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Capítulo 59

Las cosas con la bota estaban siendo muy sencillas, tanto que la disfrutamos que olvidamos por completo que Ray nos amenazó con no hacerlo, claro que esas palabras duraron el más mínimo de tiempo en nuestras cabezas, y eso ahora era lo último que importaba, todos nos dimos un turno para jugar con la bota como solamente nosotros sabíamos. 

Después de Piper fue Jasper, utilizando sus grandes poderes y habilidades para bailar, con música country por todo el lugar, bailaba con la bota de Theranos como si fuera un simple juguete... lo cual era asombroso. 

–¡Wuuuuuu!–. 

–¡Sí! ¡Bien, bien!–. 

–¡Vamos, Jasper!–. 

Sin embargo, las cosas se pusieron raras cuando uno de los pasos de baile involucraba fingir tener una soga invisible, con la que fingió atrapar a Henry y jalarlo hacia él. 

Obviamente todos nos hicimos a un lado por lo incómodo que era eso, mientras que Henry negaba constantemente y le decía que parara, pero al final de cuentas, era bailar con la bota de Theranos, ¿Qué más podía pedir?. 

... 

El siguiente evento fue uno de los clásicos en la Capi Cueva, al menos para nosotros pues siempre había sido de esa forma. Henry se puso la bota casi arrancándola del pie de Jasper, y luego fue directo a los tubos.

 –¿Qué está pasando?– me preguntó Piper susurrando. 

Sonreí ligeramente –solo observa–. 

Como lo esperaba, Henry golpeó el lado costado de su pantalón y el tubo bajó alrededor de él. 

–¡POR EL TUBO!– gritó él. 

El tubo lo succionó de inmediato, sin embargo, el truco estaba en lo que viniera después, y en lo que siempre decía que lo hacía Henry... Henry. 

–¡Aw, mi bota de Theranos!– la bota cayó al suelo. 

Borré mi sonrisa al momento en el que sentí como mi corazón se encogía. Estaba segura que si no estuviéramos peleados correría en seguida hasta él, lo tomaría del cuello atrayéndolo a mí, él me tomaría de la cintura sin quitar su sonrisa por la sorpresa y nuestros labios se juntarían en un beso interminable; pero no podía ser. 

Lo extrañaba mucho. 

... 

Charlotte traía la bota en sus pie, y es que tuvo la mejor idea sobre qué hacer para disfrutarla y usarla. 

Mientras que Piper y yo sosteníamos un balón de football americano en el suelo, Jasper y Henry hacían de goalpost con sus dos manos en formando una "L", y Schwoz era referee, ¿Cuál era su actividad? Sencillo, ser kicker en un partido de football americano y patear el balón con la bota de Theranos. 

Así que preparándose para patear, Charlotte dio varios pasos para atrás, levantó su pie en el aire y... 

Schwoz hizo sonar el silbato –esperen– mi mejor amiga se detuvo. 

Con la confusión que todos teníamos por los que pasaba nos callamos al instante en el que Schwoz habló, cuando de repente, el elevador se abrió indicando que alguien había llegado por este. 

–Olvidé mi cartera– era Ray. 

Este entró a la Capi Cueva pasando de largo todo lo que estábamos haciendo, era como si no existiéramos y solamente estuviera en su mundo, como lo era usualmente cuando se trataba de él. 

Los nervios comenzaron a invadir mi cuerpo más de lo que deberían hacerlo, al igual que todos los demás, y es que eso hizo que nos quedáramos en la misma posición, menos Charlotte que escondió la bota detrás de un estante con cajones, sin hacer ni un solo ruido, mientras que Ray iba hasta el mismo estante donde estaba Charlotte, sacó su billetera y volvió a ir al elevador. 

–Fui para allá y tuve que volver a regresa– se dijo a sí mismo –qué tonto–. 

Al asegurarnos de que las puertas estuvieran cerradas y el elevador fuera subiendo, solté un suspiro lleno de alivio al mismo tiempo que mis amigos, y seguimos con el juego. 

Schwoz volvió a sonar el silbato –¡Adelante!–. 

Volviendo a lo que estaba, Charlotte sacó la bota de su escondite, volvió a alzarla en el aire y sin interrupciones esta vez, fingió patear el balón, y digo fingir porque en lugar de hacer eso y que este saliera volando, fue la bota la que salió de su pie para que golpeara a Jasper en la cara. 

–¡Buen golpe!– exclamó Schwoz. 

"¡WOOHOOOOOO!" y nosotros le seguimos el festejo. 

... 

Schwoz tenía guardado una pasarela de modas... literalmente la traía en su bolsillo, al igual que otras mini cosas que cargaba con él, dijo que le servían útil para muchas cosas, y debo admitir que tuve curiosidad por eso, pero preferí evitarme más dudas si es que nos daba una respuesta y algún trauma posible. 

Con la misma cosa que utilizó para hacer grande la cápsula que se utilizó para entrar a la cabeza de Ray, la mini pasarela de moda pronto se hizo enorme, junto con unas sillas para que todos pudiéramos sentarnos y fingir que estábamos en la Semana de la Moda en París. 

Las cinco sillas estaban acomodadas frente la pasarela, listas para ser usadas por nosotros. Henry se sentó en el extremo de la fila, lo que vi una enorme gran oportunidad para sentarme a lado de él, así lo hice, lo más rápido que pude caminé para sentarme. 

–Hola– saludé nerviosa. 

Él chico me miró por unos instantes directamente a los ojos, aún con esa sensación fría que daba en esos momentos, nada de lo usual a como me miraba siempre. No duró más de cinco segundos, cuando se levantó de la silla y se fue a sentar al otro lado. 

Suspiré abrumada, tallé mi rostro con mis manos y recargué mi cabeza sobre mis piernas, con todas las ganas de gritar, llorar y maldecirme mil veces por la tontería que hice. Dejé de lado a la persona que más amaba, y él a mí, y ahora estaba empezando a dudar si es que podía solucionarse. 

Al menos ya sé lo que se siente.

Jasper comenzó a caminar por la pasarela con la bota en su pie, modelando ante nosotros la bota de Theranos. Al final, Schwoz y Piper terminaron sentándose a lado de mí, quedando por obvias razones yo en medio de ambos. 

–Las botas de Theranos son lo mejor ahora– dijo Schwoz susurrando, fingiendo ser un crítico. 

Piper asintió –tienes toda la razón– se volteó a mí –¿tienes alguna crítica, ____?–. 

Y para ser sinceros no estaba poniendo nada de atención, mi mente no dejaba de girar alrededor de lo de Henry, por más que tuviera la misma bota de Theranos frente a mí, la original, no dejaba de pensar en él, y me estaba causando un poco de problema. 

Sacudí mi cabeza de un lado a otro. 

–Huh... nope– contesté sin emoción –no, las botas de Theranos son lo mejor hoy en día–. 

–No pudiste decirlo mejor–. 

Dejando un poco de lado el tema de Henry, mi vista se dirigió a un punto en la pasarela que me hizo fruncir el ceño pues eso no estaba ahí antes de que todo esto empezara. Una masa extraña fosforescente en medio de todo, que pronto fue pisaba por Jasper, peor aún, a la bota de Theranos. 

–Um... Jasp...–.

–¡Aw! Pisé goma de mascar– dijo él levantando la bota. 

Hice un ademán restándole importancia –ya no importa–. 

–¿¡Quién rayos pone goma de mascar en la pasarela?!– preguntó Charlotte eufórica. 

–¡No importa!– gritó Henry mientras se alzaba de la silla –¡Está en la bota de Ray!–. 

–¡Pues quítala antes de que regrese!– siguió Piper. 

Una ola de pánico inundó la Capi Cueva más rápido de lo que podía hacerse, Henry tenía un punto importante, no importaba la goma de mascar en la pasarela ¡ERA LA BOTA DE RAY! La intocable bota de Theranos que nos prohibió tocar. 

–¿Cómo la quito?–. 

–Relájense– Schwoz apareció con una máquina azul en las manos, parecía una pistola de agua –puedo utilizar este rayo congelador para encapsular la goma en ultra-hielo, luego le pegamos con un martillo y la goma se va a romper en mil pedazos–. 

Ladeé mi cabeza a un costado –woah, ¿no hay otra forma de quitar chicle debajo de la suela de un zapato?– todos me miraron confundidos, con las cejas arqueadas, yo hice una mueca –ew, eso fue mi lado Charlotte saliendo... argh–. 

–Favorecedor que te dieras cuenta– respondió ella –pero ____ tiene razón, ¿no habrá otra forma? Algo que no incluya todo eso–. 

–Sí, la hay– dijo Henry desesperado –iré por un pañuelo–. 

Él chico rubio fue directo hasta uno de los lugares donde se guardaban miles de cosas, sacó rápidamente una caja de pañuelos que para la gran sorpresa estaba completamente vacía, y eso nos dejaba claro que solo podía significar una sola cosa. 

–No hay pañuelos– lazó la caja vacía –¡CONGELEMOS ESA COSA!–. 

–Congelando fácil– respondió Schwoz. 

–Solo asegúrate de solo congelar la goma–. 

Schwoz dio un bufido –créeme que sé como utilizar un rayo congelador–.

De la nada, Schwoz empezó a murmurar en el idioma de su país, de una forma en la que estuviera maldiciendo a Henry y criticándolo, logrando que la confusión aumentara y las preguntas siguieran sin salir. 

En fin, con el rayo congelador en las manos, un buen plan diseñado para la perfección, Schwoz apuntó a la bota en el pie de Jasper, el cual comenzó a soltar una especie de vapor color azul al igual que el rayo del mismo color, todo directo al pedazo de chicle que se había pegado en la suela. 

–¡Ah!– Jasper se quejó. 

Pero de un momento a otro, Jasper movió la bota del rayo, dejando ver esta de un color azul intenso, lo que indicaba que estaba congelada, además de que se veía demasiado rígida y Jasper no dejaba de quejarse de dolor. 

Hice un palm face directo a mi frente, esto es mucho peor. 

–Oops– soltó Schwoz. 

–¡Esta bota está congelada!– exclamó Jasper. 

–¡Quita el chicle, Schwoz!– le gritó Charlotte. 

–¡A quién le importa el chicle! ¡Quiten esta bota congelada de mi pie!–. 

Rasqué un poco el costado de mi cuello mientras que Jasper no dejaba de mover el pie de un lado a otro, en el intento de quitársela, solo que no contaba con que esta sería tan frágil pero al mismo tiempo pesada, porque todo cambió cuando de repente escuchamos un enorme ¡PLOCK! 

Abrí mis ojos de par en par y junté mis manos sobre mi boca, sorprendida por lo que estaba viendo, el miedo y la ansiedad pronto invadieron mi cuerpo. 

Y no era la única, todos tenían la misma expresión, y más que nada de preocupación.

"¡AAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHH!".

La bota estaba rota en mil pedazos. 


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