votaría en cualquier instante solo por eso y comenzaba a marearme con leer. Había olvidado por completo que esta era la semana, y aunque fuera sábado no significaba que el correo no llegaba. 

Las cosas que traía en las manos se cayeron por la sorpresa, y sin decir ni una sola palabra más, con mi teléfono en la mano corrí a toda velocidad a la parte de arriba. Cerré la puerta de mi habitación, puse seguro a ésta y me senté en mi cama para volver a leerlos. 

Dos cartas, una de NYU y otra de UC Berkeley, cartas de la universidad. Qué raro que ambas hubieran llegado al mismo tiempo, no lo esperaba así. 

Tomé mi teléfono para llamar a mi mejor amiga por Pera Face. 

―Son más de las 12, espero que sea bueno―respondió. 

―Es bueno, mejor que bueno― mostré las cartas en la pantalla. 

―¡AAAAAAAAAHHHHHHHHHHH!― sí lo esperaba ―¿Cuándo llegaron?―. 

―No tengo idea, llegué a casa y ya estaban aquí― dije nerviosa. 

―¿Y qué esperas? Ábrelas―. 

Haciendo caso a las palabras de Charlotte, dejé el teléfono de una forma para que ella pudiera leerlas y yo también. Con cuidado abrí el primer sobre, el de NYU, y titubeando en mis movimientos, desdoblé la carta. 

"Querida Srita: Martin..." ―comencé a leer ―ajá... ajá... sí... "Nos complace anunciarle que ha sido ADMITIDA en su programa de elección en la Universidad de Nueva York"... ¡AAAAAAHHHHH!―. 

―¡AAAAAAAHHHHH!―. 

¡Admitida en NYU! ¡ADMITIDA EN NYU! Charlotte y yo estuvimos gritando de felicidad por al menos unos 3 minutos sin parar, agradecía que mis abuelos tuvieran el sueño pesado, si no me matarían por despertarlos de esa manera. 

No esperamos mucho para que la emoción culminara, agarré el otro sobre de la segunda universidad: Berkeley. 

Por menos que lo esperaba, los gritos regresaron a los segundos de que el sobre caía directo al suelo. Había entrado a las dos universidades a las que apliqué, a las dos, jamás me había sentido tan orgullosa de mí misma. 

―Nunca me había sentido tan orgullosa de mí― dijo Charlotte fingiendo lágrimas ―, hice un buen trabajo―. 

―Mejor que un buen trabajo― admití ―, gracias, Char―. 

―Ah, para eso son las amigas, ahora sólo tienes que elegir entre las dos―. 

―Oh, no, no, no, créeme que eso no será lo difícil― fruncí mi ceño desconcertada a lo que dijo ―, lo difícil será cuando le digas a Henry que te vas a tener que ir en unos meses de Swellview―. 

Oh mier... coles. El agua helada me cayó encima. 

Charlotte tenía razón, al igual que siempre, con mi entrada a la universidad ahora el hecho de que tenga que irme y que Henry se quedara, estaba más asegurado que nada. Tendría que confortarlo a él y más porque él no podría graduarse. 

Conmigo fuera, él aquí en la escuela de verano, si es que lograba hacerla. ¿Qué pasaría ahora que todo estaba bien entre ambos?

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro