HENRY'S P.O.V

―¿Entonces por qué la perdonaste?―. 

―No es como si no quisiera hacerlo desde un inicio― ladeé mi cabeza a un costado ―si mal no recuerdo, tú fuiste el que me dijo que debía hacerlo porque estaba sufriendo mucho―. 

―Bueno, en verdad no creí que lo hicieras― Jasper asintió ―¿A quién le miento? Muy en el fondo sabía que lo harías, desde que llegó a Swellview no has podido vivir sin ella―. 

―En eso tienes toda la razón querido amigo―. 

Estábamos en la Capi Cueva, prácticamente vacía, Jasper, Ray y yo jugando a un juego de cartas en el sillón giratorio, mientras que Schwoz arreglaba la máquina que peinada a Ray automáticamente. La pidió hace unas semanas por correo y no le llegó como quería, y claro eso lo hizo enojar mucho. 

Además, era un momento en el que ni mi hermana, Charlotte o ____ estaban en la Capi Cueva, y ahora que las chicas se habían desaparecido, nosotros podíamos hacer lo que sabemos hacer mejor... jugar, apostar, hacer cosas sin sentido de las que después nos íbamos a arrepentir, ya saben, "cosas de chicos". 

―Recuérdame por qué se pelearon― dijo Ray ―¡Dame ese Reinas!... Porque que yo recuerde no estaban peleados―.

―Estuvieron sin hablarse desde Año Nuevo― respondió Jasper por mí. 

―¿En serio?― preguntó de nuevo Ray incrédulo ―eso explica por qué ____ no estuvo aquí mucho tiempo―. 

Lo miré confundido ―¿Acaso no pones atención a lo que pasa a tu alrededor?―. 

―Si no me involucra a mí, no realmente― pero eso ya lo sabía ―pero quiero saber por qué no se hablaban―. 

―Ray, te lo he dicho muchas veces, lo acabo de decir ahora―. 

Hizo un ademán con la mano ―no estaba poniendo atención―. 

―Wow―. 

―Ahora sé un buen compañero y dime qué pasó con tu novia y porqué no debería despedirla―. 

Jasper y yo nos volteamos a ver confundidos por la reacción de Ray, juntando que era de esas veces en las que decía las cosas sin pensar y no despegaba para nada la mirada de lo que estaba haciendo, aunque claro, eso me daba a entender que sí estaba poniendo atención... espero. 

―Habla― soltó de la nada. 

―Bueno, pues...―. 

―Ah, no, no, no, no, no, no― me interrumpió Jasper ―déjamelo a mí―. 

―Pero- ―. 

―Déjamelo a mí―. 

―Jasper, en serio...―. 

Tomó una gran cantidad de aire. ―Él primer beso de ____ llegó a Swellview, pasaban mucho tiempo juntos que llegaron a pelearse por ella en Navidad, aunque eso no le gustó a ____. Luego Henry le dijo que no importaba si pasaba tiempo con él, pero ____ se lo tomó muy en serio y dejó a Henry de lado. ____ se sintió mal por eso, quería disculparse con Henry por dejarlo, pero Henry no le aceptó la disculpas y se pelearon. Después de cuando él ya quería hablar con ella, escuchó que ____ le dijo a Charlotte que se besó con Josh...―. 

―¿Quién es?―. 

―Él primer beso de ____ y primer amor,― siguió mi amigo, Ray solo alzó las cejas ―entonces como Henry pensaba que ____ se había besado con otro chico, no quiso hablar con ____, y ____ no sabía que él había escuchado, pero tampoco sabía que Henry es medio sordo y no escuchó bien―. 

―¡Hey!― me quejé "ofendido". 

Ray asintió ―a veces no escuchas―. 

Arqueé mis cejas ―mira quién lo dice...―. 

―Ah, ah, ah, ah, ah― hizo un ademán para callarme ―continúa Jasper―. 

―Gracias. Entonces como Henry escuchó mal, todo el tiempo pensó que ____ besó a su primer beso, pero en realidad no lo hizo y estuvo enojado con ____ por nada―. 

―No lo consideraría nada―. 

―Es técnicamente nada― siguió Ray. 

―¡No lo es!―. 

No lo era, desde mi perspectiva no lo era. 

____ me había dejado de lado por mucho tiempo y no quiso disculparse cuando se enteró de que había hecho mal, lo cual tenía demasiado sentido porque es muy orgullosa y no puede dar la cara porque se avergüenza, es una de las cosas que amaba sin parar de ella, la hacía sentirse segura. 

―Yo no sabía que ella no se había besado con él, pero eso no quita que no se haya disculpado conmigo―. 

Ray hizo una mueca falsa ―es una excusa para todo eso―. 

―¡No lo es!― repetí. 

―Pero ya no importa, si se hayan disculpado o no, ya lo hicieron, ____ hizo llorar a Henry con lo que le dijo que la amaba y volvió a adorarla como siempre―. 

―¡WOW!― gritó Ray de forma burlona. 

―¡Jasper!― exclamé enojado ―no tenías que decir la parte en la que me hizo llorar― dije entre dientes. 

Jasper encogió los hombros ―lo hice y lo volvería a hacer―. 

Para mi muy buena suerte, nótese el sarcasmo, Ray empezó a reírse de lo que dijo Jasper acerca de ____ y hacerme llorar. Entendía su punto y sabía que para él era gracioso porque solamente una niña que sacó unas cuentas lágrimas, pero no podía hacer sobre eso, quiero decir, tengo sentimientos y aunque no lo parezca ella era la única que podía hacerme eso. 

―Ray, cállate―. 

Limpió una de sus lágrimas por la risa ―oh, lo siento Kid, es solo que, no puedo creer que ____ te haya hecho llorar―. 

―Y dejaría que lo hiciera de nuevo― dije ya fastidiado ―si ella no me hace llorar, no quiero que nadie más lo haga―. 

Ray dio un gruñido ―argh, no puede ser, en serio te tiene mal, ahora entiendo por qué la perdonaste―. 

―Sí― respondió Jasper ―No lo entiendo todavía ¿Por qué lo hiciste?―. 

Sonreí ―porque, es lo mismo de cuando yo besé a Joss Moss, no literalmente, lo pensé después y si es algo parecido, además de que sin ella no podría hacerlo todos los días. Y si hay alguien con la que debo estar por el resto de mi vida, estoy seguro de que es ella. Así peleemos a diario, los dos vamos a llegar con el uno a otro―. 

―Ahora estás siendo cursi― dijo Ray. 

―No soy cursi, solo digo lo que siento por mi novia, el amor de mi vida―.

―Eres muy joven para decir eso, Henry―. 

―Nah― volví a sonreír ―cuando lo sabes, lo sabes, y cuando conoces a la persona, no hay nadie más con quien quieras estar― di un suspiro feliz ―____ es mi persona―.

... 

____' P.O.V 

 Ésta semana, era LA semana, la semana que había estado esperando desde que entré a la preparatoria, la que todos los alumnos se morían por llegar cuando estaban en el último año de preparatoria, y la única semana de la vida en la que la decisión más importante de tu futuro. 

Cabe mencionar y recalcar que no tenía ni idea de que esta era LA semana, si n hubiera sido por Charlotte que me despertó a las 7 de la mañana siendo un sábado cuando en el trabajo, es decir, juntarme con mis amigos, era hasta más tarde. Me llamó por teléfono a las 

―¡ES LA SEMANA!―. 

Fruncí el ceño, aún adormilada ―¿Qué?―. 

―Es la semana― repitió ―¿Por qué no estás despierta?―. 

―¿Por qué estás tú despierta?―. 

―Por que es sábado y el primer correo llega hoy y quiero estar lista―. 

―Okay, Char, el primer correo llega hoy a las 12, en 5 horas, 5 horas que podrías usar para dormir y ser una persona normal―. 

―Harvard no duerme, ____―. 

―Pero yo sí, te veo en la Capi Cueva―. 

Suspiró ―creí que hablar con los nosotros gatos los haría escucharme―. 

―Oh, yo te escucho, siempre lo hago, pero es muy temprano en sábado―. 

Hubo silencio del otro lado ―sí, tienes razón, lo siento y como sea, nos vemos en la Capi Cueva, no olvides tu teléfono―. 

―No lo haría, te lo prometo, click―. 

―Click―. 

Dejé mi teléfono en la mesa de noche a un costado de mi cama, y volví a esconderme debajo de las cobijas para volver a dormir. 

Claro que no lo hice como lo esperaba, mi mente no dejaba de dar vueltas al asunto gracias a Charlotte, y es que me hizo el favor de recordarme que en efecto era la semana y que debía de estar atenta por cualquier cosa. 

La semana en la que llegaban las cartas de aceptación a las universidades. La semana en la que debía escoger una escuela si es que era aceptada y en la que definitivamente me haría darme cuenta que debía dejar a Henry sea el caso. Situación que no quería hacer. 

―Ugh―. 

Cerré mis ojos todavía debajo de las cobijas, agobiada de nuevo por todo eso que sentía. 

Por más que las cosas con Henry estuvieran raras ahora, no decía que no estuviéramos bien, porque él lo repetía siempre: 

"____, estamos bien, en serio". 

Por su puesto que no quería sonar como loca, pero algo muy en el fondo de mí me decía que no estaba nada bien nuestra situación. No llegando al extremo, sin embargo, después de aquella vez en la que nos reconciliamos, si es que así podía llamarlo, las cosas volvían a ser como la primera pelea. 

Nos veíamos solo en la Capi Cueva, no había llamadas o mensajes de texto, éramos tímidos él uno con el otro, las sonrisas no faltaban, el amor se sentía, aunque no nos abrazábamos ni nos besábamos. 

Henry insistía que estábamos bien, sí claro. 

Mientras yo estaba hundiéndome en mis sentimientos y pensamientos sin fin sobre lo terrible que estaba mi relación ahora, si es que podía llamarlo de esa manera. La puerta de mi habitación se abrió de golpe, haciendo que me levantara y me sentara en mi cama desconcertada. 

―¿Qué rayos?― tallé mis ojos ―¿Qué haces aquí?―. 

―Vivo aquí―. 

―Ya no vives aquí―. 

―Bueno, vine por el fin de semana― dijo A.J, a la vez que se sentaba en mi cama y hacía que me hiciera a un lado ―¿Qué no puedo venir a ver a mi hermana favorita?―. 

―Eso no es cierto, no vienes por eso―. 

―Y eso es cierto, me sentía solo en Los Ángeles, la universidad me agobia―. 

―Te conozco bien―. 

A.J frunció el ceño confundido para después acordarse en mi cama y meterse en las cobijas. 

―Okay, de acuerdo, te escucharé, dime qué tienes―. 

Solté un bufido ―yo no tengo nada―. 

―Por favor, ____, sé que es la semana y también que no estás bien con Henry― lo odio ―sé perfectamente que nada es todo―. 

―Como quieras― rodeé los ojos. ―No sé que hacer porque los dos involucran a Henry, y uno más que el otro porque ahora que no estamos bien, aunque él diga que estamos bien, es obvio que no lo estamos, después con lo de la universidad, la decisión que tome va a ser lejos de él, y no me quiero ir sabiendo que estamos así o si jamás nos arreglamos. Pero faltan meses para eso, lo sé, solo quiero estar la mayor parte del tiempo posible con él, pero no puedo porque por mi culpa estamos mal, y ahora solo quiero abrazarlo y decirle cuanto lo amo―. 

Dije demasiado rápido y al terminar traté de recobrar todo el aire posible que había perdido, tanto que A.J simplemente abrió los ojos sin poder creer lo que le decía o quizás procesando la información. 

Mi hermano sacudió su cabeza de un lado a otro ―Wow―. 

―Lo sé― agaché mi cabeza, agobiada.

―En serio, wow― volvió a decir ―tienes muchos problemas de los que tienes que solucionar―. 

―No me digas― dije sarcástica. 

―Y puedes empezar con Henry, porque es el núcleo de todo, literalmente todo―. 

―¿Pero qué quieres que haga?― pregunté cansada ―cada vez que quiero decirle que estamos bien, no estamos bien, por su parte lo único que hace es sonreír ligeramente y nada cambia―. 

―Tienes que darle un ultimátum―. 

Lo volteé a ver extrañada ―¿qué rayos es eso?―. 

―Simple, amenázalo con algo―. 

Miré a mi alrededor más confundida ―no creo que exista algo con lo que pueda amenazarlo, A.J, él chico es perfecto y no puedo hacer eso después de todo lo que pasó―. 

―Argh, bien― rodó los ojos ―um... dile que salgan en una cita―. 

―¿Una cita?― pregunté incrédula. 

Asintió ―una cita. Los dos solos, arreglen sus asuntos dialogando, ponte algo romántica... ¡No demasiado! Primero tienes que terminar la universidad

―¿Por qué todo mundo piensa eso?―.

―Henry es un adolescente, ____, no lo entenderías, pero créeme lo de la cita siempre funciona, y será un lindo detalle, lo enamoras más―. 

No quería decir que lo tenía, pero, si había alguien en esta vida que yo conociera que él conociera a los chicos, era A.J, ¿Por qué? Muy fácil. Era él único que lo veía desde una perspectiva normal.  

Jasper me diría mil opciones para que ninguna funcionara. Charlotte sacaría el lado lógico, razonable y científico. Ray... Ray no me escucharía y diría algo sobre lo guapo que era a él mismo. Schwoz, diría que tiene una máquina y el resto de mis hermanos se burlarían o sus cerebros de simio no llegarían a comprobar la magnitud del problema. 

Amaba tener a A.J como hermano. 

Pero por obvias razones amaba a cada uno de ellos porque de alguna manera u otra ayudaban, y sin ellos no sabría que hacer. 

―Una cita― dije segura ―bien, lo haré―. 

―Genial― A.J se levantó de mi cama, dispuesto a irse ―ahora cámbiate, ve a la Capi Cueva, y agarra todo lo que tengas para que las cosas salgan bien y no lo arruines―. 

―Gracias por el voto de confianza― otra vez, sarcasmo. 

―Cuando quieras, hermana― y salió de mi habitación.