Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 61

Estábamos muertos, completamente muertos, de que en realidad muertos, la presencia del grupo del otro universo empezó a ponerme nerviosa, y no sólo a mí, en general a todos, juntando el hecho de que Ray no dejaba de asesinarnos con la mirada tratando de pedir una explicación. 

Nos había descubierto, y no podíamos hacer nada al respecto. Además de que mi otra yo era básicamente un clon mío y me causaba escalofríos verla, pues usaba la misma ropa, mismo peinado... ¿así se me veía el cabello? Wow, en serio debía considerar peinarme de otra forma; pero no era momento de pensar en cabellos lindos, teníamos un problema más grande.

–¿Henry?– habló Ray. 

"¿Sí?" contestaron los dos Henrys al mismo tiempo. 

–Okay, ¿puede decirme uno de ustedes que rayos está pasando aquí?–. 

–Um... yo me encargo amigo– dijo Henry al otro Henry... mí Henry, al otro Henry. 

Esto iba a ser demasiado confuso si duraba más de lo que se tenía planeado para ser verdad. Mientras tanto, la otra ____ no dejaba de asesinarme con la mirada, lo que me hizo sentir un escalofrío como antes, pero ahora recorriendo gran parte de mi columna, jeez, somos iguales, no hay necesidad de hacer eso. 

–¿Cómo me llamaste?– preguntó él otro Henry desconcertado. 

Mi Henry le hizo un ademán con la mano –de acuerdo, rápida pero asombrosa historia– empezó a decir –accidentalmente destruimos tu bota–. 

–¿¡QUÉ?!– exclamó Ray, enojado. 

–Aunque tuvimos un muy divertido montaje antes de que pasara– habló Jasper. 

–Él tiene razón– asentí –debiste ver la pasarela–. 

–Las botas de Theranos son lo de hoy, eh– me dijo la otra ____. 

–Tú sabes que lo son–. 

Por primera vez en todo este tiempo la otra ____ no me dio miedo, en realidad me di cuenta que era como yo, en cuestión de personalidad pues en lo otro era demasiado obvio que era idéntica. 

–¿Bailaste como vaquero con la bota?– le preguntó el otro Jasper, a Jasper. 

–Así es, gato yo– contestó. 

–¡Genial!–. 

–¿Por qué no los detuviste?– le dijo la otra Charlotte a Charlotte. 

–¡Lo intenté!– gritó ella –no me escucharon–. 

"¿¡Qué?!", "¡Eso es de locos!", "¿¡Por qué no escucharían a Charlotte?!", "Ella está llena de sabiduría", "¡Ella es demasiado sabia!" contestaron los otros. 

Charlotte dio un bufido –nunca lo hacen–. 

–¿En serio? Me sorprende que aún no hayan explotado la Capi Cueva–. 

Mi amiga nos volteó a ver –lo han hecho–. 

"Y lo haría otra vez", "En serio me gustan los churros", "Todos teníamos la mano en el botón", "No se puede culpar solo a uno", "Fue divertido que nos quedan de sobra". Ahora contestamos nosotros. 

El tema de la explosión de la Capi Cueva no se había tocado en mucho tiempo, más cuando ya había pasado casi más de un año de todo eso. Todavía era cuando Henry y yo salíamos y no se lo decíamos a nadie, o cuando nos besábamos atrás de las computadoras en secreto, la adrenalina era la mejor parte de todo eso. 

No obstante, no creo que ninguno en verdad quiera explotar más Capi Cuevas, al final del día cuando nos fuéramos a la universidad Ray se tendría que quedar aquí con Schwoz, y Henry; pero ese es otro tema. 

–¿Cuándo tendré mi bota de regreso?– le pregunté él otro Ray a Ray. 

Ray rió sarcástico –¿tu bota? Discúlpame, guapo, pero esta es mi bota–. 

Y ahí vamos con elogiarse a sí mismo, aunque ahora tenía más sentido, prácticamente era otro igual a él... aunque no dejaba de ser extraño. 

–En realidad– comenzó a hablar Schwoz –encontré otro universo justo como la nuestra, excepto que ahí escuchan a Charlotte y actúan como gatos–. 

Él otro Ray hizo el ruido que hacen los gatos con la boca cuando estaban molestos, haciendo que lo volteara a ver desconcertada y debo admitir con algo de miedo a que nos rasguñaran o aventaran bolas de pelo si es que podían hacer eso, eran gatos después de todo. 

–Sí, Schwoz mandó a Henry y Jasper a ese universo para conseguir su bota de Theranos y traértela– solté. 

–¡Bien pensado!– felicitó él otro Schwoz a Schwoz. 

–Muchas gracias, he tenido muchos problemas de confianza últimamente. 

–¡También yo!–. 

"¡Cállense Schwozes!" ordenaron los dos Rays al unísono. 

Bajando la cabeza, los dos Schwozes regresaron a su lugar un poco afligidos, pobre de ellos. 

–Entonces... ¿robaron esta bota de ellos?– cuestionó Ray. 

Henry arrugó su nariz –Sip–. 

Ray sonrió –Entonces es mía ahora–. 

–¡No!– él otro Ray contradijo. 

–Claro que lo es, precioso– le dijo Ray al otro Ray mientras borraba la sonrisa de su cara. 

–Escúchame bien, maravilloso– y le respondió él otro Ray –tomarás esas fuertes, masculinas, sin embargo sorprendentemente suaves manos y me vas a devolver mi bota–. 

–Ven por ella entonces–.

Y de un momento a otro, sin pensar en lo que estaba pasando, Ray lanzó la bota que cayó en manos de Jasper, lo cual indicaba que esto no podía terminar de una buena manera. 

–¡Le tengo!– anunció Jasper. 

–¡Jasper, lánzamela a mí!– gritó alguien a mi espalda.

Rápidamente me giré para poder observar de quien se trataba, y era nada más y nada menos que... 

–¡No lo hagas!–. 

–¡Esa es Piper gato!–. 

Jasper ignoró a Charlotte, como era de costumbre, y le lanzó la bota a Piper gato, quien la atrapó sin ningún problema y sonrió victoriosa.

Piper gato movió la bota –Miaw, miaw baby–. 

Dándose cuenta de su error, Jasper tomó su cabeza en estado de shock y negó lentamente, mientras que los gatos celebraban que ya tenían la bota en sus ¿patas? Y nos habían ganado, tonto Jasper. 

–¡Noooooo!– grité. 

–¡Oh, vamos! ¿¡Por qué!?– siguió Charlotte. 

–¿¡Por qué no escuchaste a Charlotte?!– terminó Henry. 

–¡Porque nunca lo hacemos!–. 

Ladeé mi cabeza, bastante justo. 

Habíamos perdido la bota de Theranos en una batalla justa, aunque no tanto ya que Jasper nos dejó perder demasiado fácil, sin embargo, sabía que no la pondrían tan fácil como para perderla, teniendo idea de como eran mis amigos, Ray no se iba a rendir así nada más por no tener una bota de Theranos. 

–¡Sácanos de aquí, Schwoz!– ordenó Ray gato al otro Schwoz. 

–¡Okay!–. 

–¡No!–. 

Ray corrió hasta la otra Piper, quien pronto le lanzó la bota al otro Ray, y alzó esta en el aire riendo de que ya la tenía, pero no contaba con que Henry pensaría más rápido que él, y así se lanzaría contra él otro Ray, logrando que él soltara la bota y esta se cayera directo al suelo, sin nadie alrededor. 

Los dos grupos miramos la bota durante unos momentos, sin saber exactamente qué hacer o más que nada por la sorpresa que estaba sola. La emoción invadió mi cuerpo de una manera en verdad rápida, no sabía que hacer o qué teníamos que hacer. 

Después de eso, los recuerdos de aquel día y de ese momento son un tanto vagos, pues si creía que una pelea de gramática podía ser mala, no conocía las peleas que podías tener contigo misma de otro universo. 

Todos nos lanzamos a la bota como si no hubiera un mañana, golpeándonos en las costillas, en la cabeza, en el cuello y espalda, todo en el intento de recuperar la bota de Theranos; en verdad que fue doloroso. 

–¡Tiempo! ¡Tiempo!– gritó Ray levantándose del suelo. 

"¡Tiempo! ¡Tiempo!" y copiamos su acción. 

Pronto, ambos grupos terminamos separados, parados frente a cada uno de nuestro doble. Sobé un poco mi brazo por el golpe que la otra ____ me dio, en verdad que era ruda. 

–¡Rompiste mi bota!– le reclamó él otro Ray con la bota en sus manos. Que ya no tenía uno de los cristales. 

–¡No lo hice!– respondió Ray –¡tú rompiste mi bota!–. 

Piper los miró confundida –¿en verdad está rota?–. 

–Sí, ¿qué no pueden pegar la gema?– siguió otra Piper. 

–¡Dije que está rota!– él otro Ray tiró la bota al suelo, como un niño pequeño. 

–Pero aún puedo arreglarla...–. 

Ray pateó la bota –¡No sirve para nada!– y le despegó otro cristal. 

Schwoz suspiró –bien, ahora ya no puedo–. 

–¡Es tonta!– una patada. 

–¡Odio esta bota ahora!– otra patada. 

–¡Ojalá nunca la hubiera visto!– más patadas. 

–¡No puedo jugar con esto!–. 

–¡Ya no la quiero!–. 

–¡Te odio bota!– una patada fuerte –¡te odio!–. 

–¡Muchas gracias, chicos!– nos reclamó Ray sarcasmo. 

Arrugué mis labios y alcé mis cejas. 

Nunca me había imaginado ver a dos adultos inmaduros lloriquear por una bota que claramente tenía remedio, pero que con las patadas, su inmadurez y los reclamos por parte de ambos terminaron destruyendo, y ahora ya no teníamos bota de Theranos, pero en el lado bueno no la destruimos. 

–¡Rompieron la última bota de Theranos!– ahora nos reclamó Ray gato. 

"Bueno..." comenzaron a decir los dos Schwozes. 

"De acuerdo con la teoría de la duplicidad dimensional universal..." Charlottes. 

"Existen una infinidad de universos..." ____ gato y yo.

"Lo que significa que hay una infinidad de botas de Theranos" Jaspers. 

"Así que los dos pueden ir a otro universo y tomar otra" terminaron los Henrys "¡Estamos hablando en unísono! ¡Esto es genial!... ¡Piña! ¡____ Martin! ¡Y Anderson Cooper! ¿¡QUEEEEEEEE?!". 

Rodeé los ojos divertida, mostrando una ligera sonrisa en mi rostro, que se borró cuando vi que Henry quitaba la sonrisa de su cara, y tragaba en seco, lo que me dio a entender que pro un momento había olvidado que estaba enojado conmigo. 

Volteé a ver a la otra ____ que estaba sonriendo, al igual que él otro Henry, quien no tardó más de dos segundos en ir con ____ y abrazarla por los hombros, mientras que ____ recargaba su cabeza sobre su pecho y ronroneaba. 

Ellos no estaban peleados, nosotros gatos no estaban peleados, y se veían demasiado felices que me hizo envidiarlos un poco; extrañaba mucho eso, pues no dudaría que si estuviéramos enojados, Henry y yo estaríamos en la misma posición. 

No podía soportarlo más. 

... 

Para no hacer el cuento largo, y mucho menos meter cosas que no importaban pues era más cuestión de Ray, solo diré que él se fue con Ray gato a otros universos a conseguir su propia bota de Theranos. Los gatos regresaron a su universo, así que pronto todo había vuelto a la normalidad... bueno, casi todo. 

Henry estaba sentado en el sillón giratorio jugando en su teléfono, Charlotte a lado de él haciendo lo mismo, Jasper frente a él, Piper se fue a casa, y yo estaba desde la silla en las computadoras ideando un plan para llegar a Henry sin que me ignorara o me dijera que no. 

Era ahora o nunca, volteé a aun costado sin dejar de pensar en ideas, cuando vi un pequeño aparato que estaba segura me ayudaría bastante en hacer lo que tenía en mente si es que se negaba, así que lo agarré para guardarlo en mi pantalón y caminar hasta donde estaban los chicos. 

–Henry, tenemos que hablar– solté de golpe. 

Logrando que mis dos amigos me miraran de reojo, y se les notaba nerviosos, pues mis peleas con Henry la verdad no tenían buena fama. 

Él me miró directamente a los ojos durante unos segundos. 

–No– y volvió a su teléfono. 

–¿Por favor?–. 

–No–. 

Apreté mi mandíbula tratando de colmar la paciencia, sabía que esa sería su respuesta sin intentar, así que no me molestaría en preguntar por tercera vez, en cambio, saqué el láser que había tomado de las computadoras y le apunté con este. 

–¿Qué estás...?–. 

Le disparé con el láser. 

Estaba en modo aturdir, de esa forma no le haría gran daño más que solamente dejarlo inmóvil durante unos segundos, fue entonces cuando guardé de nuevo el láser en el pantalón, tomé a Henry por los brazos. Jasper se levantó para ayudarme con las piernas, y arrastrarlo hasta el cuarto secreto detrás de las computadoras.

–Gracias, Jasper– le agradecí a mi amigo. 

–Solo arreglen esto– contestó –siempre estaré de su lado–. 

Le dediqué una pequeña sonrisa a Jasper antes de que se fuera y él me respondiera de la misma forma. Qué bueno era tener amigos como él, aunque para ser sinceros, yo creí que él estaría de lado de Henry, aunque quizás esté de lado de la paz, que era lo que yo buscaba con Henry ahora. 

En fin, esperé a que Henry despertara durante unos minutos, mientras a la vez planeaba todo lo que diría, y es que la verdad no esperaba llegar hasta este punto de importancia. 

Henry se removió en el suelo, indicando que estaba despertando, hasta que de la nada abrió los ojos de par en par, y tambaleándose se levantó del suelo. Ya estando de pie, me miró con los ojos entrecerrados. 

–¿¡Por qué hiciste eso?!– preguntó alterado –¿¡qué rayos, ____?!–. 

–No estabas escuchándome– le respondí tranquila. 

–¡Porque no quiero hacerlo!– reprendió –¡No tenías que dispararme!–. 

–Me hiciste tomar medidas drásticas–. 

Henry soltó un suspiro pesado –bueno, por más que me hayas arrastrado hasta aquí, no harás que te escuche, así que nos vemos pronto porqu...–. 

–¡Cállate!– me miró asustado –¡no te muevas!–. 

Él chico rubio arqueó las cejas sin entender que estaba pasando, si supiera que yo tampoco sabía lo que hacía. Fui directo a la puerta donde estaban nuestras mochilas guardadas, abrí la mía lo más rápido que mis movimientos pudieron darme, y saqué el pedazo de papel que sería mi coartada para que esto saliera bien. 

Sonreí victoriosa al momento en el que lo vi, y con este en mis manos regresé a donde había dejado a Henry "inmóvil". 

Incluso yo me tendría miedo ahora. 

Tomé el post-it y lo puse sobre la cara de Henry, alzando más mi brazo pues él era mucho más alto que yo. 

–Ahem– aclaré mi garganta. 

Henry rodó los ojos –____, no, en serio, ni lo intentes–. 

–"Amarnos siempre aún cuando nos odiemos"– empecé a leer. 

–____, por favor...–. 

Puse mi mano sobre su boca –"estar el uno para el otro siempre, hablar con la verdad y escucharnos" ¿Ves eso qué dice ahí? Escuchar– desvió la mirada –"y es para siempre–. 

Henry se quedó callado, no respondió nada, lo único que hizo fue rodar los ojos por segunda vez, y voltear su cabeza a un costado, además de que la cercanía de nuestros cuerpos lo estaba poniendo nervioso y a mí también, hace tanto que no estábamos de esta manera, y nunca dejaba de sentirse bien. 

–Yo veo ahí tu firma– dije señalando el post-it –también está la mía, lo prometimos, Henry–. 

Quité mi mano de su boca para que pudiera hablar, pues por sus expresiones ya estaba ansioso de hacerlo. 

–Sí, lo prometimos, así como cuando prometimos ser mejores amigos por siempre, pero en ninguno de esos dos contó traicionarnos–. 

Fruncí el ceño desconcertada –¿de qué hablas?–. 

–No te hagas la que no sabes, ____– alzó sus manos en el aire. 

–Henry, lo sé, y te pido perdón por eso–. 

Arqueó sus cejas –entonces admites que lo hiciste, wow, en verdad... eres... wow, que descaro–. 

–Me lo merezco– asentí –nunca quise dejarte de lado, perdóname–. 

–¿Qué?– preguntó confundido –no, no, no, eso no me importa, quiero decir, me dolió, pero no estoy hablando de eso–. 

Viré mis ojos de un lado a otro tratando de comprender qué era de lo que estaba hablando, si no era eso, debía ser lo otro, aunque para eso no podía estar molesto pues jamás lo besé, a menos que hubiera hecho algo que lo hizo enojar y yo no me hubiera enterado. 

–Necesito que seas un poco más específico, Hen–. 

–¡Oh, no te hagas la inocente conmigo!– exclamó furioso –sabes perfectamente de que estoy hablando–.

Encogí mis hombros –no lo sé, no tengo idea–. 

–¡____! ¡Te escuché cuando le decías a Charlotte!– 

Cerré mis ojos al momento en el que escuché sus palabras salir por su boca, ahora todo tenía más sentido. 

–Si querías venganza por lo de Joss en el verano, créeme que esa no era la mejor forma de hacerlo–. 

–Henry, en verdad, no es lo que piensas–. 

–¡Besaste a Josh, ____!–. 

Relamí mis labios a la vez que mordía el inferior de estos, escuchó parte de mi conversación con Char, pero la parte que debía de hacerlo, pues Henry me miraba con un odio impresionante, que si no lo conociera, diría que en cualquier momento sacaría su lado de Kid Danger y eso no sería nada lindo, ni siquiera conmigo. 

Sin embargo, eso no quitaba que me sintiera mal conmigo misma, sabía que debía contarle en cuanto pasó para evitar secretos, pero no estaba pensando, así como en este momento, ninguno de los dos lo hacía. 

Nos quedamos mirando directamente a los ojos durante varios segundos, diciendo más de lo que deberíamos, además de que no tenía la menor idea de como empezar a explicarme y que lo escuchara, parecía casi imposible. 

–____– habló él rompiendo el hielo, rascando parte de su nuca –sabes, creo que esto ya no... ya no está funcionando–. 

Mi corazón se encogió –no, Henry...–. 

–No quiero escuchar lo que digas, sé que lo hiciste, y no hay forma para que remedies eso–. 

–La hay, si tan solo me escucharas vas a entender que...–. 

Henry empezó a caminar hacia la puerta –no quiero escucharlo, en verdad, no quiero hacerlo, es bueno que estés con Josh–. 

Las lágrimas se hacían de nuevo en mis ojos, que comenzaron a soltarse sin previo aviso, el dolor que sentía al verlo de esa manera combinado con el dolor real no era algo que pudiera quitar fácilmente, y me quemaba hasta lo más mínimo de todo mi ser por la impotencia que tenía a que no podía moverme.

–¡Henry, no!– solo hablarle, más no con la verdad. 

–Nos vemos, ____–. 

–¡No te vayas!–. 

Detuvo su paso dándome la espalda –¿por qué no debería?–. 

–¡Porque no besé a Josh!– logré soltar –nunca lo hice, nunca lo haría, porque yo te amo, estoy enamorada de ti– las lágrimas salían cada vez más –esa vez, en Año Nuevo me preguntaste si te amaba, y te dije que no venía al punto, pues me equivoqué, porque ese es el punto. Henry te amo a un nivel que ningún chico jamás me hará cambiar por lo que siento por ti, eres tú a quien amo, y nunca quise besar a Josh, él trató de besarme pero yo me moví, porque en ningún instante abandonaste mi cabeza– limpié mis lágrimas. –Y cómo no amarte, todas las cosas que haces por mí, en ayudarme, en apoyarme, sorprenderme en hacerme feliz, van mucho más allá que cualquier otra persona puede darme, eres tú y solo tú todo lo que necesito, eres tú todo lo que me hace bien, eres tú la persona que me hace más feliz, por eso no de... deberías irte porque... no soportaría estar sin ti, y... yo, te amo a ti, y solo a ti, y siempre lo haré, para siempre–. 

Sin más que decir, y con los sollozos brotando por mi boca, Henry se giró hacia mí con sus ojos igual de mojados que los míos. Nuestras miradas se cruzaron por un momento inesperado, hasta que sin previo aviso, caminó a mi dirección, en donde me tomó los brazos y me atrajo a su cuerpo, cubriéndome en un abrazo, con una de sus manos en mi cintura y la otra en mi cabeza. 

Di un último suspiro que me hizo relajarme, aunque eso no quitaba que estaba desconcertada. 

–¿Qué estás haciendo?– le pregunté. 

–Shhhh– respondió callándome –solo... necesito silencio absoluto, silencio absoluto contigo–. 

Los dos necesitábamos ese abrazo más que nada en el mundo, una abrazo que detuvo nuestras lágrimas con solo un roce, y un abrazo que podía expresar más que las palabras mismas, era como si ese abrazo estuviera destinado para ambos, ya sea siendo novios o sin serlo, Henry y yo lo disfrutamos hasta el último segundo. 

Estuvimos en esa posición durante varios minutos, sin decir nada al respecto, no quería que se terminara para ser verdad, y era mejor que sin tener interrupciones. 

Sin embargo, la felicidad no es para siempre, y es que ese abrazo que no podía ser interrumpido, lo fue cuando la puerta secreta se abrió de par en par y todos los chicos aparecieron tirados en el suelo, encima de unos y otros. 

–No estábamos escuchando– dijo Jasper mientras se levantaba. 

–Nadie lo estaba haciendo– siguió Ray. 

–Nunca estuvimos aquí– Schwoz. 

–Solo sigan con lo suyo– terminó Charlotte –ignoren que alguna vez estuvimos aquí–. 

Y se fueron cerrando la puerta detrás de ellos; chismosos. 

Henry y yo volvimos a la posición original, donde el abrazo volvió a recobrar esa magia que nunca perdió, pero que desapreció por unos momentos. 

Alcé mi cabeza para voltearlo a ver –¿ahora qué?–. 

Henry tomó una gran cantidad de aire para después volver a juntar su cuerpo con el mío, e inundar mi fosas nasales con su aroma y tranquilidad, sin decir nada más al respecto, dejándonos en una ola de dudas que esperaba pronto pudieran resolverse. 

... 

Un hermoso maratón. 

Ojalá les haya gustado, yo sé que sí, en fin. 

Lxs ama:

–Andy.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro