Capítulo 50
HENRY'S P.O.V
(N/A: Como diría el Pillo... Ahora si se viene lo chido)
–... Y luego, cuando no creía que hubiera más escapatoria, miré a mi alrededor y fue cuando encontré al hombre vestido de Santa en medio de la Convención de Santas y le dije "¡No! Sólo eran lombrices navideñas"–.
Todos reían, todos, desde la más ridícula persona, hasta mi querida novia, ____, a esa ridícula historia de Josh y sus Aventuras en Nueva York que no tenían ni el más remoto sentido, ¿Lombrices Navideñas? Eso no tenía nada que ver. Si creía que las historias de Ray no tenían sentido y eran ridículas, en especial la del canguro y su familia, bueno, esta la sobrepasaba.
Lo que no entendía era porque todos reían, incluso mis padres, Piper ni se diga, los hermanos de mi novio que han escuchado esta historia muchas veces, sus abuelos y ____ que debería estar de mi lado, también lo hacía, no había nada de divertido en esa famosa historia.
Nos encontrábamos en casa de ____, en casa de los Martin, como lo hacíamos todos los años en Navidad, cenábamos como una enorme familia que aún no éramos, cabe mencionar, pero pronto. Habíamos llegado a la parte del postre ya y durante todo este tiempo, lo único que hacían todos era halagar a Josh, por todas sus supuestas buenas acciones.
Qué tontería. Estaba demasiado fastidiado que no me había inmutado ni siquiera a tocar mi postre, recargaba mi mejilla sobre mi puño, haciendo una enorme mueca que todos podían percibir.
–Podrías disimular un poco– dijo mi novia en un susurro –cualquiera que te viera de aquí a California puede ver que estás molesto–.
Solté un bufido –no estoy molesto– la volteé a ver –estoy... estoy... apreciando mi postre, sí–.
–¿El postre que ni siquiera has tocado?–.
Ladeé mi cabeza –uh... no me gustan las fresas ____, deberías saberlo, porque eres mi novia–.
Negó varias veces –Henry, tú amas las fresas–.
–¿Mhm?–.
–Henry, tú amas las fresas–.
–Bueno, yo hoy no amo las fresas–.
____ me miró con una risa burlona en su rostro, creí que me diría algo al respecto, en cuestión de yo haciendo una escena... porque no estaba haciendo una escena, solamente estaba fastidiado porque hasta mi propia madre no dejaba de halagarlo, como si fuera la gran cosa, no era la gran cosa. Definitivamente no era la gran cosa.
–¡Eres tan gracioso, Josh!– exclamó mi madre riéndose.
Rodeé los ojos involuntariamente; ahora mi propia madre estaba del lado de la maldad, si así podía llamarlo.
–Mi esposa tiene razón, Josh– e incluso mi padre ahora igual –eres demasiada persona para hacer un buen labor para el mundo–.
–Gracias Sr. y Sra. Hart– agradeció ese... tipo –solamente trato de dar lo mejor de mí a las personas, crecer con hermanos mayores me hizo ver muchas cosas–.
–Lo sabemos– dijo ____ con el tenedor en su mano –observas–.
–Gracias ____– respondió él –solo quiero dar lo mejor de mí, a todos, incluidos ustedes–.
–Eso es tan tierno, Josh– habló mi hermana.
–Lo es ¿no es así?– soltó A.J –Josh con su espíritu New Yorkino–.
Rodeé los ojos de nuevo –Josh y su espíritu New Yorkino– repetí por lo bajo.
–Es casi como si fueras un superhéroe– terminó mi madre.
Oh... no.
P.O.V____
Oh jeez.
Abrí mis ojos de par en par al momento en el que las palabras de Kris salieron por su boca y levanté la mirada de mi postre, para después dirigirla a mi novio, que tal y como lo esperaba, estaba vuelto loco por lo que había dicho su madre, tanto así, que tomó el tenedor que tenía en la mano vacío y lo calvó en la mesa de madera de mi abuela.
No sabía que podía tener tanta fuerza. Tenía la boca abierta indignado, y simplemente fulminó a Josh con la mirada, una mirada fría y llena de odio; esto no se podía poner peor.
Volteé a ver a Piper que a pesar de que estuviera enamorada de Josh, un ligero amor platónico, hacía el mismo gesto que su hermano, abría la boca sin poder creerlo a la vez que miraba a su hermano de reojo, lo mismo con A.J, que también sabía el secreto y conocía el temperamento de Henry.
–A veces me siento como un superhéroe– admitió Josh, sin saber que no ayudaba.
Eso fue la gota que derramó el vaso.
–¿Un superhéroe?– preguntó Henry sarcástico –¿en serio?–.
Josh lo miró –¿si? ¿Por qué? Creo que todos pueden ser superhéroes–.
Cerré los ojos y mantuve mi respiración tranquila. No debió decir eso.
–¡Oh si! ¡Todo mundo puede ser un superhéroe!– gritaba Henry levantándose de la silla –¡yo te mostraré un superhéroe real!–.
Lo impulsos de Henry cuando se enojaba lo podían llevar a lugares donde no quería, establecido. Después de levantarse de la silla y llamar la atención de todos, como estaba a un costado de mí, logré ver de reojo como era que sacaba el tubo de transformación de su pantalón, lo abría lentamente, sacó una goma, la metió a su boca y empezó a masticar.
Todo había pasado demasiado rápido que reaccioné justo en el momento necesario, cuando empezaba a soplar.
–¡No!– grité mientras me levantaba de la silla, y le daba un golpe en las costillas.
–¡OUCH!– se quejó, lo hizo detenerse –¡____!–.
No dejando que dijera una sola cosa más o que hiciera otra cosa, con todas las miradas confundidas puestas sobre nosotros, lo tomé del brazo y lo arrastré hasta las escaleras de la casa, subimos estas sin fijarme lo que pasaba, hasta llevarlo a mi habitación. Ya estando ahí abrí la puerta e hice que entrara.
–Dame el chicle– dije extendiendo mi mano.
Bajó la cabeza –nope–.
–Henry– hice que mirara –el chicle, ahora–.
–¿En... en tu mano?– asentí –¿Segura?– volví a asentir.
Titubeando un poco de sus acciones, después de unos cuantos segundos, Henry aceptó en poner el chicle que lo transformaría en Kid Danger en mi mano, sí, si estaba masticado y húmedo, pero era mi novio, no me daba nada de asco, me daría asco que me diera asco, hemos compartido saliva.
–Ahora– hablé después de tirar el chicle en el bote de basura –¿¡Estás consciente que Ray pudo matarte?!–.
Dio un bufido –no lo haría aunque pudiera–.
Lo miré sorprendida –¡Henry! Estabas actuando por impulso–.
–Estoy demasiado consciente de eso, gracias–.
–Está bien que hubieras querer probar un punto Hen, pero no así, estabas a punto de exponer tu más grande secreto a tú familia y a la mía–.
–Yo soy un superhéroe real, ____, uno muy real, incluso tenía superpoderes, soy ahora un superhéroe sin poderes–.
Y fue ahí cuando lo comprendí todo, la razón de todo su mal entendido y casi arruinar su vida; no solamente estaba así porque Josh dijo que podía ser como un superhéroe, había sido todo detrás de eso. Durante la cena nadie dejó de elogiar a Josh, en ningún momento, ni siquiera Kris, su madre, se sentía desplazado y completamente entendible.
Di unos cuantos pasos para acercarme a él, tomé su mano haciendo que volteara a ver nuestras manos entrelazadas, volvió sus ojos a mí, le dediqué una sonrisa.
–Tú eres más que un superhéroe, Henry– le di un corto beso en los labios –y siempre serás mejor que eso, siendo Kid Danger o no–.
Sonrió como un niño pequeño –solo lo dices porque eres mi novia–.
–Pues también soy tu mejor amiga– ambos reímos –y mi deber como tu novia y mejor amiga, es no dejar que hicieras alguna tontería y amarte en el transcurso–.
Henry se quedó callado durante unos segundos, me miraba directamente a los ojos con una profundidad extrema, que hacía que mi corazón latiera a una velocidad que no lo creía posible; se sentía como si me volviera a enamorar de él, y todo dentro de mí explotaba con las mariposas que causaba.
–¿Qué para merecerte, ____ Martin?– me tomó por las mejillas, acercándome a su rostro –no entiendo que hice para merecerte–.
Rosaba mis labios con los suyos –no lo sé, Henry Hart, pero si sé que no quiero que termine nunca–.
–Yo tampoco, ____, yo tampoco–.
Los milímetros entre los dos dejaron de existir cuando me incliné para romper la distancia entre mi novio y yo. Sus labios se sentían cálidos, a comparación de cuando lo besaba en esta época del año, se movían con tanta lentitud encajando con los míos al igual que siempre, como la primera vez que lo besé en mi cumpleaños 16.
En su cumpleaños 17, en el satélite y el día que aceptamos nuestros sentimientos. Todos mis besos con Henry eran mágicos, pero había otros que marcaban nuestra relación, y este era uno de esos momentos.
Tenía mis manos alrededor de su cuello, él había bajado las suyas a mi cintura, acariciando mi espalda de vez en cuando; cualquiera que nos interrumpiera podría literalmente lanzarlo por mi ventana.
–Oigan, chicos, me dijeron que... oh, wow–.
Hablé demasiado pronto.
Henry y yo nos separamos de nuestro beso, la voz de la persona que nos habló nos hizo voltear a ver en menos de dos segundos, y ahí estaba, parado en el marco de la puerta, asintiendo lentamente, con los brazos cruzados y una cara pícara.
–Momento perfecto, A.J– dije con sarcasmo –momento perfecto–.
Mi hermano dio un grito ahogado –¿Acaso estaban a punto de...?–.
"¡NO!" gritamos Henry y yo al mismo tiempo.
–Pero claro que sí–.
–Es mejor que te vayas antes de que lance por la ventana– lo miré mal.
Henry me señaló –tiene razón, yo la he visto hacerlo–.
Chasqueé mis dedos –tengo testigos–.
–Woah, woah, woah, relájate, ____– alzó los brazos en son de paz –soy un aliado, y tienen suerte de que esté aquí, Josh quería venir por ustedes, tienen que bajar ya, los juegos están a punto de empezar–.
Arrugué mis labios y cerré los ojos ¡Dang it! Lo había olvidado por completo, y al parecer Henry igual, por lo que podía ver en su cara.
La noche de Navidad después de la cena, la familia de Henry y yo solíamos jugar un juego en específico para, ya saben, unirnos más como familia. Empezamos siendo solo los Martin, pero cuando Henry llegó a mi vida, los Hart entraron sin ningún problema, y ahora cada Navidad simplemente jugábamos.
Habían risas, peleas, alianzas, contando que algunas veces ciertas personas se dejaban de hablar por días por lo que sea que hubiera pasado dentro del juego.
Siempre había que esperar lo inesperado.
...
–De acuerdo, de acuerdo, bienvenidos al anual juego de Navideño– anunciaba Jack como el host –familias que pronto se unirán, Hart y Martin, si saben a lo que me refiero– guiñó un ojo –el día de hoy los hermanos Martin, con excepción de ____ porque se la pasa siempre con Henry, decidimos que el juego de este año será... ¡A.J redobles por favor!–.
A.J golpeó el suelo fingiendo que eran redobles de tambores.
Habíamos bajado a la sala, todos estábamos sentados en el suelo, todos menos Kris, Jake y mis abuelos, alrededor del árbol de Navidad, mirando a Jack que como la mayoría de los años era la clase de presentador de los juegos.
–En honor a nuestro invitado de este año y por los viejos tiempos, jugaremos... ¡TRIVIAAAAA!–.
"¡WUUUUU!", "¡SÍ!", "¡Bien, bien, bien!" celebramos Josh, Piper y yo al mismo tiempo. "¡Nooooooo!" mientras que Henry se quejaba.
–Y por eso, Max les estará dando un pizarrón blanco con un borrador y un plumón a cada uno, y escojan su pareja–.
–Genial– dije mientras aceptaba el pizarrón que mi hermano me daba –hace mucho tiempo no juego Trivia–.
Los Ray Games, pero eso fue más por una silla que terminó siendo destruida, desgraciadamente, aún le lloraba. Tuvimos un funeral del que nunca hablamos, Ray no asistió porque él fue quien la destruyó, sin embargo, esa silla vivirá en nuestros corazones para siempre.
–Hey, ____– me giré a Josh que me había llamado –¿quieres ser mi pareja? Recuerda que este es nuestro juego–.
–Um... yo...– tragué en seco –en realidad quería ser con Hen...–.
–¡Henry! Hermano– interrumpió A.J, sentándose en medio de mi novio y yo –sé mi pareja, viejo, que ____ sea con Josh–.
–Sí, por favor– dijo este –____ y yo somos los mejores–.
–No, no lo son– soltó Henry desde a un lado de A.J, logrando que todos lo miráramos desconcertados –porque... A.J y yo somos mejores juntos–.
Abrí mis ojos –Una disculpa ¿qué?–.
–Sí ¿qué?– A.J se alejó un poco.
Henry arrugó su nariz –eso se escuchó mejor en mi cabeza– definitivamente –pero, pero, tengo una idea, ¿y si mejor no hacemos parejas?, ya saben, que sea algo más individual–.
Encogí mis hombros –por mí está bien, nunca lo hemos jugado así–.
–____ tiene razón– concordó Josh –nunca lo hemos jugado así–.
–La tiene– mi novio se levantó y se sentó ahora a lado de mí –____ siempre tienen la razón, la conozco muy bien–.
Él rubio pasó su brazo por mis hombros atrayéndome hacia él, mientras que le dirigía una mirada triunfante a Josh y él se la regresaba con una retadora, combinado con su sonrisa falsa perfecta. Miré de reojo a mi novio, nada me olía a que iba a terminar bien.
–Sí, bueno– habló él new yorkino, con cierto cinismo –no creo que sepas que ella tiene una gran habilidad para el trivia, porque la tiene, ya sabes, crecí con ella en San Diego–.
Henry relamió sus labios –claro que sé eso, y sé muchas cosas que tu no–.
Puse mi mano en el puente de mi nariz –oigan, chicos, en serio...–.
–¿Su película favorita?– preguntó Josh mientras se acercaba más a Henry.
–Flarry Potter– respondió este.
Y de esta manera, inició una guerra entre mi novio y ex crush de la infancia, donde cuando cada uno que hablaba, los mirábamos a cada uno, ya sea a Henry, Josh, Henry, Josh, y de esa forma constantemente.
–¿Restaurante de Olivo?–.
–Jardín de Olivo–.
Josh entrecerró los ojos –serie favorita– ya estaba enfadado.
–Doctores Cursis–.
–¿Cuándo aprendió a usar la bicicleta?–.
–A los 6 años–.
–¿Cuándo dio su primer beso?–.
Mi novio miró alrededor –11... no... ¡12, 12 AÑOS!–.
–¿Su primera premier?–.
–Cerdos de pelea–.
–¿Enfermedad a los 8?–.
–Varicela–.
–Cantante favorito–.
–Taylor Swift y Jack Swagger–.
"¡Yay!" aplaudí, captando la mirada de todos sobre mí.
No me culpen, había recordado que era novio de mi mejor amiga, y que pronto vendría a verla, eso significaba que lo iba a conocer... oh sí, me desvié, lo siento. Henry y Josh sacudieron su cabeza de un lado a otro, y sin pensarlo dos veces volvieron a su pelea que ahora era más: "Trivia de ____". Irónico.
La respiración de Josh ya era acelerada.
–¿Superhéroe favorito?–.
Henry dio una sonrisa egocéntrica –Kid Danger, duh–.
–¡JA!– Josh se levantó del suelo –¡es Capitán Man! Yo gano–.
–Um... Josh– alcé una mano para poder hablar –eso es técnicamente incorrecto, en realidad es Kid Danger–.
La sonrisa de Josh se borró, en su lugar, abrió los ojos incrédulo por lo que le había dicho. En cambio, Henry, copió el gesto de Josh sobre levantarse del suelo, hizo varios ademanes de victoria con las manos, y se giró hacia él castaño, abriendo sus brazos en señal de "yo soy el mejor".
–¡Yo gano!– celebró él –que los juegos comiencen–.
Creo que al final no iba a ser tan malo como esperaba, en realidad, era muy divertido.
...
Tras haber sido testigos por nuestras familias de la pelea que tuvieron Henry y Josh, por fin habíamos dado comienzo al juego. Jack se encontraba frente a nosotros con un par de tarjetas para la trivia, mientras que todos los demás cargábamos el pizarrón blanco para comenzar a jugar.
–Muy bien, familias– habló Jack con una tarjeta en la mano –primera pregunta: ¿En qué año Capitán Man y Kid Danger capturaron a Drex por primera vez?–.
–¿No podían pensar en una más difícil?– preguntó Henry, se arrimó a mi oído –fue el mejor día de mi vida– susurró.
Cómo olvidarlo. Escribí sin que nadie pudiera verlo, aunque sabía que la mayoría lo tendría bien, 2016, el día en el que descubrí que mi mejor amigo era Kid Danger y había comenzado a trabajar en Junk N' Stuff; de los mejores días en mi vida.
–Ups– volteé a ver a Josh, que tenía una mueca en sus labios –no sé me entero mucho de lo que pasa en Swellview–.
–¿Oíste, ____?– apareció Hen –no se entera de cosas de la ciudad en la que vives–.
–De acuerdo, se acabó el tiempo– soltó Jack –la repuesta es: 2016–.
Todos los presentes celebramos por haber tenido la respuesta correcta, todos menos Josh, que no había escrito absolutamente nada en su pizarrón y simplemente sonría débilmente, en señal de que había aceptado su derrota. A comparación de Henry, que no dejaba de reír con malicia y borraba su repuesta.
–¡Sí!– festejó él –Henry 1, Josh 0–.
Fruncí mi ceño confundida por su comentario, el cual era completamente incensario si me permitía opinar.
Jack suspiró –okay, de acuerdo, siguiente pregunta: Calle en Nueva York que se conoce por presentar musicales–.
–Esa sí la sé– dijo Josh escribiendo –porque vivo en Nueva York–.
–Sería raro que no lo supieras– reí divertida.
De la nada, un movimiento a lado de mí llamó mi atención, era Henry moviendo su plumón sin cesar en el pizarrón blanco, mientras mordía el interior de su mejilla, además de que tenía sus ojos bien abiertos, como si estuviera buscando la respuesta en lo más profundo de su mente. Estaba en pánico.
–¿Estás bien?– le pregunté.
–No, no me gustan los musicales– respondió.
Negué divertida –no es tan difícil, y no es como si fueras Ray y odiaras los musicales–.
Soltó un gruñido –no me lo recuerdes, fueron los peores días del verano–.
–¿Ah sí?– levanté una ceja –... how do we rewrite the stars?...–.
–No, no, no, no, por favor no– tapó sus oídos, reí otra vez –prefiero... I will be yours... forever...–.
Para decir verdad, esta había sido la primera vez que había cantando esas canciones desde el hechizo musical, podía creer incluso que no existían y se borrarían de mi memoria, sin embargo, jamás lo harían, fueron momentos importantes con Henry, cosa que no olvidaría ni en un millón de años.
Capté la mirada de Josh de reojo sobre nosotros, viendo como nos reíamos de las canciones, para después volver a su tablero y mostrar seriedad.
–El tiempo se acabó, la repuesta es: Broadway–.
–Es un empate– dijo Josh desafiante –en tu cara, Henry–.
Rodeé los ojos fastidiada –por Dios, ¿pueden dejar de competir ya?–.
–Sólo una pregunta más, y te prometo incluso que dejo de jugar–.
–Gracias, Hen–.
MUCHAS... MUCHAS... MUCHAS PREGUNTAS DESPUÉS
–Esa fue la pregunta número 70– anunció Jack – la final–.
–¿¡Y gané yo?!– preguntó Henry con emoción.
Mi hermano negó –no, quedaste empatado con Josh al final, y ____ ganó como siempre–.
Alcé mis brazos en el aire –¡Sí! Así que ser mejor amiga de Charlotte tiene sus ventajas después de todo–.
Me sentía demasiado feliz por mí, por algo era la mejor jugando este juego, me encontraba en mis propios asuntos en mi victoria interna, cuando de repente, puse percibir como era que Henry y Josh se asesinaban con la mirada, todo por el simple hecho de que habían quedado empatados, demasiado inmaduro de su parte.
La peor parte, yo me encontraba en medio de los dos. Así que decidí hacer algo antes de que hubiera más fuego de lo que ya había.
–Bien, Henry, vámonos– tomé su mano.
–¡No!– gritó él haciendo que sobresaltara –No iremos a ningún lado hasta que lo venza... y creo que ya sé cómo–.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro